Instituto Magníficat: música para la paz
"El Instituto Magníficat es un sueño hecho realidad". Y lo dice con una sonrisa de felicidad que no le cabe en el cuerpo. La directora Hania Soudah Sabbara participa de este proyecto "desde mucho antes del principio". Aunque fue en 1995 cuando la Custodia Franciscana de Tierra Santa le dio carta de identidad, Hania formaba parte del coro que animaba las celebraciones litúrgicas en el Santo Sepulcro.
El Magníficat es otro milagro de los franciscanos en Jerusalén. Aquí estudian 200 jóvenes judíos, cristianos y musulmanes. Israelíes y palestinos. Juntos. Y no solo aprenden a solfear, no sólo se ejercitan con los instrumentos musicales, o con la voz. Aquí comprueban, conviviendo, compartiendo atril, ritmos, compases, allegros y silencios que la música es un lenguaje universal. Que no conoce de lenguas, de creencias, de muros ni fronteras. Y nosotros lo hemos grabado. Hemos tenido la suerte de poder asistir a las clases individualizadas que reciben los niños en el Magníficat. Y nos hemos encontrado con el maestro Roberto Canetti, director de orquesta e hijo de un músico y pintor español. Con él hemos podido asistir a los ensayos de cuerda de la orquesta infantil. Y nos hemos sorprendido con el altísimo nivel y la capacidad de transmitir emociones que tienen los niños y jóvenes del Magníficat.
El viernes se anunciaba un día agitado en la ciudad. Día santo para los musulmanes que están ofendidos porque se les ha limitado el acceso a la mezquita de Al Aqsa, el tercer lugar sagrado mas importante para ellos. Apenas si hemos oído un par de helicópteros y hemos visto algo más de presencia policial. Lo que no ha pasadao desapercibido ha sido la maravillosa interpretación de distintas piezas clásicas por los niños y jóvenes del Magníficat que nos han transportado a un mundo de paz, de armonía, de fraternidad universal.
Lo mejor será que les escuchéis. Y que les veais. Será pronto. Os avisaremos.