La dura competencia que amenaza a YouTube

    viernes 17.oct.2014    por David Varona    4 Comentarios

YouTube es la gran abeja reina del enjambre del vídeo on line. En menos de 10 años ha pasado de ser una idea alocada a convertirse en el estándar mundial para alojar vídeos y en el modelo para los que se dedican (nos dedicamos) a mostrar vídeos al público en Internet.

Comprada por Google en 2006, la empresa no ha parado de crecer y en 2014 se calcula que aloja unas 100 horas de televisión cada minuto que pasa. Más de la mitad de ese contenido es profesional, es decir, producido por televisiones, productoras u otros creadores de material audiovisual. Como muestra de su increíble potencial, este botón: tiene más de 1.000 millones de usuarios únicos mensuales. Vamos, que YouTube manda.

¿Manda? Lo cierto es que empiezan a moverle la silla. Según la empresa de medición de audiencias on line ComScore, en el mes de agosto Facebook superó a YouTube como la web que más vídeo sirvió (siempre en desktop, es decir, en web desde ordenador).

El dato es llamativo y tiene una explicación inmediata: desde hace unos meses, Facebook pone en 'autoplay' los vídeos que los usuarios suben directamente a su plataforma. Esto hace que, apenas pasas sobre el vídeo, este arranca la reproduccción. La medición tiene en cuenta que una reproducción debe durar un mínimo de tres segundos, así que el 'autoplay' engrosa notablemente las estadísticas de Facebook.

ComScore

¿Ya está explicado el fenómeno? En mi opinión, no. Es verdad que esta práctica de Facebook (que a mí no me gusta) hace que su volumen de reproducciones crezca. Pero este verano nos ha dejado pistas de que hay algo más. ¿Os acordáis del famoso reto del cubo de hielo? Parece que han pasado siglos, pero fue entre julio y agosto: millones y millones de personas colgaban vídeos en Facebook tirándose hielo (o lo que fuera) por la cabeza para concienciar a favor de la investigación de la ELA.
Ya comenté entonces que una de las cosas que más me llamaba la atención del asunto del cubo era el empleo masivo de Facebook para hacerlo. La inmensa mayoría de los 'Ice Bucket Challenge'  tuvieron como escenario Facebook, y, en dura rivalidad con YouTube, gran parte de los vídeos eran alojados directamente en la plataforma de Mark Zuckerberg.

Los datos de ComScore subrayan la tendencia: consumir y alojar vídeo en Facebook, en detrimento de especialistas como YouTube o Vimeo. Igual que hizo en su momento con las fotos, Facebook se ha convertido en un colosal "devorador" de vídeo: lo absorbe y lo sirve en cantidades astronómicas. De hecho, los datos de agosto muestran que en Facebook se reprodujero 12.300 millones de vídeos, frente a los 11.300 de YouTube.

Como siempre, en Facebook las cosas funcionan por el 'engagement' que generan. Es decir: si hay likes, comentarios y shares, los contenidos se ven más, circulan más y satisfacen más a sus creadores. Lo que demuestran los números es que el 'autoplay' genera ese 'engagement'. Aunque nos obliguen a verlos a la fuerza, los vídeos son vistos, comentados, compartidos...  Y eso hace que la satisfacción del que lo sube aumente. Al final, los usuarios comprueban que sus vídeos en Facebook tienen impacto, con lo que suben más archivos a la plataforma. Si uno no tiene vocación de 'youtuber' y le basta con que sus amigos vean el vídeo, es posible que encuentre más satisfacción en Facebook que en YouTube.

Pero los problemas del portal de Google no acaban ahí. A los datos de ComScore se suman los de SocialBakers, una web especialista en medir el impacto de las redes sociales. Sus analistas también apuntan en la dirección del 'engagement' y señalan que "las interacciones crecen en Facebook y decrecen en YouTube. Esto es una seria amenaza a YouTube, porque el márketing va a a utilizar la red que le ofrezca un aumento más eficaz del 'engagement". Su analisis, que ha implicado a 20.000 páginas de Facebook y 180.000 vídeos, demuestra que el habitual proceso de subir un vídeo a YouTube y luego compartirlo en Facebook está perdiendo terreno: los responsables de las páginas prefieren subirlos directamente a Facebook.

Los que tenéis la bondad de leerme desde hace tiempo sabéis que me dan alergia los pronósticos del tipo "Facebook ha muerto", "YouTube ha muerto"... Estoy harto de ver cómo la tozuda realidad arruina estas previsones agoreras.  YouTube está lejísimos de estar en peligro, pero tampoco se puede descuidar, porque a Facebook se suman otros asaltantes, como Vimeo o Instagram.

En mi opinión, debería intensificar el trabajo por el lado que está fallando: la capa social. Como red social, YouTube es poco eficaz, y esa es la brecha que explota Facebook. Si en YouTube mejoran rápidamente su capacidad de generar una capa social útil, sencilla y expansiva, podrán frenar la sangría. Desde luego, deberían hacer algo más que fiarlo todo a Google+, esa eterna promesa.

 

 

David Varona   17.oct.2014 11:15    

Seguidores zombis: cuando lo que importa es la calidad

    viernes 5.sep.2014    por David Varona    1 Comentarios

Evaluar la situación de una colmena "a ojo" es difícil. Exige del apicultor una entrenamiento para detectar lo que pasa dentro simplemente mirando la piquera, la puerta por la que entran y salen las abejas. A ojos de un lego, una piquera transitada puede indicar un estado de buena salud  y, sin embargo, el apicultor avezado se dará cuenta de que esas abejas que se mueven tan afanosas pueden ser pilladoras, ladronas.

Con las redes sociales puede pasar lo mismo. Uno ve los números de una cuenta de Twitter y, si no mira dentro, puede quedarse muy impresionado con el brillo de las decenas o los cientos de miles de seguidores. Pero el usuario espabilado inmediatamente se pondrá a diseccionar ese listado de seguidores para ver si respiran o si son zombis.

