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Lluvia y sed en Sudán del Sur

Sudán del Sur 2012 BlogLa primera vez que estuve allí no era Sudán del Sur, era el sur de Sudán. Y ya nos lo encontramos. Eran los primeros retornados, los primeros que volvían a la tierra de sus antepasados. Aunque aún no se había firmado la paz, la larguísima guerra ya había terminado. Ocupaban cientos de minúsculas y débiles chozas de paja en las afueras de Rumbek. Habían venido con las manos vacías y así seguían. Fueron los primeros. Ahora, ocho años después, son miles, cientos de miles los que han retornado.

Las cifras, en un país donde cualquier dato es aproximado, dicen que cerca de 400.000 personas han vuelto desde la independencia. En muchos casos, obligados por la presión de las autoridades de Jartúm, empeñadas en borrar de su territorio a barrios enteros de sursudaneses. En nuestro último viaje a Sudán del Sur encontramos un campamento cerca de la ciudad de Yírol. Después de muchos días de un traslado en penosas condiciones, estas familias vivían bajo unos plásticos y dependían del Programa Mundial de Alimentos para comer algo.

A los retornados se unen ahora miles de refugiados que escapan de la frontera entre los dos sudanes. Las alarmas han saltado. En plena época de lluvias, Sudán del Sur se transforma en un país intransitable, las ciudades están aisladas en una nación como España donde apenas hay un centenar de kilómetros de camino asfaltado.  Entre tanta lluvia, la gente no tiene agua y en los campos de refugiados los niños mueren a un ritmo estremecedor.

Los de Pueblo de Dios estamos preparando los reportajes que grabamos en el país más joven del mundo. Cuando termine el verano, comenzaremos con su emisión. Mientras, nos acordamos con dolor del sufrimiento de los sursudaneses.

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Ricardo Olmedo   21.ago.2012 13:04    

A las termitas le gustan las enciclopedias

Cuando la hermana Beatriz, mexicana que lleva en Sudán del Sur más de diez años, abrió la vieja biblioteca se encontró con lo que temía encontrarse. El polvo se acumulaba por toneladas sobre los libros y muchos de ellos estaban medio comidos por ejércitos de termitas, termitas gourmet del conocimiento a las que les había dado por las enciclopedias. Con muchas ganas, un par de guantes de látex y mucha paciencia, Beatriz está poniendo orden en la vieja biblioteca del Comboni Secondary School. Mientras, los alumnos se asoman ansiosos preguntando cuándo se abre la vetusta biblioteca.

Este colegio lo abrieron los misioneros combonianos en la capital, en Juba, en 1981, con motivo del centenario de la muerte de Comboni. En poco tiempo, el colegio alcanzó mucha fama. La guerra dio al traste con el devenir del centro y los misioneros tuvieron que salir pitando de la capital, en manos del ejército árabe. Cuando volvieron, la hermana Beatriz entró a trabajar y se ha notado, y tanto, la mano de esta misionera mexicana. El colegio sigue siendo muy conocido en Juba y muchos chicos hacen lo imposible por entrar a estudiar aquí. Algunos sur-sudaneses retornados de Uganda o Kenia también intentan matricularse en el Comboni School.

La educación es una de las grandes asignaturas pendientes en un país en el que está todo por hacer. Hace un tiempo se puso en marcha el SSS (Solidarity South Sudan) un proyecto ambicioso que se basa en tres pilares: educación, salud y formación en la fe. El SSS es el resultado del trabajo conjunto de muchas congregaciones que han unido esfuerzos y recursos para poner de su parte en la historia por hacer de este nuevo país. Ya me lo decía ayer Daniel Moschetti, comboniano al que conocí hace ocho años en Nairobi: "a un recién nacido no se le puede dejar crecer solo, hay que cuidarlo". Pues eso es lo que le pasa a este país que aún está gateando, que hay quien cree que con la independencia se le arreglaron todos sus problemas...y esto no ha hecho más que empezar.

