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El periodismo ciudadano se hace mayor: YouTube Neswire y The Counted

He oído a muchos profesores de universidad decir que el periodismo ciudadano no existe. Que eso que hace la gente nunca será periodismo. Lo peor, lo más triste, es que se lo oigo decir a periodistas día sí y día también. Y no se dan cuenta de que lo que tienen que hacer es aprender la forma de aprovecharse de ese impulso de la  gente por comunicar.

Bueno, la realidad tiene una cualidad que me encanta: es tozuda. Paso a paso, desde los lejanísimos tiempos de Oh my News! hasta estos días de inflación en Periscope, el periodismo ciudadano ha ido avanzando, a su paso, sin prisas, con la tranquilidad de la tortuga que sabe que ganará la carrera a la vanidosa liebre.

Los que creemos que el periodismo no puede vivir de espaldas a la aportación del ciudadano estamos de enhorabuena esta semana. Descubro a través del tan recomedable Nieman Journalist Lab que se presentan dos espectaculares proyectos basados en la participación y en eso que llamamos UGC: contenido generado por el usuario.

Uno de ellos, muy interesante, se llama YouTube Newswire, y es un servicio creado a medias entre Google y Storyful, una empresa que se dedica a perseguir, verificar y agrupar aquello que está funcionando en las redes sociales.  Su valor añadido es la verificación: ellos detectan un contenido interesante en redes, se aseguran de que es real y está contrastado, y se lo ofrecen a los medios, que lo publican con total tranquilidad sin necesidad de invertir tiempo en hacer esa tarea de verificación y contraste. Son como una agencia de información segura procedente de las redes y evitan que los medios metamos la pata.

Ahora refuerzan la alianza que ya tenían con Google y Youtube y van un paso más allá. Juntos, lanzan este servicio denominado YouTubeNewswire. La idea es montar un canal de vídeos subidos por los usuarios a YouTube,  verificarlos y ofrecérselos a los medios de forma gratuita, garantizando que no van a publicar un 'fake'. Se trata, claro, de seleccionar vídeos con contenido relevante, no solo vídeos de gatitos.

La idea no es especialmente nueva, porque ya Facebook había montado Facebook Newswire, un servicio parecido. Pero que Google apueste tan decididamente por 'curar' contenido ciudadano y ofrecérselo, limpio de polvo y paja, a los medios, indica que el gigante apuesta por el periodismo ciudadano y lo considera una alternativa seria al periodismo más tradicional o convencional. 

 Más allá del propio servicio, se abre un horizonte de cambio: la aportación de los usuarios al trabajo de los medios es cada vez mayor, más valiosa y más diferenciadora. En RTVE.es hemos visto con claridad el interés que despierta un formato como Periscope: nuestros seguidores se han lanzado a consumir nuestras emisiones de Periscope en Eurovisión. Al mismo tiempo, se han puesto ellos a producir sus propias transmisiones: son auténticos prosumidores. La gente se da cuenta de lo fácil que es generar y emitir un contenido y, sin más, lo hace. Dejar pasar ese caudal de información original, diferente,  es un error: hay que tener la formación necesaria para encontrarla, analizarla y sacar provecho de ella. Herramientas como Storyful o este YouTube Newswire nos lo ponen más fácil.

Pero, mientras nos ayudan, también nos dan un toque de atención. Están diciéndonos "eh, grandes medios, dejad de miraros al ombligo y atentos a lo que hace la gente, que es bueno y, sobre todo, es buscado y consumido por el público". No atender a estas señales sería, simplemente, estúpido.

The Guardian: el valor de la comunidad

Otro ejemplo emocionante que acaba de lanzarse es el del diario británico The Guardian en su edición estadounidense. Se llama 'The Counted' y es un proyecto que propone recopilar todos los casos de personas muertas a manos de la policía en Estados Unidos, una información claramente hurtada por las autoridades.

Precisamente por ese oscurantismo, la tarea es ímproba. Y aquí es donde la gente, la comunidad y el periodismo ciudadano demuestran su fuerza. El equipo de The Guardian ha pedido colaboración y ha montado un grupo de trabajo que incluye reporteros, editores y expertos en participación para poner a la audiencia en el centro del proyeto. 

El éxito es rotundo: hasta hoy, han podido reunir ya 522 casos de personas matadas por la policía. Muchos de esos casos ni siquiera habían sido contados antes, o habían sido silenciados. Todos son verificados y publicados: por primera vez se pone cara a muchas de las víctimas de estos abusos de autoridad.

Pero en The Guardian no se quedan ahí: construyen en torno al proyecto una comunidad, una auténtica capa social que pone en contacto constante a periodistas y público, en una colaboración -más bien una conversación- que enriquece sin parar el trabajo de los profesionales con la aportación de los ¿amateurs?. Counted

El planteamiento es tan poderoso que entusiasma. Mary Hamilton, del equipo de The Counted, explica en Nieman Lab que quieren contactar con personas preocupadas por la violencia policial, no necesariamente preocupada por The Guardian(¡!). Por eso, saben que  tienen que ira a buscarla a donde está la gente, en las redes sociales. Por eso, construyen una potente presencia del proyecto en las redes, para que el público, sea o no afín al medio, pueda relacionarse con la idea, enriquecerla, expandirla y difundirla.

Buenos  tiempos para el periodismo ciudadano y, en definitiva, para la participación y la necesaria relación entre público y profesionales. Ojalá cunda el ejemplo.

 

 

 


 

 

David Varona   19.jun.2015 17:31    

Facebook ya es el periódico y quiere ser la televisión, la radio y todo lo que se te ocurra

Vaya semana que nos está dando Facebook. No hago más que leer noticias sobre la empresa de Mark Zuckerberg y sus productos. A la conferencia F8, el encuentro anual de desarrolladores, que se está celebrando en San Francisco, se suman varias noticias más sobre el proyecto de Facebook de alojar noticias de grandes medios dentro de sus páginas, algo que ya intentó en su día y que ahora vuelve con fueza.

La sensación que saco de tanta notica es que los periodistas y comentaristas que las escriben empiezan a describir a Facebook como una suerte de leviatán que se quiere comer todo lo que le rodea.
Bueno, yo también lo pienso. Pero no es algo de ahora: en estas mismas páginas comentamos hace ya tres años que Facebook, y las demás redes sociales, están invadiendo a gran velocidad el espacio de los cibermedios. (De hecho, he publicado un 'paper' al respecto).
Es más, ya en 2012  Facebook anunció que contrataba a un reputado periodista para trabajar en su proyecto de noticias y el propio Zuckerberg va por el mundo diciendo eso de "queremos ser tu periódico". 

