No me gusta mucho hablar de números, la verdad. Ni siquiera con las colmenas: a todas las quiero por igual, produzcan más o menos. Pero con la gala de los Goya voy a hacer una excepción, porque sus números en las redes sociales asustan.
Que la tele se tuitea ya es algo de dominio común. Pero la forma compulsiva en que se han tuiteado los Goya es increíble. Dicen los amigos de Tuitele que se rompieron todos los récords: 400.000 mensajes durante la gala, con una entrega por parte de los usuarios complemente desconocida: 3,2 mensajes por cabeza de media, muy por encima de la media que tienen los grandes concursos, que está en 2,1 mensajes per capita.
Y, lo mejor para RTVE: reventamos el récord que tenía 'La Voz' logrando un minuto de oro de 4.737 mensajes. Ahí es nada...
Facebook tampoco se quedó atrás en una noche como esa: aportó buena parte del tráfico que recibió RTVE.es durante la gala. Pero su musculatura últimamente es más Diesel: se deja notar con el tiempo, mientras que Twitter vive de la fiebre del momento.
Y, con el tiempo, al día siguiente, Facebook mostró su verdadera fuerza: la viralidad trajo el lunes un enorme caudal de gente que, procedente de la red social azul, buscaba contenidos de los Goya. En esta distribución temporal tiene mucho que ver el algoritmo de Facebook, recalibrado para una 'larga cola' de contenidos y no para la batalla del TT.
Pero no os penséis que todo sucede en las redes sociales. El 'widget' de comentarios que ofrecíamos a nuestros usuarios para comentar en directo la emisión multipantalla, vivió una noche de gran exigencia. Recogió más de 5.000 mensajes dejados directamente por los usuarios sobre la caja de comentarios. Y, además, se trajo otros 8.000 mensajes largos filtrados de Twitter a partir de nuestro hashtag: #LosGoyaRTVE. Por cierto, más de 15.000 cuentas fueron impactadas por este hashtag.
Y todavía hay mucha más actividad en Google, Pinterest, Tuenti... Aquí todo suma.
Por supuesto, hay que agradecer a los actores, con sus errores y sus mensajes de reivindicación, esta explosión en las redes sociales. Pero lo que está claro es que la gente ha cambiado definitivamente la forma de ver la televisión. Como en casi todos los ámbitos de la cultura (la música, el cine, el teatro...), la experiencia cobra importancia sobre el contenido. Y la gente quiere vivir experiencias. Con la televisión, la forma de vivir esa experiencia siempre ha sido compartirla con otros. Y esos otros ahora son legión (virtual).
No descubro nada al decir esto, pero sí parece interesante analizar los flujos que se producen en las redes en torno a la tele y como extensión de la propia emisión, como nueva experiencia de consumo. Es relevante seguirle la pista a un vídeo de YouTube, que, una vez publicado, inicia una explosiva vida en Twitter; después, más reposadamente, se hace fuerte en Facebook, y acaba consolidando su influencia desde una constelación de blogs.
En los próximos tiempos veremos cada vez más fenómenos como este. Habrá que estar atentos para ver si estas líneas de circulación, influencia y redistribución se mantienen.
Facebook presenta Graph Search, un buscador interno que permite saber qué les gusta a tus amigos o, simplemente, cuáles de ellos están unidos por un mismo interés o actividad. Mi primera reacción ante la noticia: ya era hora.
Y sí, ya era hora, porque una herramienta como esta sirve de verdad para sacarle el jugo a la red. Hasta hoy, para saber a qué amigos tuyos les gustaba, por ejemplo, el fútbol, tenías que conocerlos. Pero a medida que nuestras redes personales crecen y crecen, se vuelve difícil saber qué gustos, aficiones, atributos tiene toda esa gente a la que estamos conectados.
Ayer, Mark Zuckerberg presentó casi por sorpresa una herramienta que, en mi opinión, tiene todo el sentido del mundo. Es un buscador denominado 'Graph Search', que sería algo así como 'búsqueda de grafos', atendiendo a la teoría de grafos, una de las que mejor explican el fenómeno de las redes sociales y siempre en la mente de los ingenieros de Facebook. De nuevo, la empresa de Zuckerberg colabora con Bing, el buscador de Microsoft, para mejorar sus posibilidades internas (llamada de atención a Google, claro).
Yo todavía no he podido probarla -estoy apuntado en la lista de espera-, pero he visto un simulacro y me parece realmente potente. Por ejemplo: se le pueden hacer preguntas simples y llanas al buscador, como "amigos a los que les guste la apicultura". Y, si es como prometen, el buscador devolverá exactamente los nombres de las personas amigas que tengan esta bella afición. Y más: la búsqueda podría ser "amigos a los que les guste la apicultura en Córdoba", con lo que tendríamos unos resultados todavía más refinados.