Por nuestra parte, esto ya ha terminado. Para nuestro programa era un reto volver, casi ocho años después a este lugar del mundo. Ha sido uno de los viajes más interesantes y más duros que hicimos en los últimos tiempos. Pero mereció la pena. El último plano lo hemos grabado hace un rato a orillas del Nilo, con las luces del atardecer posándose sobre sus aguas. Bajaban deprisa, como la vida misma, como los días que pasan en estas tierras de África llenas de vida. Hasta la próxima.

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Ricardo Olmedo   23.may.2012 21:42    

El misionero y el sultán

Dio aviso de que íbamos a ir por la tarde si cesaba la lluvia que durante toda la mañana caía fuerte y sin cesar, anegando los caminos y formando los charcos más grandes que imaginarse puedan. Y así fue. El sol se abrió paso entre el tapiz gris de las nubes y pudimos cumplir nuestra promesa de ir a Panakar, un pequeño poblado a media hora de Yirol.

Quien avisó es José Javier Parladé, al que hemos acompañado durante todo el día. Misionero sevillano con una vida de película y que sólo necesita alguien que llegue a este fin del mundo llamado Yirol para que escriba la biografía de este personaje. Siempre quiso ser misionero, y además en Sudán, un mítico país atravesado por el Nilo Blanco y lleno de epopeyas misioneras, guerras tribales y sangre de esclavos. Estudió italiano en Roma, árabe en Damasco e inglés por su cuenta. Y las lenguas locales africanas en sus misiones. Total, 42 años de vida misionera en Sudán en la que ha vivido siete, ocho o diez vidas más que la mayor parte de los mortales. Y si sólo ha vivido una, lo ha hecho con una intensidad que apabulla. Creo que la guerra, que duró 20 años y que vivió junto a los más débiles del sur, inclinó la balanza de su corazón hacia estas gentes del Sur, a quienes sirve, cuida, cura, educa y evangeliza con mucho respeto y más paciencia.

 

Pdd

Al final, fuimos a Panakar, donde el sultán y las demás autoridades le esperaban solemnemente sentados bajo un gran árbol. Parladé quería comprobar los daños que un temporal hizo en la escuela del poblado, financiada con ayuda de sus amigos de Sevilla. De paso, dimos una vuelta por el lugar, con la impresión de haber viajado en el tiempo 500 años atrás. Aunque sólo lo hayamos hecho en el espacio de esta África profunda y deslumbrante. El sultán me dijo que al padre Joseph, como aquí lo llaman, Dios lo trajo para hacer el bien a este reino de los dinka. Me lo decía mientras veíamos a un niño recién operado de un tumor en la cabeza gracias a las gestiones del misionero que se lo llevó a Nairobi y el pequeño volvió sano y feliz. Y el sultán esperaba ahora que el pequeño, después de esta lección, viviera para hacer el bien a sus semejantes, como hace el padre Joseph.

"Ellos me quieren y yo les quiero", me dice Parladé mientras se reencuentra, feliz, con sus dinka, después de unos días de vacaciones en Sevilla que se toma cada tres años. Las piernas le fallan y aguanta poco tiempo de pie. Lo que no le falla es el corazón, que bombea una sangre espesa ("me tienen que extraer cada tres meses porque tengo mucho hierro", dice). Sangre unida ya para siempre a estas gentes de Sudán del Sur, a los dinka, orgullosos pastores, altos como cipreses y que ríen como niños pequeños cuando se ven en las fotos que les hacemos y que se dejan hacer confiados porque vamos con el padre Joseph, con este peculiar sevillano que ha unido su historia a la de los dinka.

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Ricardo Olmedo   15.may.2012 21:47    

Aguirre: "Joseph Kony está destrozando a mi pueblo"

Aguirre buena

Esta mañana hemos entrevistado a Juan José Aguirre, obispo de Bangassou, en la República Centroafricana. Hasta aquí casi nada nuevo. Bueno sí, que en Pueblo de Dios no solemos entrevistar a obispos fuera de sus diócesis. Somos más de ir donde están ellos y grabar lo que hacen, más que lo que dicen. En nuestro viaje por Centroáfrica (noviembre de 2011) no pudimos acercarnos a su diócesis (a 750 kms. de Bangui, la capital) porque la situación en ese momento era crítica. Las guerrillas se habían multiplicado y el riesgo de encontrarnos con el LRA ("Ejército de Resistencia del Señor" en sus siglas inglesas) de Joseph Kony era más que notable.

