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Facebook ya es el periódico y quiere ser la televisión, la radio y todo lo que se te ocurra

Vaya semana que nos está dando Facebook. No hago más que leer noticias sobre la empresa de Mark Zuckerberg y sus productos. A la conferencia F8, el encuentro anual de desarrolladores, que se está celebrando en San Francisco, se suman varias noticias más sobre el proyecto de Facebook de alojar noticias de grandes medios dentro de sus páginas, algo que ya intentó en su día y que ahora vuelve con fueza.

La sensación que saco de tanta notica es que los periodistas y comentaristas que las escriben empiezan a describir a Facebook como una suerte de leviatán que se quiere comer todo lo que le rodea.
Bueno, yo también lo pienso. Pero no es algo de ahora: en estas mismas páginas comentamos hace ya tres años que Facebook, y las demás redes sociales, están invadiendo a gran velocidad el espacio de los cibermedios. (De hecho, he publicado un 'paper' al respecto).
Es más, ya en 2012  Facebook anunció que contrataba a un reputado periodista para trabajar en su proyecto de noticias y el propio Zuckerberg va por el mundo diciendo eso de "queremos ser tu periódico". 

Marck

Ahora están a punto de serlo. Alojarán noticias y contenidos completos de grandes medios, que seguramente ganarán en engagement con sus lectores, se llevarán algo de publicidad y, con un poco suerte, sumarán nuevos usuarios/lectores para sus cada vez menos visitadas webs. Y los cibermedios verán cómo su contenido es fagocitado por la red... ¿Se puede resistir a la fuerza de un sitio con 1.400 millones de usuarios?

Las noticias ya las da Facebook

Lo cierto es que Facebook ya es el periódico de muchísima gente, y pronto será su tele, su vídeo, su radio, su consola de juegos, su [...] Esta misma mañana, estaba siguiendo a través de Twitter la conferencia sobre social media que ha organizado la EBU en Londres y en la que participa mi compañero Agustín Alonso.

Nada más empezar a leer los tuits, me encontré con estos dos:

 

¿Hay que explicar algo más después de esto?  Yo creo que no, que la fuerza con la que Facebook y el resto de las redes sociales se apropian del negocio periodístico es irrefrenable. Aquí, el refranero: "si no puedes vencerlos, únete a ellos".

Pero, para los que todavía tengan dudas: un estudio reciente del American Press Institute y Asociated Press concluye que a la generación Millennial sí le interesan las noticias, pero no está dispuesta a pagar por ellas. 
Además, los jóvenes encuestados aseguran que no buscan noticias en las redes sociales, pero que una vez que se las encuentran, las consumen. El 88% por ciento confiesa hacerlo gracias a Facebook, pero también usan otras redes, con Pinterest o Tumblr como herramientas destacadas. Y solo para las noticias de mucho peso, las "hard news", conservan -por ahora- los medios el lugar de  primera opción.  
¿Es esto algo muy nuevo? Para nada: ya hablamos de ello en El Enjambre cuando el Pew Research Center analizó el consumo de noticias en redes sociales en 2013. La tendencia ya se veía clara entonces y lo único que hace ahora Facebook es trabajar para consolidarla y sacar provecho. La idea es clara: si la gente se ha acostumbrado a encontrar las noticias en Facebook, hagamos que Facebook sea el mejor lugar para ver noticias.