Muchos estaréis pensando "qué bobada, yo ya conozco bien a mis amigos". Bueno, posiblemente sea así, porque la mayoría de la gente conoce bastante bien a su 'grafo social'. Pero no nos engañemos: todo el mundo puede tener una afición oculta, un saber, un valor escondido... Y, muchas veces, saber eso nos puede ayudar a la hora de elegir una compra, un viaje, un hotel... O, simplemente, para hacer grupos y listas de amigos más eficaces al filtrar nuestra base de datos.
Las empresas, grandes beneficiadas
Si para el usuario de a pie la novedad puede plantear alguna duda, para las empresas no las hay en absoluto: esto es lo que llevan pidiendo años. De momento, el cambio solo afecta a los perfiles personales, pero ya sabemos que Facebook suele lanzar las novedades así, convenciendo primero a los usuarios y, después, ofreciéndoles esas novedades -ya probadas y aceptadas- a las empresas.
Para cualquier gran empresa, conocer a fondo su capital humano es una necesidad estratégica. Nunca se sabe qué anónimo trabajador tiene las cualidades exactas que está buscando la compañía. Disponer de una herramienta de este tipo permite gestionar mucho mejor ese capital humano, aflorar talento y ponerlo en valor.
Pero, además, desde el punto de vista de las empresas que se relacionan con sus 'fans' en la red, este tipo de herramientas abre grandes posibilidades. Por ejemplo, en RTVE tenemos más de 175.000 seguidores en nuestra página oficial de Facebook. De toda esa gente sabemos poco: apenas datos estadísticos y aquello que la intuición y la observación nos dicen.
Para saber más, hasta el día de hoy se recurre a empresas que hacen minería de datos y obtienen eso que se llama 'psicográgicos', es decir, lo que le gusta a la gente que compone esa comunidad de fans. Así, podríamos saber si, además de gustarles RTVE, también les gusta, por ejemplo, Antena 3, o si mayoritariamente son aficionados al fútbol o a la literatura. Son datos muy útiles, porque nos permiten "afinar el tiro" y no hacer propuestas equivocadas en Facebook. Puro CRM.
Si Zuckerberg y los suyos ponen a disposición de las empresas un buscador de este tipo, nosotros en RTVE podríamos mejorar notablemente nuestro trabajo, con una gestión de la comunidad más fina, mejor orientada y sin tanta 'prueba y error'. Y sin depender de terceros, simplemente utilizando lo que los fans quieren que sepamos de ellos.
Y desde el punto de vista del periodismo, más ventajas. Para los profesionales será más fácil encontrar en sus redes a personas que sepan de algo que les interese, o que estén o hayan estado en lugares relevantes. Y, al revés: para el público, los periodistas serán más visibles y accesibles.
Con todo, lo que más me interesa es la capacidad de organizar a grandes cantidades de personas y poner en común su capital social, eso que hace que las sociedades avancen y transformen la realidad. Con esta nueva herramienta, si se cumple lo prometido, será mucho más fácil activar ese capital social, descubrir en qué es bueno cada uno, qué sabe cada persona, qué puede aportar al colectivo... Estoy deseando probarlo, la verdad.
La muerte del periodista Enrique Meneses ha producido agitación y tristeza en las redes sociales. Recojo en este Storify los homenajes que periodistas y amigos han dejado en las redes:
Verano apícola. La época preferida del apicultor: las abejas trabajan en días infinitos y los panales engordan. El colmenar empieza a oler a miel...
Verano en las redes sociales. La época de calma: no debería haber mucha guerra... Pero empezaron los Juegos Olímpicos de Londres y, con ellos, la guerra de verdad.
En RTVE.es se ha hecho un despliegue fascinante: un multiplayer en directo que incluye hasta 19 señales simultáneas y la posibilidad de ver la pantalla partida en cuatro. Vamos, una goyería para los amantes del deporte olímpico.Y un desafío para el público, que se enfrenta, de repente, a una herramienta potente y también complicada.
Como marco de todo esto, la televisión, con su imparable sucesión de deporte, sus saltos de una modalidad a otra, sus cambios de horarios y previsiones... Y la gente tratando de seguir lo que quiere sin perderse nada.
Aquí es donde entramos en juego los miembros del equipo de Participación de RTVE.es. En los primeros días hemos contestado a cientos, posiblemente miles de mensajes en Twitter, Facebook, Tuenti y Google+. Montones de usuario que nos pedían ayuda para ver su deporte favorito. Montones que se quejaban porque no sabían cómo usar el player. Montones que protestaban porque la tele no daba exactamente lo que ellos querían... Y también, hay que decirlo, montones de mensajes agradeciendo el despliegue olímpico de toda RTVE. Un verdadero reto para los 'community managers' (aunque no nos dediquemos solo a ser CM's).
¿Cómo se trabaja en estas circunstancias?