Infarto

Aguirre está de paso por España. Tuvo que ser evacuado en una avioneta porque le dieron dos infartos consecutivos a finales de febrero que trató de esquivar con Nolotil disuelto en cocacola. Aquí le han puesto siete muelles en el corazón y dice que está perfectamente. Nosotros podemos dar fe de que su corazón es tan grande que en él caben los cuatro millones de centroafricanos y todos los que se crucen en su camino.

Durante hora y media ha respondido todas y cada una de nuestras preguntas. Nos ha hablado de la situación del país, de la miseria en la que vive una población que habita una de las tierras más ricas  del mundo (petróleo, uranio, diamantes, maderas...). Y nos ha contado lo que están haciendo en Bangassou, de donde es obispo (una extensión equivalente a la mitad de Andalucía, sin carreteras, donde hacen falta tres días para atravesarla en coche). Ha hablado de educación, de salud, de brujería, de las ongs buenas y las que no lo son tanto, de disparates propios de un mundo que a veces se vuelve loco y pierde el norte, de los abusos del primer mundo, de la bondad de su gente, de la esperanza, de los 25 proyectos que tiene en marcha, de un puente con nueve arcos que han construido sin ingenieros y que no se cae, de un quirófano en mitad de la selva donde médicos voluntarios operan a destajo para salvar vidas. Y de la desnutrición, y de las abuelas que crian a sus nietos porque una generación entera se la ha llevado el sida. Y de la leche en polvo que cada sábado reparten a las madres seropositivas para que se la den a sus niños y asi crezcan sanos, y a las abuelas que tienen el pecho seco y sólo lo pueden utilizar para engañar el hambre de sus nietos. Juanjo ha ido desgranando con paz y serenidad, pero con una palabra firme, todas y cada una de las heridas que supuran en el país donde lleva 32 años viviendo (14 de ellos como obispo).

Kony

Y nos ha explicado que ayer estuvo en el Congreso hablando de la dura situación de la mujer en África... y de Joseph Kony. Y que después de atendernos a nosotros se iba al Senado a hablar de la cooperación internacional... y de Joseph Kony. Y que antes había estado en Roma hablando de su gente porque "yo soy la voz de mi pueblo", nos explicaba, "ellos no pueden venir aquí y tengo que hablar por ellos". Y en Roma, a un cardenal, le contó sus proyectos... y cómo Joseph Kony está destrozando a su pueblo desde hace cinco años.

Y monseñor Aguirre daba nombres y apellidos de niños y niñas secuestrados, violados, torturados, obligados a matar, huídos de la cárcel de la selva, de las largas caminatas de más de diez horas diarias cargados con treinta kilos de alimentos robados en la cabeza hasta llegar al campamento de los malditos guerrilleros. Y nos contaba, como ya lo hizo antes, dónde está exactamente Joseph Kony, y cuántos hombres tiene, y qué aspecto luce, y cómo sus hombres llegan a un pueblo y amontonan todo lo que van a robar en la plaza del mercado, y después cómo juegan con las mujeres violándolas, pasándoselas de uno a otro hasta que se cansan. Y finalmente las cordadas con los niños y niñas, con los adolescentes y jóvenes que secuestran indefinidamente para servirse de ellos en sus campamentos. Unos como niños soldado, otros como esclavos sexuales.

Aguirre y equipo vertical

Y mientras Juan José hablaba todos deseábamos que todas las televisiones del mundo estuvieran conectadas en directo allí, con nosotros, en ese preciso instante, con traducción simultánea para todos los países, con el fin de que nadie se quedara sin escuchar su testimonio, su palabra, su denuncia, el dolor de un pueblo saliendo por su boca, el sufrimiento de miles de seres humanos con los que este obispo cordobés de Centroáfrica comparte su vida.

Estamos deseando editar la entrevista. En cuanto la tengamos preparada os avisaremos. Mientras tanto, el eco de sus palabras seguirá golpeando nuestras sienes y zarandeando lo más profundo de nuestras almas.