Eso es lo que acaba de pasar con la cuenta oficial de Mariano Rajoy, que ha aparecido de un día para otro con unos 50.000 followers más, la inmensa mayoría con un desagradable tufo a zombi.

Se llama zombi al follower o fan falso, de pega. Hay agencias de márketing que te los venden al peso y por poco dinero. Durante un tiempo, muchas empresas compraron alegremente fans, followers, likes, reproducciones de vídeos... Cualquier cosa que les permitiera engrosar sus números y presentarse con un aspecto más atractivo ante anunciantes, inversores o público en general. Esto es legal y muy barato: no sé si es ético.

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En el caso del presidente del Gobierno podrían haber pasado dos cosas. Por un lado, podrían haber comprado esos zombis para inflar un poco sus números, cosa que me parece muy rara a estas alturas y que ellos mismos niegan.
O, quizá más probable, puede que alguien le haya hecho este "regalo envenenado" de zombis de los que ahora tendrá que deshacerse. El equipo que gestiona el Twitter de Rajoy ya apunta en esa dirección. Lo cierto es que es  un tipo de ataque relativamente frecuente y defenderse de él no es tan difícil.

Lo que importa es la calidad

Tras años de trabajo en las redes sociales, sé que lo que importa no es la cantidad, sino la calidad. Cuando creamos cuentas para programas de radio o televisión, los responsables piensan que rápidamente se van a poblar con miles de seguidores. Y esto, claro, no siempre pasa. A veces, un programa de La 2, por ejemplo, solo tiene unos pocos cientos de seguidores. La pregunta de los 'communities' no tarda en llegar: "¿por qué no crecemos?". Mi respuesta, invariablemente, es la misma: "no te obsesiones con la cantidad, sino con la calidad de la comunidad".

Me interesa que la gente haga cosas con lo que le proponemos en las redes. Que interactúen, que compartan, que discutan. Eso que llamamos "engagement". Si esa participación no aflora, estamos ante una cuenta llena de "bellas durmientes".

Claro, ya sabemos que lograr esa participación exige un trabajo duro: elegir bien los contenidos, aportar valor, trazar estrategias bien pensadas, utilizar narrativas adecuadas que motiven al público y lo involucren... No es fácil: requiere formación, atención y mucho cariño. Reclama de nosotros la comprensión profunda de quién es nuestro público, qué quiere y cómo se lo damos. Empatía, cabeza fría y ganas de relacionarte con la gente.

Y esto me lleva siempre a ese 'ritornello' inevitable del social media: el contenido es el rey. Por mucho que las repitamos, estas palabras no pierden su fulgor. Si no proponemos un contenido interesante, enriquecedor, no habrá engagement. Es imposible, salvo que lo compres.

Cuando surge este tema, recupero uno de los trabajos académicos que más me ha gustado a lo largo de mis investigaciones sobre redes sociales. Se trata de 'The million follower fallacy', o 'La falacia del millón de followers'. Lo publicó un equipo de investigadores en 2011 y sigue estando muy vigente.
En su investigación sobre la influencia en  Twitter, demostraron que tener una gran cantidad de followers no sirve para nada si estos no contribuyen a difundir nuestro mensaje. Y solo lo harán si nuestro mensaje tiene interés, aporta valor. "Los retuis son generados por el valor del contenido de un tuit", aseguran. Y concluyen que "la infuencia no se logra espontánea o accidentalmente, sino a través de un esfuerzo concertado. Para ganar y mantener la influencia, los usuarios necesitan mantener un gran compromiso personal".


 

David Varona    5.sep.2014 11:38    

This: la batalla contra la saturación. Compartir menos es compartir mejor

    martes 2.sep.2014    por David Varona    5 Comentarios

Los apicultores sabemos muy bien que más colmenas no significan más miel. Un territorio admite una determinada carga de abejas y, a partir de un punto, no hay suficientes recursos en el campo para todas. El equilibrio es fundamental y, generalmente, menos colmenas -pero fuertes- dan mejor resultado que muchas no tan potentes.

Esto no sucede con todos los órdenes de la vida, claro, pero sí, por ejemplo, con el de la información. Un exceso de información, paradójicamente, nos lleva a la infoxicación, es decir, a una saturación que impide que nos informemos bien, porque no podemos digerir todo lo disponible. Hace poco, un alumno me preguntaba en clase cuándo llegaría ese momento. No pude evitarlo, me eché a reír y le dije: "Hace años".

Este fenómeno se expande ya por las redes sociales. El otro día, publicaba el profesor José Luis Orihuela un artículo en Medium en el que subrayaba lo innecesario de esta enorme carga de contenidos que volcamos sin parar a las redes.  "Hace falta un poco más de sobriedad en el 'sharing”'y otro poco más de criterio en el 'reading”. No todo puede ser tan 'social”,  señala Orihuela.

Tiene razón: no todo merece la pena. No todas las fotos merecen un segundo de atención de tus amigos o seguidores. No todo lo que se le pasa a alguien por la cabeza tiene que ir a Facebook o Twitter. No todo es "lo mejor", "muy grande", "una pasada"...

Al final, lo que conseguimos con esa "verborragia social" es que muchos de nuestros contactos nos oculten,  o, peor, que hagan "unfriend".

Unfriend

Ya he hablado aquí en otras ocasiones de que esta sobrecarga de información - a veces desordenada, desestructurada, generalmente asíncrona y escasamente útil- complica notablemente la experiencia de usuario en las redes sociales. Consume mal nuestro tiempo, genera aburrimiento, insatisfacció y rechazo. Facebook ya se ha dado cuenta y ha empezado a trabajar para evitar los cebos burdos que nos sacan de la red para consumir banalidades.

Twitter, por ejemplo, es un caso de saturación. Al menos, desde mi punto de vista. Los cambios que están haciendo para mejorar la experiencia van por el buen camino, pero les falta mucho para ofrecer una experiencia de usuario más clara, relevante y útil.

This, una idea rompedora

Con estas reflexiones veraniegas en la cabeza, me encuentro con This. Se trata de una nueva red, todavía en fase alfa, que nace como un proyecto de The Atlantic. La idea es innovadora: cada usuario solo podrá compartir una cosa al día.

