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El periodismo ciudadano se hace mayor: YouTube Neswire y The Counted

He oído a muchos profesores de universidad decir que el periodismo ciudadano no existe. Que eso que hace la gente nunca será periodismo. Lo peor, lo más triste, es que se lo oigo decir a periodistas día sí y día también. Y no se dan cuenta de que lo que tienen que hacer es aprender la forma de aprovecharse de ese impulso de la  gente por comunicar.

Bueno, la realidad tiene una cualidad que me encanta: es tozuda. Paso a paso, desde los lejanísimos tiempos de Oh my News! hasta estos días de inflación en Periscope, el periodismo ciudadano ha ido avanzando, a su paso, sin prisas, con la tranquilidad de la tortuga que sabe que ganará la carrera a la vanidosa liebre.

Los que creemos que el periodismo no puede vivir de espaldas a la aportación del ciudadano estamos de enhorabuena esta semana. Descubro a través del tan recomedable Nieman Journalist Lab que se presentan dos espectaculares proyectos basados en la participación y en eso que llamamos UGC: contenido generado por el usuario.

Uno de ellos, muy interesante, se llama YouTube Newswire, y es un servicio creado a medias entre Google y Storyful, una empresa que se dedica a perseguir, verificar y agrupar aquello que está funcionando en las redes sociales.  Su valor añadido es la verificación: ellos detectan un contenido interesante en redes, se aseguran de que es real y está contrastado, y se lo ofrecen a los medios, que lo publican con total tranquilidad sin necesidad de invertir tiempo en hacer esa tarea de verificación y contraste. Son como una agencia de información segura procedente de las redes y evitan que los medios metamos la pata.

Ahora refuerzan la alianza que ya tenían con Google y Youtube y van un paso más allá. Juntos, lanzan este servicio denominado YouTubeNewswire. La idea es montar un canal de vídeos subidos por los usuarios a YouTube,  verificarlos y ofrecérselos a los medios de forma gratuita, garantizando que no van a publicar un 'fake'. Se trata, claro, de seleccionar vídeos con contenido relevante, no solo vídeos de gatitos.

La idea no es especialmente nueva, porque ya Facebook había montado Facebook Newswire, un servicio parecido. Pero que Google apueste tan decididamente por 'curar' contenido ciudadano y ofrecérselo, limpio de polvo y paja, a los medios, indica que el gigante apuesta por el periodismo ciudadano y lo considera una alternativa seria al periodismo más tradicional o convencional. 

 Más allá del propio servicio, se abre un horizonte de cambio: la aportación de los usuarios al trabajo de los medios es cada vez mayor, más valiosa y más diferenciadora. En RTVE.es hemos visto con claridad el interés que despierta un formato como Periscope: nuestros seguidores se han lanzado a consumir nuestras emisiones de Periscope en Eurovisión. Al mismo tiempo, se han puesto ellos a producir sus propias transmisiones: son auténticos prosumidores. La gente se da cuenta de lo fácil que es generar y emitir un contenido y, sin más, lo hace. Dejar pasar ese caudal de información original, diferente,  es un error: hay que tener la formación necesaria para encontrarla, analizarla y sacar provecho de ella. Herramientas como Storyful o este YouTube Newswire nos lo ponen más fácil.

Pero, mientras nos ayudan, también nos dan un toque de atención. Están diciéndonos "eh, grandes medios, dejad de miraros al ombligo y atentos a lo que hace la gente, que es bueno y, sobre todo, es buscado y consumido por el público". No atender a estas señales sería, simplemente, estúpido.

The Guardian: el valor de la comunidad

Otro ejemplo emocionante que acaba de lanzarse es el del diario británico The Guardian en su edición estadounidense. Se llama 'The Counted' y es un proyecto que propone recopilar todos los casos de personas muertas a manos de la policía en Estados Unidos, una información claramente hurtada por las autoridades.

Precisamente por ese oscurantismo, la tarea es ímproba. Y aquí es donde la gente, la comunidad y el periodismo ciudadano demuestran su fuerza. El equipo de The Guardian ha pedido colaboración y ha montado un grupo de trabajo que incluye reporteros, editores y expertos en participación para poner a la audiencia en el centro del proyeto. 

El éxito es rotundo: hasta hoy, han podido reunir ya 522 casos de personas matadas por la policía. Muchos de esos casos ni siquiera habían sido contados antes, o habían sido silenciados. Todos son verificados y publicados: por primera vez se pone cara a muchas de las víctimas de estos abusos de autoridad.

Pero en The Guardian no se quedan ahí: construyen en torno al proyecto una comunidad, una auténtica capa social que pone en contacto constante a periodistas y público, en una colaboración -más bien una conversación- que enriquece sin parar el trabajo de los profesionales con la aportación de los ¿amateurs?. Counted

El planteamiento es tan poderoso que entusiasma. Mary Hamilton, del equipo de The Counted, explica en Nieman Lab que quieren contactar con personas preocupadas por la violencia policial, no necesariamente preocupada por The Guardian(¡!). Por eso, saben que  tienen que ira a buscarla a donde está la gente, en las redes sociales. Por eso, construyen una potente presencia del proyecto en las redes, para que el público, sea o no afín al medio, pueda relacionarse con la idea, enriquecerla, expandirla y difundirla.

Buenos  tiempos para el periodismo ciudadano y, en definitiva, para la participación y la necesaria relación entre público y profesionales. Ojalá cunda el ejemplo.

 

 

 


 

 

David Varona   19.jun.2015 17:31    

Facebook ya es el periódico y quiere ser la televisión, la radio y todo lo que se te ocurra

Vaya semana que nos está dando Facebook. No hago más que leer noticias sobre la empresa de Mark Zuckerberg y sus productos. A la conferencia F8, el encuentro anual de desarrolladores, que se está celebrando en San Francisco, se suman varias noticias más sobre el proyecto de Facebook de alojar noticias de grandes medios dentro de sus páginas, algo que ya intentó en su día y que ahora vuelve con fueza.

