¿Es posible trabajar sin jefes? Autoorganización en red
viernes 11.jul.2014 por David Varona 0 Comentarios
Ahora que por fin venteamos la playa, es un buen momento para hacer una pregunta importante: ¿podemos trabajar sin jefes? ¿Somos capaces de organizarnos entre iguales para sacar adelante tareas y objetivos complejos sin coordinación jerárquica?
Voy a aprovechar que mi jefe no está ;) para plantear estos temas de orden cuasianarquista. O, mejor, voy a dejar que lo hagan las abejas.
La idea común sobre la abeja reina dice que es un bicho tiránico que decide qué se hace en cada momento en la colmena. Bueno, como ya hemos visto aquí en otras ocasiones, esta idea es falsa. La reina no decide nada, solo genera las feromonas (a modo de órdenes químicas) para que se haga la voluntad del pueblo. Es decir: es la colectividad la que decide cuándo se construyen nuevos panales, cuándo se genera un enjambre o cuándo se cambia de reina. La pobre abeja madre solo pone huevos y da esas órdenes que le impone la familia. Es una democracia un poco rara en la que tienen mucha importancia los 'influencers', pero una democracia al fin y al cabo.
Esto ya lo sabíamos los apicultores, pero ahora empezamos a saber más cosas. Gracias a un equipo de investigadores liderado por el entomólogo de la Universida de Illinois Gene Robinson, estamos aprendiendo más sobre cómo se organiza el trabajo de la colmena, cómo se toman las decisiones y cómo se desencadenan esos procesos sin necesidad de que un jefe dé la orden. Y esto es lo bueno: hay paralelismos entre la forma en que lo hacen las abejas y la forma en que nos organizamos los humanos sin jerarquías.
El equipo, que incluye a un ingeniero mecánico y a un psicólog, lleva adelante una investigación que se titula "Comunicación asíncrona, autoorganización y diferenciación en redes sociales de humanos y de insectos". Juntos, exploran los mecanismos que hacen que emerja la coordinación sin líderes en sociedades complejas.
En este vídeo presentan sus experimentos (lo de marcar las abejas con QR me alucina):
En los experimentos que llevan a cabo, analizan la forma en que los grupos de humanos coordinamos los esfuerzos para conseguir objetivos, incluso en situaciones complicadas, bajo presión o sin jefatura. Quieren saber cómo se decide quién hace qué cuando nadie está al mando, igual que pasa en las colmenas.
El trabajo de este equipo es muy prometedor. Habrá que estar atentos a sus conclusiones, porque, además, son importantes para el futuro de la apicultura. A mí me parece también muy relevante porque entronca con una de las partes que más me gustan de las redes sociales, la de su capacidad para activar el capital social y producir efectos y cambios en las personas, las sociedades e incluso las culturas.
De paso, entronca con todo ese mundo de la 'cultura crowd', que es realmente interesante y promisorio para la misma civilización. La organización del trabajo en red, por ejemplo, a través de mecanismos de organización colectiva horizontal, celulares, atomizados... Algo que cada vez es más frecuente en muchas empresas y, sobre todo, en movimientos de tipo político, vecinal... El 15M, sin duda, es un caso claro de trabajo distribuido en red. Y la computación está llena de ejemplos de trabajo en red, en nube y otras suertes de reparto equitativo de la carga.
Como saben bien los expertos en redes, esta forma colaborativa de organizar el trabajo permite detectar mejor las necesidades del entorno y dar respuesta a esas demandas de forma local, sin tener que movilizar toda la red. También tienen otras ventajas, como un mejor conocimiento de los recursos disponibles en el sistema, o la posibilidad de trabajar sin necesidad de estar en un mismo espacio. Aquí aparece también la comunicación asíncrona, junto a la síncrona, como mecanismo fundamentales para compartir información a diferentes niveles y tiempos. Las herramientas de redes sociales, como Google+ o Facebook, ofrecen grandes posibilidades en este sentido.
Pero, claro, también hay problemas en estos modelos. Los especialistas señalan que la falta de consenso puede llegar a ser paralizante. También hablan de la necesidad de liderazgo efectivo para agilizar los procesos. Y por aquí volvemos al motivo de este post: las abejas consiguen sacar adelante su trabajo con un liderazgo colectivo, sin una jerarquía coordinadora y/o directora. Hay que esperar a que Robinson y sus colegas nos expliquen a fondo cómo lo hacen. Seguramente aprenderemos mucho y mejoraremos. ¿Podremos, entonces, trabajar juntos y sin necesidad de jefes?
¡Buen verano!
PS: Al hilo de esto, es llamativo el crecimiento de los fenómenos de 'crowdfounding' en España. En 2013, las aportaciones a plataformas de este tipo se duplicaron, con 19 millones de euros de recaudación. Puede ser poco todavía, pero es el doble que en 2012 y señala un camino a seguir (si las autoridades no le cortan definitivamente las alas). Lo más interesate de todo es que España es el país de habla hispana con mayor cantidad de herramientas de crowfounding: más de 50 plataformas activas.