Lomú ya sabe escribir "no"
martes 28.ene.2014 por Ricardo Olmedo 3 Comentarios
Por las ventanas entran los primeros rayos de sol de un día que promete. El polvillo en suspensión de las tizas forma una nube que ya solo se ve en estos colegios africanos. Sobre los pupitres de madera gastada los pequeños escriben en sus pizarrines. Tienen cuatro o cinco años. Los peques del cole. Aprenden a leer y construyen las sílabas. Hoy toca la n con la a, con la e, con la i... y con la o. No.
En la quinta fila, Lomú escribe derrochando tiza con alegría y me mira con los ojos grandes. Dos botones de vida asomándose a su cara. Ya sabe escribir. Al menos sabe escribir "no". Y busca mi mirada, sonriente. Y pienso en lo importante de saber escribir no, de saber decir no, de saber practicar el no. En el cole, en la vida, se lo tendrán que enseñar. Que sepa decir no a las manipulaciones neocoloniales que provocaron una guerra en esta Costa de Marfil. Que sepa decir no cuando le digan que tiene poco futuro. Que sepa construir un no cargado de razones a quien le diga que este continente no cuenta para nada ni para nadie. Y que junto a ese no, levante un "sí" de verdades, de esperanzas, de trabajo, de un país que está saliendo de los oscuros años de la guerra y del miedo.
Lomú escribe en la escuela parroquial de Sakassou, mantenida a duras penas por la Iglesia local. Los maristas le echaron una mano y con la ayuda de su ong SED rehabilitaron el colegio que quedó hecho trizas tras el paso de los rebeldes. Los desastres de la guerra.
Lomú tendrá que saber decir que no. Como lo dijeron las carmelitas misioneras que están aquí al lado cuando llegó la hora de salir huyendo de la guerra. Se marcaron un "no" de campeonato y se quedaron al lado del pueblo que sufría. Con sus miedos y sus temores, pero se quedaron con esa fuerza que todos sabemos de donde les viene. Y se pasaron alguna noche tumbadas bajo la mesa mientras las balas atravesaban puertas y ventanas. Que ya sabemos que en la locura de la guerra, a veces, las balas no entienden de monjas.
Anne, a la que me encuentro en la clase de alfabetización de adultos, también dijo que no. Que ya estaba bien de no saber leer y escribir. Que ya no aguantaba más. Y con cuatro hijos en el mundo se ha puesto manos a la obra. Y la entrevisto con emoción porque me habla de lo importante que es saber, del hambre de conocer qué cuentan esos libros que traen sus hijos del cole. La pequeña Soloaxa, la última de sus hijos, con poco más de un año, la mira con los mismos ojos grandes que me miraba Lomú. En esos ojos cabe un futuro que pasa por la educación, por la dignidad, por el desarrollo...y por saber decir que no.
jose suarez dijo
Buenas noches desde Malaga.No ..a veces que difícil es decir no, pero yo también digo no a la hipocresía, a mirar a otro lado, a la indiferencia, a la falta de humildad, a la prepotencia, y a tantas cosas....lo importante es aprender y estos niños estan aprendiendo gracias a personas que en su dia dijeron no, un no rotundo a cosas y situaciones que no querían ni para ellos ni para los demás. Gracias a todos por esas lecciones de vida y a vosotros equipo por hacernoslas llegar.Besos malagueños de la familia Cabrera-Suarez y uno especial para mi barbas Juan.Cuidaros mucho y tu Ricardo sigue dándonos a conocer a través de tus cronicas esa tierra maravillosa y desconocida para tanta gente.Buenas noches.
Paqui Valencia dijo
Enhorabuena a todo el equipo de Pueblo de Dios por la labor que llevais a cabo precisamente por "esos pueblos de Dios", sin duda formais un gran equipo. Enhorabuena también a Ricardo Olmedo pues me ha encantado la sencillez y elegancia manifiesta en este post.
Idoya dijo
Preciosa la crónica, emotiva, bien escrita, me ha encantado leerla. "No" en África y en cualquier otro lugar, pero sobre todo en África.