F8: un mapa del tesoro y del futuro

Tras los medios viene lo demás. En Facebook celebran estos días su convención de desarrolladores, el ya mítico encuentro F8 que es algo así como una revelación de lo que serán los próximos años. 
En esta ocasión han anunciado novedades que amplían el sentido de lo que venimos diciendo:

1 - Más y mejor vídeo. Como ya sabemos, Facebook amenaza seriamente la supremacía de YouTube en el mundo del vídeo. Ahora anuncian que sus vídeos, además de estar en autoplay, serán "embebibles", tendrán "pre-roll" publicitario, serán más fáciles de editar... Si a eso sumamos su mucho mejor dotación de herramientas sociales, la oferta de vídeo de Facebook puede ser imbatible. 
Una vez más, era un rumbo que se podía prever. Ya lo hicieron con las fotos: una conquista despiadada del contenido fotográfico, incluyendo la llamativa compra de Instagram. Ahora es el turno del vídeo, y yo apostaría por otro éxito.  (Hace unos días Nielsen ya alertaba sobre la huida de los americanos de la tele, pero solo de la tele, no de los contenidos de vídeo, cuya demanda crece sin parar).

2 - Messenger, como centro comercial. Que nos obligaran a descargar Messenger para leer los mensajes privados en el móvil no era un capricho. Ahora, Facebook explica que construirá sobre Messenger (con unos 700 millones de usuarios) un auténtico 'hub' comercial que permita a los usuarios establecer contacto con las marcas comerciales. Messenger se conectará con otras apps y servirá para compartir contenidos y todo tipo de transacciones comerciales entre ellas.

3 - El móvil manda. Después de lanzar Home hace un par de años, Facebook sigue avanzando en su conquista del smartphone. Se ha convertido en una de las pocas apps que están presentes en la inmensa mayoría de los dispositivos y cuenta con otras que no le van a la zaga, como WhatsApp o Instagram. No falta quien vea que en el futuro competirá directamente con iOs y Android como ecosistema móvil. Si Messenger (que quizá siga un camino de fusión con WhatsApp) se convierte en un estándar de comunicaciones entre usuarios y empresas, en un gran 'hub', puede hacer que el modelo móvil de Facebook sea el dominante en poco tiempo, distribuyendo sus propias apps en detrimento de las que promueven los grandes actores del sector.

4 - Hacia Internet de las cosas. Ese 'hub' que supone Messenger supone dotar de una conectividad nueva a muchos servicios, y va en la línea de conectar las cosas a Internet. O, mejor dicho, a Facebook. Esa es otra de las líneas mostradas en el F8: Facebook quiere ser un estándar de de conexión entre aparatos, redes sociales y nosotros, los usuarios. Es decir: si tienes una nevera conectada, te avisará a través de Messenger de que falta leche, y será a través de Messenger como te comunicarás con tu supermercado para que te envíe un pedido...

Y, un paso más allá, Zuckerberg no esconde su pasión por herramientas como Oculus Rift, el visor de realidad aumentada que es propiedad de Facebook. El dueño de la empresa explica que se podrán compartir en Facebook contenidos para ver con Oculus, como material audiovisual en 360º... Pero también juegos o cualquier otra experiencia que requiera realidad virtual. Para mí, la propia red social es susceptible de saltar a la realidad virtual. ¿Os imagináis lo que sería chatear a través de Messenger viendo a la otra persona en 3D con Oculus? 

Con todo esto, ya no me parece tremendista el titular de hoy en Buzz: "Facebook está comiéndose Internet".

 

Bonus track: os aconsejo vivamente leer el post de nuestro Laboratorio sobre las apps de móvil y sus amenazas a la intimidad.

David Varona   26.mar.2015 16:52    

Facebook at work: ofensiva para conquistar las redes profesionales

Facebook ha presentado su anunciado producto Facebook at work, un producto que permitirá a las empresas crear redes sociales internas basadas en Facebook. De momento, y como es habitual, la beta de Facebook at work está en manos de un reducido grupo de empresas.

Se trata de una apuesta muy fuerte. Facebook apunta a un mercado muy goloso, el de las redes internas, donde, hasta ahora, se han hecho fuertes productos como Yammer, Slack, Convo, Socialcast o BaseCamp. Son herramientas que permiten crear redes internas, de acceso restringido, para que empresas o equipos de trabajo de todo tipo creen perfiles, espacios de trabajo en común y, en definitiva, redes sociales y de comunicaciones.

