Estaba en la plaza de la catedral. La del mosaico de Llort que un obispo mandó destrozar en mala hora. El asunto iba de mártires, iba de testimonios de fe, iba de vidas entregadas hasta el final. La noche anterior participé de la vigilia en la UCA en recuerdo de Ellacuría y los demás jesuitas. Iglesia latinoamericana ensangrentada, torturada, martirizada. Años ochenta, años noventa, años de plomo, años de persecución. Ambiente espeso de emociones.
Estaba en esa plaza grabando un reportaje de los nuestros. La idea: que eso de los mártires no es cosa de antiguos libros piadosos. Dibujos de santos con la mirada perdida y la palma del martirio...
Nadie regresa del Chaco tal y como fue. Se lo aseguro... porque acabamos de volver. Más allá del río Paraguay se abre otro país, el mismo en los mapas pero muy distinto en tantas cosas. El Chaco. Los del Oriente hablan de esta tierra con una mezcla de leyenda y desdén. El Chaco. El infierno verde, el territorio inabarcable y excesivo, el del calor abrasador en estos días, el del viento del norte frío cuando llega el invierno y las nubes de polvo blancuzco se meten hasta el alma. No hay piedad para los chaqueños... ni para los que vamos allá. Por ejemplo, luchar contra los mosquitos -grandes como leones- es una dedicación que te lleva gran pa...
El 60% de los alumnos y alumnas del centro tiene a papá o a mamá en el extranjero, la mayoría en España. Detrás de la emigración viene una familia que se deshace. Me lo cuenta Graciela, la directora de la escuela Champagnat, en el barrio de Empalado Ari, en la paraguaya Caaguazú. Y después le pone nombres y rostros a los chicos y chicas víctimas de una pobreza que empuja a la gente a buscarse la vida y a dejar atrás otras que acaban igual de rotas.
Esta escuela, en la que hemos estado grabando, es el corazón del barrio y, para muchos, la salvación. Empalado Ari es un barrio de tierra y baches, con algunas calles empedradas. Un sitio que te...
La colonia Montanaro está a media hora de camino. Si no llueve. El problema es que cuando salimos de Coronel Oviedo no comenzó a llover, no. De pronto pareció que el cielo tenía una deuda pendiente con esta tierra paraguaya y se abrió de capa ante un negro toro en forma de nube. Y eso no era agua. Eran las plagas de Egipto, todas juntas, en plan tormenta tropical. Y mientras, la colonia Montanaro que nos esperaba…si no llovía.
Cuando los coches de los maristas dejaron el asfalto y enfilaron el camino de tierra comenzó el baile. Pensamos que no llegábamos. A veces las ruedas giraban sobre el lodo rojizo tan en falso como si estuvieran acarici...
Barriguita llena, corazón contento. Está escrito a modo de grafiti infantil en la pared de este comedor paraguayo. Como un recuerdo de que eso de comer es lo más serio que hay. No hay nada más serio que el corazón esté contento. Vamos, que no se pare por no comer (cosa muy frecuente en esos pueblos de Dios). O que no se entristezca tanto el dichoso corazón que la persona quede irreconocible, apagada, hundida, abismada en el pozo sin fondo de la carencia, en el horizonte oscuro del hambre.
El grafiti, digo, está escrito en la pared del comedor Ikua Lucero, en un barrio donde se acaba Horqueta, donde se acaban las calles de asfalto, donde se ...
Horqueta es una cuadrícula de casas, calles y árboles frondosos. Paraguas verdes que no solo dan sombra sino que atemperan el calor furioso que cae sin piedad sobre este norte paraguayo. A este pueblo grande llegaron hace ya varias décadas los maristas, empeñados, como siempre, en eso de educar. ¡Qué gran manía la de esta gente!
Por la mañana, a eso de las nueve, ya hervían las piedras de la plaza del pueblo. Al rato, varias docenas de adolescentes se reunían en los locales del colegio marista. A navegar. Sí, es el nombre del proyecto de pastoral, con tres años de seguimiento, de preparación, de formación, de ahondar en la experiencia de Dio...