 

Santiago Riesco   28.mar.2012 21:17    

La parroquia de la guerra

Consultorio parroquial

Esta mañana hemos grabado en la parroquia de San Luis Gonzaga, en Gonzagueville. Aquí se refugiaron durante la última guerra (hace menos de un año) más de 300 personas que dormían, comían y vivían en el interior del recinto.

Hoy la parroquia sigue abierta al barrio de Gonzagueville. En las habitaciones que ocupaba la comunidad de Carmelitas Descalzos hay hoy un pequeño dispensario en el que dos médicos y dos enfermeras atienden cada día a 30 personas que, en su mayoría, sufren malaria, fiebres tifoideas, diarreas e infecciones varias. También han abierto una pequeña farmacia y tienen una máquina para hacer ecografías a las embarazadas que se recalienta y sólo pueden usar un par de días a la semana con el fin de que no acabe quemándose.

En el patio del templo los estudiantes universitarios disponen de dos pizarras que utilizan para preparar trabajos en grupo porque en su casa no tienen luz, ni espacio, ni silencio. Durante nuestra grabación coincidía la celebración del viacrucis con la preparación de los exámenes de los jóvenes, las colas en la farmacia, los pacientes que iban a consulta y un nutrido grupo de jóvenes que utilizan la "biblionet", o sea, una sala de ordenadores con conexión a internet que les facilita la búsqueda de información para ampliar sus estudios. Esto sin contar con los ancianos que, a falta de centro comercial, acuden a la sombra de la parroquia a echar una siesta, a tomar el fresco o a pegar la hebra con el vecino. Sin duda, una parroquia completamente abierta, viva y comprometida con el entorno. Un auténtico oasis de vida en un barrio ajetreado, sin asfaltar, sin luz eléctrica, sin agua corriente y con todas las carencias propias de un lugar en el que viven los que menos tienen, especialmente los inmigrantes de otros países africanos y los propios marfileños que huyendo del conflicto recalaron en Gonzagueville.

Por la tarde hemos compartido tiempo, grabación y bromas con las mujeres marginadas, rechazadas y estigmatizadas por tener una enfermedad que no les impide hacer una vida normal. El SIDA sigue siendo en Costa de Marfil una especie de peste. Todas ellas han sido expulsadas de sus hogares por sus propias familias en cuanto han dicho que tenían el VIH. El miedo provocado por la ignorancia las convertía en chivos expiatorios causantes de todas las desgracias. La ong "Le Carmel" coordina un proyecto integral de residencia, atención sanitaria y, sobre todo, social y laboral, con el objeto de que las mujeres recuperen la dignidad perdida, vuelvan a ser ellas mismas y afronten la vida mirando el futuro a los ojos. Además, en SICAR (que así se llama el proyecto), las educadoras se ponen en contacto con el entorno familiar de las mujeres para explicarles que el SIDA es sólo una enfermedad que, medicada, no impide llevar una vida normal. Poco a poco van consiguiendo éxitos. Las mujeres, ciertamente, recuperan la vida, resucitan, aunque estemos en Cuaresma y en la parroquia se mezcle el viacrucis con los enfermos del ambulatorio parroquial, el locutorio de internet, la farmacia y los estudiantes que preparan sus exámenes pensando en un futuro mejor para ellos y para los que menos suerte tienen.

 

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Santiago Riesco   16.mar.2012 23:02    

Primer día en Abidjan

Nueva imagenHoy, a la 01:55 de la madrugada, llegábamos al aeropuerto de Abidjan vía Casablanca. La ciudad más importante de Costa de Marfil (la capital está en Yomousoukro) que ya ha llegado a los seis millones de habitantes.  Nos esperaba en la calurosa madrugada, a 32° y con una humedad en torno al 80 por ciento, el misionero español Maximiliano Herráiz. Un manchego de 75 años que está al frente de una importante obra social en Gonzagueville, uno de los últimos barrios surgidos en esta gigantesca urbe africana.

