Madagascar, un lustro después
miércoles 11.jun.2014 por Santiago Riesco 2 Comentarios
Ya han pasado cinco años desde la última visita a la isla roja. Fue en 2009 y Madagascar acababa de sufrir una grave crisis de gobierno con un golpe de Estado que dejó al país en fuera de juego. El alcalde de la capital, Andry Rajoelina, se hizo con la presidencia ayudado por los militares. Y las ayudas internacionales dejaron de llegar a la cuarta isla más grande del mundo. Y coincidimos con él en Akamasoa, un basurero impresionante, en una fiesta inolvidable.
Ha pasado un lustro desde nuestra última visita al lugar donde dimos de comer a los lemures, al paraíso en el que avistamos un grupo de ballenas a su paso por el Cabo Santa María, al sur de Madagascar. Cinco años ya desde que nos encontrásemos con el apóstol de la basura, el argentino Pedro Opeka. Parece que fue ayer, pero ya han pasado 60 meses desde que recorriésemos los caminos de El Androy, el desierto de espinas, junto al padre Ángel Santamaría. Un lustro ya. Y parece que fue ayer -insisto- cuando acompañábamos a las salesianas por el mercado central de Antananarivo atendiendo a los niños que vivían en la calle en busca de la infancia perdida.
Por aquel entonces, hace un lustro, entrevistamos a María Bercerril, una española que ejercía como delegada de la Unión Europea para Madagascar. Y nos contaba cómo los millones de euros de ayuda comunitaria estaban bloqueados, y cómo una generación entera de malgaches perdería un curso escolar porque el Estado no tenía dinero para pagar a los profesores. Y comprobamos cómo la misión en tierra malgache estaba siendo dura, muy dura, en un país pobre y sin pingüinos.
Mañana partimos de nuevo a la tierra de los baobabs, los lemures, las ballenas, las cárceles inmundas, los basureros violentos y los misioneros valientes. Han pasado cinco años y la situación es muy otra. Si en 2009 llegábamos poco después del golpe de estado, en 2014 llegamos poco después de que el nuevo presidente, Hery Rajaonarimampianina, haya sido elegido democráticamente en las urnas. Y a la comunidad internacional le ha parecido bien y ha levantado el veto a las ayudas exteriores.
Nuevas historias
En esta ocasión, cinco años después -por si no lo había dicho antes-, iremos de la mano de la ong de los hermanos de La Salle, PROYDE. No llegaremos a la costa, nos moveremos por la gran meseta central. Incluso viviremos a 1.500 metros de altitud y podremos dormir con manta y ponernos el forro polar mientras el verano se instala en España.
Tenemos previsto grabar en Anosibé, uno de los barrios más complicados de Antananarivo construido sobre una laguna en la que se vierten las aguas negras de toda la capital. Allí un grupo de profesores y voluntarios se ocupa de sacar a los menores de un ambiente contaminado en el que las enfermedades propagadas por ratas y mosquitos son el pan nuestro de cada día.
En Vohiposa, una localidad ubicada a cinco horas de la capital, veremos el trabajo de las Hermanas Guadalupanas de La Salle en "zona roja". Se trata de un lugar en el que actúan los temibles "dahalo". Unos bandidos sanguinarios que llegan por la noche a los poblados y arrasan con todo lo que encuentran. Si alguien se opone, simplemente lo asesinan. La situación es preocupante pero las hermanas continúan adelante con su trabajo educativo.
La red escolar rural de la diócesis de Ambositra está formada por 152 escuelas en las que estudian 23.000 alumnos. Se trata de un ambicioso programa educativo desarrollado por la Iglesia con la ayuda de PROYDE para suplir las deficiencias del Estado malgache que no alcanza a dar cobertura educativa en las zonas rurales. El hermano de La Salle, Juan Sala, es el asesor del proyecto y, esperemos, sea nuestro guía en la mayor parte de esta nueva aventura.
Para grabar todo lo que podamos y contar todo lo que veamos, escuchemos y sintamos, Pueblo de Dios enviará un equipazo de profesionales compuesto por el realizador Julio Luquero, el veterano operador de cámara, Fernando De Andrés y el polivalente operador de sonido Juan Cabrera, además del periodista que esto firma. Si el tiempo y el wifi nos lo permiten, os lo iremos contando sobre la marcha. Cada viaje, aunque repitamos destino, es distinto. Mucho más si, como es el caso, han pasado cinco largos años. Un lustro en el que casi todo ha cambiado. En este tiempo yo mismo he tenido dos hijas y el Atleti ha ganado seis títulos. Es otra historia.
victoria areu....... dijo
los saludo, a todos y los felicito. por tan arriesgados programas.....
Santi Riesco dijo
Gracias, Victoria.
Ya hemos regresado. Las condiciones han sido difíciles. No hemos podido enviar ninguna crónica debido a la falta de conexión a internet.
El resultado de nuestro trabajo se verá en los reportajes que emitiremos en los próximos meses. Gracias por seguirnos.