La sensación que saco de tanta notica es que los periodistas y comentaristas que las escriben empiezan a describir a Facebook como una suerte de leviatán que se quiere comer todo lo que le rodea.
Bueno, yo también lo pienso. Pero no es algo de ahora: en estas mismas páginas comentamos hace ya tres años que Facebook, y las demás redes sociales, están invadiendo a gran velocidad el espacio de los cibermedios. (De hecho, he publicado un 'paper' al respecto).
Es más, ya en 2012  Facebook anunció que contrataba a un reputado periodista para trabajar en su proyecto de noticias y el propio Zuckerberg va por el mundo diciendo eso de "queremos ser tu periódico". 

Marck

Ahora están a punto de serlo. Alojarán noticias y contenidos completos de grandes medios, que seguramente ganarán en engagement con sus lectores, se llevarán algo de publicidad y, con un poco suerte, sumarán nuevos usuarios/lectores para sus cada vez menos visitadas webs. Y los cibermedios verán cómo su contenido es fagocitado por la red... ¿Se puede resistir a la fuerza de un sitio con 1.400 millones de usuarios?

Las noticias ya las da Facebook

Lo cierto es que Facebook ya es el periódico de muchísima gente, y pronto será su tele, su vídeo, su radio, su consola de juegos, su [...] Esta misma mañana, estaba siguiendo a través de Twitter la conferencia sobre social media que ha organizado la EBU en Londres y en la que participa mi compañero Agustín Alonso.

Nada más empezar a leer los tuits, me encontré con estos dos:

 

¿Hay que explicar algo más después de esto?  Yo creo que no, que la fuerza con la que Facebook y el resto de las redes sociales se apropian del negocio periodístico es irrefrenable. Aquí, el refranero: "si no puedes vencerlos, únete a ellos".

Pero, para los que todavía tengan dudas: un estudio reciente del American Press Institute y Asociated Press concluye que a la generación Millennial sí le interesan las noticias, pero no está dispuesta a pagar por ellas. 
Además, los jóvenes encuestados aseguran que no buscan noticias en las redes sociales, pero que una vez que se las encuentran, las consumen. El 88% por ciento confiesa hacerlo gracias a Facebook, pero también usan otras redes, con Pinterest o Tumblr como herramientas destacadas. Y solo para las noticias de mucho peso, las "hard news", conservan -por ahora- los medios el lugar de  primera opción.  
¿Es esto algo muy nuevo? Para nada: ya hablamos de ello en El Enjambre cuando el Pew Research Center analizó el consumo de noticias en redes sociales en 2013. La tendencia ya se veía clara entonces y lo único que hace ahora Facebook es trabajar para consolidarla y sacar provecho. La idea es clara: si la gente se ha acostumbrado a encontrar las noticias en Facebook, hagamos que Facebook sea el mejor lugar para ver noticias.

F8: un mapa del tesoro y del futuro

Tras los medios viene lo demás. En Facebook celebran estos días su convención de desarrolladores, el ya mítico encuentro F8 que es algo así como una revelación de lo que serán los próximos años. 
En esta ocasión han anunciado novedades que amplían el sentido de lo que venimos diciendo:

1 - Más y mejor vídeo. Como ya sabemos, Facebook amenaza seriamente la supremacía de YouTube en el mundo del vídeo. Ahora anuncian que sus vídeos, además de estar en autoplay, serán "embebibles", tendrán "pre-roll" publicitario, serán más fáciles de editar... Si a eso sumamos su mucho mejor dotación de herramientas sociales, la oferta de vídeo de Facebook puede ser imbatible. 
Una vez más, era un rumbo que se podía prever. Ya lo hicieron con las fotos: una conquista despiadada del contenido fotográfico, incluyendo la llamativa compra de Instagram. Ahora es el turno del vídeo, y yo apostaría por otro éxito.  (Hace unos días Nielsen ya alertaba sobre la huida de los americanos de la tele, pero solo de la tele, no de los contenidos de vídeo, cuya demanda crece sin parar).

2 - Messenger, como centro comercial. Que nos obligaran a descargar Messenger para leer los mensajes privados en el móvil no era un capricho. Ahora, Facebook explica que construirá sobre Messenger (con unos 700 millones de usuarios) un auténtico 'hub' comercial que permita a los usuarios establecer contacto con las marcas comerciales. Messenger se conectará con otras apps y servirá para compartir contenidos y todo tipo de transacciones comerciales entre ellas.

3 - El móvil manda. Después de lanzar Home hace un par de años, Facebook sigue avanzando en su conquista del smartphone. Se ha convertido en una de las pocas apps que están presentes en la inmensa mayoría de los dispositivos y cuenta con otras que no le van a la zaga, como WhatsApp o Instagram. No falta quien vea que en el futuro competirá directamente con iOs y Android como ecosistema móvil. Si Messenger (que quizá siga un camino de fusión con WhatsApp) se convierte en un estándar de comunicaciones entre usuarios y empresas, en un gran 'hub', puede hacer que el modelo móvil de Facebook sea el dominante en poco tiempo, distribuyendo sus propias apps en detrimento de las que promueven los grandes actores del sector.

4 - Hacia Internet de las cosas. Ese 'hub' que supone Messenger supone dotar de una conectividad nueva a muchos servicios, y va en la línea de conectar las cosas a Internet. O, mejor dicho, a Facebook. Esa es otra de las líneas mostradas en el F8: Facebook quiere ser un estándar de de conexión entre aparatos, redes sociales y nosotros, los usuarios. Es decir: si tienes una nevera conectada, te avisará a través de Messenger de que falta leche, y será a través de Messenger como te comunicarás con tu supermercado para que te envíe un pedido...

Y, un paso más allá, Zuckerberg no esconde su pasión por herramientas como Oculus Rift, el visor de realidad aumentada que es propiedad de Facebook. El dueño de la empresa explica que se podrán compartir en Facebook contenidos para ver con Oculus, como material audiovisual en 360º... Pero también juegos o cualquier otra experiencia que requiera realidad virtual. Para mí, la propia red social es susceptible de saltar a la realidad virtual. ¿Os imagináis lo que sería chatear a través de Messenger viendo a la otra persona en 3D con Oculus? 

Con todo esto, ya no me parece tremendista el titular de hoy en Buzz: "Facebook está comiéndose Internet".