Me parece brillante: si solo puedes compartir un tema, te lo pensarás mucho. Es de suponer que de ese esfuerzo de contención y de esa meditación surja un decantado que realmente merezca la pena, una esencia que deje huella.

 En un artículo publicado por Nieman, se recoge la idea central sobre la que se construye This: "Es un esfuerzo por constrir una plataforma donde la influencia provenga del gusto, en lugar del simple volumen (en sus dos acepciones de cantidad y ruido sin sentido)".

La propuesta suena elegante y seductora: un lugar donde el filtro de los contenidos lo genera la propia voluntad de aportar algo enriquecedor y que merezca muchísimo la pena. El nombre le va genial: This, esto. Es decir, un dedo gigante señalando eso que no te puedes perder.

Por ahora, la plataforma está en pruebas  y sólo admite suscripciones para ser avisado cuando se abra al público. Estaremos muy atentos.


 

 

David Varona    2.sep.2014 13:50    

El verano de los cubos de hielo: Facebook y el exhibicionismo solidario

    miércoles 27.ago.2014    por David Varona    0 Comentarios

Hace un par de días que el número de cubos de agua helada se ha reducido notablemente en mi muro de Facebook. Menos mal, porque ha habido días en que todo lo que veía era gente tirándose agua por encima para contribuir con las fundaciones que luchan contra la ELA, una enfermedad terrible y poco tratada por las farmacéuticas.

El ya célebre "Ice Bucket Challenge" es, sin duda, el fenómeno viral del verano. Yo diría también que es el fenómeno viral más potente que han dado las redes sociales en mucho tiempo.  Hemos visto de todo y a todos: desde los famosos más famosos a gente humilde de cualquier parte del mundo, pasando por deportistas, cantantes, políticos... Yo, personalmente, me quedo con el gran Charlie Sheen, que tiene sus particular versión del reto:

 

Y después hay maravillosos vídeos de gente dándose trompadas al intentar echarse el agua, versiones de todo tipo, 'spin-off' con escombros de Gaza... Hasta en Radio Televisión Española se han sumado nuestros presentadores al fenómeno del momento.

Pero todo esto ya lo sabéis.  Y es posible que estéis hartos de ver vídeos de cubos de agua, e incluso muchos habréis donado. Porque, sí, funciona:  en Estados Unidos la ALS Association asegura que ha recibido 88,5 millones de dólares en donativos entre el 29 de julio y el 26 de agosto, mientras que en 2013 recibió 2,6 millones en el mismo periodo veraniego. Han registrado 1,9 millones de nuevos donantes y en la última semana han ingresado nada más y nada menos que 9 millones de dólares diarios. En España, la verdad, la cosa no es tan llamativa, pero sí que hay donaciones.

¿Cómo se consigue esto? Los mecanismos virales y de 'publificación' de las redes sociales tienen la respuesta. Leo en Mashable un primer análisis del tema (habrá tesis doctorales, seguro)  que da algunas pistas interesantes. Entrevistan a Bob Cargill, un experto en social media que trabaja para Overdrive Interactive y que aporta una visión muy clara sobre el fenómeno. Señala que el éxito responde a la "naturaleza social" del reto: nacido en Facebook, expandido a través de sus poderosos mecanismos de propagación, impacta por igual en todos, de Bill Gates a mi prima. Y permite a todo el mundo responder a la llamada, al desafío, con los mismos medios: un sencillo vídeo (que puede estar en Facebook o en YouTube) y un cubo. Y, lo mejor, con la dimensión que ha tomado esto, el vídeo de cualquiera se puede volver viral.

Pero, además, Cargill da otra de las claves: "En la era del 'selfie', más cantidad de gente que nunca muestra con alegría su apoyo a una causa [...] especialmente si tiene algo que ganar en el proceso". Y, claro, aquí la ganancia está en la satisfacción que produce el aplauso general al gesto, en mostrar la solidaridad propia a todo el mundo, en demostrar que se es solidario.  No es baladí la importancia de este exhibicionismo humanitario.

La fuerza de Facebook cierra el círculo virtuoso. Con tantos millones de usuarios, ¿quién escapa al reto del cubo? Si no te nominan, al menos quieres participar, donar y decirlo. O te ríes de los que lo hacen, pero donas para quedar bien. O promueves alternativas. O eres solidario de verdad y estás siempre en primera línea. Lo que sea, pero nadie puede escapar a ese torbellino de 'engagement' que es Facebook. Antes o después, lo ves. Y, por si fuera poco, se convierte en noticia y escapa a la red social, se cuela en los periódicos, en los telediarios...

Yo, por si acaso, ya he donado. ¿Y  tú? ¡Es fácil!

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Categorías: Actualidad , Redes Sociales

David Varona   27.ago.2014 17:34    

Facebook no es una red... de pesca. Cambios en el NewsFeed ¿positivos?

    martes 26.ago.2014    por David Varona    0 Comentarios

La vuelta del verano tiene a Facebook otra vez como gran protagonista del mundillo de las redes.  Los chicos de Mark Zuckerberg anuncian un cambio que no es trivial: modifican su algoritmo para castigar malas prácticas en el News Feed, como la extendida costumbre del "Pincha aquí para ver más", especialmente con fotos que se publican a medias y es necesario pinchar para verlas completas:



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Este tipo de cosas es la que van a pasar a estar penalizadas. Y a mí, la verdad, me parece bien. Nos complicará la vida a los que manejamos páginas oficiales, pero también aportará limpieza y una criba en la que los buenos demostrarán por qué son buenos.

Facebook ya venía advirtiendo de que no le gusta esta práctica del "pincha, pincha". Se lo había dicho ya a los anunciantes y desarrolladores de apps. Le ha señalado que Facebook es una red social, pero NO una red para pescar tráfico. Que lo importante esa generar comunidad y aportar valor a esa comunidad, y que será la  gente la que haga que tu contenido sea viral. Y que solo será viral aquel contenido que se lo merezca, y no el que incita a pinchar a fuerza de cebos tramposos.