A las cuatro de la mañana nos metíamos en la cama con los primeros cantos del gallo. Poco después se sumaban los cánticos de los almuhédanos desde las mezquitas. Rendidos nos levantamos para cumplir con los últimos trámites burocráticos en el centro de la ciudad. Una horita larga de atasco para recorrer los 15 kilometros que nos separan del centro hasta alcanzar la Casa de los Periodistas donde nos recibióel secretario general. Todo amabilidad y facilidades. Se han encargado de tramitarnos en el Ministerio correspondiente los permisos necesarios para grabar sin que los cientos, miles, de militares gubernamentales (que hasta hace menos de un año eran la guerrilla) y los cientos, miles, de cascos azules de la ONU unidos a los cientos, miles, de militares franceses, nos permitan hacer algunos planos de las calles y el ambiente en la ciudad de la inmensa laguna, en el Manhattan africano, en el principal puerto marítimo del Oeste del continente.

Otra hora y media de atasco, un buen arroz con pescado, agua fresca y café bien negro para comenzar con la tarea. A las cuatro y media estábamos en la guardería de los padres carmelitas para 120 niños y niñas del barrio. Luego la escuela de Primaria Santa Teresita con 630 alumnos y el primer premio nacional de educación a pesar de que solo lleva nueve años funcionando. Rematamos con planos del barrio en el anochecer.

El teclado de este ordenador desde el que escribo es insufrible. A ver si para mañana conseguimos solucionarlo. Y lo de las fotos igual. Vamos a visionar y contar batallitas. Aquí es noche cerrada. Son las 21:05, una hora más en España y demasiado tarde para un barrio sin agua corriente, con muertos por enganchar la luz ilegalmente, y con un 30 por ciento de población inmigrante.

Mañana sera otro día. Tenemos orfanato y dispensario de salud. Ojalá podamos subir alguna foto.

Seguimos trabajando.

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Santiago Riesco   15.mar.2012 22:12    

¿Dónde está Kony? El obispo lo sabe

Monseñor juan jose aguirre

Juan José Aguirre es misionero comboniano y obispo de Bangassou, en la República Centroafricana. No es noticia en los grandes medios de comunicación, sencillamente, porque el país en el que desarrolla su tarea pastoral y social ni siquiera existe para la cuestionada ong que ha realizado la mayor campaña publicitaria en internet de todos los tiempos: "Kony 2012". 

El famoso vídeo de Joseph Kony  muestra la zozobra de los niños de Uganda (que ya contamos hace años en Pueblo de Dios) y apela a la sensibilidad de los internautas. En cinco días lo han visto 52 millones de personas en YouTube, ha recibido el apoyo de 50.000 personas en Facebook y ha sido "trending topic" mundial en Twitter

Pues bien, monseñor Aguirre, a quien entrevistaremos el próximo 28 de marzo, ha contado a los compañeros de ReligionDigital dónde está Kony:

 "Hoy Joseph Kony está en los alrededores de una población llamada Djemah, a 120 Km al norte de Obo, al este de Centroáfrica".

Los de Pueblo de Dios estuvimos hace unos meses en el país centroafricano para grabar el trabajo de los misioneros combonianos. Allí nos contaron que, según el último informe de Amnistía Internacional, operan 17 grupos armados, entre ellos el hoy conocido LRA (Ejército de Resistencia del Señor, en sus siglas inglesas). El obispo Aguirre explica con detalle el recorrido de este grupo de terroristas y genocidas:

"Kony huyó de Uganda hace más de 15 años, se fue a Sur Sudán de donde lo echaron y se fue con sus tropas a la selva de Garamba, en el Congo. Hace cinco años, atacado por helicópteros de varios países, huyó al este de Centroáfrica, donde yo vivo desde hace 32 años. Su llegada fue terrible para ese pueblo. Pequeñas poblaciones como Obo, Zemio, Mboki, Nzacko, Agoumar, etc. fueron saqueadas, su población agredida y vapuleada, fueron robados de todo, asesinaron a quien quisieron y violaron en serie a quien desearon, torturaron y saquearon a voluntad y así llevan haciendo desde hace años. Yo vivo allí cada día y he contado cada lágrima de ese pueblo y los he animado a no perder la esperanza. Sobre todo a tantas familias que han visto como sus hijos e hijas han sido secuestrados y llevados por la fuerza a la selva para ser adoctrinados o para convertirse en esclavas sexuales".  