 

Bonus track: os aconsejo vivamente leer el post de nuestro Laboratorio sobre las apps de móvil y sus amenazas a la intimidad.

David Varona   26.mar.2015 16:52    

#TheDress: no cambia el color, cambia el público

Está medio mundo fascinado con la historia de #TheDress, un vestido que para unos es de un color y para otros de otro. Tornasolado, habría dicho el clásico. Una paradoja de la percepción, diría National Geographic (gracias, Paco Asensi, por la referencia).

Vestido

A mí el vestido me parece blanco y dorado, la verdad. Pero sé que es porque tengo el monitor del ordenador configurado de una forma concreta. Un mínimo ajuste y el vestido cambiará.

Aclarado este asunto, que me interesa más bien poco, pasemos a analizar el tema de fondo: el increíble fenómeno viral que ha generado la historia del vestido de marras.

Algunos datos:

El post de  Tumblr en el que se publicó el vestido de marras lleva más de 407.000 'notes', que son los 'likes', 'reblogs', etc. Es decir, un engagement asombroso para algo que se publicó hace solo 24 horas.

Buzzfeed publicó la historia y, literalmente, se les fue de madre. Como una colmena sin espacio en plena primavera, sus costuras reventaron: explican que en lo más caliente del debate de los colores, había 670.000 personas leyendo y comentando el tema a la vez. Fue tan grande el aluvión que tuvieron que parar de publicar para que las maquinas aguantaran. En Verne lo cuentan con detalle.

De esas 670.000, más de 250.000 se conectaron por móvil. Un día después, el artículo de Buzzfeed lleva más de 26 millones de impresiones...

Los hashtags relacionados con la historia se acercan ya al millón, si no lo han superado.

¿Qué está pasando aquí?

Los observantes del periodismo tradicional estarán de colores (valga la broma) con la historia del vestido que obnubila a los usuarios de Internet. Casi puedo oírles: "al público solo le interesan las chorradas".

¿Es verdad esto? Sí y no. Los públicos están en un proceso de cambio irreversible. Y, con ellos, cambia drásticamente el modelo de consumo de información. Estoy seguro de que la gran mayoría de los que participaron en el debate del vestido tornasolado están bien informados. Son usuarios híperconectados, manejan muchas fuentes, dominan las redes... Cuando deciden pasar un rato divirtiéndose con el debate de los colores es porque ya saben lo que ha pasado en el mundo, en su país o en su colectivo de interés. Han leído blogs, han consultado Twitter varias veces, han buscado en Google para ampliar alguna información. Sí, están informados. Y, sí, deciden divertirse jugando en las redes con la broma del día.

¿Qué se supone que debe hacer ese público al final del día? ¿Sentarse ante soporíferas tertulias políticas que mastican el mismo pedazo de carne de la mañana? ¿Ver/escuchar informativos de televisión/radio que cuentan lo mismo que ellos ya leyeron en Twitter o Digg mientras iban a trabajar a primera hora del día? ¿Ver en la televisión series que ya han visto en Netflix o pirateado?

Desde los medios "tradicionales" se sigue tratando a los públicos como si estuviéramos en 1990. Es un error inmenso. 

Vivimos en la era de los 'customer media', los medios de comunicación que entienden que el usuario está en el centro del proceso comunicativo y hay que darle lo que quiere.

Estos usuarios, en su mayoría 'millenials', tienen otra forma de interactuar con la información, el entretenimiento, los medios y los periodistas. Es un público ubicuo, que se conecta cada vez más con el móvil y que trabaja y se entretiene en formato multipantalla.

Estos nuevos públicos entienden las lógicas virales y se dejan llevar por ellas porque saben que en esos torbellinos de memes, mensajes y debates hay creatividad, diversión y, muchas veces, información de calidad.

Son personas a las que les gusta sentirse parte de una comunidad, pero también, y sobre todo, sentir que los medios con los que interactúan piensan en ellas. Y también les gusta notar que esos medios a los que siguen cuidan y fomentan las comunidades, buscan temas adecuados, los editan de forma correcta, respetan su tiempo, no abusan de su paciencia, no adoctrinan, mezclan bien lo divertido con lo serio, trabajan pensando en el móvil...

Los medios que se están aprovechando de esta nueva forma de consumo son esos 'customer media'. Sitios como BuzzFeed, que empezaron recopilando memes de gatos y ahora hacen un periodismo muy serio, sin dejar de atender a esa parte lúdica de la red. Son empresas ligeras, con visión abierta, atentas a los datos, a las comunidades y sus lógicas, a la potencia viral de un contenido, a las exigencias del formato móvil y, sobre todo, a las preferencias de sus usuarios. Saben que están bien informados y que buscan algo más. Se lo dan: no tratan de guiarles por caminos ya trillados.

El ya mítico informe de innovación del New York Times, que se presentó hace ya 10 meses, hablaba precisamente de estas cosas. De la falta de cintura de los medios y los periodistas tradicionales ante los nuevos métodos y los nuevos hábitos de los usuarios.

Está muy claro: o los "viejos" medios cambiamos rápido o nos cambiarán por otros.

 

 

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David Varona   27.feb.2015 16:32    

La falta de confianza está matando a la prensa tradicional

La confianza es la base de las relaciones sociales, del márketing, del comercio... Sin confianza, una empresa no puede vender nada a nadie.

En las redes sociales, la confianza es un pilar fundamental: sin ella, es imposible construir comunidades y conseguir cualquier objetivo con ellas. Si la gente no confía en lo que publicas, no conseguirás ningún impacto. Da igual que seas Coca-Cola, RTVE, CNN, Telefónica o mi prima Conchi.

Los medios de comunicación piensan que son ajenos a esta ecuación. O parece que lo piensan. Desde hace décadas, aquí y en cualquier país, arruinan la confianza del público con partidismos (cuando no sectarismos), intereses publicitarios, intereses corporativos, etc. Desde los años 70, en Estados Unidos se estudia el declive de la confianza del público en los medios... Y, sin embargo,  los medios de comunicación tradicionales (de cualquier tipo, pero especialmente los periódicos) no han hecho nada que revierta esta situación. En general, siguen maltratando su muy castigada reputación y haciendo cosas que espantan la confianza.