Marck

Ahora están a punto de serlo. Alojarán noticias y contenidos completos de grandes medios, que seguramente ganarán en engagement con sus lectores, se llevarán algo de publicidad y, con un poco suerte, sumarán nuevos usuarios/lectores para sus cada vez menos visitadas webs. Y los cibermedios verán cómo su contenido es fagocitado por la red... ¿Se puede resistir a la fuerza de un sitio con 1.400 millones de usuarios?

Las noticias ya las da Facebook

Lo cierto es que Facebook ya es el periódico de muchísima gente, y pronto será su tele, su vídeo, su radio, su consola de juegos, su [...] Esta misma mañana, estaba siguiendo a través de Twitter la conferencia sobre social media que ha organizado la EBU en Londres y en la que participa mi compañero Agustín Alonso.

Nada más empezar a leer los tuits, me encontré con estos dos:

 

¿Hay que explicar algo más después de esto?  Yo creo que no, que la fuerza con la que Facebook y el resto de las redes sociales se apropian del negocio periodístico es irrefrenable. Aquí, el refranero: "si no puedes vencerlos, únete a ellos".

Pero, para los que todavía tengan dudas: un estudio reciente del American Press Institute y Asociated Press concluye que a la generación Millennial sí le interesan las noticias, pero no está dispuesta a pagar por ellas. 
Además, los jóvenes encuestados aseguran que no buscan noticias en las redes sociales, pero que una vez que se las encuentran, las consumen. El 88% por ciento confiesa hacerlo gracias a Facebook, pero también usan otras redes, con Pinterest o Tumblr como herramientas destacadas. Y solo para las noticias de mucho peso, las "hard news", conservan -por ahora- los medios el lugar de  primera opción.  
¿Es esto algo muy nuevo? Para nada: ya hablamos de ello en El Enjambre cuando el Pew Research Center analizó el consumo de noticias en redes sociales en 2013. La tendencia ya se veía clara entonces y lo único que hace ahora Facebook es trabajar para consolidarla y sacar provecho. La idea es clara: si la gente se ha acostumbrado a encontrar las noticias en Facebook, hagamos que Facebook sea el mejor lugar para ver noticias.

F8: un mapa del tesoro y del futuro

Tras los medios viene lo demás. En Facebook celebran estos días su convención de desarrolladores, el ya mítico encuentro F8 que es algo así como una revelación de lo que serán los próximos años. 
En esta ocasión han anunciado novedades que amplían el sentido de lo que venimos diciendo:

1 - Más y mejor vídeo. Como ya sabemos, Facebook amenaza seriamente la supremacía de YouTube en el mundo del vídeo. Ahora anuncian que sus vídeos, además de estar en autoplay, serán "embebibles", tendrán "pre-roll" publicitario, serán más fáciles de editar... Si a eso sumamos su mucho mejor dotación de herramientas sociales, la oferta de vídeo de Facebook puede ser imbatible. 
Una vez más, era un rumbo que se podía prever. Ya lo hicieron con las fotos: una conquista despiadada del contenido fotográfico, incluyendo la llamativa compra de Instagram. Ahora es el turno del vídeo, y yo apostaría por otro éxito.  (Hace unos días Nielsen ya alertaba sobre la huida de los americanos de la tele, pero solo de la tele, no de los contenidos de vídeo, cuya demanda crece sin parar).

2 - Messenger, como centro comercial. Que nos obligaran a descargar Messenger para leer los mensajes privados en el móvil no era un capricho. Ahora, Facebook explica que construirá sobre Messenger (con unos 700 millones de usuarios) un auténtico 'hub' comercial que permita a los usuarios establecer contacto con las marcas comerciales. Messenger se conectará con otras apps y servirá para compartir contenidos y todo tipo de transacciones comerciales entre ellas.

3 - El móvil manda. Después de lanzar Home hace un par de años, Facebook sigue avanzando en su conquista del smartphone. Se ha convertido en una de las pocas apps que están presentes en la inmensa mayoría de los dispositivos y cuenta con otras que no le van a la zaga, como WhatsApp o Instagram. No falta quien vea que en el futuro competirá directamente con iOs y Android como ecosistema móvil. Si Messenger (que quizá siga un camino de fusión con WhatsApp) se convierte en un estándar de comunicaciones entre usuarios y empresas, en un gran 'hub', puede hacer que el modelo móvil de Facebook sea el dominante en poco tiempo, distribuyendo sus propias apps en detrimento de las que promueven los grandes actores del sector.

4 - Hacia Internet de las cosas. Ese 'hub' que supone Messenger supone dotar de una conectividad nueva a muchos servicios, y va en la línea de conectar las cosas a Internet. O, mejor dicho, a Facebook. Esa es otra de las líneas mostradas en el F8: Facebook quiere ser un estándar de de conexión entre aparatos, redes sociales y nosotros, los usuarios. Es decir: si tienes una nevera conectada, te avisará a través de Messenger de que falta leche, y será a través de Messenger como te comunicarás con tu supermercado para que te envíe un pedido...

Y, un paso más allá, Zuckerberg no esconde su pasión por herramientas como Oculus Rift, el visor de realidad aumentada que es propiedad de Facebook. El dueño de la empresa explica que se podrán compartir en Facebook contenidos para ver con Oculus, como material audiovisual en 360º... Pero también juegos o cualquier otra experiencia que requiera realidad virtual. Para mí, la propia red social es susceptible de saltar a la realidad virtual. ¿Os imagináis lo que sería chatear a través de Messenger viendo a la otra persona en 3D con Oculus? 

Con todo esto, ya no me parece tremendista el titular de hoy en Buzz: "Facebook está comiéndose Internet".

 

Bonus track: os aconsejo vivamente leer el post de nuestro Laboratorio sobre las apps de móvil y sus amenazas a la intimidad.

David Varona   26.mar.2015 16:52    

¿Límites a los medios sociales? La libertad de expresión tras Charlie Hebdo

Parece que el brutal atentado contra la revista satírica francesa Charlie Hebdo va a traer consecuencias en el enjambre de las redes y los nuevos medios sociales.
Tras el pánico vivido en Francia y media Europa, las autoridades han puesto en marcha nuevas medidas de seguridad contra el terrorismo.  Entre ellas, algunas que afectan directamente a las comunicaciones a través de plataformas digitales y herramientas de mensajería privadas. 

El primero en tirar la piedra ha sido David Cameron. El premier británico ha propuesto que se prohiban las técnicas de encriptado de mensajes."¿Queremos permitir en nuestro país comunicaciones entre personas que no podamos leer?", ha dicho Cameron en una sorprendente pregunta retórica.