Lo que nos proponen ahora es que sigamos compartiendo fotos, pero que lo hagamos publicando en Facebook las fotos completas, sin engaños. Y también nos pide que publiquemos enlaces, pero no enlaces pegados al post de una foto. Primarán pegar el enlace completo, de forma que se muestren "por arrastre" el titular, la foto y la entradilla del tema que quieres compartir.

Además, quieren que contextualicemos eso con un post que aporte contenido, que expanda la información y que dé al seguidor suficientes datos como para determinar si quiere o no pinchar e ir a ver el resto del contenido. Algo como este post correcto de RTVE:

PostRTVE

Qué cucos... Claro, la lectura rápida está servida: quieren que aportemos mucha información en los post para que los usuarios tengan ahí suficiente y no tengan que pinchar. Puede ser. De hecho, hace tiempo que Facebook pretende ser un periódico on line filtrado por gustos y amigos, y lleva muchos meses mejorando la visibilidad de las noticias y contando con periodistas para ello. Y es normal que lo hagan, porque el público cada vez utiliza más Facebook para informarse y quiere hacerlo con claridad y comodidad. 

Una segunda lectura tiene más interés. Al menos, para mí. Se trata de repensar qué hacemos en Facebook, cómo contamos las cosas y qué narrativas utilizamos. El cambio que ahora anuncian no es aleatorio: se apoya en los resultados de miles y miles de encuestas en las que los usuarios dicen qué tipo de post les motiva más y cuáles no. Se basan también en flujos de usuarios: se mide el tiempo que tarda un usuario en retornar a Facebook tras pinchar un link. Si el contenido de destino es malo, el usuario vuelve rápidamente, lo que permie pensar que lo que ha visto no le gusta.

Lo que Facebook ha descubierto debería hacernos reflexionar a todos los que intentamos sacar provecho de las redes sociales: el contenido malo no sirve para nada. Tampoco es nada nuevo, lo sé, pero se nos olvida.

Y tenemos que pensar nuevas retóricas. O, al menos, idear una buena narrativa para redes. Construir nuevos post en Facebook que sean capaces de motivar al usuario para que pinche. Tenemos que ser capaces de despertar su curiosidad no solo sobre la noticia, sino sobre su calidad.  Esto es realmente complicado: cuando en el muro de un usuario hay cuatro o cinco medios contando la misma noticia, ¿por qué va a pinchar en una o en otra? ¿Cómo se le convence de que la nuestra es mejor?

A mí, personalmente, me apasiona esta parte. Creo que comprar publicidad en Facebook es tan sencillo que no tiene ninguna gracia. Cuando doy charlas y cursos de formación siempre incido en esta idea: hay que contar las cosas de tal forma que al usuario no le quede más remedio que leerlas. Hay que convencerle de que, si pincha, ese aperitivo que le hemos dado en forma de post se transformará en un banquete, no en comida basura. 

Buena parte del truco está en la retórica, sin duda. Pero otra parte esencial es la gestión de la comunidad. Si el medio (o la empresa) se deja ver en Facebook, todo crece. Se trata de participar, de contestar a la gente, de responder los mensajes privados, de aportar más valor en los comentarios que siguen a un post... De hacer, en definitiva, tarea de community manager. Ahora que la burbuja del community management se deshace, toca reivindicar la gran tarea que hacen muchos de estos profesionales y apostar por la formación del personal en estas prácticas.

Por tanto, me parece bien que Facebook haga este cambio. Al usuario le dará un muro con noticias mejor contadas y mejor elegidas, mucho más valoradas por la comunidad, con más engagement. A las empresas nos pone ante un reto: mejorar o no ser vistos.

Arranca divertida la temporada.

 

 

 

 

 
Categorías: Internet , Redes Sociales

David Varona   26.ago.2014 13:41    

¿Es posible trabajar sin jefes? Autoorganización en red

    viernes 11.jul.2014    por David Varona    0 Comentarios

Ahora que  por fin venteamos la playa, es un buen momento para hacer una pregunta importante: ¿podemos trabajar sin jefes? ¿Somos capaces de organizarnos entre iguales para sacar adelante tareas y objetivos complejos sin coordinación jerárquica?

Voy a aprovechar que mi jefe no está ;) para plantear estos temas de orden cuasianarquista. O, mejor, voy a dejar que lo hagan las abejas.

La idea común sobre la abeja reina dice que es un bicho tiránico que decide qué se hace en cada momento en la colmena. Bueno, como ya hemos visto aquí en otras ocasiones, esta idea es falsaLa reina no decide nada, solo genera las feromonas (a modo de órdenes químicas) para que se haga la voluntad del pueblo. Es decir: es la colectividad la que decide cuándo se construyen nuevos panales, cuándo se genera un enjambre o cuándo se cambia de reina. La pobre abeja madre solo pone huevos y da esas órdenes que le impone la familia. Es una democracia un poco rara en la que  tienen mucha importancia los 'influencers', pero una democracia al fin y al cabo.

Esto ya lo sabíamos los apicultores, pero ahora empezamos a saber más cosas. Gracias a un equipo de investigadores liderado por el entomólogo de la Universida de Illinois Gene Robinson, estamos aprendiendo más sobre cómo se organiza el trabajo de la colmena, cómo se toman las decisiones y cómo se desencadenan esos procesos sin necesidad de que un jefe dé la orden. Y esto es lo bueno: hay paralelismos entre la forma en que lo hacen las abejas y la forma en que nos organizamos los humanos sin jerarquías.

El equipo, que incluye a un ingeniero mecánico y a un psicólog, lleva adelante una investigación que se titula "Comunicación asíncrona, autoorganización y diferenciación en redes sociales de humanos y de insectos".  Juntos, exploran los mecanismos que hacen que emerja la coordinación sin líderes en sociedades complejas.