Muchas veces nos toca hablar en foros de todo tipo sobre esto del community management. Lo de siempre: "sentido común", "conversar", "vocación de servicio"... Sí, pero, ¿cómo se enfrenta uno a docenas de 'tuits' simultáneos que se quejan porque no están viendo el tenis de mesa? Sobre todo, cuando hay otros tantos, o más, que, en el mismo instante, reclaman el tiro con pistola de 10 metros. O la vela en clase RS-X...
Mientras los compañeros de Deportes se afanan en contar todo lo que pasa, nosotros luchamos con la 'cara B', la incomprensión de los usuarios, las dificultades de la curva de aprendizaje, los errores propios y sobrevenidos que también pagamos aquí...
Hemos decidido afrontar la tarea de responder a todos los mensajes que podamos, una tarea que, habitualmente, es casi imposible cuando se tienen cientos de programas de televisión y radio diferentes. Pero nos beneficia el hecho de que toda RTVE se ha volcado con los Juegos, con lo que nosotros también nos volcamos en este contenido gigante.
Armados de paciencia y espíritu olímpico, nos hemos dedicado a hablar continuamente con los usuarios, diciéndoles dónde pueden ver en cada momento su deporte, o dónde tienen el vídeo que buscan. O tratando de explicarle por qué razón su deporte en concreto se ha quedado fuera... Incluso dándoles instrucciones para manejar mejor nuestro player y nuestras soluciones técnicas. Por ejemplo, con esta imagen que improvisamos para explicarle a una usuaria cómo comentar en directo:
Por suerte, tenemos herramientas potentes que nos permiten monitorizar con facilidad las redes. Y, también, gestionarlas de una forma rápida y eficaz. De hecho, estamos probando una nueva herramienta que nos está dando buenos resultados estos días.
También hemos probado a hacer narraciones colectivas de los Juegos, como la que hicimos a través de Storify el día de la Inauguración. Nuevas posibilidades y nuevas cargas de trabajo que se van sumando a nuestra tarea diaria. Y, ojo, que a Facebook y los demás sospechosos habituales, sumamos Tuenti, Foursquare, Pinterest, YouTube... Los Juegos, en todas partes.
Es una tarea dura, pero la gente se merece este esfuerzo. Han venido a RTVE en masa a ver los Juegos y hay que agradecerles ese apoyo haciendo que su experiencia sea lo mejor posible.
Pero, además, nos encontramos con sorpresas. La gente nos ayuda a ser mucho mejores: nos avisan de que una señal está mal, de que un audio no se oye, de que un nombre o un dato están mal registrados... Y nos cuentan cosas que se nos han pasado por alto, como la maravillosa historia de la tiradora coreana de esgrima que no se quería ir a casa tras su derrota. Nos lo contó un seguidor de nuestro Facebook Olímpico y, gracias a él, tuvimos un tema que se colocó entre lo más visto.
En eso andamos estos días. Sumergidos en el olimpismo y tecleando en cinco sitios a la vez. Queríamos contároslo para que disfrutéis también de este agosto de Twitter sin tregua. ¡Buen verano!
PD: Por cierto, en Participación de RTVE.es tenemos este verano un compañero becario que dibuja genial y que hace el Blog del Becario en viñetas. Y hemos fichado a un auténtico bloguero olímpico, el extremo de la selección de balonmano Albert Rocas. Cada día, nos cuenta en su blog cómo vive los Juegos. No os lo perdáis.
En los últimos días ha habido en el mundillo de las redes sociales cierta agitación ante la posibilidad de que Facebook abra sus puertas a los niños menores de 13 años. La polémica ha estado escondida detrás del barullo creado por la salida a bolsa de la red de Mark Zuckerberg, pero a mí, al menos, me ha dado mucho que pensar.
Siempre he creído que la edad de entrada a las redes sociales, los 13 años -14 en España-, es prudente. Pero en las últimas semanas he ido cambiando de idea y he empezado a pensar que no hay nada esencialmente malo en que los más pequeños aprendan a manejar estos entornos.
Pongamos de partida las cosas claras:
1 - Sé por experiencia, y porque lo veo cada día trabajando más de ocho horas sobre las redes sociales, que los niños están ahí. Se inventan perfiles y entran sin más. El Foro Generaciones Interactivas ya lo explicó en enero de 2011, cuando señaló que el 35 por ciento de los chicos entre 6 y 18 años cuenta con más de un perfil en las redes.
A partir de ese hecho, hay redes que se esfuerzan en echar a los que no cumplen, como hace Tuenti, y otras que miran para otro lado. Pero los chavales más jóvenes entran cuando quieren. De hecho, en Estados Unidos calculan que hay 5,7 millones de menores de 13 años con perfil abierto en Facebook.
2 -Entiendo que si Facebook está dispuesta a abrir esa puerta lo hará con todas las precauciones. Se habla de perfiles infantiles asociados a los de los padres, de controles paternos para las nuevas amistades y de pagos por juegos y otros servicios autorizados solo por los adultos.