He trabajado a menudo con estas redes, especialmente con sistemas como Jira, Yammer y BaseCamp. Y también con otras redes cerradas, como las que se crean con herramientas de tipo MOOC para cursos virtuales, aulas virtuales y ese tipo de plataformas de aprendizaje a distancia. Casi  todas tienen mecanismos de creación de perfiles, de mensajería... Casi nadie los utiliza de forma regular y constante.

¿Por qué? Porque el usuario, incluso el muy avanzado, tiende a ser perezoso. Le cuesta mucho cambiar y el simple hecho de abrirse un nuevo perfil en otro servicio le supone un esfuerzo ímprobo. Lo he observado hasta en alumnos univesitarios de 20 años y nativos digitales: cada nuevo registro online les abruma.

De hecho, hace unos años me pidió consejo una amiga que trabaja en una multinacional de las telecomunicaciones. Utilizaban Yammer para la formación y también para las comunicaciones internas, pero la inmensa mayoría de los empleados pasaba de conectarse.  Su duda estaba clara: ¿qué hacer para motivar su uso?

Y me parece que por ahí ha visto Facebook el flanco débil: su propuesta supone una red paralela a Facebok, muy parecida en funcionalidades y a la que se entra con el usuario de Facebook, sin crear nuevos registros. Además, en esa red es fácil moverse y relacionarse, porque están los compañeros de trabajo, que también son amigos en Facebook. Y, todavía mejor: lo que sucede en Facebook at work se queda ahí, no se replica en la actividad normal de Facebook.

La jugada parece hábil, porque la inmensa mayoría de "trabajadores de oficina" usa Facebook en el trabajo. Unos, medio a escondidas; otros, sin cortapisas. Con esta herramienta, podrán utilizarlo también para trabajar.   De hecho, Facebook lleva tiempo utilizando una versión propia de esta solución para organizar a su creciente plantilla, que ya cuenta con más de 7.000 empleados en todo el mundo. Es interesante ver cómo emplean los chicos de Zuckerberg su propia herramienta para articular equipos de trabajo internacionales y evitar que los  trabajadores que están en remoto se sientan al margen.
También crean grupos para los departamentos, de forma que sirvan de repositorios de información y de foros de trabajo, y, sobre todo, estimulan las relaciones personales entre los empleados, de forma que que descubran lo que tienen en común y estrechen lazos. 

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Lo que no está claro todavía es el modelo de negocio. No sabemos si Facebook cobrará a las empresas por utilizarlo o si cuenta con otras formas de monetizar estas redes cerradas.  
Y, después, ¿hacia dónde evolucionará? Si abren brecha en el interior de la empresa, ¿por qué no seguir por el camino de las relaciones laborales? 

Cuando se empezó a hablar de Facebook at Work, se pensaba que sería una herramienta para hacer frente a LinkedIn. Pero no lo es. O, al menos, no lo es por ahora. No parece descabellado pensar que esos perfiles "profesionales" de Facebook at Work se abran después a toda la red, compitiendo así con ese escaparate laboral que es LinkedIn. Lo veremos en los próximos meses. 

Personalmente, creo que las empresas tienen que apostar por la implantación de estas herramientas. Son importantes, porque ahorran costes en comunicaciones, reuniones y otras logísticas. Pero, sobre todo, porque permiten aflorar el talento interno y activar de una forma más eficiente el capital social que atersora la plantilla. 

Por ejemplo, en una empresa gigantesca como RTVE, un redactor de Radio Nacional podría estar preparando un tema sobre apicultura. Yo sé algo de apicultura y podría ayudarle, pero no hay ninguna forma de que él lo sepa. Si esos conocimientos estuvieran debidamente etiquetados y en red, una simple búsqueda nos pondría en contacto. Así de sencillo. 