En la práctica, eliminar el encriptado de las comunicaciones supone hacerlas vulnerables y fáciles de escrutar, tanto por las autoridades como por cualquier otro que quiera hacerlo.  Supone, por ejemplo, acabar con lo que hace diferentes a Whatsapp o Snapchat, herramientas que se basan en la opacidad.

A Cameron ya le han respondido contundentemente en su país. En el Guardian, James Ball califica de "estúpida y económicamente destructiva" a la idea. "Busca titulares o no tiene ni idea", asegura el analista. Y no le falta razón, porque el cifrado de las comunicaciones es algo elemental a la hora de garantizar el derecho a la intimidad. Pero, además, es esencial para dar respaldo técnico al comercio electrónico, al alojamiento de datos en la nube, al correo electrónic, al televoto o a las redes sociales, por poner algunos ejemplos.

El éxito gigantesco de aplicaciones como WhatsApp o Telegram se basa en la confianza. Los usuarios confían en que lo que digan en esos espacios se quedará en la órbita privada que ellos determinen. 
El desplazamiento masivo de la conversación hacia estas plataformas no es nuevo. Arrancó ya en 2011, durante los disturbios de Londres. Entonces, y a diferencia de lo que había pasado en la Primavera Árabe y el 15M, los organizadores de las protestas utilizaron tecnologías más cerradas con las que comunicarse. Ya entonces, el Gobierno británico trató de que BlackBerry le diera acceso a los chats que estaban utilizando los usuarios para organizarse.
Desde aquellos días, se viene observando una clara especialización en el uso de las redes: hay unas para 'publificar' y otras para lo que la gente no quiere que sea visto. Esta idea la confirman los últimos estudios, como el muy reciente Social Media Update del Pew Research.

Por cierto, en España, el Gobierno y el PSOE se han puesto de acuerdo para intensificar la lucha contra la amenaza 'yihadista' y han pactado una reforma del Código Penal que endurece las penas y amplía algunos supuestos. Además, se pretende que, si se utiliza Internet para promover el radicalismo o el integrismo,  los jueces puedan prohibir el acceso a portales de internet o un "servicio de la sociedad de la información". No queda claro, todavía, si esa prohibición de acceso es 'ad hominem' o si supone el cierre de esos "servicios del a sociedad de la información". En todo caso, habrá que estar atentos al desarrollo de esta reforma legal.

¡Son medios de comunicación!

Cuando los gobiernos y los estados "aprietan" las tuercas de las libertades públicas, siempre hay quien dice "si no haces nada malo, no tienes nada que temer". Este silogismo justifica todo tipo de retrocesos en los derechos, algo especialmente lesivo cuando hablamos de la libertad de comunicaciones, que es uno de los pilares de nuestra sociedad.

Ya tenemos leyes para defendernos de posibles abusos de los medios de comunicación, y funcionan bien. Y hay leyes que protegen el correo, las conversaciones telefónicas... Solo un juez puede romper la privacidad de estas comunicaciones y solo un juez puede decir si un medio de comunicación comete un delito en el desarrollo de sus funciones.

En esta idea, tenemos que entender que una herramienta como Whatsapp, Snapchat o incluso Facebook es un medio de comunicación,  o puede serlo. Para un usuario, su Facebook opera como un 'micromedio', con el que informa a sus amigos de lo que le interesa, preocupa, indigna o divierte. Y, además, tiene apartados estrictamente privados, como el correo o el chat, o un grupo cerrado.

Si comprendemos que estas tecnologías son 'nanomedios' en manos de la gente, no cabe pensar en someterlas a otras leyes y regulaciones que las que ya afectan a los medios de comunicación. Aquellas que hablan sobre las injurias, las calumnias, etc. No hace falta regular más su parte pública y su parte privada es, eso, privada, inviolable.

Categorías: Actualidad , Redes Sociales

David Varona   14.ene.2015 17:22    

El verano de los cubos de hielo: Facebook y el exhibicionismo solidario

Hace un par de días que el número de cubos de agua helada se ha reducido notablemente en mi muro de Facebook. Menos mal, porque ha habido días en que todo lo que veía era gente tirándose agua por encima para contribuir con las fundaciones que luchan contra la ELA, una enfermedad terrible y poco tratada por las farmacéuticas.

El ya célebre "Ice Bucket Challenge" es, sin duda, el fenómeno viral del verano. Yo diría también que es el fenómeno viral más potente que han dado las redes sociales en mucho tiempo.  Hemos visto de todo y a todos: desde los famosos más famosos a gente humilde de cualquier parte del mundo, pasando por deportistas, cantantes, políticos... Yo, personalmente, me quedo con el gran Charlie Sheen, que tiene sus particular versión del reto:

 

Y después hay maravillosos vídeos de gente dándose trompadas al intentar echarse el agua, versiones de todo tipo, 'spin-off' con escombros de Gaza... Hasta en Radio Televisión Española se han sumado nuestros presentadores al fenómeno del momento.

Pero todo esto ya lo sabéis.  Y es posible que estéis hartos de ver vídeos de cubos de agua, e incluso muchos habréis donado. Porque, sí, funciona:  en Estados Unidos la ALS Association asegura que ha recibido 88,5 millones de dólares en donativos entre el 29 de julio y el 26 de agosto, mientras que en 2013 recibió 2,6 millones en el mismo periodo veraniego. Han registrado 1,9 millones de nuevos donantes y en la última semana han ingresado nada más y nada menos que 9 millones de dólares diarios. En España, la verdad, la cosa no es tan llamativa, pero sí que hay donaciones.

¿Cómo se consigue esto? Los mecanismos virales y de 'publificación' de las redes sociales tienen la respuesta. Leo en Mashable un primer análisis del tema (habrá tesis doctorales, seguro)  que da algunas pistas interesantes. Entrevistan a Bob Cargill, un experto en social media que trabaja para Overdrive Interactive y que aporta una visión muy clara sobre el fenómeno. Señala que el éxito responde a la "naturaleza social" del reto: nacido en Facebook, expandido a través de sus poderosos mecanismos de propagación, impacta por igual en todos, de Bill Gates a mi prima. Y permite a todo el mundo responder a la llamada, al desafío, con los mismos medios: un sencillo vídeo (que puede estar en Facebook o en YouTube) y un cubo. Y, lo mejor, con la dimensión que ha tomado esto, el vídeo de cualquiera se puede volver viral.