De alguna manera, es lo mismo que hacemos en RTVE.es con la mini red social de Clan. Los más pequeños se apuntan a través de sus padres y participan en esta "escuela de redes", cambiando pequeños regalos virtuales con sus amigos, enviándose mensajes predefinidos y, sobre todo, reenviándose unos a otros los vídeos que les gustan (tendencia cada vez más al alza). Creo que este camino es muy correcto.
3 - Facebook necesita aumentar su clientela sin parar, y lo cierto es que, rozando los 1.000 millones de usuarios, tiene países en los que ya no crece: tiene a todos los potenciales usuarios 'legales'. Por eso, el gigante del social media piensa en los niños, una de las pocas franjas en las que conserva margen de crecimiento.
Así las cosas, y contando siempre con medidas de protección máximas para los chavales, ¿qué hay de malo en que empiecen a utilizar antes estas herramientas? Pienso que nuestro mundo está cada vez más apoyado en esta tecnología que nos une, nos ayuda a trabajar, a estudiar, a informarnos... ¿por qué retrasar su acceso a estas posibilidades?
Sí, ya lo sé: saltarán inmediatamente los que dirán que los niños se van a enganchar, que se pasarán las horas en Facebook (o la que toque), que no estudiarán... Bueno, esto se lleva diciendo desde que se inventó la radio (o antes). Se dijo con la televisión, se dijo con los videojuegos, se dijo con los teléfonos móviles... Y la gran mayoría de los chicos sigue estudiando y haciendo una vida bastante normal. ¿O no somos normales los que hemos crecido viendo la tele y jugando con las consolas?
Si los padres tienen la llave y el control, no veo problemas en que los niños empiecen a trastear con unas herramientas que, cuanto antes controlen, mejor...
Por cierto, leo en un reciente informe de mis amigos de El Chupete que en España el 65% de los niños de entre 8 y 12 años tiene teléfono móvil. Y el 40% de los chavales entre 8 y 18 años entra a Internet desde su teléfono... ¿También deberíamos poner edad mínima para usar la herramienta de comunicación más habitual de nuestros días?
Espero ansioso vuestros comentarios.
PD: Para los que también estéis interesados en mis andanzas apícolas, os dejo este vídeo, que muestra el bello proyecto conservacionista en que están embarcadas nuestras abejas:
La segunda jornada de iRedes ha abierto un debate que me parece muy relevante: ¿Cómo hay que enfocar las redes sociales? ¿Como un lugar donde vender marcas y productos? ¿Como un espacio de relación entre las personas?
Twitter disfraza la idea de mejora de su capacidad para "adaptarse a las leyes locales". En la práctica es una puerta abierta a la censura.
La propia red social decía hace unos meses que no pondría barreras de este tipo a sus contenidos. Si había que borrar un contenido por inapropiado (agresivo hacia alguien, amenazante, humillante...) se borraría a nivel mundial. De esa forma, los contenidos de índole política quedaban excluidos de posibles bloqueos, porque se consideraban amparados por la libertad de expresión que debería amparar a toda internet. "La libertad de expresión es fundamental", decía entonces Twitter, "algunos tuits pueden facilitar cambios positivos en países sometidos a represión".
Y tenía razón Twitter en aquel comunicado. Como ya hemos comentado en este blog, la red de microblogging ha sido el caballo de batalla sobre el que han galopado las revoluciones sociales del último año. Tanto en Estados Unidos, como en Rusia o todo el mundo árabe. Sin Twitter, sin Facebook y sin teléfonos móviles, todo habría sido diferente, más lento. Incluso podría no haber sido.
Por eso, sorprende tanto ahora este nuevo comunicado de Twitter diciendo que, para acogerse mejor a las legislaciones locales, podría bloquear mensajes en determinados territorios. No borrarlos a nivel global, si no aplicar censuras a escala local. Así, un país podría decirle a Twitter que determinados contenidos (agitadores, críticos, revolucionarios...) no lleguen nunca a usuarios dentro de sus fronteras.
La red social dice que bloqueará tuits en lugares con "diferentes ideas sobre los contornos de la libertad de expresión".
La expresión es tan vaga que vale todo: cualquiera puede tener ideas diferentes sobre esos "contornos". Y esto ha sido siempre así, pero nunca antes las redes sociales se habían planteado la posibilidad de cerrar el paso a mensajes que puedan resultar incómodos para gobiernos o estados con una visión restrictiva de la libertad de expresión.
Porque, ¿quién decide cuál es el límite? ¿Puede China, por ejemplo, llamar a Twitter y decirle que no quiere que por su territorio pasen mensajes que hablen de libertades políticas? Y si lo hace, ¿cómo decide Twitter qué mensajes pasan y cuáles no? ¿Dónde pone el listón? ¿Cómo se establece el baremo? ¿Cómo se controla tanto contenido si no es con apagón total? Parece que el país que exija la censura tendrá la sartén por el mango.