Los grandes medios han creído que eran imprescindibles para encontrar información. Pero esto ya no es así. Internet ha venido a subvertir definitivamente ese viejo orden y la combinación de buscadores y redes sociales está apartando a los medios de su lugar tradicional como prescriptores de información.

Así lo demuestra un estudio denominado 'Trust Barometer' , elaborado recientemente por la empresa Edelman con más de 27.000 encuestados en 20 países.  El número de personas consultadas ya es notable como para tener en cuenta el trabajo. Pero, además, va a ser presentado en el Foro de Davos... Parece relevante.

El trabajo, que analiza la pérdida de confianza general de la ciudadanía en todo tipo de instituciones, dedica un importante apartado a la prensa. La conclusión más llamativa es que la gente ya utiliza más los buscadores que los medios de comunicación para informarse. Es decir, antes de ir a un medio on line (y antes de ir a cualquier otro medio), el público va a los buscadores, especialmente a Google. Y, de ahí, salta a una fuente de información que le atraiga, sin pensar en el nombre de esa fuente, sin considerar si es un medio al uso, una red social, un blog...

Es decir, la confianza en los medios tradicionales es tan baja que han sido superados por los buscadores como primera referencia: un 64% dice que los buscadores le parecen confiables y un 62% dice que se lo parecen los medios clásicos.   Pero, es más, para la influyente franja de edad de los 'millennials', el hueco se abre a un 72% vs 64%.

Para algunas informaciones, como la económica, las brechas parecen ya insalvables. Un 31% dice que se informa primero on line, muy por encima del 22% que habla de la televisión y el 21% de los periódicos. Además, un 37% dice que la búsqueda on line es su prioridad para confirmar o validar noticias, lejísimos del 18% que prefiere confirmar las noticias con los periódicos...

No debe sorprender. Los usuarios están acostumbrados a que Google y otros buscadores satisfagan sus demandas, algo que no siempre hacen los medios. Es inevitable que, de una manera progresiva, vayamos confiando más en los algoritmos, porque nos parecen más neutrales y, sobre todo, más variados. Los algoritmos de recomendación y descubrimiento de noticias ofrecen un panorama mucho más amplio y colorido que el que plantean los medios.

Los medios de comunicación todavía superan en confianza a las redes sociales como lugar donde informarse. Sin embargo, la fe que el público tiene en estas plataformas crece: un 48% dice que confía en ellas para informarse, frente al 45% de hace un año. La subida es notable.

Barometer

Al paso que vamos, los medios acabarán de dilapidar su crédito muy rápido. Se empeñan en acusar de sus problemas al cambio tecnológico, la gratuidad de los cibermedios, la competencia de serivicios como Google News, y no se dan cuenta de que el mayor problema es que han perdido la confianza de la gente.

Además, el auge de las redes, combinado con la fiabilidad de los buscadores, supone un frente de batalla que el modelo tradicional no abarca. La tormenta perfecta.

Hablaremos más de esto en los próximos días.

 

 

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David Varona   20.ene.2015 19:32    

2014, el año de Instagram

El otro día estaba yo con mi tío Fernando en su academia, en la que da clases de apoyo a chavales de la ESO, Bachillerato, etc. Jovencitos, vaya, de esos que llamamos 'nativos digitales' y que han aprendido a usar antes el smartphone que la bicicleta.  En esto que llegó una familia: padre y madre de unos 50 años, niña de 10 y chico de 13. Este último era el 'paciente': según su padre, había bajado mucho su rendimiento académico y había que meterlo en vereda, porque "es un figura, pero muy vago".

Hasta aquí, todo en orden. Lo que me llamó la atención vino después: el padre aseguró que el chico estaba castigado sin su smartphone hasta fin de curso. Alarmado, el chaval suplicó: "no, papá, no, no me dejes sin Instagram".

Me quedé bastante sorprendido. Hace unos años (incluso meses), habría apostado a que la súplica del crío incluiría a Tuenti. No me habría chocado que mencionara a WhatsApp. Pero, ¿Instagram? ¿Por qué un chaval de 13 años no puede pasar sin su perfil de Instagram?

Desde entonces vengo dándole vueltas a la cuestión. Instagram no es una de mis redes predilectas: tengo escaso ojo para hacer fotos, le dedico poco tiempo y, desde el punto de vista profesional, no me aporta nada en términos de tráfico o 'linkbaiting'.
Pero reconozco su arrollador impacto: en 2014 ha superado a Twitter y, de la mano de Facebook, va camino de ser uno de los principales jugadores del tablero de las redes sociales. Además, ha superado los 300 millones de usuarios mensuales y es un 'must' entre los menús de apps de los teléfonos.

Siempre he pensado que Instagram tiene un problema de experiencia de usuario: es fácil seguir a cracks de la foto, celebridades, famosos o, en general, a cualquiera. Pero es muy difícil que alguien te siga a ti si no aportas un contenido excelente. Y esto hace que el crecimiento de la red sea muy asimétrico y, de paso, dificulta la creación de redes en torno a los usuarios de a pie. Lo normal es entrar, echar un vistazo y comprobar que apenas hay amigos conocidos ahí dentro. Y eso debería producir un cierto retraimiento.
Estos problemas no son exclusivos de Instagram: Twitter y Google+ los sufren probablemente en mayor medida. Y, al igual que pasa con Twitter, a medida que sigues a mucha gente, es casi imposible enterarse de lo que postean los pocos amigos que tienes en la red...

Entonces, ¿por qué el chaval de nuestra anécdota se alteraba tanto al perder su cuenta de Instagram? ¿Lo usan sus compañeros de clase? ¿Han conseguido crear una verdadera red entre ellos? ¿Puede suplir a Tuenti como plataforma de creación de redes locales? ¿Es otra moda entre adolescentes, siempre atentos a cambiar?

Veamos qué está aportando Instagram:

1 - Las 'celebrities' se están pasando: cada vez son más los actores, músicos o deportistas que utilizan esta red. Les parece menos agresiva que Twitter, donde suelen ser vapuleados, y meten menos la pata con las fotos que con los tuits.

