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Miley Cyrus, abeja reina de las redes sociales

La abeja reina. Ese maravilloso ser capaz de dirigir un organismo compuesto por decenas de miles de individuos. De emitir órdenes que cumplen religiosamente todos los miembros de la colmena. De vivir hasta cinco años mientras una abeja normal no vive más de cinco meses... Y, también, un juguete roto cuando sus cualidades decaen, cuando la colmena deja de confiar en ella o, simplemente, cuando llega una reina más joven y fuerte.

Algo así es Miley Cyrus, el "boom pop" del momento. Una nueva estrella en la colmena de la fama, adorada por una legión de fans que , como la corte de las abejas reinas, están pendientes de cada uno de sus movimientos, mensajes y hasta deseos. Nada extraño: antes hubo otr@s, y solo Madonna y Jagger parecen haberse caído a la marmita de la jalea real para sobrevivir tantos años como reinas del enjambre.

Manejando los medios

El otro día Informe Semanal le dedicó a Miley un interesante reportaje firmado por Irene Vaquerizo y Rosa Alcántara. Tuvieron la amabilidad de invitarme para hablar sobre el uso que hace Miley de las redes sociales y eso me permitió reflexionar sobre algunas cosas interesantes (creo).

Por ejemplo, que Miley no resulta especialmente más provocadora que otros artistas actuales o pasados. De hecho, me parece mucho menos provocadora, por ejemplo, que Siniestro Total a principios de los 80. Ni hablemos de los Rolling en los 60 o los Sex Pistols en los 70. Pero, por algún motivo, la prensa de todo el mundo la ha tomado con esta muchacha. Todo lo que hace o dice se pasa por el filtro del escándalo. Todo se pone en tela de juicio, se condena. Casi se anatemiza sobre ella.

¿Por qué esta inquina? Creo que, en buena medida, es porque Miley va a su aire y pasa por completo de los medios tradicionales. Ella monta sus 'shows' y  ella los convierte en fenómenos planetarios gracias al uso que hace de las redes sociales. Su capacidad para llegar a través de estas plataformas es ejemplar.

Con millones de usuarios en sus cuentas de Facebook, Twitter o Instagram, cualquier cosa que dice o hace en estas redes se transforma inmediatamente en algo que se ve, se comenta y se comparte en todo el planeta. Pocos artistas tienen esta fuerza, y prácticamente ningún medio de comunicación.

Así, cuando Miley comparte sus fotos en Instagram, se monta el "pollo".  Medios convencionales y no tan convencionales publican inmediatamente ese material, ampliando el impacto y consiguiendo que la artista vea multiplicada su visibilidad.

Parece que Miley maneja este círculo virtuoso a la perfección: un poco de provocación en Instagram se convierte en un escándalo global gracias al morbo que despierto en los medios tradicionales. Un buen negocio en términos de 'earned media', que dirían los del márketing.

Esta forma de actuar es relativamente nueva. La tecnología de redes sociales y micromedios ha puesto en manos de cualquiera herramientas de alcance mundial, baratas (o gratuitas) y muy potentes en cuanto a alcance y capacidad de hacer ruido. Si quien las maneja, además, es una estrella pop dispuesta a todo, se produce una combinación imbatible.

Al tiempo, estas herramientas desmediatizan la comunicación. El público habla directamente con el protagonista, y este (Miley) habla directamente a su público, sin necesidad de que los medios de comunicación medien en su relación. El mensaje directo, sin filtros, produce efectos más impactantes que el mensaje de los medios, siempre pasado por sus intereses, filias y fobias.
El público se da cuenta de que lo que dice Miley en Twitter llega sin intermediarios, es ella en pureza. Se establece entonces una relación de mayor confianza que la que se establece con los medios de comunicación. Los efectos ya los vemos: una explosión viral para cualquier cosa que dice la abeja reina.

Esta forma de comunicación desmediatizada es interesante, porque en gran medida se salta a los 'influencers', a los medios y a la teoría de los dos pasos, que sirve para explicar bastante bien la forma en que nos comunicamos en las redes. Pero con estos fenómenos no rige: Miley no necesita ni a  'influencers' ni a medios. O, al menos, no los busca: paradójicamente, unos y otros acaban hablando de ella y reforzando el efecto y el alcance de su mensaje.

La idea que se decanta del ejemplo de Miley es fuerte: cuida tu comunidad en persona, dale contenidos interesantes  (o provocadores) y consigue un éxito.

¿Cuánto durará su reinado? Quizá la próxima primavera haya otra 'princesa' dispuesta a conquistar el enjambre. Por eso, Miley vive deprisa y acelera la fórmula con más provocación y más viralidad. Su poderío está en juego, y lo sabe.

 

Aquí os dejo el reportaje de Informe Semanal:

 

 

Categorías: Internet , Música , Redes Sociales

David Varona   26.jun.2014 18:20    

La música como motor: primavera en las redes sociales

Por fin llegó la primavera de verdad. Y, con ella, como en los colmenares, la agitación se deja notar de nuevo en el mercado de redes sociales, que había pasado un invierno muy tranquilito.

