La rebelión de Faten por Yemen
viernes 2.sep.2016 por Santiago Barnuevo 2 Comentarios
Faten es una mujer yemení a la que más o menos las cosas le iban bien hasta marzo de 2015. Tuvo la oportunidad de estudiar y tenía un buen trabajo. De repente, se convirtió en testigo de cómo su país se lanzaba de cabeza por el precipicio. Y una amiga suya, Eva Erill, empezó desde España a pensar en qué podía hacer para ayudar al país que pudo disfrutar cuando era un país difícil, pero sin guerra.
Cuenta que en un arrebato creó Solidarios sin fronteras para enviar ayuda. Le preguntó a Faten que buscara una organización local con la que poder trabajar. Y dijo que ella misma se iba a encargar. Obviamente, su ayuda no va a salvar a su país pero para esta joven yemení supone su particular acto de rebeldía cívica ante lo que ve como el asesinato masivo de su pueblo. Eva busca y consigue fondos desde Barcelona, y Faten busca y compra comida, agua o combustible que reparte luego entre las familias que peor lo pasan. Son miles los que han perdido todo y no tienen nada.
Porque la tozuda realidad es que Yemen vive desde hace más de año y medio una guerra que ha matado al menos a 10.000 personas. Pero no es un conflicto prioritario más que nada porque no vemos por ninguna parte a los 2 millones de personas que han tenido que huir de sus casas. Es un conflicto realmente crudo, donde la población está en medio de dos grandes actores regionales.
Por un lado está Irán, que apoya a los huthíes chiíes del norte que obligaron en marzo de 2015 al Gobierno de Abd Rabbuh Mansour Hadi a huir hacia la costa. Por otro lado, está la coalición liderada por Arabia Saudí y las monarquías del Golfo Pérsico (Qatar, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait), que quieren evitar a toda costa que Teherán incremente su influencia. Lo hacen con el apoyo más o menos explícito –según el día- de Estados Unidos.
A la familia Saud no le hace ninguna gracia pensar en un Yemen que no pueda dominar. Un país que muchos han calificado como un Estado fallido ya que Al Qaeda domina desde hace años una parte importante de su territorio.
Utiliza bombas de racimo sobre la población, según denunciaba esta semana la organización Landmine & Cluster Munition Coalition, una coalición contra el uso de este armamento. También ha sido el motivo que ha proporcionado uno de los momentos más patéticos de la historia de las Naciones Unidas. Cuando su secretario general, Ban Ki Moon, se atrevió a incluir a esta coalición en la lista de las organización que atentan contra la infancia en las guerras. Tuvo que recular y reconoció públicamente haber tomado la decisión más difícil de su vida porque Riad amenazó con retirar la financiación de millones de dólares en ayudas a las agencias internacionales. Una prueba de hasta donde se puede llegar, y de quien manda realmente en la llamada comunidad internacional. Médicos sin fronteras ha denunciado además, numerosos ataques contra los centros en los que trabaja. Son sólo ejemplos de que Yemen se ha convertido en un gigantesco desastre que todos denuncian, pero que nadie con poder parece querer atender.
La guerra de Yemen además ha abierto la puerta del país a DAESH, un nuevo actor que ha cometido atentados sangrientos con decenas de muertos, el último hace tan sólo unos días se llevó la vida de 60 personas. Desde el estallido del conflicto han sido muchos y varios centenares de muertos en mezquitas o mercados. Siempre contra el pueblo yemení, sean chiíes o sunníes.
Este es un relato de los hechos seguramente muy simplificado, ya que todo lo que ocurre en Oriente Próximo siempre tiene más aristas de las que parece. Siempre hay algo más de lo obvio. Pero nos sirve para hablar de Faten, Eva y todos los que intentan que este desastre humano acabe algún día.
Eva Erill (Solidarios sin Fronteras) dijo
¿Qué decirte, Santiago?
Muchas gracias por permitirme dar voz a Yemen y explicar lo que desde Solidarios sin Fronteras, única ONG española con proyectos humanitarios en Yemen, estamos haciendo para ayudar a miles y miles de yemenies que lo han perdido todo.
Conocí a Faten en mi primer viaje a Yemen. Yo iba sola, como siempre en mis viajes, a mi aire, y estaba realmente impresionada por la bellesa de Yemen y la cálida acogida (y curiosidad, mucha curiosidad!) de los yemenies respecto a mi (ahora lo pienso y realmente, en muchos pueblos me decían que hacía años que no veían turistas, y una mujer rubia, sola, blanca, andando por ahí, les parecía increible). Todos me llevaban a sus casas, a tomar té, a mostrarme su pueblo...
Como digo, conocí a Faten una tarde, en la terraza de un hotel en Sana'a. Ella estaba con amigos celebrando un cumpleaños, y mi mirada curiosa les hizo gracia y me acabaron invitando a su mesa. Desde el primer instante ella y yo tuvimos eso que se llama "feeling".
Pero nadie podia saber que 3 años más tarde, nuestro destino se uniria para crear Solidarios sin Fronteras, pero eso fue lo que ocurrió.
Y a pesar del horror que vemos a diario en fotos, en artículos, en los whatsapp que ella nos envía desde allí, tengo claro que conocerla y crear Solidarios sin Fronteras es una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida.
Más de 5000 personas alimentadas, 2 tanques de agua de 4000 litros instalados en el campo de refugiados de Amran (al Norte de Yemen) ó 38 casas (para 296 personas) reconstruidas en la isla yemení de Socotra, lo demuestran.
Y queremos llegar a muchos, muchos, muchos más.
Porque somos un granito de arena en ese enorme mar del genocidio yemení, pero estamos salvando vidas, y eso vale por todas las noches sin dormir, los desvelos, las desesperaciones, los dolores de cabeza.
Si, Faten ama Yemen, y yo también, y mucha más gente lo haría si la guerra terminase y dejasen los prejuicios a un lado y saliesen a ver el mundo. Porque Yemen no solo es el país de la gente amable, también era uno de los más bellos que yo jamás he visto, y espero con el corazón, volverlo a ver.
Eva Erill
https://www.facebook.com/solidariosinfronteras/
claudia dijo
La guerra el invento humano que deja una estela de dolor y en cada corazon huellas de tristeza, no hay vencedores ni perdedores, simplemente oscuridad.
GRACIAS por las millones de personas que en el mundo con amor y verdadera dedicación son la voz, la luz y el abrazo fraterno en medio del abismo.