Kolotioloma y otras historias
martes 4.feb.2014 por Ricardo Olmedo 4 Comentarios
Kolotioloma nació entre algodones. No en el plan que están pensando. El pequeño nació en "el algodón", como llaman aquí a las grandes extensiones de plantaciones de ese producto que hay por el norte de Costa de Marfil. Es decir, que este niño que ahora tengo delante, con cinco meses, nació en un campamento donde se asientan las familias que van a trabajar recogiendo el algodón. O sea, que nació entre cuatro plásticos y dos maderos. Allí donde su madre pudo recostar un poco su cuerpo para que viniera al mundo, y qué mundo, el pequeño Kolotioloma. Pero lo peor estaba por venir: la mujer se sintió mal, muy mal y pusieron rumbo al dispensario. Nunca llegó. Se dejó la vida por el camino.
Cinco meses después, el pequeño está en el centro para niños desnutridos que las Hermanas de la Caridad de Santa Ana tienen en Komborodougou, a casi una hora de Korhogó, desde donde escribo. Muchos de estos niños son huérfanos. Sus madres llenan la espantosa estadística de mortalidad materna que ponen los pelos de punta vistas en un papel. Pues no se imaginan cuando se ven en la realidad de esta tierra marcada por la escasez, por la cruda miseria. Donde tantos viven haciendo equilibrios en la delgada línea que separa la vida de la muerte.
He pasado todo el día en ese centro de salud. Me he encontrado de todo. Lo peor, se lo imaginan. Lo mejor, la alegría serena de Nubintou, que nos ha dejado entrar al parto de su segundo hijo. Nubintou, que es joven, no sabe qué edad tiene. Ha parido en silencio y dentro de unos días volverá a su poblado a que su marido le ponga el nombre a la criatura.
Toda la mañana he estado escuchando historias contadas y vividas por un grupo de mujeres valientes. Estas misioneras, varias de ellas españolas, mantienen un dispensario que es una gloria en mitad de este país y que se les ocurrió, entre otras cosas, crear una pequeña residencia para que las mujeres que están a punto de parir puedan vivir cómodamente los días previos y posteriores a dar a luz. Para que no vuelva a pasar lo de la madre de Kolotioloma. Para que la tragedia no vuelva a acampar en una familia y deje a un pequeño buscando sin norte y para siempre la mirada de una madre.
Por cierto, Kolotioloma significa en la lengua local "Dios nos lo regaló". En fin, misterios y grandezas de África.
Idoya dijo
Menuda carita preciosa que tiene el bebé!! Muy triste leer todo esto, menos mal que siempre hay algo positivo a lo que agarrarse. Qué difícil escuchar estas historias contadas por quienes las viven.
angeles ruiz dijo
precioso bebe y maravillosa labor de las Hermanas de Santa Ana, son estupendas. Yo me eduqué en uno de sus colegios.
jose suarez dijo
Hola equipo!!!!antes de nada gracias por esa maravillosa foto que ademas me permite ver a mi "regalo", si hijo que le vamos hacer tú madre es un poco cursi pero así lo siento yo" eres el mejor regalo de toda mi vida."
Bueno yo trabajo en un hospital, soy enfermera y leyendo esta cronica me siento tan afortunada de tener tantos medios a mi alcance para trabajar, y siempre hay alguna queja. No me imagino las dificultades y las condiciones de trabajo de estas maravillosas personas y seguro que siempre con una maravillosa sonrisa. Gracias a tod@s y a vosotros por contarlo al mundo.
Besos malagueños. Juan te quiero, equipoa vosotros tambien.
Carmen dijo
Crónica preciosa. Mucho ánimo para seguir contando y conviendo con historias tan duras.
Abrazos entrañables.