Para mí, el momento se define por un rasgo importante: la apuesta por la música como valor. Las redes han puesto sus ojos en la música para atraera y, sobre todo, para fijar al público.

La especialista en la materia es, claro, Myspace, que la pasada semana lanzó una nueva actualización de su ya veterano servicio. Ahora, más pensado para la navegación en dispositivos móviles y en todo tipo de soportes, el diseño ofrece una navegación lateral. Es un Myspace mucho más actual, más competitivo y muy atractivo, en la línea de Pinterest y otros servicios muy visuales. Lejos queda ya aquel diseño de 2006 que daba miedo...

Y la gran apuesta de Myspace sigue siendo músical. Si en sus orígenes uno podía ir al perfil de un cantante para escuchar su música, ahora las canciones son el hilo conductor de toda la experiencia social: se van descubriendo canciones, grupos, personas... A través de la "afinidad musical" se teje la red de contactos.

Myspace

Además, la diferencia está en la forma de escuchar la música. El usurio dispone de una especie de panel de control en la zona inferior de la página. En esa zona puede reproducir la música que quiere en todo momento. Desde ese cuadro de mandos se pueden crear colas de reproducción, "mixes", escuchar radios de Myspace, ver mensajes de otra personas...

La idea es interesante: la música como gancho. Si el usuario utiliza Myspace para escuchar su música favorita, será más difícil que abandone la web, pasará más tiempo en ella, descubrirá más grupos, más usuarios... ¿Funcionará? ¿Renacerá Myspace gracias a este cambio?

 Spotify, más potente

Y no es la única novedad en el mundo de la música social. El colmenar anda agitado y en este campo Spotify es una de las reinas. La que para muchos (me incluyo) es una de las mejores herramientas inventadas nunca, acaba de presentar una evolución muy interesante: un player web que evita tener que descargares el programa cliente en cada ordenador.

Lo presentan como una opción para descubrir música, pero es más que eso: es la posibilidad de escuchar lo que queramos, incluidas las listas que tenemos asociadas a nuestro perfil, desde un plyaer on line. Simplemente entras a la web, haces login y, automáticamente, tu Spotify se carga.

Es una gran ventaja, porque evita la descarga de la aplicación cada vez que cambiamos de máquina y facilita el acceso a nuestro perfil, listas, etc. De nuevo, la música como base de una experiencia musical... ¿Apostamos a que Spotify desarrolla sobre esta idea una capa social que rivalice con la de Myspace?

Y un tercero en discordia: Twitter, que en abril lanzó #Music, su servicio de música para varios países. En este caso, la idea es detectar actividad de los usuariso sobre iTunes, Spotify y Rdio, de forma que los demás puedan descubrir esa música y reproducirla.

Parece que es el año de los servicios sociales en torno a la música, un contenido que muchas veces se creído muerto, convertido en un relleno... Pero un contenido fundamental para el mundo que viene, un tiempo de conexión plena en el que cualquier chisme podrá darnos conexión a la red: electrodomésticos, coches, bicicletas... Todo se conecta y a todo le hace falta un contenido. La música, en primavera, lo llena todo.

Que a nadie le extrañe este interés musical. Las canciones se están convirtiendo en un importante negocio digital. De hecho, el mercado de la música digital en el mundo facturó 4.250 millones de euros en 2012, lo que no está nada mal.  Es más: un tercio de la música que se escucha en este planeta es ya gracias a los formato digitales (descargas, suscripciones, música y vídeos en streaming, servicios gratuitos financiados por anuncios...)

'Post scriptum': Un par de días después de escrita esta entrada, se concretó la presentación de iTunes Radio, la gran apuesta de Apple por el streaming musical. Estaremos atentos a su evolución.

David Varona    7.jun.2013 17:34    

Creatividad y optimismo en la Social Media Week New York

Que un chaval de 23 años te suelte desde el estrado, con su micrófono, su verbo fluido sin papeles y su pinta de nerd seguro de sí mismo que "esta es la generación más optimista de la Historia", después de llevar una década debatiéndonos entre el miedo al terrorismo a gran escala y la recesión que ha terminado con los sueños de vida fácil de esa misma generación, puede sonar a machada irresponsable o a atisbo de verdad del que tirar para desenredar el lío en el que nos encontramos. Así. Sin grises.

"Hoy, tenemos la posibilidad de desencadenar procesos que lleguen a todo el mundo". En las palabras de David D.Burstein en la Social Media Week New York se entremezclan ejemplos como el ya manido de la Primavera Árabe y datos sobre el porcentaje de jóvenes estadounidenses que montan un negocio al salir de la universidad: un 15%, lo que triplica los números de finales del siglo XX.