Pero, además, Cargill da otra de las claves: "En la era del 'selfie', más cantidad de gente que nunca muestra con alegría su apoyo a una causa [...] especialmente si tiene algo que ganar en el proceso". Y, claro, aquí la ganancia está en la satisfacción que produce el aplauso general al gesto, en mostrar la solidaridad propia a todo el mundo, en demostrar que se es solidario.  No es baladí la importancia de este exhibicionismo humanitario.

La fuerza de Facebook cierra el círculo virtuoso. Con tantos millones de usuarios, ¿quién escapa al reto del cubo? Si no te nominan, al menos quieres participar, donar y decirlo. O te ríes de los que lo hacen, pero donas para quedar bien. O promueves alternativas. O eres solidario de verdad y estás siempre en primera línea. Lo que sea, pero nadie puede escapar a ese torbellino de 'engagement' que es Facebook. Antes o después, lo ves. Y, por si fuera poco, se convierte en noticia y escapa a la red social, se cuela en los periódicos, en los telediarios...

Yo, por si acaso, ya he donado. ¿Y  tú? ¡Es fácil!

Pago_Ela

 

 

 

 

Categorías: Actualidad , Redes Sociales

David Varona   27.ago.2014 17:34    

Agregadores, inteligencia colectiva y robots. El futuro vs los editores de papel periódico

Las abejas, esos pequeños bichos, son responsables de que llegue a nuestros platos un 70% de la comida que comemos. Se encargan de polinizar las plantas que, sin ellas, no darían frutos. Los agricultores, deseosos de ese servicio, pagan a los apicultores por llevar colmenas a sus plantaciones.
Parece normal, ¿verdad? Las colmenas dan un servicio imprescindible, porque sin ellas, la producción de las plantas caería estrepitosamente. A cambio,  el apicultor produce miel y polen.

Bueno, en el mundo de Internet hay unas abejas polinizadoras que se llaman agregadores de noticias. Son, sobre todo, Google News, pero también Meneame, Digg y, en otra medida, las redes sociales.
Como sabéis, en España se está poniendo en marcha una ley para que estos agregadores paguen una tasa a los los editores de periódicos. Es decir, los apicultores pagarán por poner las colmenas en las plantaciones.

A mí siempre me ha parecido un debate absurdo. Cualquiera que vea una estadística y se dé cuenta del inmenso volumen de tráfico que estas páginas agregadoras envían a los medios de comunicación lo entiende rápido: los editores deberían rezar para que Google News no les cobre.

Para demostrar que esto es así, en Menéame han hecho un experimento. Bueno, no los chicos de Meneame, sino su comunidad, una activa, influyente y exigente comunidad de usuarios que comparten, valoran y comentan noticias.

Lo que han hecho los usuarios de Menéame es promover un boicot y dejar de menear noticias de los grandes medios de comunicación que se integran en la patronal de editores. Los resultados saltan a la vista y el tráfico de estas páginas cae de forma notable sin Menéame.

Para ilustrarlo: en un mes, las visitas desde Meneame a las webs de los grandes medios de la Asociación de Editores han caído de 1,7 millones al mes a solo 17.500. Es decir, una bajada del 99%. ¿Imagináis qué pasaría si el boicot, en vez de Menéame, lo hace Google? Exacto: nadie visitaría esas webs.

Esto, por si solo, ya prueba la importancia de estas empresas de agregación de contenidos. Pero, además, prueba lo importante que es el filtro social, la recomendación, para generar tráfico y audiencias de calidad.
Las multitudes organizadas a través de los medios sociales son un poder enorme para organizar la información, darle relevancia, descartar lo que no tiene interés y dirigir el interés del público. Vamos, los "influencers" de toda la vida y la vieja  y muy viva teoría de los "Two steps".

Negarse a ver esto es no querer comprender cómo ha cambiado la sociedad. ¿Alguien se imagina a los editores de enciclopedias exigiendo un canon a Wikipedia? No: han comprendido que el trabajo colectivo, el saber distribuido y organizado, es mucho más potente que un equipo de autores encerrados en una redacción. Incluso Diderot se habría dado cuenta de esto si alguien se lo hubiera explicado.

El futuro de los medios de comunicación, como el de las enciclopedias, los discos o los vídeos, cada vez tiene menos que ver con los modelos que hemos conocido. El cambio va tan acelerado que se lleva por delante las estructuras industriales, pero eso al público le da igual: impone su ley.

Hoy leo con una mezcla de ilusión y asombro una noticia que dice que un periódico de Los Ángeles publicó hace unos días una noticia sobre un terremoto apenas tres minutos después de producirse. ¿Cómo lo hicieron? Con un robot. Mientras los redactores andaban debajo de las mesas pesando si el edificio se caería, un algoritmo tomó los datos del centro de información sísmica y publicó una en la web noticia perfectamente válida. Ningún ser humano escribió nada, sino que lo hizo todo una máquina.

Antes de que los neoluditas y los defensores del periodismo mesiánico se me tiren al cuello, debo señalar que no creo que un robot sirva para escribir todo tipo de información. Que tardarán mucho tiempo en darle un Pulitzer a un algoritmo.

Pero sí creo que un robot, o una máquina de este tipo, pueden descargar a una redacción de infinidad de tareas de "picapedrero": información sobre tráfico, sobre el tiempo, sobre la bolsa... Incluso pueden lanzar la noticia (breaking news) con el resultado de un partido y los cuatro datos básicos, mientras los periodistas dedican su tiempo a cosas más interesantes, como hacer una crónica más profunda, una galería de fotos o un vídeo. Bueno, esto ya se ha probado, la verdad, y funciona bien. De hecho, la empresa Narrative Science ya lo demostró en 2011.

Robot-periodista-experimento

En el futuro (es decir, mañana mismo), el proceso de las noticias será otro. Y, por tanto, el papel del periodista debe repensarse en ese contexto. Por ejemplo, cada vez habrá más periodistas dedicados a filtrar el contenido de las redes sociales, a decirnos qué es lo interesante de ese río de información útil y trivialidades que es  Twitter.

Y habrá robots escribiendo noticias, sin duda. Y habrá una comunidad de usuarios que recibirá esas noticias, las valorará, las etiquetará, las completará con datos, aportará el valor de la capa social y las volverá  a poner en circulación.  (Aquí, mi compañero y amigo Luís Pinheiro diría que "alguien pondría por encima una capita de RDF" para hacer de esa noticia una pieza de contenido con sentido semántico y, por tanto, enlazable en un entorno de linked data). Pienso que el resultado final será mejor que ahora. ¿No creéis?

Hay quien no se quiere dar cuenta de esto. Avestruces vs abejas.

 

 

David Varona   19.mar.2014 13:05    

Informarse en Facebook, ¿buscar o encontrar noticias?