Intereses económicos
Twitter no se puede utilizar hoy en día en China: está prohibido por el régimen comunista. Pero Twitter, como todas las demás redes sociales y grandes empresas de Internet, quiere que los chinos accedan a sus contenidos. Un potencial de casi mil millones de usuarios ablanda las convicciones democráticas y liberales de cualquiera... El juego incluye millones de dólares en publicidad y un crecimiento en términos de masa crítica de usuarios que dé viabilidad y futuro al proyecto.
En pocas palabras, si Twitter garantiza al Gobierno chino que bloqueará lo que ellos digan, la Gran Muralla empezará a abrirse para el pajarito azul. Y añado que hablo de China por poner un ejemplo, pero me vale Cuba, me vale Irán, me vale Corea del Norte y, si me apuráis, me vale Rusia, un país enorme, muy poblado, donde la libertad de expresión siempre parece estar en el aire.
La magia de las redes sociales, lo que ha hecho que se conviertan en el fenómeno más grande de Internet desde la aparición de Google es la libertad que dan a la gente. El usuario de Facebook o Twitter se da cuenta rápidamente de que tiene en sus manos una herramienta única, poderosa, capaz de influir, de producir cambios. Es lo que los anglosajones llaman "enpoderarse", tomar poder, cobrar conciencia de que se pueden hacer cosas gracias a la combinación de una mente crítica, conocimiento libre, tecnología y una herramienta de comunicación sin barreras.
Si Twitter se carga esta combinación, a lo mejor entra en China y sus dueños se forran. Pero a la mejor muchos usuarios dejamos de utilizarlo. Es más, con la reacción que se puede ver ya hoy en Twitter, lo más probable es que Twitter haya apretado el botón de "autodestrucción".
Por eso, hay que decírselo muy claro a Twitter: No lo hagas. No censures. No hagas caso a los países que restringen la libertad de expresión. No a la #CensuraTwitter.
Y me interesaba bastante ver lo que dicen mis profesores de la Facultad, donde llevo a cabo una tesis doctoral sobre redes sociales que, quizá, algún día vea la luz. Entre ellos, me interesó mucho la propuesta de Mariano Cebrián Herreros, siempre ojo avizor sobre los cambios que vive la profesión y que dio algunas claves de lo que yo creo que es hoy en día el periodismo.
Decía Cebrían en el Congreso que el periodismo no debe enseñarse como "un oficio", sino que el periodista es "el nuevo intelectual" y, por tanto, la Universidad debe darle esa formación intelectual que le servirá, después, para desarrollar mejor su oficio.
La verdad, es una cuestión sobre la que he pensado y debatido mucho. Y, a estas alturas, creo que estoy de acuerdo con Cebrián Herreros y otros profesores de la Complutense. El aprendizaje debe estar orientado a dotar al periodista de códigos para decodificar la realidad, comprender un entorno cambiante y hacer el análisis necesario para que su trabajo de base, el reporterismo, sea eficaz. No hay nada más triste que una noticia que evidencia la desinformación -cuando no la incultura- de su autor. Un oficio lo aprendes en la redacción. Una cultura...
Redes sociales, herramientas fundamentales
En esta línea, hablaba Cebrián Herreros del papel de la tecnología y, sobre todo, del nuevo ecosistema de redes sociales. Y dio en el clavo: al periodista deben interesarle sí o sí, porque suponen un cambio en la comunicación y sus formas. Es interesante, asegura, por esa vertiente tecnocomunicativa.
Lo curioso es que los alumnos presentes en el Congreso, supongo que la mayoría alumnos de la Facultad, hicieron un montón de preguntas que parecían más bien inmovilistas: todos se empeñaban en dar más importancia al periodismo que a la tecnología y a las transformaciones que está produciendo en la sociedad.
Por un lado me parece bien que tengan ese respeto por la profesión que estudian. Por otro, lo siento pero están desubicados. Creo, y me parece que coincido con Cebrián, que un periodista que no entienda como parte de su formación el manejo de esas tecnologías transformadores estará claramente en desventaja.
Hoy en día se está produciendo un cambio muy importante en la forma en que la gente consume información y, sobre todo, en la manera en que construye su agenda de intereses. Cebrián lo decía muy alto y muy claro en el Congreso: "Hay un divorcio entre la agenda de los medios y la del público. Hay que hacer autocrítica".
Pero si los alumnos siguen pensando que las redes sociales, los blogs, internet en general es periodismo de segunda o de tercera, se abocan a un fracaso: no se dan cuenta de que están dando la espalda a la gente. Hay que estar donde la gente está, y hoy, el público está masivamente en las redes sociales. Y dudo que las abandone a medio plazo.
El (mal) ejemplo de los mayores
Claro que los profesionales que estamos en activo quizá no seamos el mejor ejemplo para la próxima generación. Con excepciones, la mayoría de los periodistas sigue mirando por encima del hombro a todo el fenómeno 2.0. No entienden que la gente ve a los medios en las redes sociales como un amigo más, y que ese púlpito desde el que hablaban antes los periodistas ha sido demolido y olvidado.