2 - Las imágenes mandan: en un mundo cada vez más visual, las fotos son las reinas. Y si sumamos la posibilidad de subir 15 segundos de vídeo, Instagram resulta muy completa y potente. Otras redes permiten subir fotos, claro, pero pocas tienen algo tan atractivo como los filtros y todas las herramientas adyacentes.

3 - Es una red nacida móvil en un mundo móvil: es quizá la única de las grandes redes sociales que nació para móvil. Esto le da gran ventaja en un mundo que ya es mayoritariamente móvil. Habrá otras grandes apps de foto para el teléfono, pero el que da primero da dos veces.

4 - Sencillez. Instagram es una herramienta muy sencilla de manejar. La curva de aprendizaje es mínima y, al margen de los problemas de experiencia que citábamos antes, no plantea dificultades de uso. En esto, sin duda, gana a Twitter, Pinterest, Google+ y otros grandes nombres del mercado.

5 - Gran herramienta de márketing. Las marcas comerciales han entendido que, en una cultura de la imagen, Instagram es una forma perfecta de proyectar una cuidada y atractiva imagen pública. Claro, su negocio no es vender publicidad o páginas en Internet, así que no les preocupa que apenas derive tráfico. Se quedan con la aportación en términos de marca y prestigio.

Son todos argumentos importantes que hacen que Instagram viva un momento dorado. Yo sigo sin saber qué le aporta al alumno de mi  tío, pero entiendo por qué arrasa y por qué Facebook pagó un dineral por esta empresa.

Instagram

 

 

 

 

 

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David Varona   29.dic.2014 18:20    

El community manager: abejas obreras que salvan colonias

A veces, una colonia de abejas muere porque una obrera falla: se pierde, es devorada por un depredador, aplastada por un coche, sorprendida por una tormenta... y no vuelve a casa. Su asuencia puede parecer insignificante, pero no lo es: en el súperorganismo de la colonia, cada individuo es importante. A lo mejor llevaba la gota de néctar necesaria para que la colmena resisiera al invierno. A lo mejor había descubierto la fuente de alimento salvadora, pero no pudo trasmitir la información...

Obrera

El el enjambre de las redes sociales, los community manager son esas obreras imprescindibles. Sí, ya sé que hablar de esto es "muy 2009", pero creo que su importancia es ahora mayor que entonces, cuando el 'community management' se convirtió en una moda y, en muchos casos, en una forma más de sacarle la pasta a la gente.

Hoy, entretenidos los gurús con otras cosas y reventada la burbuja, el community manager sobrevive como un profesional muy exigido. Con un sueldo generalmente mediocre -cuando no bajísimo- está al cuidado de lo más importante que tienen empresas, personas o instituciones: su reputación. Descuidar ese flanco es un error imperdonable, por lo que la importancia de estos profesionales es decisiva. Por eso, casi todos los que conozco se forman constantemente, trabajan y trabajan a caballo entre el márketing, la publicidad, la comunicación, la sociología y la psicología.

¿La psicología? Sí, claro. Muchas veces pienso que el buen community manager tiene mucho de barman. Ese tipo conocido que, silente tras la barra, atiende a las necesidades de la fiesta. Pero también, cuando el confeti se ha posado, consuela, aconseja, protege y mete en un taxi al que llora sobre la barra. Ya se sabe que "no hay mejor psicólogo que un buen barman" ;)

La idea siempre me ha rondado por la cabeza.  Pero el otro día,  mi amiga y excelente community manager Laura Prieto, me contaba algo muy sorprendente. Ella trabaja sobre todo con productos infantiles y se encuentra con muchos niños que se dirigen a ella (y a la marca) para contarle sus problemas: "voy mal en clase", "¿es raro que me guste una serie de fútbol siendo niña?", "¿le podéis poner mi nombre a una serie de dibus?". 

De antemano: sí, hay niños en las redes ("¡Qué escándalo, aquí se juega!"). Superado este susto, me planteo una situación nueva para el gestor de comunidades: cómo se trata con un niño que te está contando un problema grave. Es decir, ¿qué debería hacer Laura si el niño le cuenta que sus compañeros le pegan en clase? ¿Y si son los padres los que le maltratan?

¿Cuentan los community manager con recursos para afrontar una situación así? ¿Deben hacerlo? ¿Con qué herramientas de comunicación y habilidades psicológicas se trata un problema como este?

Es, sin duda, un territorio nuevo. Otro más. A medida que las redes sociales se convierten en factores y actores decisivos en nuestra forma de relacionarnos, estas situaciones son más frecuentes. Para un niño de 9 ó 10 años, sus dibujos favoritos son un amigo más y, encima, puede hablar con ellos a través de estas plataformas. Es normal: han crecido juntos y los dibujos -la serie, la empresa, el medio de comunicación- lleva tiempo hablándole. Ahora busca respuestas en esa figura conocida, cercana y de la que no desconfía. Como si no fuera ya difícil hablar con los niños sin espantarlos, buscando siempre mejores retóricas y técnicas narrativas, habrá que aprender a gestionar sus pequeños-grandes dramas.

Las empresas tienen -tenemos- que entender que las relaciones con nuestros públicos son absolutamente nuevas. Especialmente con públicos tan jóvenes y desconocidos para nuestros usos del siglo XX. Hay que entender que esta nueva generación reclama de nosotros algo más que un mensaje publicitario .

Me parece que, en los albores de esta nueva relación, la presencia del community manager es fundamental, porque habla el idioma de la comunidad y está presente en sus cambios constantes, algo de lo que no pueden presumir los directivos que dan las órdenes, ni los analistas que, alegremente, quieren ahora enterrar al community.

Alimentemos y cuidemos a esas abejas obreras del enjambre. Son, probablemente, tan importantes como la reina.

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David Varona   24.nov.2014 12:21    

Los blogs: una mala salud de hierro

¿Recuerdas qué hacías en 2004? A lo mejor aquel año, hace ya una década, te dio por abrir un blog. En aquel momento, el New York Times elegía "blog" como la palabra del año. En plena explosión de la web 2.0, los blogs empezaban a dar voz a millones de personas en todo el mundo.