Si Facebook ofrece esta herramienta de forma asequible, puede convertirse rápidamente en un estándar para el networking corporativo. Y, sí, claro: Facebook colonizaría otra parcela de nuestras vidas, la laboral... 

 

 

 

 

David Varona   15.ene.2015 14:12    

Facebook y el anonimato. Rooms y Tor: hacia otra idea de privacidad

Alguna vez he dicho aquí que Facebook me parece la red con una política más interesante con respecto a la privadidad. Mark Zuckerberg ha apostado siempre por un Facebook abierto, con identidades reales y fotos lo más reales posibles. Ha estimulado siempre el uso de la plataforma sin camuflajes.

En cierta forma, el hecho de que Facebook sea una plataforma en la que la gente muestra su verdadera identidad ha permitido el gran crecimiento de la red. No serviría de nada buscar a alguien por su nombre real si ahora se hace llamar Perico Mix. Y mucho menos si es alguien a quien no ves desde la EGB y cuyo travestismo nominal desconoces...

Sin embargo, Facebook ha dado un golpe de timón en los últimos meses que, al menos a mí, me ha sorprendido. Con apenas unos días de diferencia ha presentado Rooms, una aplicación de puro chat anónimo, y también ha anunciado que permitirá que su plataforma se conecte a través de Tor, la gran puerta de acceso a la internet oscura, ese reino del anonimato y las ip's ignotas.

Con este giro, Facebook completa una estrategia que incluye también la compra de Whatsapp, una aplicación que estos días está otra vez de moda porque a muchos usuarios no les gusta que se informe a sus contactos de si han leído o no sus mensajes (oh, tragedia).  Lo cierto es que Whatsapp es una app cerrada, opaca y facilita una comunicación que es todo lo contrario a Facebook.

Ahora, con Rooms, el equipo de Zuckerberg ofrece una aplicación de chat al viejo estilo de los años 90, basada en el anonimato. De hecho, en la presentación de este producto, apelan a ese espíritu romántico de los tiempos del ICQ y el IRC...

Por su parte, la conexión a Tor no deja de ser una verdadera sorpresa, porque, a priori, pocas cosas parecen más disparejas que la muy 'mainstream' Facebook y la absolutamente 'underground' Tor, una red de conexión paralela a Internet donde es virtualmente imposible rastrear el origen de las comunicaciones. "Es importante para nosotros facilitar medios para que la gente utilice nuestro site con seguridad", explican en Facebook. 

Tor-project

Lo cierto es que en los últimos tiempos se ha producido un cambio en el uso que la gente hace de las redes sociales. Ya comentamos en algún momento que la mensajería instantánea, con la comunicación uno a uno y sus entornos cerrados es una competencia muy dura para las redes. Y es una tenencia al alza: cada vez se utilizan más las herramientas tipo Whatsapp o Telegram, donde las conversaciones no pueden ser monitorizadas.

Leo al hilo de esto artículos en los que se explica que no solo  es una búsqueda de espacios cerrados, sino  también una búsqueda de desconocidos en las redes. Quizá porque ya tenemos muy vistos a los conocidos, quizá por esa vieja emoción del "cómo te llamas", "quién eres", "de dónde eres". Florecen así herramientas como  Tinder, Happn o redes más complejas como Whisper o Secret.

Para mí, todas estas novedades son un síntoma de madurez. A medida que conocemos mejor las redes, nos especializamos y somos capaces de utilizar más plataformas, herramientas más esepecíficas y entornos más adecuados a nuestras necesidades. Sin embargo, lo reconozco, me molesta que Facebook haya emprendido un camino al lado oscuro, dejando atrás la idea -elegante y poderosa- de que nuestra identidad digital sera un reflejo perfecto de nuestra identidad real y, por tanto, nos sirva para cosas tan elementales como votar en unas elecciones.

