Final entre volcanes
miércoles 3.jun.2015 por Ricardo Olmedo 2 Comentarios
Hace frío cuando se va el sol en este Quito de las alturas y rodeado de alturas. Escribo la última crónica del viaje desde un lugar peculiar: el seminario misionero “Santa María la Mayor”, a los pies del Guagua Pichincha, uno de esos volcanes que cercan la ciudad. A lo lejos, el gran Cotopaxi parece vigilar todo lo que sucede a sus pies.
Hemos estado con una quincena de chavales que se están formando para el sacerdocio. Vienen de los vicariatos del oriente peruano. Vamos, de la selva, para entendernos. Aquí se reúnen porque es mucho mejor estudiar y compartir juntos los años de formación. Con los que hemos hablado lo tienen claro: quieren terminar sus estudios y volver a esos lugares, algunos de ellos remotos, marcados por el aislamiento, la falta de medios, a orillas de ríos como el Pastaza o el Napo, entre comunidades nativas o colonos que se fueron a buscarse la vida a la Amazonía ecuatoriana. Es decir, que fácil, lo que se dice fácil, no lo van a tener.
Terminamos entre volcanes lo que comenzamos entre la manta verde y espesa de la selva. Ahora se amontonan los nombres y los lugares. Los niños de familias muy rotas del Proyecto Encuentro, la tormenta en pleno vuelo a Kapawi, la fortaleza de la hermana Fausta y la sabiduría de Esther, la canoa por el río Capahuary, la acogida de los achuar, la sorpresa del monasterio de las clarisas, la constancia de los Hermanos de la Sagrada Familia en su colegio, la sonrisa de María atendiendo a sus ancianos, el cariño de la familia de Alex y Karen, el recuerdo vivo de Alejandro e Inés, la ayuda de Mariasun en Coca y el testimonio de los dos obispos españoles, Rafael y Jesús Esteban.
Todo se acaba. También este viaje a Ecuador que se presentaba lleno de expectativas…que se han cumplido. Como pasa siempre, volvemos con las maletas más llenas porque lo vivido ocupa su lugar. Gracias a la iniciativa de las OMP de España hemos podido hacer este trabajo que nos ha llevado hasta este rincón del mundo. Aquí llegan las ayudas que los españoles donan “para las misiones” y aquí los misioneros fueron en su día unos aventureros capaces de protagonizar historias que, a día de hoy, son auténticas epopeyas. Nosotros hemos querido contar cómo es esa gente que sigue dejándose lo mejor de su vida para dar a conocer la buena noticia de Jesús.
Me acompañaron el realizador Julio Luquero y el equipo de imagen y sonido formado por Alberto Novo y Félix Martin. Pusieron todo de su parte y en las más duras condiciones para escribir una nueva página en la historia del programa. Gracias a todos.
jose suarez huerta dijo
Buen trabajo como siempre. Buen viaje de vuelta.
Besos malagueños.
Fausta Rosales José dijo
Que el Señor los bendiga. y los frutos de su labor sean abundantes. Los recordamos con cariño.