Lo escribo como se pronuncia. Aunque en realidad tendría que escribir Kouadio Loukou Daniel. Me lo encontré hace unos días en su pueblo, en Kongó. Una tarde inolvidable en la que el poblado nos dio una recepción con máscaras, danzas, discursos, tamtanes...y 40 grados a la sombra. Allí estaba él, a quien consideran un hijo ilustre en su tierra. ¿Porqué? Pues por algo tan hondo y sencillo como porque es un buen hombre que hace el bien entre los suyos.
Luku formaba parte de ese grupo de scouts que los curas de Sakassou formaron y animaron para que fueran agentes de desarrollo local. Empezaron por poner pequeños puestos de salud y el grupo de v...
A primera hora de la tarde, el calor seca hasta las ideas en esta época del harmatán. Es también el tiempo en que comienzan a crecer los mangos, colgados como verdes piedras de estos grandes y monumentales árboles. Bajo uno de ellos estamos. En casa de la familia de Joseline, de 15 años y alumna del colegio de los maristas. Su padre murió y vive con la madre y los abuelos. El patriarca de la familia, monseiur Ernest, enjuto como su bastón, permanece dignamente sentado a la sombra.
Joseline puede estudiar porque en el colegio se hicieron cargo de su situación. La familia no sabía cómo sacar de aquí y de allá unos cuantos francos. El hermano ...
Kolotioloma nació entre algodones. No en el plan que están pensando. El pequeño nació en "el algodón", como llaman aquí a las grandes extensiones de plantaciones de ese producto que hay por el norte de Costa de Marfil. Es decir, que este niño que ahora tengo delante, con cinco meses, nació en un campamento donde se asientan las familias que van a trabajar recogiendo el algodón. O sea, que nació entre cuatro plásticos y dos maderos. Allí donde su madre pudo recostar un poco su cuerpo para que viniera al mundo, y qué mundo, el pequeño Kolotioloma. Pero lo peor estaba por venir: la mujer se sintió mal, muy mal y pusieron rumbo al dispensario. Nu...
"Había vuelto tarde, muy tarde. Ya había caído la noche y directamente me fui a la cama. Al rato, me levanté de sopetón porque me di cuenta de que no había escuchado las noticias de las que en los últimos días estaba muy pendiente. Puse Radio Exterior de España y comenzaron a dar la peor noticia posible: habían encontrado los cuerpos sin vida de nuestros hermanos. Salí corriendo, en mitad de la noche, gritando ¡los han matado, los han matado!".
José Antonio Ruiz me cuenta esto en una entrevista llena de emoción y de autenticidad. Porque le pregunto sobre una de aquellas víctimas: el hermano Miguel Ángel Isla, asesinado junto a otros tres mar...