Las sonrisas de María y Martina

“Muchas veces cuando los recibimos están agusanados. En otros casos han sido apaleados. Sufren mucho. Pero aquí los aceptamos y cuidamos con mucho cariño. En muchas ocasiones nunca han experimentado el cariño y, poco a poco, se van dejando querer. Finalmente, cambian y son felices”.

Quien habla así es la hermana María. Y no, no está hablando de animales maltratados. Está contando la situación de algunos ancianos a los que atiende en la Residencia Obispo  Tomás Romero, en Puyo. La hermana María dice esto con mucha serenidad, como si fuera lo más normal del mundo. 30 ancianos viven con ella y otras hermanas de su congregación en este hogar que es un oasis de cuidados y afectos. A veces, muchas veces, a la hermana María le aflora una sonrisa que le sale del alma y le llena la cara. ¡Qué sonrisa!

El obispo del Vicariato de Puyo, el español Rafael Cob, se empeñó en que conociéramos esta obra social de la Iglesia en este rincón de Ecuador. Y nunca se lo agradeceré bastante aunque solo sea por haber conocido esa sonrisa con hábito blanco que se pasea por los pasillos de esa residencia de ancianos.

Horas más tarde, la sonrisa de la pequeña Martina también me cautivó. Martina es la pequeña de cuatro hermanos, hijos de Alex y Karen. Esta familia de Sabadell hace casi un  año que están aquí de misioneros. Sí, la familia entera. Quemaron  las naves, lo vendieron todo y aquí están, dando clase, charlas, cursos, haciendo programas de radio…y viviendo en familia la aventura de ser misioneros en esta ciudad en mitad de la selva ecuatoriana.

Día de sonrisas y asombros y última jornada de rodaje en Puyo. Mañana ponemos rumbo a Coca, la ciudad a orillas del gran río Napo, por donde pasó Orellana camino del Amazonas. Allí seguiremos contando historias llenas de vida.