Al hilo de esto, se publican esta semana un par de estudios bastante desalentadores. Uno, en España, modesto y parcial, analiza el uso que hacen los periodistas españoles de las redes sociales. La conclusión, tremebunda: La mayoría de los profesionales de la información subestima las redes sociales. Y, lo peor: un 60 por ciento considera que las redes sociales han perjudicado al periodismo.
El otro trabajo, mucho más documentado y amplio, lo firma el PEW Research Center de la Universidad George Washington. Se titula aproximadamente "Cómo usan Twitter los medios mainstream" y también ofrece una serie de conclusiones muy relevantes. La principal: los grandes medios estadounidenses consideran Twitter una herramienta únicamente útil para conseguir mayor difusión, para, en definitiva, hacerse publicidad y captar tráfico.
Vamos mal. Esta no es la idea. Las redes sociales son, sobre todo, espacios donde los medios y los periodistas se encuentran con su público, hablan con él, le escuchan. Y el público critica, discute, ofrece alternativas, aporta ideas... ¿Dónde queda todo esto? Sí, ya sé, nunca hay tiempo para ese mundo ideal, trabajamos a la carrera, no está pagado... Incluso yo, que me dedico a esto de las redes, sé lo difícil que es dedicarle tiempo a la gente. Pero también sé, y estoy convencido de ello, que cada vez que contesto a un usuario de RTVE en Twitter o Facebook estoy mejorando la imagen de mi empresa, dando valor al trabajo de mis compañeros.
¿A dónde quiero ir a parar? Muy sencillo: creo que la Universidad tiene que formar intelectualmente a los periodistas. Prepararlos para los cambios sociales y culturales que está generando la tecnología. En esta idea, tradición académica, teorías y modernidad técnica deberían ir de la mano. Es decir, creo que un periodista debe saber por qué Twitter es importante, debe saber utilizarlo y sacarle provecho, y debe saber situarlo en la evolución de la teoría de la comunicación. Básicamente, igual que debe saber por qué son importantes el teléfono o la imprenta.
Me parece que el sitio que es capaz de hacer todo eso es, todavía, la Universidad. Pero no se puede quedar atrás ni un día más.
Hace bien: Twitter todavía es tan desconocido para la mayor parte de la gente que al público lo de 'TT mundial' suena como si hubieran puesto al hombre en Saturno. Pero, ¿es así? ¿Es tan importante? ¿Tiene esa relevancia?
El otro día escribí en este blog señalando que no hay grandes novedadesen cuanto al uso del social media en esta campaña electoral. Y, al tiempo, decía que se nota que los partidos se toman las redes sociales más en serio. Puede parecer contradictorio, pero no lo es: no hay innovaciones ni mucha imaginación en el trabajo sobre redes sociales, pero sí una estrategia sistemática y la voluntad de conquistar ese espacio virtual.
En el debate se notó este interés. El PSOE y el PP organizaron amplios equipos para manejar sus perfiles en las redes sociales, con un resultado desigual. Me sorprendió que el PSOE renunciase a utilizar su cuenta oficial en Twitter durante el debate, concentrando la actividad en la cuenta de Rubalcaba, con lo que puede dejar fuera los usuarios que no siguen a las dos. Además, se volcó mucho sobre Facebook, algo raro para un cruce de golpes tan breve. Facebook es muy bueno en el debate de largo aliento, para fijar posiciones y calar en las ideas de la gente, pero no sirve tan bien para dominar un intercambio tan veloz. Ahí, la inmediatez de Twitter es un aguijón.
El PP, por su parte, apostó todo a Twitter y ganó. Logró la medalla del TT mundial y también logró que Rajoy ocupara más espacio en la conversación global. Hablo con Prensa del PP y me dicen que en Génova tenían a unas siete personas controlando las cuentas oficiales en Twitter y Facebook. No me precisan el dato de cuánta gente tenían repartida por toda España tuiteando a favor de Rajoy, pero sí dicen que eran muchos. Y la verdad es que se notó: eran legión.
Se notó la organización del partido, decidido a conquistar Twitter, con la mayoría de sus dirigentes nacionales, regionales y locales tuiteando y movilizando sus propias redes sociales cercanas. Ese es el truco, eso buscan: la influencia personal.
Porque tú me lo cuentas
Las redes sociales se basan en la horizontalidad. En ellas todos somos iguales: medios, partidos, personas particulares... Pero no tan iguales: algunos usuarios son realmente influyentes, impactan en mucha gente y eso hace que sus mensajes tengan más peso, se expandan más deprisa y generen mucho más ruido.
Navegamos y conversamos a través de la recomendación. "Porque tú me lo cuentas, me lo creo y lo difundo". Ese debería ser el lema de Twitter, el clásico "Pásalo". Cuando tienes una buena estructura reticular, con nodos de peso como Esperanza Aguirre y un equipo lanzando sin parar consignas, es fácil conseguir éxito en las redes sociales. Tu mensaje corre muy deprisa porque encuentra acelerantes en su camino.