En este vídeo presentan sus experimentos (lo de marcar las abejas con QR me alucina):

 

En los experimentos que llevan a cabo, analizan la forma en que los grupos de humanos coordinamos los esfuerzos para conseguir objetivos, incluso en situaciones complicadas, bajo presión o sin jefatura. Quieren saber cómo se decide quién hace qué cuando nadie está al mando, igual que pasa en las colmenas.

El trabajo de este equipo es muy prometedor. Habrá que estar atentos a sus conclusiones, porque, además, son importantes para el futuro de la apicultura. A mí  me parece también muy relevante porque entronca con una de las partes que más me gustan de las redes sociales, la de su capacidad para activar el capital social y producir efectos y cambios en las personas, las sociedades e incluso las culturas.

De paso, entronca con todo ese mundo de la 'cultura crowd', que es realmente interesante y promisorio para la misma civilización. La organización del trabajo en red,  por ejemplo, a través de mecanismos de organización colectiva horizontal, celulares, atomizados... Algo que cada vez es más frecuente en muchas empresas y, sobre todo, en movimientos de tipo político, vecinal... El 15M, sin duda, es un caso claro de trabajo distribuido en red. Y la computación está llena de ejemplos de trabajo en red, en nube y otras suertes de reparto equitativo de la carga.

Como saben bien los expertos en redes, esta forma colaborativa de organizar el trabajo  permite detectar mejor las necesidades del entorno y dar respuesta a esas demandas de forma local, sin tener que movilizar toda la red. También tienen otras ventajas, como un mejor conocimiento de los recursos disponibles en el sistema, o la posibilidad de trabajar sin necesidad de estar en un mismo espacio. Aquí aparece también la comunicación asíncrona, junto a la síncrona, como mecanismo fundamentales para compartir información a diferentes niveles y tiempos. Las herramientas de redes sociales, como Google+ o Facebook, ofrecen grandes posibilidades en este sentido.

Pero, claro, también hay problemas en estos modelos. Los especialistas señalan que la falta de consenso puede llegar a ser paralizante. También hablan de la necesidad de liderazgo efectivo para agilizar los procesos. Y por aquí volvemos al motivo de este post: las abejas consiguen sacar adelante su trabajo con un liderazgo colectivo, sin una jerarquía coordinadora y/o directora. Hay que esperar a que Robinson y sus colegas nos expliquen a fondo cómo lo hacen. Seguramente aprenderemos mucho y mejoraremos.  ¿Podremos, entonces, trabajar juntos y sin necesidad de jefes?

¡Buen verano!

 

PS: Al hilo de esto, es llamativo el crecimiento de los fenómenos de 'crowdfounding' en España. En 2013, las aportaciones a plataformas de este tipo se duplicaron, con 19 millones de euros de recaudación. Puede ser poco  todavía, pero es el doble que en 2012 y señala un camino a seguir (si las autoridades no le cortan definitivamente las alas).  Lo más interesate de todo es que España es el país de habla hispana con mayor cantidad de herramientas de crowfounding: más de 50 plataformas activas.

 

 

 

David Varona   11.jul.2014 16:50    

Facebook la lía y la felicidad se contagia

    martes 1.jul.2014    por David Varona    2 Comentarios

Anda la gente soliviantada por la que ha liado Facebook: ha 'prestado' unos 700.000 usuarios para participar en un estudio científico. Por supuesto, estos usuarios no han sido advertidos de que iban a ser 'conejillos de indias', y de ahí el mosqueo de muchos usuarios y muchos medios de comunicación, que lo han tomado casi como un 'casus belli'.

La verdad es que los usuarios de Facebook estamos expuetos a esto: lo 'firmamos' al aceptar las cláusulas del contrato y pueden hacer con nosotros lo que les dé la gana y les damos permiso para llevar a cabo "operaciones internas, resolución de problemas, análisis de datos, experimentos, investigación y mejoras".

No es muy ético, claro, pero es así: igual que ciertos centros comerciales manipulan la música o las ruedas de los carritos para que compremos más, Facebook se reserva el derecho a mostrarnos lo que quiera en los muros. Esto rompe la unidad de experiencia, sin duda, pero hace mucho tiempo que la unidad de experiencia no rige para Facebook: no conozco dos personas que experimenten por igual la plataforma de Zuckerberg.

La felicidad se contagia

La ola de indignación va pasando cual tormenta de verano. A mí, la verdad, no me ha indignado mucho. Será porque ya estoy acostumbrado a los tejemanejes de Facebook y compañía, o será porque los 700.000 perfiles elegidos eran de personas de habla inglesa, pero no me asusta que utilicen la red social para experimentos. De hecho, creo que  tener a 1.100 millones de personas conectadas a algo analizable es una golosina para los científicos...

Y lo que de verdad me ha interesado del caso es el estudio que han hecho, el que ha motivado el chubasco  de críticas.  Se trata de un trabajo elaborado a medias entre gente de Facebook, la Universidad de California y  la Universidad de Cornell, donde ya se han hecho otros muchos trabajos de redes sociales, como el célebre 'Quién dice qué a quién en Twitter'. O, sin hablar de redes pero sí de abejas, el delicioso estudio sobre las abejas flautistas.

En este caso, firmado por Adam D.I. Kramer, Jamie E. Guillory y Jeffrey Hackock, el trabajo se titula 'Experimental evidence of massive-scale emotional contagion through social networks'. Traduciendo aproximadamente, "Experiencias de contagio emocional masivo a través de las redes sociales".

Lo que han querido demostrar estos científicos sociales es que las emociones se pueden contagiar a través de las redes sociales, sin necesidad de que los usuarios interactúen entre ellos, simplemente leyendo sus estados en un espacio como Facebook. Y esto me interesa mucho, porque, una vez más, aparece una similitud entre las abejas y las redes sociales.

Como una abeja de una colmena se enfade y decida defenderse (es decir, atacarte), lo más probable es que ese estado de enfado se contagie rápidamente al resto, incluso a las que están alejadas: la transmisión de feromonas por la colmena se encarga de activar el estado de ánimo. Los apicultores sabemos bien que no se puede jugar con las abejas cuando se prepara tormenta, porque están cargadas de mal rollo eléctrico y se molestan muy rápido. Tampoco son felices cuando no tienen reina: se muestran mucho más proclives a usar sus aguijones.