En cuanto a la polémica que ha levantado el vídeo "Kony 2012", el obispo cordobés de Bangassou lo tiene muy claro:

"El video de la ong 'Invisible Children' enfoca un personaje y aunque se le tache de paternalista, es mejor que nada. Cualquier cosa es buena para parar este genocidio silencioso. Ahora haría falta que alguien ayudara a al gobierno Centroafricano para que con ejército fuera capaz de entrar en la selva antes de las grandes lluvias del mes de abril y acabar con esta historia dramática. Desde hace varios años he escrito artículos en diferentes publicaciones e incluso el Senado español se hizo eco. Pero todo quedó igual. Sólo ahora el monstruo se despierta, quiera Dios, que sea para dar su último coletazo y desaparecer para siempre."  

 Nuestro programa ya ha emitido dos reportajes sobre la realidad de uno de los países más desconocidos del planeta, la República Centroafricana en cuyas selvas se esconde el criminal de guerra más buscado por la Corte Penal Internacional. En uno de ellos abordamos la dura e increíble situación de esclavitud en la que vive la etnia pigmeo-áka en pleno siglo XXI. En el segundo hemos mostrado la dura realidad de las minas de diamantes en uno de los países más pobres del mundo.

 

 


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Santiago Riesco   12.mar.2012 16:03    

Obispo de Tánger: "¡Basta ya!"

Inmigrantes melilla

La noticia es del 2 de marzo de 2012: "La Guardia Civil rescató dos cadáveres a cien metros de la bocana del puerto comercial de Melilla. Presumiblemente se trate de dos inmigrantes irregulares... El delegado del Gobierno lamentó tremendamente lo sucedido y aprovechó para condenar una vez más las terribles consecuencias que se derivan de la inmigración irregular".

¡Basta ya!

Basta ya de llamar irregulares a los que nosotros hemos empobrecido, explotado, y desangrado.

Basta ya de hacerlos culpables de su desgracia, de su pobreza y de su muerte.

Basta ya de gastar una pasta en recoger cadáveres y otra en producirlos.

Basta ya de reclamar para nosotros, los ricos, derechos que se pagan con la sangre de los pobres.

Basta ya con la hipocresía de colocar fuera de la regla a los hambrientos para poder llamarlos irregulares. Su hambre es regular, porque es de cada día, sus esperanzas también, su lucha también, su sufrimiento también, su muerte también. Si todo eso es en ellos regular, ¿por qué los llamamos irregulares?

El día en que murieron esos dos jóvenes, unos padres quedaron sin hijo, unos hermanos sin hermano, amigos sin un amigo, puede que hijos sin padre. Ese día no murieron dos ‘irregulares' sino dos hombres, dos mundos, dos universos.

Aquí se está traicionando a los pobres. Aquí alguien está traicionando a la humanidad. ¡Basta ya!

+ Fr. Santiago Agrelo
Arzobispo de Tánger

 

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Pueblo de Dios    6.mar.2012 13:02    