Después de aquello, la web 2.0 trajo las redes sociales y, con ellas, herramientas y micromedios de todo tipo que permitieron una explosión de la comunicación personal nunca vista (aunque sí "profetizada" por autores como Toffler). 

Time10

Con la irrupción de las redes, no faltaron los que dieran por muertos y enterrados a los blogs. Esto de Internet es así: la moda de esta mañana es prehistoria esta tarde. Pero, pasada y posada la polvareda, los blogs siguen ahí y parece que no se van a ir.

No es la primera vez que dedico un post a celebrar la mala salud de hierro de los blogs. Aquello de "los muertos que vos matáis" está muy vigente para una forma de expresión que no deja de crecer, mejorar y profesionalizarse. Claro, también hay muchos blogs que simplemente ocupan un lugar en el ciberespeacio, pero cada día descubro al menos uno que merece la pena seguir.

Y, si no os lo creéis, atentos a la selección de blogs que optan este año a los X Premios Bitácoras. Hay un nivel de primera división: os lo digo yo, que he sido nombrado jurado del certamen y me he tenido que ver cómo son y qué hacen todos los finalistas.

Para mí, los blogs persisten porque tienen ventajas:

1 - Permiten un debate más reposado y de largo plazo. Frente a la fugacidad de las redes, los blogs son más dados a la reflexión.

2 - Tienen una función de hemeroteca. Buscar aquel post de Facebook, aquella foto de Instagram o aquel tuit que viste hace dos años es algo materialmente imposible. En cambio, los blogs, con sus herramientas de archivo y búsqueda, hacen que los temas permanezcan y sean recuperables. De hecho, la "recuperabilidad" de los asuntos pasados es uno de los grandes problemas de una Internet cada vez más amplia.

3 - Obligan a ser muy bueno para triunfar. No vale con 'refreír' lo que dicen los cibermedios o algo divertido que has visto por YouTube. Para que un blog triunfe, hoy en día, hay que ser original, trabajar mucho los enfoques, contrastar, editar y, sobre todo, aceptar las críticas, los comentarios duros y el juicio de la comunidad. Esto último es, por cierto, algo que el "periodista profesional" no siempre está dispuesto a hacer.

4 - Son herramientas cruciales en el márketing. Para mejorar el posicionamiento SEO, para reforzar campañas sociales, para dar mejor imagen de una empresa... Los blogs son fundamentales en el mundo del márketing actual (Nosotros mismos, en RTVE.es, hemos elegido un blog como herramienta para contar cómo cambiamos).

Por tanto, un blog que alcanza el éxito hoy en día no es el cuaderno de ocurrencias de un 'Enjuto mojamuto' cualquiera. Es una apuesta por un trabajo casi profesional o profesional del todo, exigente y exigido, llevado a cabo con criterio, eligiendo muy bien los temas y los enfoques y, sobre todo, peleando por lograr visibilidad en las redes sociales. Y teniendo muy claro que sin la comunidad, nada.

Celebro de nuevo que los blogs sigan ahí, cambiando y mejorando, presionando a los medios "tradicionales" para que no  se duerman y ofreciendo a millones de personas información diferente y necesaria y, sobre todo, ofreciéndoles la posibilidad de tomar la palabra.

¡Os espero en la entrega de premios de los Premios Bitácoras, el viernes 21 de noviembre, a partir de las 18:00 horas!

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David Varona   18.nov.2014 16:11    

La dura competencia que amenaza a YouTube

YouTube es la gran abeja reina del enjambre del vídeo on line. En menos de 10 años ha pasado de ser una idea alocada a convertirse en el estándar mundial para alojar vídeos y en el modelo para los que se dedican (nos dedicamos) a mostrar vídeos al público en Internet.

Comprada por Google en 2006, la empresa no ha parado de crecer y en 2014 se calcula que aloja unas 100 horas de televisión cada minuto que pasa. Más de la mitad de ese contenido es profesional, es decir, producido por televisiones, productoras u otros creadores de material audiovisual. Como muestra de su increíble potencial, este botón: tiene más de 1.000 millones de usuarios únicos mensuales. Vamos, que YouTube manda.

¿Manda? Lo cierto es que empiezan a moverle la silla. Según la empresa de medición de audiencias on line ComScore, en el mes de agosto Facebook superó a YouTube como la web que más vídeo sirvió (siempre en desktop, es decir, en web desde ordenador).

El dato es llamativo y tiene una explicación inmediata: desde hace unos meses, Facebook pone en 'autoplay' los vídeos que los usuarios suben directamente a su plataforma. Esto hace que, apenas pasas sobre el vídeo, este arranca la reproduccción. La medición tiene en cuenta que una reproducción debe durar un mínimo de tres segundos, así que el 'autoplay' engrosa notablemente las estadísticas de Facebook.

ComScore

¿Ya está explicado el fenómeno? En mi opinión, no. Es verdad que esta práctica de Facebook (que a mí no me gusta) hace que su volumen de reproducciones crezca. Pero este verano nos ha dejado pistas de que hay algo más. ¿Os acordáis del famoso reto del cubo de hielo? Parece que han pasado siglos, pero fue entre julio y agosto: millones y millones de personas colgaban vídeos en Facebook tirándose hielo (o lo que fuera) por la cabeza para concienciar a favor de la investigación de la ELA.
Ya comenté entonces que una de las cosas que más me llamaba la atención del asunto del cubo era el empleo masivo de Facebook para hacerlo. La inmensa mayoría de los 'Ice Bucket Challenge'  tuvieron como escenario Facebook, y, en dura rivalidad con YouTube, gran parte de los vídeos eran alojados directamente en la plataforma de Mark Zuckerberg.

Los datos de ComScore subrayan la tendencia: consumir y alojar vídeo en Facebook, en detrimento de especialistas como YouTube o Vimeo. Igual que hizo en su momento con las fotos, Facebook se ha convertido en un colosal "devorador" de vídeo: lo absorbe y lo sirve en cantidades astronómicas. De hecho, los datos de agosto muestran que en Facebook se reprodujero 12.300 millones de vídeos, frente a los 11.300 de YouTube.