Leo un artículo del Pew Research Center que dice que solo un 4 por ciento de los estadounidenses entra a Facebook con la búsqueda de noticias como prioridad. Otro 16 por ciento señala que "informarse es una razón importante para entrar a Facebook".

A los investigadores que han hecho el trabajo les parece muy poco...  Claro, ¿qué esperaban?

Facebook es un lugar donde estar, donde compartir tiempo con otras personas. Y ese es, sobre todo, su gran interés: quedarse con la mayor parte de nuestro tiempo. Y su principal atractivo para lograrlo siguen siendo los amigos: la gente entra a Facebook porque allí están sus amigos, sus conocidos, sus familiares... Y esta gente habla de cosas cercanas: de sus problemas, de sus viajes, de sus hobbies y, a veces, de las noticias que les llaman la atención, emocionan, indignan o alegran.

La gente no entra a Facebook para ver qué noticias se han producido últimamente. ¿Alguien lo hace? Lo dudo mucho. Me parece mucho ese 4 por ciento del que hablan los investigadores del Pew Research Center es incluso optimista. 

Sin embargo, más de 1.100 millones de personas utilizan Facebook en el mundo, y casi 600 millones lo utilizamos cada día. Es decir: la exposición es altísima, mayor que la que ningún otro medio pueda soñar. 

Y es de esa exposición de lo que tenemos que vivir los que "vendemos noticias" en Facebook. Los medios tenemos que dejarnos ver en ese ecosistema con nuestra mercancía y espera a que la gente la "compre". Según este informe que comento, un 64 por ciento de los usuarios asegura que "algunas veces pincha en los enlaces de noticias".  Con tanta gente, ese "algunas veces" son muchas veces y aporta mucho tráfico a las webs y mucha repercusión a los contenidos.
Es decir, los medios tenemos que pensar en atraer la atención de los usuarios cual buhoneros en un mercado medieval.

A partir de esta obviedad empiezan las dificultades.  Es difícil, porque Facebook es un entorno personal, una habitación cerrada a la que la gente nos da acceso y en la que tenemos que comportarnos de forma correcta, teniendo en cuenta que esa gente se declara "fan" nuestra. Y los medios no acabamos de entender esto y no nos comportamos como si los seguidores de F acebook, Tuenti o Google+ fueran amigos, sino como si fueran clientes.  Para mí, el enfoque es equivocado.

Las redes sociales no son exclusivamente un lugar donde "pescar" usuarios/lectores, sino un lugar donde participar en comunidades de intereses. Donde hablar, contestar, participar... Y esto exige paciencia y empatía, pero también un trabajo de investigación en retórica y narrativa que nos permita encontrar nuestros tono y forma adecuados. Trabajo que no todo el mundo hace.

Hasta que no entendamos estas necesidades, los medios no podremos extraer de las redes el potencial que buscamos. Y, peor: generaremos mucho rechazo en el público.

Más y mejor informados

Así visto, parece lógico que Facebook no sea entendido por la gente como un lugar donde acudir para informarse. Sin embargo, es un hecho que la gente acaba informándose allí. Generalmente, porque un amigo le recomienda algo. Menos habitualmente, porque se lo recomienda un medio de comunicación desde su página de Facebook  (Sí, es más importante como influencer mi primo que el medio. Así están las cosas).

Y gracias a ese continuo recomendar, nuestras noticias ganan tráfico y lectores. Pero, además, y esto es lo interesante, se genera un público más rico, más crítico, más y mejor informado.

Ya hace tiempo que se sabe que las personas que se informan a través de las redes sociales son más proclives a participar en movimientos cívicos o políticos. El capital social se activa más rápido cuando la gente utiliza las redes para informarse, porque los usuarios pueden contrastar las noticias, debatirlas, desmentirlas...

El informe del Pew Research Center abunda en esta idea y señala que los usuarios que interactúan con noticias en Facebook tienden a pasar más tiempo conectados a la red, lo que retroalimenta el circuito, porque cuanto más tiempo pasen, más posibilidades tienen de ver noticias. De hecho, los investigadores señalan que dos tercios de los que dicen ver noticias en Facebook reconocen que entran varias veces al día a la red. Y tienden también a interactuar más con las noticias, a compartirlas y comentarlas.

En este círculo virtuoso, las personas que se informan en las redes sociales tienden a consumir más información dentro de estas plataformas, con lo que su capacidad crítica crece más deprisa y el capital social acelera su ritmo.

Por otra parte, el informe que discutimos incide en un par de ideas con las que estoy de acuerdo: las noticias locales interesan mucho en Facebook, y el móvil es el caballo de batalla de los próximos años.

Lo de las noticias locales es normal: además de que son temas que nos tocan, les tocan también a nuestros amigos más cercanos, aquellos con los que más compartimos en Facebook. Es normal que triunfen en la red social estos temas, y ahí en Facebook han sido hábiles con sus herramientas de segmentación de posts por áreas geográficas, ciudades...

Y lo del móvil es que es apabullante. El informe del Pew dice que el usuario medio de Facebook en Estados Unidos  está rejuveneciendo (se incorpora cada vez más gente joven) y eso hace que el uso se desplace hacia los dispositivos móviles, donde los chicos jóvenes son más activos.  Esto ya lo sabíamos en España por el caso de  Tuenti, la primera red social que tuvo muy claro que había que irse rápidamente a ese soporte con toda la artillería.

  Facebook_noticias

 Imagen de una noticia lanzada al Facebook de RTVE.

 

 

 

 

Categorías: Actualidad , Redes Sociales

David Varona    7.nov.2013 16:21    

Anonimato en las redes sociales: deja de esconderte

Facebook anuncia que se acabó el estar "escondido" en su red. Elimina la opción de tener el perfil oculto, es decir, desindexado de su buscador de personas (y de otros). En adelante, perfil que se cree, perfil que será posible buscar. Además, las fotos de perfil y portada serán también visibles en todas las búsquedas.

¿Qué horror? No: ¡ya era hora! Yo soy un firme partidario de la transparencia en las redes sociales, de actuar a cara descubierta, con nuestro nombre real, y no ocultos tras la ventaja del avatar anónimo. Y en esa línea, Facebook ha hecho mucho por convertir las redes en lugares menos anónimos y más creíbles.

Entiendo las redes sociales como herramientas de apertura, de "publificación", siguiendo la terminología de Jeff Jarvis. Están pensadas para ser escaparates, para dejarnos ver en ellas y para ver a otros, encontrarlos, buscarlos, acaso descubrirlos. Me parece que eso es lo que ha hecho de las redes sociales el fenómeno que ahora son.

