Solidaridad y respeto por bandera
Esta semana, con motivo de los 30 años de Pueblo de Dios, dos miembros de su equipo estuvieron compartiendo una charla-coloquio con los alumnos de Comunicación de la Universidad Carlos III de Madrid. A petición del programa, uno de ellos, Santy Torres, ha elaborado la siguiente crónica sobre el acto.
Pueblo de Dios lleva treinta años apostando por reportajes de carácter social con el único fin de ‘abrir los ojos’ al mundo. Su misión es desvelar la cara más oculta de una triste realidad que está mucho más cerca de lo que muchos piensan. Sin embargo, el equipo de este programa no sólo mira las desigualdades del presente, sino también a las tendencias futuras. Por ello, y para asegurar que estos temas sigan encontrando un hueco en la sociedad, dos de sus redactores se trasladaron el pasado lunes 26 de noviembre a la Universidad Carlos III de Madrid. El objetivo era simple: dar a conocer a los estudiantes de comunicación la importancia del periodismo social en las generaciones venideras.
Santiago Riesco y Ricardo Olmedo centraron su coloquio-exposición en subrayar la primacía de “respetar a las personas que viven una injusticia”. Ambos mostraron su rechazo a esas prácticas televisivas que buscan el morbo y la creación de un mero espectáculo. No existe ninguna piedra angular que rija el comportamiento de un periodista a la hora de afrontar un reportaje ‘humanamente’ delicado, lo que sí está claro, es que nunca hay que olvidar que se habla de personas y no de cosas.
“Dar voz a estas personas y abrirles luz y esperanza es crucial” apostillaba Riesco. La principal ventaja con la que cuenta el equipo de Pueblo de Dios es su conocimiento del terreno, acompañados frecuentemente por un habitante de la zona que van a visitar. Este ‘guía’ conoce el lugar, y sobre todo, a sus gentes. La confianza ganada permite a estos reporteros superar todas las barreras y descubrir las verdaderas injusticias sociales que se esconden en todos los rincones del ancho mundo.
Asimismo, aunque definidos como “no somos los de la misa”, remarcan la importancia del hecho religioso en todos los viajes en los que se embarcan. “Sólo hay que excavar un poco para darse cuenta de que el sustrato religioso persiste en la sociedad, por ello, debemos conocerlo” aseguraba Olmedo. Tanto él como su compañero matizaron que su misión no es exaltar la Iglesia, sino relatar objetivamente las buenas labores que se encuentran en sus dispares destinos. Además, matizan que muchos de los problemas actuales tienen su origen en discrepancias religiosas, motivo por el cual cada vez nacen más periodistas formados en esta materia.
No importa si hablamos de Tailandia, Costa de Marfil, El Salvador o la cercana Huéneja (Granada). Lo único relevante es que Pueblo de Dios colabora con su ‘granito’ de arena a ayudar a estas realidades tan desconocidas. Permitir que el planeta se mire en un espejo y vea las penurias que esconde puede ser una medicina dolorosa, pero a la larga, ojalá, sea eficaz.
Santy Torres (@santytp)