Ayer se vivió un interesante 'combate' para encontrar esos acelerantes, esas personas que consiguen que una conversación, un hashtag o un post se conviertan en un éxito. Lo consiguió el PP, que pareció más organizado. Y durante todo el día lo consiguieron también UPYD, EQUO e Izquierda Unida, muy activos en su protesta contra un debate que, a su entender, deja fuera a los partidos minoritarios.
¿Cuánto influye Twitter?
Cuando analizo estas cosas, siempre me pregunto cuál es la influencia social de una herramienta como Twitter, que en España es todavía muy minoritaria. Twitter es influyente en la medida en que personas influyentes la utilizan, y no hay tantos influyentes de peso real.
De hecho, un estudio de Yahoo y la Universidad de Cornell, analizó no hace mucho cómo se comportan los usuarios de Twitter en Estados Unidos y cómo interactúan entre sí los más influyentes y los menos. La conclusión del estudio es clara: sólo encontraron unas 50.000 personas que aportasen contenido influyente. El resto, y ese resto es el 99,5%, nunca aportaba valor y se limitaba a reenviar lo que dicen las personas a las que sigue. En España cabe pensar que haya incluso mucho menos de 50.000 usuarios diciendo cosas que realmente importen e influyan.
Esto tampoco es algo nuevo. La Teoría de los Dos Pasos, de Lazarsfeld, ya describió este fenómeno con profusión de detalles. Las redes sociales simplemente ofrecen una forma sencilla y eficaz de encontrar y 'utilizar' a los 'influencers', las personas que pueden hacer que otra, o muchas otras, cambien de idea. O de voto. El PP lo tuvo más claro la noche del debate y por eso ganó con claridad en las redes.
Lo he contado también en el Telediario, pero más en cortito:
Desde que Obama exprimiera al máximo las posibilidades de Facebook, Twitter y YouTube en 2008, no hay campaña electoral, así sea para elegir presidente de la comunidad de vecinos, que no trate de sacar provecho de las redes sociales. Otra cosa es hacerlo bien.
Me piden mis compañeros de Nacional que analice lo que están haciendo los partidos políticos para esta inminente campaña electoral en cuanto al manejo de las redes. Y, la verdad, el análisis repentino es fácil: "nada nuevo".
¿Nada? Bueno, la verdad es que algo novedoso se puede espigar en las estrategias y tácticas de los responsables de redes de los partidos. Y, la verdad, no siempre es bueno. Hago una selección de las cosas que me llaman la atención en esta primera etapa de la campaña. Si en los próximos días hay más acciones interesantes, lo comentaremos:
Los asesores de Obama
Empezó todo este lío electoral 2.0 con la presencia en España de los asesores de Obama en el tema de redes sociales. Se los trajo Rubalcaba para dar un golpe de efecto con el que presentar su cuenta en Twitter, @conrubalcaba. Aquello tuvo su repercusión y dejó claro que esta vez los responsables de comunicación de los partidos se tomaban realmente en serio el trabajo en redes sociales.
Claro que el equipo "que acompaña" a Rajoy al frente de ese Twitter ha tenido que sudar lo suyo: en los primeros días colgaron una foto del candidato con Santiago Segura y Julio José Iglesias, un trío que dio bastante que hablar en la red. Nada comparado al toro que tuvieron que lidiar con lo de #avatarmariano. No acaba de estar claro este incidente: supuestamente uno de sus community manager pidió a un usuario que se quitara la foto de Rajoy que utilizaba de avatar. En respuesta, Twitter se cubrió de avatares con la cara del líder popular y el hashtag se convirtió en trending topic durante dos días. Los que sabemos lo que cuesta llegar a ser TT en Twitter no dejamos de preguntarnos: ¿lo habrán hecho a posta? Acogidos a la máxima "que hablen de mí aunque sea mal", podrían haber alimentado el efecto bola de nieve para colocarse en ese preciado podio de los TT. Nunca lo sabremos.
Uso cada vez más personal del Twitter
Hablar del Twitter de los líderes me lleva a pensar en el uso cada vez más amplio y personal que están haciendo los políticos de esta herramienta. González Pons, Elena Valenciano, Gaspar Llamazares... Son muchos los que ya 'tuitean' de continuo, adelantando muchas veces información y, en ocasiones, contando de más.
Me parece que cada vez son más hábiles con este asunto nuestros políticos. No son especialmente 'techies', pero han avanzado mucho en comparación con la campaña anterior. Y, ojo, la última vez que analicé esto fue en mayo, para las elecciones municipales. Ahora que les van a dar un iPad a cada uno en el Congreso, a lo mejor empezamos a vivir debates paralelos en Twitter o cualquier otro espacio virtual.
La gente importa si es virtual
Pero, sobre todo, parece que los responsables de estas herramientas se han dado cuenta de la gente importa, y mucho, en las redes sociales. Creo que todo lo que ha venido de la mano del 15M ha influido en su forma de entender este negocio y han puesto el foco en las personas.