No comparto eso de estar oculto en Facebook y ser solo visible para aquellas personas a las que quiero privilegiar.  Y es por una cuestión básica de simetría: si a mí me gusta encontrar a otros, debo comprender que a otros les gustará buscarme y encontrarme.  En las redes, este estatus de igualdad es decisivo, y en mi opinión rige para cualquiera: para mí, para RTVE y para Madonna.

Las herramientas "friend of a friend" son la base del crecimiento de las redes sociales. Cuando Facebook permitió navegar a través de los listados de amigos de otros usuarios (aunque no los conociéramos) dio un salto adelante sideral. Y marcó el camino: las redes son abiertas y transparentes.

No se queda Facebook ahí: también ha decidido permitir que los usuarios menores de 18 años decidan quiénes ven y quiénes no ven su actividad. Hasta ahora, si tenías menos de 18 años, tus publicaciones solo eran visibles para tus amigos y amigos de  tus amigos.  Pero Facebook ha decidido levantar esta restricción y permitir que los adolescentes lancen posts públicamente si lo desean. También podrán activar la opción de "Seguir" para permitir que otros usuarios les hagan 'follow' sin necesidad de ser amigos.

¿Arriesgado? Bueno, en otras redes, como Twitter, los adolescentes no tenían ningún tipo de protección de este tipo y a nadie le parece raro. Facebook explica que, en su opinión, "los adolescentes están entre las personas más inteligentes a la hora de utilizar las redes sociales", y subraya que quieren ser escuchados a la hora de hablar de "participación cívica, activismo o sus ideas sobre una película".

Personalemente, creo que Facebook acierta: limitar la capacidad de expresión de los chavales es una idea discutible. Y si quieren que los chicos se queden en Facebook, tienen que darles las mismas posibilidades que les ofrecen herramientas como Twitter, YouTube, SnapChat o la última en la que anden metidos.

Además, cuanto antes tengan control sobre su identidad digital de una forma plena, mejor para ellos, que tienen que lidiar en un mundo cada vez más volcado en las plataformas digitales.

No hay que tener miedo a que los chicos usen las redes: saben defenderse y son muy capaces de proteger su intimidad y su privacidad.

¿Qué os parecen estos cambios?

 

 

 

 

 

David Varona   24.oct.2013 17:48    

Televisión social, un retorno a la tele

Hablar de televisión social a estas alturas es una algo bastante obvio, lo sé. Pero creo que es importante hacer algunas reflexiones sobre la forma en que está cambiando nuestra relación con la televisión y sus contenidos. Y, sobre todo, en cómo esos cambios en los hábitos de la sociedad están arrastrando -arrastrándonos- a las empresas.

Creo que en este caso la función hace al órgano, y las redes sociales han dado lugar a una forma totalmente nueva de consumir televisión y, por tanto, han propiciado la aparición de herramientas que facilitan y complementan ese consumo.

Durante un tiempo pareció que la televisión iba a encajar muy mal en el ecosistema de Internet. Frente al PC, la caja tonta era tontísima. Pero poco a poco, fabricantes y broadcasters han sabido darle la vuelta a la ecuación, se han apropiado de Internet y ahora nadie duda del enorme potencial de la televisión conectada: ¿quién mejor que nuestra vieja amiga la tele para terminar de cerrar la brecha digital y conectar a todo el planeta? Como muestra, ahí está el reciente éxito de 'House of cards' y Netflix.

La tele es fácil de manejar, es una tecnología con la que todo el mundo se siente a gusto y permite navegar por contenidos digitales con gran facilidad. Y, quien no se lo crea, debería conocer el Botón Rojo de RTVE, que permite acceso inmediato a la Televisión a la Carta, noticias, deportes y contenidos interactivos simplemente con el mando a distancia.

La excepcional acogida del público al Botón Rojo de  RTVE demuestar que hay muchas ganas de hacer del televisor algo más. Que la prometida intereactividad es una demanda real del público y de que la gente quiere tomar realmente el control de su televisión.

 

Pero el fenómeno va mucho más allá. Ver la tele y utilizar las redes sociales (en cualquier dispositivo) es ya una actividad habitual, común y multitudinaria. A nadie se le escapa que millones y millones de personas ven sus programas mientras los comentan en las redes sociales, o en aplicaciones de tipo 'second screen'.

El movimiento es tan fuerte que está haciendo que los grandes de las redes se muevan. Por ejemplo, Facebook ha anunciado un mayor grado de apertura de su API, pensando en capturar mejor la conversación instantánea. Vaya, lo mismo que hace Twitter, pero con post de Facebook. Lo interesante es que lanzan este cambio pensando en las televisiones, y hacen su 'roll-out' con las grandes teles americanas.

Está claro lo que piensa Facebook: "se nos escapa la conversación inmediata sobre televisión, que es lo que le gusta a la gente". Y reacciona construyendo nuevos feeds que las televisiones podrán utilizar en sus webs para mostrar la conversación que sus programas generan en Facebook.

La conversación, el ruido... Ese inasible concepto que rodea a los programas de televisión es, ahora mismo, objeto del deseo de todos los actores de este juego. Twitter ya anunció hace meses una alianza con Nielsen, el gran experto en medir audiencias de Internet, para poner en números comerciales ese "buzz". Su Nielsen Twitter TV Rating es una de las novedades más esperadas, tanto por el sector de la tele, como por el de Internet.
Ambas compañías quieren que se convierta en un estándar para medir el impacto social de un programa, y, de alguna forma, tratar de agregar ese impacto a la tradicional medición de audiencias televisivas.

La experiencia, siempre es la experiencia

Con todo, lo más importante -para mí- no es sumar unos miles de usuarios/espectadores de una forma más o menos científica. Lo importante es que las televisiones se han dado cuenta de que las redes sociales hacen que la gente vuelva a  ver televisión en directo. Y eso es el Santo Grial, porque en directo la publicidad vale más y (por ahora) se gana mucho más con un programa en vivo que con uno 'on demand'.

Si las redes sociales hacen que la gente quiera ver la tele en directo para compartirla con sus amigos no es casualidad. Es porque la experiencia de un contenido, muchas veces, es más importante que el propio contenido. Queremos vivir las cosas, sentirnos parte de ellas, "estar" en ellas. Y contarlo, claro.

Muchas veces, cuando doy clase y los chavales me preguntan cómo se puede fidelizar al usuario cuando todas las webs dan la misma información, suelo responder: "que vivan una experiencia".
Los americanos son maestro de esto: han convertido tomar un café en la "experiencia" de ir a un Starbucks... La gente tiene que sentir que consumiendo nuestros contenidos está viviendo algo único. Pero, claro, esto no es fácil y puede que nos haga perder el punto de vista de hacia dónde va el negocio: más allá de Facebook, Twitter y los tróspidos, la televisión tiene un futuro en Internet. (Al respecto, un interesante artículo del Guardian).