Bien. Aceptemos que a Burstein le puede un espíritu voluntarista y una visión parcial en su optimismo. Pero un tipo que montó con 18 años una organización para animar a los jóvenes a votar, reuniendo a 25.000 nuevos votantes; que escribe para el Huffington Post, y que acaba de publicar un libro (Fast Future) teorizando sobre el poder de los millenial, esa generación nacida en los 80 y 90, merece cierto crédito. Mucho más que el de tantos todólogos o gurús de medio pelo con cátedra en televisión.

La sesión en la que Burstein participaba, sobre emprendedores, y en la que también participaba Philip Auerswald, se conviritió este miércoles en una animada y animante defensa de una suerte de optimismo creativo para afrontar el futuro. "Los emprendedores aseguran la vitalidad del tejido social, porque ponen a prueba a las instituciones establecidas -que son a su vez grandes ideas previas llevadas a lo concreto- e incluso derivan en nuevas instituciones", señalaba Auerswald, autor de The Coming Prosperity (traducible como La prosperidad venidera)

"Nos hemos dado cuenta de que podemos tener un papel individual para cambiar el mundo", decía Burstein; y recordaba que, las redes sociales, esa poderosa herramienta de transformación, "han sido creadas por cerebros de nuestra generación". "Para un joven es casi imposible hoy en día vivir en una cueva", afirmaba para defender el carácter movilizador y participativo al que necesariamente lleva el acceso a internet.

Y mientras lo decía me acordaba de la interesantísima sesión sobre "gobiernos abiertos", conectividad y posibilidad de elección del día anterior, protagonizada por dos mujeres que han trabajado para la Casa Blanca en iniciativas de gobierno participativo a través de las nuevas tecnologías. Si con esta recesión hemos escuchado de analistas estadounidenses (Mr.Krugman, el Nobel apocalíptico, como principal representante) la constante comparación con la Gran Depresión, Susan Crawford se basaba en esa comparación para recordar que en los años 30 del siglo pasado, el acceso a la electricidad era minoritario y se consideraba un lujo. Del mismo modo, señalaba ella, el acceso barato a un internet de alta velocidad debe ser considerado un tema fundamental en lo que los votantes reclamamos a un político.

En zonas rurales o urbanas donde no hay un acceso a un internet rápido y barato, señalaba Crawford, hay alumnos que tienen que ir al McDonald a hacer los deberes para utilizar el wifi. Y lo que es más sorprendente es que en Estados Unidos, donde se defiende de la desregulación entre otros motivos porque fomenta la competencia, los números cantan. Los precios de la banda ancha son más elevados que en Europa y hay menos competencia.

En 19 estados de EE.UU. incluso hay leyes o proyectos de leyes para impedir que las administraciones locales puedan ofrecer internet de banda ancha a sus ciudadanos (mediante redes wifi) si hay una compañía en esa localidad que ofrece internet con un mínimo de 2 gigas de velocidad, lo que resulta una velocidad ridícula en estos tiempos, a juicio de Crawford. Esas medidas legislativas consideran que el Estado compite con la iniciativa privada y por eso lo prohíben. 

El acceso universal a una banda ancha "no es solo una cuestión de justicia social, sino de crecimiento económico", concluía. Es bueno que, a quienes vivimos en nuestra burbuja urbana de relativa prosperidad, nos recuerden con datos esa realidad de quienes son más vulnerables. El acceso a interent en estos tiempos no debería ser un lujo. Porque la brecha digital es una brecha de consecuencias socioeconómicas, y que lastra el desarrollo educativo y las posibilidades creativas de los ciudadanos.

Posibilidades creativas que "lleven al límite de la plataforma" de Google+, por ejemplo, como señala Carol McCarthy, del equipo de Marketing de la red social, en una de las sesiones más llamativas, la que nos relata el éxito musical de Daria Musk, basado en Google Hangouts, donde empezó ofreciendo conciertos en 2011. Hoy tiene un millón de seguidores en esa red social, está grabando un disco y prepara gira por el mundo, uno de sus conciertos ha sido emitido en streaming por YouTube y en las pantallas de Times Square, ha sido ponente en los TEDx....

La misma sesión fue una mezcla de mesa redonda, preguntas del público en el auditorio y de alrededor del mundo a través de Google Hangouts y un miniconcierto para los presentes y los espectadores de Trinidad y Tobago, Grecia, Italia o Canadá que participaban en el Google Hangout.

"Las redes sociales funcionan cuando la gente que participa en ellas da forma al futuro con sus ideas", defiende McCarthy. "En Google nos consideramos geeks, por eso cuando vemos cómo la gente sabe utilizar de una forma innovadora nuestras herramientas decimos: 'cómo no lo hemos pensado nosotros antes'", reconoce con orgullo.

Agustín Alonso G.   21.feb.2013 18:06    

David Varona

Bio El enjambre

Soy David Varona, redactor jefe de Proyectos en RTVE.es, donde también trabajo sobre las redes sociales, una faceta de Internet que me fascina. Pero lo que de verdad me emociona es la apicultura...
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