El trabajo de Kramer y sus colaboradores va en esa línea: ¿cómo se contagian la felicidad o el malestar? Para analizar estos fenómenos en Facebook, han aislado a 700.000 usuarios y han alterado sus muros durante una semana, mostrándoles solo contenidos positivos o negativos (aquí entra en juego el análisis semántico de los mensajes).

En total, analizaron 3 millones de post, con más de 122 millones de palabras, de las cuales 4 millones eran positivas y 1,8 millones, negativas.  A partir de ahí, se controló el efecto que estos mensajes causaban en los receptores y se evaluó el carácter de los mensajes que ellos mismos emitían después. Es decir, si, tras ser expuestos a mensajes positivos, sus propios mensajes se volvían positivos.

Y resulta que sí, que la exposición continuada a estados "felices" vuelve más felices a las personas y mejora su estado de ánimo. Es decir, el estado de ánimo se puede contagiar, incluso sin que tenga que habe interacción entre las personas. Como señala el artícuo, "la observación de otras experiencias positivas constituye una experiencia positiva para las personas".

Es interesante, ¿verdad? Lo que más me gusta de este trabajo es que, con millones de datos en la mano, echa por tierra esos otros estudios de conclusiones mezquinas que dicen que en las redes sociales funciona la envidia, y que si otros postean mensajes felices, nuestras torturadas mentes nos hacen sentirnos mal. Todo eso es mentira.

Y, claro, queda una conclusión más, aunque ya la conocíamos: es muy fácil manipular los estados de ánimo de la gente.

Barba

Cada uno encuentra la felidad donde puede :)

 

Categorías: Redes Sociales

David Varona    1.jul.2014 11:27    

Miley Cyrus, abeja reina de las redes sociales

    jueves 26.jun.2014    por David Varona    0 Comentarios

La abeja reina. Ese maravilloso ser capaz de dirigir un organismo compuesto por decenas de miles de individuos. De emitir órdenes que cumplen religiosamente todos los miembros de la colmena. De vivir hasta cinco años mientras una abeja normal no vive más de cinco meses... Y, también, un juguete roto cuando sus cualidades decaen, cuando la colmena deja de confiar en ella o, simplemente, cuando llega una reina más joven y fuerte.

Algo así es Miley Cyrus, el "boom pop" del momento. Una nueva estrella en la colmena de la fama, adorada por una legión de fans que , como la corte de las abejas reinas, están pendientes de cada uno de sus movimientos, mensajes y hasta deseos. Nada extraño: antes hubo otr@s, y solo Madonna y Jagger parecen haberse caído a la marmita de la jalea real para sobrevivir tantos años como reinas del enjambre.

Manejando los medios

El otro día Informe Semanal le dedicó a Miley un interesante reportaje firmado por Irene Vaquerizo y Rosa Alcántara. Tuvieron la amabilidad de invitarme para hablar sobre el uso que hace Miley de las redes sociales y eso me permitió reflexionar sobre algunas cosas interesantes (creo).

Por ejemplo, que Miley no resulta especialmente más provocadora que otros artistas actuales o pasados. De hecho, me parece mucho menos provocadora, por ejemplo, que Siniestro Total a principios de los 80. Ni hablemos de los Rolling en los 60 o los Sex Pistols en los 70. Pero, por algún motivo, la prensa de todo el mundo la ha tomado con esta muchacha. Todo lo que hace o dice se pasa por el filtro del escándalo. Todo se pone en tela de juicio, se condena. Casi se anatemiza sobre ella.

¿Por qué esta inquina? Creo que, en buena medida, es porque Miley va a su aire y pasa por completo de los medios tradicionales. Ella monta sus 'shows' y  ella los convierte en fenómenos planetarios gracias al uso que hace de las redes sociales. Su capacidad para llegar a través de estas plataformas es ejemplar.

Con millones de usuarios en sus cuentas de Facebook, Twitter o Instagram, cualquier cosa que dice o hace en estas redes se transforma inmediatamente en algo que se ve, se comenta y se comparte en todo el planeta. Pocos artistas tienen esta fuerza, y prácticamente ningún medio de comunicación.

Así, cuando Miley comparte sus fotos en Instagram, se monta el "pollo".  Medios convencionales y no tan convencionales publican inmediatamente ese material, ampliando el impacto y consiguiendo que la artista vea multiplicada su visibilidad.

Parece que Miley maneja este círculo virtuoso a la perfección: un poco de provocación en Instagram se convierte en un escándalo global gracias al morbo que despierto en los medios tradicionales. Un buen negocio en términos de 'earned media', que dirían los del márketing.

Esta forma de actuar es relativamente nueva. La tecnología de redes sociales y micromedios ha puesto en manos de cualquiera herramientas de alcance mundial, baratas (o gratuitas) y muy potentes en cuanto a alcance y capacidad de hacer ruido. Si quien las maneja, además, es una estrella pop dispuesta a todo, se produce una combinación imbatible.

Al tiempo, estas herramientas desmediatizan la comunicación. El público habla directamente con el protagonista, y este (Miley) habla directamente a su público, sin necesidad de que los medios de comunicación medien en su relación. El mensaje directo, sin filtros, produce efectos más impactantes que el mensaje de los medios, siempre pasado por sus intereses, filias y fobias.
El público se da cuenta de que lo que dice Miley en Twitter llega sin intermediarios, es ella en pureza. Se establece entonces una relación de mayor confianza que la que se establece con los medios de comunicación. Los efectos ya los vemos: una explosión viral para cualquier cosa que dice la abeja reina.

Esta forma de comunicación desmediatizada es interesante, porque en gran medida se salta a los 'influencers', a los medios y a la teoría de los dos pasos, que sirve para explicar bastante bien la forma en que nos comunicamos en las redes. Pero con estos fenómenos no rige: Miley no necesita ni a  'influencers' ni a medios. O, al menos, no los busca: paradójicamente, unos y otros acaban hablando de ella y reforzando el efecto y el alcance de su mensaje.