Sin perder el norte, hay que luchar por conquistar esa experiencia y hacerla más y más atractiva. Creo que las redes sociales tienen la clave y los medios tenemos que aprovecharnos de ellas: en RTVE anunciaremos muy pronto una herramienta decisiva a la hora de construir esa experiencia. No te la pierdas...

 

 

 

 

 

 

 

 

David Varona   23.sep.2013 17:59    

Abejas 'flautistas', influencers y democracia 2.0

La revista Behavioral Ecology and Sociobioloy publica un interesante artículo firmado por la investigadora de la universidad de Cornell Juliana Rangel-Posada y titulado, aproximadamente, "Una oligarquía de exploradoras dispara la salida de la colmena de los enjambres de abejas".  Apasionante, ¿verdad?

Quien nunca haya visto un enjambre de abejas en acción debería hacerlo. Es un espectáculo impresionante ver salir de una colmena varios miles de abejas que vuelan en aparente desorden, prácticamente nublando el sol. Y es asombroso ver cómo, de repente, deciden posarse todas juntas en algún sitio, generalmente la rama más alta de algún árbol...

Se sabía cuáles eran las circunstancias que propiciaban la salida de un enjambre, pero no se conocía cuál era la señal que disparaba ese éxodo alucinante. Y el artículo de Rangel-Posada y su equipo ha descubierto que un pequeño grupo de abejas exploradoras son las que lanzan la señal de partida. Sus hallazgos demuestran que este grupo lo constituyen aproximadamente un cinco por ciento de las abejas de la colonia, apenas 200 en un grupo de 10.000 (aunque hay colmenas de hasta 100.000 individuos).

Se han dado cuenta de que esas abejas son muy influyentes. Son una oligarquía de exploradoras (pecoreadoras, en la jerga del gremio) las que deciden cuándo hay que salir. Y, para avisar al resto, emiten una especie de pitido que recuerda al sonido de una flauta. Cual flautistas de Hamelin, zumban y zumban de forma muy aguda, disparando y  guiando la migración de la mitad de la colonia con la reina vieja.

La forma en que el enjambre se mueve, se organiza y decide a dónde va es algo que fascina a los científicos desde hace siglos. Incluso ha dado lugar a la llamada 'Teoría del enjambre', que sirve para explicar decisiones colectivas tomadas por la sociedad.

Hasta aquí la entomología. Ahora, pasemos al 'social media'. A estas alturas, muchos ya entenderéis por dónde va la cosa: ese pequeño grupo de 'flautistas' ejerce una enorme influencia sobre la colonia, hasta el punto de generar una toma de decisión colectiva y drástica. Efectivamente: los viejos influencers de Lazarsfeld y compañía.

Influyentes y democracia 2.0

Los influyentes, o 'influencers', son fundamentales para explicar los fenómenos de viralidad y de creación de opinión, tanto en la 'vida analógica', como en las redes sociales. Su capacidad para crear estados de conciencia y alterar las intenciones de los grupos sociales es ralmente importante y los estudios clásicos consideran que pueden llegar a modificar los resultados de elecciones, por poner un ejemplo.

En las redes sociales de Internet se estudia constantemente su influencia y la proporción de sus efectos. Y últimamente proliferan los trabajos en torno al uso de las redes para inclinar la balanza electoral. Por ejemplo, un estudio reciente de la Universidad de Indiana lleva por título 'Más tuits, más votos'. En él se demuestra que el porcentaje de votos para republicanos y demócratas en las elecciones estadounidenses de 2010 y 2013 podría haber sido vaticinado gracias al porcentaje de tuits mencionando a cada candidato, y sin que importase mucho en el resultado el hecho de que los mensajes fuesen positivos o negativos.

Para llegar a esta conclusión, han analizado conceptos como el partidismo de los tuits, la cobertura de los medios y la composición sociodemográfica del electorado. En su análisis, consiguieron vaticinar el ganador de 9 de cada 10 escaños, con lo que aseguran que Twitter constituye una herramienta fiable para analizar las pugnas electorales, especialmente en ausencia de mejores datos.

En España, una reciente tesis firmada por Montserrat Fernández en la Universidad Complutense ha llevado a cabo un estudio similar, pero con las elecciones patrias. Sus resultados son menos contundentes, pero también permiten avanzar la composición del parlamento analizando los flujos de tuits.

Claro, todavía queda mucho camino en la predicción de elecciones (o cualquier otra cosa) a través de las redes. Pero, igual que pasa con las abejas flautistas, empezamos a tener indicadores muy claros de lo que va a pasar gracias al ruido social. Por ahí se abre una vía de investigación espectacular para  periodistas y los científicos sociales: la minería de datos sociales enfocada a la predicción de acontecimientos.

Y, de ahí, a una democracia 2.0 más real, cercana e inmediata. Ya tenemos herramientas que permiten a la gente expresar su opinión en tiempo real, así que habrá que empezar a tomar decisiones políticas en función de esta participación instantánea. Sobre esto, os recomiendo un post muy interesante de Bernardo Rodríguez.

En su artículo, Bernarod menciona Appgree, una de las aplicaciones que más me ha sorprendido en los últimos tiempos. Basada en un poderoso algoritmo, esta app sirve para "poner de acuerdo a un millón de personas en 15 segundos", según nos ha explicado su creador, Juan Morán.

Básicamente, evalúa las opiniones de miles de personas, las filtran por el tamiz de su algoritmia y las unifican en una única respuesta colectiva. La inteligencia de las multitudes, pero en tiempo real, consolidada e inapelable.

  Enjambre

Nota: Como sé que muchos estáis interados en las abejas, os recomiendo un libro maravilloso sobre la toma de decisiones en las colmenas. Se titula 'Honeybee democracy' y lo ha escrito Thomas D. Seeley. Su trabajo demuestra que las abejas deciden las cosas a través de un proceso similar al que siguen nuestras neuronas para impulsar una decisión en nuestro cerebro. Compiten unas con otras y ganan 'adeptas' para su idea. Cuando son muchas las que empujan hacia una propuesta, el cerebro colectivo acepta la decisión. A esto hay que sumar el descubrimiento de las 'abejas flautistas', que son las que deciden cuándo se lanza el enjambre fuera de la colmena. Fascinante.

 

 

David Varona   22.ago.2013 13:00    

El SXSW Interactive empieza fuerte: narrativa 4D, impresión 3D...

