El verano de los cubos de hielo: Facebook y el exhibicionismo solidario
miércoles 27.ago.2014 por David Varona 0 Comentarios
Hace un par de días que el número de cubos de agua helada se ha reducido notablemente en mi muro de Facebook. Menos mal, porque ha habido días en que todo lo que veía era gente tirándose agua por encima para contribuir con las fundaciones que luchan contra la ELA, una enfermedad terrible y poco tratada por las farmacéuticas.
El ya célebre "Ice Bucket Challenge" es, sin duda, el fenómeno viral del verano. Yo diría también que es el fenómeno viral más potente que han dado las redes sociales en mucho tiempo. Hemos visto de todo y a todos: desde los famosos más famosos a gente humilde de cualquier parte del mundo, pasando por deportistas, cantantes, políticos... Yo, personalmente, me quedo con el gran Charlie Sheen, que tiene sus particular versión del reto:
Y después hay maravillosos vídeos de gente dándose trompadas al intentar echarse el agua, versiones de todo tipo, 'spin-off' con escombros de Gaza... Hasta en Radio Televisión Española se han sumado nuestros presentadores al fenómeno del momento.
Pero todo esto ya lo sabéis. Y es posible que estéis hartos de ver vídeos de cubos de agua, e incluso muchos habréis donado. Porque, sí, funciona: en Estados Unidos la ALS Association asegura que ha recibido 88,5 millones de dólares en donativos entre el 29 de julio y el 26 de agosto, mientras que en 2013 recibió 2,6 millones en el mismo periodo veraniego. Han registrado 1,9 millones de nuevos donantes y en la última semana han ingresado nada más y nada menos que 9 millones de dólares diarios. En España, la verdad, la cosa no es tan llamativa, pero sí que hay donaciones.
¿Cómo se consigue esto? Los mecanismos virales y de 'publificación' de las redes sociales tienen la respuesta. Leo en Mashable un primer análisis del tema (habrá tesis doctorales, seguro) que da algunas pistas interesantes. Entrevistan a Bob Cargill, un experto en social media que trabaja para Overdrive Interactive y que aporta una visión muy clara sobre el fenómeno. Señala que el éxito responde a la "naturaleza social" del reto: nacido en Facebook, expandido a través de sus poderosos mecanismos de propagación, impacta por igual en todos, de Bill Gates a mi prima. Y permite a todo el mundo responder a la llamada, al desafío, con los mismos medios: un sencillo vídeo (que puede estar en Facebook o en YouTube) y un cubo. Y, lo mejor, con la dimensión que ha tomado esto, el vídeo de cualquiera se puede volver viral.
Pero, además, Cargill da otra de las claves: "En la era del 'selfie', más cantidad de gente que nunca muestra con alegría su apoyo a una causa [...] especialmente si tiene algo que ganar en el proceso". Y, claro, aquí la ganancia está en la satisfacción que produce el aplauso general al gesto, en mostrar la solidaridad propia a todo el mundo, en demostrar que se es solidario. No es baladí la importancia de este exhibicionismo humanitario.
La fuerza de Facebook cierra el círculo virtuoso. Con tantos millones de usuarios, ¿quién escapa al reto del cubo? Si no te nominan, al menos quieres participar, donar y decirlo. O te ríes de los que lo hacen, pero donas para quedar bien. O promueves alternativas. O eres solidario de verdad y estás siempre en primera línea. Lo que sea, pero nadie puede escapar a ese torbellino de 'engagement' que es Facebook. Antes o después, lo ves. Y, por si fuera poco, se convierte en noticia y escapa a la red social, se cuela en los periódicos, en los telediarios...
Yo, por si acaso, ya he donado. ¿Y tú? ¡Es fácil!