Que el 15M cambiara la intención de voto de un 20% no es moco de pavo; y si una lección clara deja ese movimiento es que la gente, armada con tecnología 2.0, hace ruido de verdad y empieza a influir en los resultados electorales. Así que los partidos han decidido atender mejor esta faceta e identificar esas conversaciones en las que se habla de ellos continuamente. Además, quieren identificar a los líderes de opinión de esos flujos de comunicación.
Al respecto de esto de los líderes de opinión, me parece recomendable recuperar el artículo publicado el pasado invierno por el Instituto de Ingeniería del Conocimiento y publicado por la revista 'Social Network'. El trabajo analiza cómo se difunde la información en las redes sociales y la importancia de la afinidad que tenemos con nuestros contactos para agilizar esa difusión. Si queréis saber más, os recomiendo también este reportaje de nuestros compañeros de Entre Probetas, de Radio 5:
Los regalos de Rubalcaba
La cosa es que buscar líderes de opinión en los que apoyarse no es nada fácil. Así que, ¿por qué no 'comprarlos'? Eso es lo que se ha propuesto el PSOE con su campaña de regalos a cambio de ruido social. Lo que hacen es darle un premio a las personas que más "meneen" sus contenidos en las redes. Así, a medida que tuiteas links del PSOE te vas llevando puntos y, por fin, puedes ganar una ¿bonita? jarra o cualquier otro chisme con el logo del PSOE y los lemas de su campaña.
Bueno, la puesta en práctia es poco elegante, la verdad. Pero de fondo subyace una idea que me gusta: la 'gamificación', o, como dice mi compañero Nacho Gómez, 'ludificación'. Hace tiempo que vengo dándole vueltas a esto de trasladar las estrategias de los juegos a las webs "serias". En el futuro veremos webs en las que navegar y compartir cosas será premiado. Incluso el propio hecho de informarse on line se convertirá en un juego en el que se sumarán puntos, se competirá... Lo que han hecho en el PSOE es un esbozo de estas tácticas que ya se practican en muchos sitos. Otro día hablamos de esto con detalle.
El "secuestro" de tuits
La verdad, prefiero eso a la táctica del PP de "secuestrar" o "zombificar" los Twitter de sus simpatizantes. Lo hicieron durante la Convención que celebraron en Málaga y fue una sorpresa, porque en España apenas se ha experimentado con esto.
En esencia, los militantes y simpatizantes ponen temporalmente sus Twitter a disposición del PP, que los controla de forma robotizada. Al final, cada post se difunde de forma masiva y el impacto parece un bombardeo por saturación. A la gente tampoco le hizo mucha gracia y en Twitter se expandió el hashtag #prostituit, que denunciaba la iniciativa.
Conste que no me gustan estas maniobras, pero una vez más demuestra que los responsables de redes sociales de los partidos se han puesto a pensar en qué hacer. Y, puestos a hacer, ¿por qué no ampliar el radio de acción? Pues ahí está Tuenti. Los partidos han decidido abrir espacio en la red social más joven, así que Tuenti los ha reunido a todos en una página especial. Sabiendo lo que cuesta sacarle provecho a esta red social, me llama la atención que hay más de 5.000 personas adheridas a la página. ¿Jóvenes más concienciados? Ojalá.
Página especial de Tuenti para las elecciones.
La movilización de UPYD
Pero si hay una formación que ha logrado movilizar a sus simpatizantes y militantes en las redes sociales, esa es UPYD. Es impresionante ver los torrentes de mensajes que UPYD protagoniza en las redes sociales. Cualquiera que le eche un vistazo a Twitter o entre al Facebook oficial de Rosa Díez se dará cuenta de lo activos que son sus seguidores y cómo saben mover los resortes de las redes sociales para que se les escuche.
En UPYD han hecho del "pásalo" en las redes un verdadero arte. Aunque tampoco se quedan atrás en Izquierda Unida, donde están empleándose a fondo y logran gran repercusión en las redes. Y como Gaspar Llamazares tiene casi tanto peso en su campaña como Cayo Lara, el esfuerzo es doble. Me parece muy interesante el viral que han hecho con el título "No habrá paz para los malvados", un vídeo que se está moviendo mucho en Internet y que utiliza hábilmente los postulados del 15M. Buen trabajo, sin duda, del departamento de Comunicación de IU.
Por lo demás, lo que estoy viendo en estos días me parece anodino, demasiado visto. Sin embargo, seguro que los partidos se guardan munición pesada para los próximos días. Lo comentaremos aquí. Y si alguno ve algo que merezca la pena comentar, pues ya sabéis: un mensaje y empezamos a debatir.
Soy David Varona, redactor jefe de Proyectos en RTVE.es, donde también trabajo sobre las redes sociales, una faceta de Internet que me fascina. Pero lo que de verdad me emociona es la apicultura...