Bre_pettis_sxsw_2013
Misha Leybovich quería ser astronauta, y con esa idea estudió ingeniería aeronáutica en el M.I.T., su posgrado y su doctorado incluidos. Chico listo. Pero con 25 años descubrió que ya no quería ir al espacio, que lo que le rondaba era montar algún tinglado empresarial. 
Startupear. (Hay que inventar ese verbo en español, aunque solo sea para que se convierta en algo más habitual en España.) Se dedicó a viajar y fue contratado como consultor en McKinsey.

Todo esto me lo cuenta en el autobús que nos lleva al Downtown de Austin. Acabo de llegar a la ciudad para asistir al SXSW y el primer impacto para ambos es mágico. Coincidimos en una perdida parada de autobús en la templada tarde tejana. Nos ponemos a hablar. Ambos estamos en la ciudad por el festival y me dice que trabaja en una start-up. ¿Cómo se llama? Meograph, responde señalando su camiseta. ¿En serio? La conozco. Y ya no se sabe quién está más sorprendido. Si yo por toparme así con el fundador y consejero delegado de una nueva herramienta multimedia en la que hace unas semanas he empezado a trastear o él por encontrarse con un periodista español que conoce su criatura, que tiene tan solo 7 meses de vida.

Me cuenta que con 28 años, y después de haber viajado por 70 países (me aseguré de confirmar que no eran seventín sino seventi), se dijo que "ahora o nunca". Se moría por contar todo lo que había vivido en todos esos viajes, claro. Narrar historias, eso es lo que quería. Pero no sabía manejar todas esas herramientas de Adobe que te permiten hacer vídeos, posproducción, hacer montajes con fotografías... así que se planteó construir esta herramienta que ahuyentase los miedos de la gente a contar sus historias sin necesidad de ser profesionales. Su experiencia iba asociada al tiempo y al espacio, de modo que lo que surgiese de su creatividad no podía ser otra cosa que algo que asocie líneas de tiempo y puntos geográficos.

Meograph es básicamente una herramienta que permite al usuario crear líneas de tiempo asociadas a un mapa. En esas líneas de tiempo puedes añadir momentos que suceden en un punto geográfico marcado en el mapa. Esos momentos pueden ser fotos, textos, vídeos, enlaces... Además, puedes añadir una voz en off que vaya relatando la historia. Muy útil para periodistas y narradores multimedia. El resultado es embebible, compartible, etc. 4D Storytelling, se autoproclama.

Le explico mi problema. Hace unas semanas pensaba hacer un mapa de Brooklyn con su herramienta, pero no la quería hacer en una linea de tiempo. Me dice que precisamente ahora están trabajando en dar mayor libertad al usuario para liberarse de esa linealidad temporal.

Creo que es muy interesante el concepto de fondo que, según él, sostiene Meograph y que es trocear lo que se quiere contar para que el usuario pierda el miedo a la envergadura de lo que quiere contar. En pequeñas piezas, y esas a su vez en otras pequeñas piezas...

Me quedo a cuadros cuando afirma que trabaja en desarrollar una "familia de herramientas" al modo de Adobe, pero que sean manejables y accesibles para el usuario medio, no dirigidas al profesional, y que de hecho aspira a crear "el nuevo Adobe". Con gente como esta uno ya no sabe a que atenerse. Todo es posible en este mundo de Zuckerbergs y veinteañeros con una tarjeta en la que se lee "Founder and CEO".

Darle todo el poder a la gente

Cofounder and CEO de su compañía es también Bre Pettis, que este viernes ha sido el encargado de ofrecer el discurso de apertura de la 20ª edición del SXSW Interactive Festival (hay un SXSW Film y el más importante, el de SXSW Music). Otro visionario.

Ya he escuchado o leído un par de veces -creo que al mismo gurú Varona- que en 2013 se va a hablar de impresión 3D. Y llega este tipo afincado en Brooklyn, creative-type, gafas de pasta, discursos idealistas, y habla de su maquinita, el MakerBot, una impresora 3D que presentó en 2009 en el SXSW, llevando su prototipo de bar en bar y haciendo que la gente crease sus propios diseños. Hoy está abriendo el festival y presentando el prototipo del Digitizer, que es un scan 3D, que conjugado con el MakerBot permite hacer réplicas de objetos tridimensionales. Mi mandíbula mental cae unos centímetros.

Habla de la nueva revolución industrial, la que nos lleva de la producción en cadena y masiva a un enfoque personalizado a la hora de hacer las cosas. Y nos enseña ejemplos de productos creados con esa impresora por los usuarios de Thingiverse. Desde dedos biónicos hasta juguetes para los niños, pasando por herramientas para los colegios o aparatitos para el iphone... Sí, esto huele a futuro. Pettis no parece vender humo.

Y hace lo mismo que Meograph, y que las redes sociales: "empowering people", dar el poder al usuario para que se conviertan en "exploradores creativos". "El usuario inspira a nuestra empresa", señala. Y me recuerda a lo que escuché a Carol McCarthy, de Google+: "Las redes sociales funcionan cuando la gente que participa en ellas da forma al futuro con sus ideas". Algo que el viejo establishment no entiende de ningún modo, asustado todavía por debilitar las jerarquías.

Me sorprende que, al presentar el prototipo de Digitizer (ese escaner 3D) Pettis habla de que quieren "pasar de ser una compañía de impresión 3D a una de ecosistemas 3D" y me recuerda a Leybovich y su familia de herramientas de la que Meograph sería solo el primer hijo.

"Be empowered! Join us!", dice al término de su presentación, entre mesiánico y empresarial, animando a la gente a comprar un MakerBot y a unirse a esa nueva revolución industrial, también con sus inciativas empresariales: "Inténtalo, fracasa, inténtalo, fracasa... Incluso los fracasos construyen momentos intensos que puedes aprovechar luego para otro proyecto".

Y, de propina, para interpretar todo esto, coincido en la cola para ver The Act of Killing -soberbio documental producido por Werner Herzog que va a dar mucho que hablar- con un ingeniero informático que me dice que cree que el gran tema va a ser los derechos de autor de esas creaciones de MakerBot. "Igual que hubo quien hizo dinero cazando direcciones url que luego revendía a las marcas, pasará lo mismo con esos diseños". Y ya tengo cuerda mental para una temporada. A ver quién duerme esta noche.

Agustín Alonso G.    9.mar.2013 04:55    

David Varona

Bio El enjambre

Soy David Varona, redactor jefe de Proyectos en RTVE.es, donde también trabajo sobre las redes sociales, una faceta de Internet que me fascina. Pero lo que de verdad me emociona es la apicultura...
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