Como siempre, en Facebook las cosas funcionan por el 'engagement' que generan. Es decir: si hay likes, comentarios y shares, los contenidos se ven más, circulan más y satisfacen más a sus creadores. Lo que demuestran los números es que el 'autoplay' genera ese 'engagement'. Aunque nos obliguen a verlos a la fuerza, los vídeos son vistos, comentados, compartidos...  Y eso hace que la satisfacción del que lo sube aumente. Al final, los usuarios comprueban que sus vídeos en Facebook tienen impacto, con lo que suben más archivos a la plataforma. Si uno no tiene vocación de 'youtuber' y le basta con que sus amigos vean el vídeo, es posible que encuentre más satisfacción en Facebook que en YouTube.

Pero los problemas del portal de Google no acaban ahí. A los datos de ComScore se suman los de SocialBakers, una web especialista en medir el impacto de las redes sociales. Sus analistas también apuntan en la dirección del 'engagement' y señalan que "las interacciones crecen en Facebook y decrecen en YouTube. Esto es una seria amenaza a YouTube, porque el márketing va a a utilizar la red que le ofrezca un aumento más eficaz del 'engagement". Su analisis, que ha implicado a 20.000 páginas de Facebook y 180.000 vídeos, demuestra que el habitual proceso de subir un vídeo a YouTube y luego compartirlo en Facebook está perdiendo terreno: los responsables de las páginas prefieren subirlos directamente a Facebook.

Los que tenéis la bondad de leerme desde hace tiempo sabéis que me dan alergia los pronósticos del tipo "Facebook ha muerto", "YouTube ha muerto"... Estoy harto de ver cómo la tozuda realidad arruina estas previsones agoreras.  YouTube está lejísimos de estar en peligro, pero tampoco se puede descuidar, porque a Facebook se suman otros asaltantes, como Vimeo o Instagram.

En mi opinión, debería intensificar el trabajo por el lado que está fallando: la capa social. Como red social, YouTube es poco eficaz, y esa es la brecha que explota Facebook. Si en YouTube mejoran rápidamente su capacidad de generar una capa social útil, sencilla y expansiva, podrán frenar la sangría. Desde luego, deberían hacer algo más que fiarlo todo a Google+, esa eterna promesa.

 

 

David Varona   17.oct.2014 11:15    

Facebook no es una red... de pesca. Cambios en el NewsFeed ¿positivos?

La vuelta del verano tiene a Facebook otra vez como gran protagonista del mundillo de las redes.  Los chicos de Mark Zuckerberg anuncian un cambio que no es trivial: modifican su algoritmo para castigar malas prácticas en el News Feed, como la extendida costumbre del "Pincha aquí para ver más", especialmente con fotos que se publican a medias y es necesario pinchar para verlas completas:



 Celebstyleweekly-new
Este tipo de cosas es la que van a pasar a estar penalizadas. Y a mí, la verdad, me parece bien. Nos complicará la vida a los que manejamos páginas oficiales, pero también aportará limpieza y una criba en la que los buenos demostrarán por qué son buenos.

Facebook ya venía advirtiendo de que no le gusta esta práctica del "pincha, pincha". Se lo había dicho ya a los anunciantes y desarrolladores de apps. Le ha señalado que Facebook es una red social, pero NO una red para pescar tráfico. Que lo importante esa generar comunidad y aportar valor a esa comunidad, y que será la  gente la que haga que tu contenido sea viral. Y que solo será viral aquel contenido que se lo merezca, y no el que incita a pinchar a fuerza de cebos tramposos.

Lo que nos proponen ahora es que sigamos compartiendo fotos, pero que lo hagamos publicando en Facebook las fotos completas, sin engaños. Y también nos pide que publiquemos enlaces, pero no enlaces pegados al post de una foto. Primarán pegar el enlace completo, de forma que se muestren "por arrastre" el titular, la foto y la entradilla del tema que quieres compartir.

Además, quieren que contextualicemos eso con un post que aporte contenido, que expanda la información y que dé al seguidor suficientes datos como para determinar si quiere o no pinchar e ir a ver el resto del contenido. Algo como este post correcto de RTVE:

PostRTVE

Qué cucos... Claro, la lectura rápida está servida: quieren que aportemos mucha información en los post para que los usuarios tengan ahí suficiente y no tengan que pinchar. Puede ser. De hecho, hace tiempo que Facebook pretende ser un periódico on line filtrado por gustos y amigos, y lleva muchos meses mejorando la visibilidad de las noticias y contando con periodistas para ello. Y es normal que lo hagan, porque el público cada vez utiliza más Facebook para informarse y quiere hacerlo con claridad y comodidad. 

Una segunda lectura tiene más interés. Al menos, para mí. Se trata de repensar qué hacemos en Facebook, cómo contamos las cosas y qué narrativas utilizamos. El cambio que ahora anuncian no es aleatorio: se apoya en los resultados de miles y miles de encuestas en las que los usuarios dicen qué tipo de post les motiva más y cuáles no. Se basan también en flujos de usuarios: se mide el tiempo que tarda un usuario en retornar a Facebook tras pinchar un link. Si el contenido de destino es malo, el usuario vuelve rápidamente, lo que permie pensar que lo que ha visto no le gusta.

Lo que Facebook ha descubierto debería hacernos reflexionar a todos los que intentamos sacar provecho de las redes sociales: el contenido malo no sirve para nada. Tampoco es nada nuevo, lo sé, pero se nos olvida.

Y tenemos que pensar nuevas retóricas. O, al menos, idear una buena narrativa para redes. Construir nuevos post en Facebook que sean capaces de motivar al usuario para que pinche. Tenemos que ser capaces de despertar su curiosidad no solo sobre la noticia, sino sobre su calidad.  Esto es realmente complicado: cuando en el muro de un usuario hay cuatro o cinco medios contando la misma noticia, ¿por qué va a pinchar en una o en otra? ¿Cómo se le convence de que la nuestra es mejor?

A mí, personalmente, me apasiona esta parte. Creo que comprar publicidad en Facebook es tan sencillo que no tiene ninguna gracia. Cuando doy charlas y cursos de formación siempre incido en esta idea: hay que contar las cosas de tal forma que al usuario no le quede más remedio que leerlas. Hay que convencerle de que, si pincha, ese aperitivo que le hemos dado en forma de post se transformará en un banquete, no en comida basura. 