La idea que se decanta del ejemplo de Miley es fuerte: cuida tu comunidad en persona, dale contenidos interesantes  (o provocadores) y consigue un éxito.

¿Cuánto durará su reinado? Quizá la próxima primavera haya otra 'princesa' dispuesta a conquistar el enjambre. Por eso, Miley vive deprisa y acelera la fórmula con más provocación y más viralidad. Su poderío está en juego, y lo sabe.

 

Aquí os dejo el reportaje de Informe Semanal:

 

 

Categorías: Internet , Música , Redes Sociales

David Varona   26.jun.2014 18:20    

Hacia una televisión realmente social y en manos del público

    lunes 26.may.2014    por David Varona    0 Comentarios

Hoy me vais a permitir un poco de "autobombo".  Quiero contar lo que estamos haciendo en RTVE.es con algunos eventos que emitimos en directo, como, por ejemplo, la final de la Champions League que ganó el Real Madrid el sábado en Lisboa.

Se habla mucho por ahí de televisión social, de compartir la  tele, de que el usuario decide... Pero, en general, es solo una idea más o menos abstracta y difícil de cuantificar y de aterrizar. En RTVE hemos tratado de que el concepto tenga más sentido y, sobre todo, hemos buscado dar al usuario la mayor capacidad de decisión posible.

Desde que trabajo aquí, y van ya siete años, siempre he visto ese ánimo en todo lo que hacemos: dar al usuario el control. Convencido de que es el camino correcto, cuando estaba en Participación,  contribuí a poner en marcha iniciativas pioneras, como un informativo de televisión comentado con Facebook, encuentros digitales y reales con personalidades de  todo tipo y algo tan interesante como los 'hang-outs' que hacemos con Google+, que derriban cualquier barrera que separa a público y protagonistas, desmediatizando la comunicación.

Hemos luchado para que las redes sociales abran puertas reales entre público, periodistas y programas, estableciendo vías de comunicación a veces muy ricas. Todo, en la confianza de que ese contacto con la gente nos hace mejores.

Y ahora, desde el departamento de Proyectos, he podido participar en la puesta en marcha de soluciones que profundizan en la idea de que el usuario tiene que tener el control máximo del producto que hacemos. Que debe poder explorarlo, adaptarlo a sus necesidades  y utilizarlo como quiera. 

Particularmente, creo que el player multiseñal (multicámara) que estrenamos con los Juegos Olímpicos de Sochi es un ejemplo perfecto de esta entrega del control al usuario. Desde Sochi para acá hemos ido mejorando la experiencia, hasta llegar al punto que pusimos on line el pasado viernes para la final de la Champions. Esta última versión del multiplayer, como le llamamos internamente, es una auténtica consola de mandos para que el usuario elija lo que quiere ver. 

Si en Sochi se podía elegir qué deporte ver, en la final de la Champions los internautas podían:

1 - Elegir entre cinco cámaras diferentes, incluyendo las que estaban fijas en Simeone y Ancelotti, y también una cámara 'spyder' o cenital.

2 - Ver hasta cuatro de esas cámaras simultáneamente, decidiendo en cada momento si se quería ver en grande, en pequeño (picture in picture), a pantalla completa... Eligiendo qué audio se quiere escuchar...

3 - Elegir la retransmisión en HD y verlo en un player de una calidad altísima.

4 - Elegir la retransmisión de Radio Nacional y combinarla con cualquiera de las señales de televisión.

5 - Seguir el relato minuto a minuto mientras se escucha la radio o se ven las imágenes.

6 - Consultar la encuesta de mejor jugador, y votar en ella.

7 - Comentar el partido con otros usuarios y leer esa charla social (filtrando también hashtags de  Twitter).

8 - Ver (y compartir) qué vídeos están compartiendo los usuarios de la aplicación de second screen +TVE, que hacen su propia edición de los momentos más destacados del partido.

9 - Ver (y compartir) vídeos del partido que van entrando en A la Carta a lo largo del encuentro: goles, fragmentos importantes... Y, claro, combinada la reproducción 'on demand' con el directo.

Lo dicho: un panel de mandos como pocas veces se le ofrece a un usuario en Internet. La foto ilustra en parte lo que digo, aunque lo puedes comprobar en la página del directo.

 

Multicamara

 

Por cierto, que, por segunda vez (la primera fue la final de la Copa del Rey) se daba también la posibilidad de elegir la cámara que se quiere ver en las televisiones conectadas de última generación a través del servicio de Botón Rojo. Esta opción, que supone inyectar directos en streaming en la televisión como complemento a emisiones convencionales, es pionera en el mundo, y también va en pos de dar al usuario/espectador la mayor cantidad de control posible.

Me podría enrollar mucho más hablando de visualizaciones de contenidos procedentes de las redes sociales, de traslado de la participación social a la pantalla de televisión... Incluso de cómo aprovechamos esa 'edición popular' que se hace a través de +TVE para ofrecer un punto de vista diferente a la tele, que muestra los vídeos más compartidos por la comunidad de +TVE. Y esto es intersante, porque es la 'second screen' alimentando a la 'first screen'.

Pero me quedo con la idea central: si queremos hablar con propiedad de televisión social, tenemos que profundizar en estas líneas de trabajo. Darle al usuario todo el control, porque él es quien manda de verdad en lo que hacemos. Los usuarios lo agradecerán, estoy seguro. 

 

Categorías: Web/Tecnología

David Varona   26.may.2014 18:32    

Las redes sociales, en su madurez: el público exige calidad y especialización

    lunes 5.may.2014    por David Varona    4 Comentarios

En los últimos días han menudeado las noticias sobre el mal momento que vive Twitter.  La red social del pajarito azul parece estancada: recibe menos usuarios nuevos, pierde muchos y sus cuentas están pasándolo fatal:  en el primer trimestre de 2014 perdió 132,3 millones de dólares (unos 95,5 millones de euros).