Angola: los heridos, las mujeres y los niños, primero

AlbinoAcabamos de llegar de Angola. Seis años más tarde de intentarlo por primera vez, por fin lo conseguimos. Mejor dicho, los amigos de la ong Manos Unidas lo hicieron posible: visados, papeleos, escritos múltiples, logística compleja…
Angola vive un tiempo único, una oportunidad que, me temo, va a perder. Me explico. Hace casi diez años acabó una interminable guerra civil que duró 27 años, desangró el país y lo dejó agonizando. Ahora es el tiempo de la reconstrucción, animada por las ingentes cantidades de dinero que llegan a las arcas del Estado gracias al petróleo. La oportunidad que tienen entre sus manos es la de que esta riqueza se gestione bien, se hagan planes de desarrollo racionales y los angoleños comiencen a abandonar la pobreza brutal en la que están metidos. ¿Es utópico pensar así? Quizás. Es verdad que el tiempo de los africanos se mide de otra manera y la democracia angoleña lo es sólo de boquilla. Lo que sí es muy veloz es la corrupción que se instala entre los gestores de la cosa pública. Esa lección se la enseñan muy bien los directivos de las multinacionales europeas, americanas y chinas.
SombrasLos de Pueblo de Dios, una vez más, hemos tenido la oportunidad de grabar unos reportajes gracias a unos misioneros que destilan humanidad por todos sus poros. En Balombo y Cubal, estuvimos con religiosas españolas empeñadas en salvar las vidas de los angoleños. En Kibala, las misioneras, además de tener un centro de salud, han puesto en marcha un colegio que es un ejemplo de buen hacer en medio de un país donde la mitad de los niños aún no van a la escuela…entre otras cosas porque no existen, no están en el Registro Civil.
Finalmente, en la caótica Luanda, comprobamos cómo las misioneras están luchando por crear espacios de formación para la mujer que, como en toda África, es la base de la familia, de la sociedad, de la economía y de casi todo.
Todos en CubalVolvimos con las maletas cargadas de sensaciones y experiencias de todo tipo. Fue muy duro ver los gemidos de una madre a las puertas del hospital de Kibala mientras su pequeño agonizaba dentro o encontrarnos con Antonio, un niño de un año y medio, famélico y que luchaba por la vida con una fuerza asombrosa. También disfrutamos de la hospitalidad y la acogida de unas misioneras y de un pueblo que está harto de guerra, que quiere vivir en paz y que cuenta con la compañía de los protagonistas de nuestros reportajes. Próximamente en vuestras pantallas.

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Ricardo Olmedo   17.oct.2011 10:44    

Angola: la lucha por la vida

IMG_2674 Por fin estamos en Angola. Los de Pueblo de Dios hemos tardado mucho tiempo en llegar aquí. Demasiado tiempo. En 2005 quisimos venir para conocer el trabajo de las Hijas de la Caridad. La cercanía del fin de la guerra lo impidió. La gente de Angola empalmó la guerra de la independencia frente a Portugal con una interminable guerra civil donde este país puso los muertos y las potencias extranjeras pusieron armas y dinero para alimentar aquella barbarie durante décadas. Ahora escribo desde Balombo, en el interior del país, al que por fin llegamos gracias a los amigos de la ong Manos Unidas que está financiando buenísimos proyectos de salud, educación y desarrollo en esta nación que intenta levantar cabeza casi una década después de que acabase aquella maldita guerra.

Hoy, con el alba, hemos salido a Pinto, una aldea de las cuarenta que visita María José Valero, una misionera que todos los lunes, miércoles y viernes emprende la odisea africana de meterse por estos caminos de espanto para llegar a los poblados. Allí monta su consulta con la ayuda de varios enfermeros y durante toda la jornada atiende a decenas de pacientes. Hoy han sido casi dos centenares de personas entre menores y adultos. Asombroso y agotador, sobre todo para esta mujer de hierro, que parece no cansarse; y de carne y hueso que se emociona cuando me cuenta las vidas que salva y las que no puede salvar porque esto es África.

Esa débil frontera entre la vida y la muerte la  palpamos ayer en la UCI de pediatría del hospital de Balombo. Otra misionera y médico, Begona de Couto, se pasa la vida entre las cunas de la UCI, muy mejorada de medios gracias a Manos Unidas. A ella se le ilumina el alma cuando habla con tanta pasión de su servicio de pediatría. La misionera vive entre malarias cerebrales, meningitis y otras patologías gravísimas. Ella lucha por la vida de esos chiquitines y anima a su equipo de enfermeros a seguir haciéndolo. Una vez más, los de Pueblo de Dios somos testigos de estas aventuras repletas de humanidad. Tardamos en llegar a Angola. Pero mereció la pena.

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Ricardo Olmedo    7.oct.2011 20:15    

Pueblo de Dios

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Los de PUEBLO DE DIOS no somos los de la misa. El programa es uno de los más veteranos de la casa. Llevamos en la parrilla desde octubre de 1982. Ahora podéis vernos los domingos a las 11:30, justo después de “El día del Señor” (la misa); y desde marzo de 2010 también salimos los miércoles a las 11:00, también en La 2.
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