Buena parte del truco está en la retórica, sin duda. Pero otra parte esencial es la gestión de la comunidad. Si el medio (o la empresa) se deja ver en Facebook, todo crece. Se trata de participar, de contestar a la gente, de responder los mensajes privados, de aportar más valor en los comentarios que siguen a un post... De hacer, en definitiva, tarea de community manager. Ahora que la burbuja del community management se deshace, toca reivindicar la gran tarea que hacen muchos de estos profesionales y apostar por la formación del personal en estas prácticas.

Por tanto, me parece bien que Facebook haga este cambio. Al usuario le dará un muro con noticias mejor contadas y mejor elegidas, mucho más valoradas por la comunidad, con más engagement. A las empresas nos pone ante un reto: mejorar o no ser vistos.

Arranca divertida la temporada.

 

 

 

 

 
Categorías: Internet , Redes Sociales

David Varona   26.ago.2014 13:41    

Miley Cyrus, abeja reina de las redes sociales

La abeja reina. Ese maravilloso ser capaz de dirigir un organismo compuesto por decenas de miles de individuos. De emitir órdenes que cumplen religiosamente todos los miembros de la colmena. De vivir hasta cinco años mientras una abeja normal no vive más de cinco meses... Y, también, un juguete roto cuando sus cualidades decaen, cuando la colmena deja de confiar en ella o, simplemente, cuando llega una reina más joven y fuerte.

Algo así es Miley Cyrus, el "boom pop" del momento. Una nueva estrella en la colmena de la fama, adorada por una legión de fans que , como la corte de las abejas reinas, están pendientes de cada uno de sus movimientos, mensajes y hasta deseos. Nada extraño: antes hubo otr@s, y solo Madonna y Jagger parecen haberse caído a la marmita de la jalea real para sobrevivir tantos años como reinas del enjambre.

Manejando los medios

El otro día Informe Semanal le dedicó a Miley un interesante reportaje firmado por Irene Vaquerizo y Rosa Alcántara. Tuvieron la amabilidad de invitarme para hablar sobre el uso que hace Miley de las redes sociales y eso me permitió reflexionar sobre algunas cosas interesantes (creo).

Por ejemplo, que Miley no resulta especialmente más provocadora que otros artistas actuales o pasados. De hecho, me parece mucho menos provocadora, por ejemplo, que Siniestro Total a principios de los 80. Ni hablemos de los Rolling en los 60 o los Sex Pistols en los 70. Pero, por algún motivo, la prensa de todo el mundo la ha tomado con esta muchacha. Todo lo que hace o dice se pasa por el filtro del escándalo. Todo se pone en tela de juicio, se condena. Casi se anatemiza sobre ella.

¿Por qué esta inquina? Creo que, en buena medida, es porque Miley va a su aire y pasa por completo de los medios tradicionales. Ella monta sus 'shows' y  ella los convierte en fenómenos planetarios gracias al uso que hace de las redes sociales. Su capacidad para llegar a través de estas plataformas es ejemplar.

Con millones de usuarios en sus cuentas de Facebook, Twitter o Instagram, cualquier cosa que dice o hace en estas redes se transforma inmediatamente en algo que se ve, se comenta y se comparte en todo el planeta. Pocos artistas tienen esta fuerza, y prácticamente ningún medio de comunicación.

Así, cuando Miley comparte sus fotos en Instagram, se monta el "pollo".  Medios convencionales y no tan convencionales publican inmediatamente ese material, ampliando el impacto y consiguiendo que la artista vea multiplicada su visibilidad.

Parece que Miley maneja este círculo virtuoso a la perfección: un poco de provocación en Instagram se convierte en un escándalo global gracias al morbo que despierto en los medios tradicionales. Un buen negocio en términos de 'earned media', que dirían los del márketing.

Esta forma de actuar es relativamente nueva. La tecnología de redes sociales y micromedios ha puesto en manos de cualquiera herramientas de alcance mundial, baratas (o gratuitas) y muy potentes en cuanto a alcance y capacidad de hacer ruido. Si quien las maneja, además, es una estrella pop dispuesta a todo, se produce una combinación imbatible.

Al tiempo, estas herramientas desmediatizan la comunicación. El público habla directamente con el protagonista, y este (Miley) habla directamente a su público, sin necesidad de que los medios de comunicación medien en su relación. El mensaje directo, sin filtros, produce efectos más impactantes que el mensaje de los medios, siempre pasado por sus intereses, filias y fobias.
El público se da cuenta de que lo que dice Miley en Twitter llega sin intermediarios, es ella en pureza. Se establece entonces una relación de mayor confianza que la que se establece con los medios de comunicación. Los efectos ya los vemos: una explosión viral para cualquier cosa que dice la abeja reina.

Esta forma de comunicación desmediatizada es interesante, porque en gran medida se salta a los 'influencers', a los medios y a la teoría de los dos pasos, que sirve para explicar bastante bien la forma en que nos comunicamos en las redes. Pero con estos fenómenos no rige: Miley no necesita ni a  'influencers' ni a medios. O, al menos, no los busca: paradójicamente, unos y otros acaban hablando de ella y reforzando el efecto y el alcance de su mensaje.

La idea que se decanta del ejemplo de Miley es fuerte: cuida tu comunidad en persona, dale contenidos interesantes  (o provocadores) y consigue un éxito.

¿Cuánto durará su reinado? Quizá la próxima primavera haya otra 'princesa' dispuesta a conquistar el enjambre. Por eso, Miley vive deprisa y acelera la fórmula con más provocación y más viralidad. Su poderío está en juego, y lo sabe.

 

Aquí os dejo el reportaje de Informe Semanal:

 

 

Categorías: Internet , Música , Redes Sociales

David Varona   26.jun.2014 18:20    

David Varona

Bio El enjambre

Soy David Varona, redactor jefe de Proyectos en RTVE.es, donde también trabajo sobre las redes sociales, una faceta de Internet que me fascina. Pero lo que de verdad me emociona es la apicultura...
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