La cosa económica sería pasable si no fuera porque se han disparado varias alarmas que tienen que ver con el uso que el público hace de Twitter.  Y es que la llegada de nuevos usuarios se ha ralentizado de forma llamativa.
Quizá el análisis más profundo lo ha hecho, como muchas veces, The Atlantic, que publica un "panegírico" de Twitter con tintes de necrológica y habla del "ocaso" de la plataforma.  En este artículo se repasan algunos de los problemas que están haciendo que Twitter pierda músculo: exceso de spam, exceso de ruido, exceso de 'fakes' y, peor, una comunidad predecible en su narrativa y en su comportamiento, que muchas veces es agresivo y cruel.

Añade también que hay una tendencia a creer que Twitter es el centro de lo que pasa y que todo el mundo tiene sus ojos puestos en el 'timeline', cuando -esto lo sabemos bien en España- la inmensa mayoría del público no está en Twitter.

Muchos otros medios se hacen eco estos días de la situación que vive esta red social,  tan chispeante en los últimos años.  Ya sabemos que no hay nada que le guste más a la prensa de todo el mundo que derribar ídolos,  así que tampoco hay que hacer mucho caso del tremendismoEsto del ocaso se ha hecho mil veces con Facebook, y ahí sigue, tan pimpante, zampándose lo que se mueve.

Entonces, preocupación, la justa.  Lo que sí me ha llamado mucho la atención -y es más preocupante-, es un estudio que ha hecho la NBC estadounidense durante los Juegos de Sochi. En su análisis, comprobaron que la actividad en Twitter y Facebook no se traducía en audiencia, como han dicho muchos otros trabajos, especialmente los de Nielsen. De hecho, NBC ha tenido una audiencia muy por encima de lo que pasaba en las redes durante los Juegos, y les ha ido mejor con Facebook que con Twitter.

Con muchas precauciones y a la espera de más resultados, el responsable de investigación de NBC, Alan Wurtzel, dispara contra los pilares del futuro de Twitter, que se ha fiado a su matrimonio con la televisión. "El emperador está desnudo", dice Wurtzel para subrayar que ese perfecto maridaje entre Twitter y la tele quizá no sea tan perfecto.

Twitter

Twitter corregirá el tiro

Lo que está pasando con Twitter, y con todas las redes sociales, tiene que ver con la madurez de un medio. Cuando nació Internet, cualquier cosa te hacía  gracia y cualquier web era chula con tal de que cargara. Hoy, con 20 años de experiencia navegando, una web tiene que ser muy buena para que me quede en ella más de 30 segundos. Y en esa guerra ganan los especialistas: YouTube, Instagram, TripAdvisor, AirBnb,  Spotify... Los que saben hacer algo muy bien y barren.

¿Por qué barren? Porque se han especializado en algo y conocen muy bien lo que el público busca cuando llega a su web. Porque saben que el público ha madurado mucho, es exigente y sabe muy bien lo que quiere.

Frente a esto, la experiencia caótica, deslavazada y desconcertate de Twitter es un lastre. Hace tiempo que comentábamos aquí que necesita hacer algo con ese lío que es su experiencia de usuario. Ellos mismos reconocen que tienen que hacer más fácil la experiencia para los nuevos tuiteros. Esta confesión es sintomática: los usuarios menos avezados sufren y abandonan porque no entienden nada.

Y también es un síntoma de madurez: tras los 'early adopter' llegaron a Twitter los internautas potentes, los que navegan mucho y comprenden bien la red. Pero ahora está llegando el gran público, el que no entiende tanto y no explora: y este público rechaza la experiencia de Twitter.

Estoy seguro de que en Twitter lo saben. Sus recientes cambios estéticos -cada vez se parece más a Facebook- son una evidencia de que están trabajando en ello. Además, se están replanteando qué hacer con las @, los # y otros elementos de su ecosistema que se están convirtiendo en un problema para crecer.

Espero que pronto veamos un Twitter más ordenado, claro y, por tanto, relevante y útil. Un Twitter que no nos haga perder tiempo entre la broza y el ruido. Y si no lo hacen pronto...

Una cuestión de madurez

 Todo esto que pasa es, como decía antes, un síntoma de la madurez de las redes sociales.  Los 'social media' ya son mayores y sus usuarios han aprendido una barbaridad. Empezamos a ver este cambio cuando, tras la primavera árabe, los disturbios de Londres se organizaban a través de WhatsApp.

Desde entonces, casi no pasa un día sin que surja un servicio social más específico, adecuado y especializado. Algunos, con gran éxito, como Pinterest, Vine, SnapChat o la reciente Tinder, que sirve para 'geo-ligar'.

Era un síntoma: el usuario aprende rápido y se especializa. Igual que en el resto de ámbitos de la vida, en el uso de redes sociales nos vamos sofisticando. Si hubo un tiempo en que Facebook servía para todo, ahora somos muy conscientes de que es mejor utilizar una red o un servicio para cada cosa. Así, puedo utilizar Facebook para contaros que han empezado a salir los enjambres, pero los vídeos los subiré a YouTube, mientras que para el audio me iré a SoundCloud y, si quiero hablar con mis amigos apicultores lo haré por Whatsapp, Tango o Line. 

Facebook, que tiene todo el dinero del mundo, reacciona ante esta situación  de dispersión y complejidad comprándolo todo: Instagram, WhatsApp, Oculus... Lo que compra son dos cosas: una buena posición en mercados emergentes y talento para mantenerla en el futuro. Antes, Microsoft, Apple y Google marcaron esa forma de actuar.

Los que quieran seguir siendo grandes, como Twitter, tienen que reaccionar mejorando. Haciendo su experiencia más sencilla, limpia y útil. Y ahí tiene que aprender de los especialistas, de cómo lo hacen los que son rematamente buenos en algo.

 

 

 

Categorías: Internet , Redes Sociales

David Varona    5.may.2014 14:16    

David Varona

Bio El enjambre

Soy David Varona, redactor jefe de Proyectos en RTVE.es, donde también trabajo sobre las redes sociales, una faceta de Internet que me fascina. Pero lo que de verdad me emociona es la apicultura...
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