 

 

 

 

 

 

David Varona   11.nov.2014 10:48    

La dura competencia que amenaza a YouTube

YouTube es la gran abeja reina del enjambre del vídeo on line. En menos de 10 años ha pasado de ser una idea alocada a convertirse en el estándar mundial para alojar vídeos y en el modelo para los que se dedican (nos dedicamos) a mostrar vídeos al público en Internet.

Comprada por Google en 2006, la empresa no ha parado de crecer y en 2014 se calcula que aloja unas 100 horas de televisión cada minuto que pasa. Más de la mitad de ese contenido es profesional, es decir, producido por televisiones, productoras u otros creadores de material audiovisual. Como muestra de su increíble potencial, este botón: tiene más de 1.000 millones de usuarios únicos mensuales. Vamos, que YouTube manda.

¿Manda? Lo cierto es que empiezan a moverle la silla. Según la empresa de medición de audiencias on line ComScore, en el mes de agosto Facebook superó a YouTube como la web que más vídeo sirvió (siempre en desktop, es decir, en web desde ordenador).

El dato es llamativo y tiene una explicación inmediata: desde hace unos meses, Facebook pone en 'autoplay' los vídeos que los usuarios suben directamente a su plataforma. Esto hace que, apenas pasas sobre el vídeo, este arranca la reproduccción. La medición tiene en cuenta que una reproducción debe durar un mínimo de tres segundos, así que el 'autoplay' engrosa notablemente las estadísticas de Facebook.

ComScore

¿Ya está explicado el fenómeno? En mi opinión, no. Es verdad que esta práctica de Facebook (que a mí no me gusta) hace que su volumen de reproducciones crezca. Pero este verano nos ha dejado pistas de que hay algo más. ¿Os acordáis del famoso reto del cubo de hielo? Parece que han pasado siglos, pero fue entre julio y agosto: millones y millones de personas colgaban vídeos en Facebook tirándose hielo (o lo que fuera) por la cabeza para concienciar a favor de la investigación de la ELA.
Ya comenté entonces que una de las cosas que más me llamaba la atención del asunto del cubo era el empleo masivo de Facebook para hacerlo. La inmensa mayoría de los 'Ice Bucket Challenge'  tuvieron como escenario Facebook, y, en dura rivalidad con YouTube, gran parte de los vídeos eran alojados directamente en la plataforma de Mark Zuckerberg.

Los datos de ComScore subrayan la tendencia: consumir y alojar vídeo en Facebook, en detrimento de especialistas como YouTube o Vimeo. Igual que hizo en su momento con las fotos, Facebook se ha convertido en un colosal "devorador" de vídeo: lo absorbe y lo sirve en cantidades astronómicas. De hecho, los datos de agosto muestran que en Facebook se reprodujero 12.300 millones de vídeos, frente a los 11.300 de YouTube.

Como siempre, en Facebook las cosas funcionan por el 'engagement' que generan. Es decir: si hay likes, comentarios y shares, los contenidos se ven más, circulan más y satisfacen más a sus creadores. Lo que demuestran los números es que el 'autoplay' genera ese 'engagement'. Aunque nos obliguen a verlos a la fuerza, los vídeos son vistos, comentados, compartidos...  Y eso hace que la satisfacción del que lo sube aumente. Al final, los usuarios comprueban que sus vídeos en Facebook tienen impacto, con lo que suben más archivos a la plataforma. Si uno no tiene vocación de 'youtuber' y le basta con que sus amigos vean el vídeo, es posible que encuentre más satisfacción en Facebook que en YouTube.

Pero los problemas del portal de Google no acaban ahí. A los datos de ComScore se suman los de SocialBakers, una web especialista en medir el impacto de las redes sociales. Sus analistas también apuntan en la dirección del 'engagement' y señalan que "las interacciones crecen en Facebook y decrecen en YouTube. Esto es una seria amenaza a YouTube, porque el márketing va a a utilizar la red que le ofrezca un aumento más eficaz del 'engagement". Su analisis, que ha implicado a 20.000 páginas de Facebook y 180.000 vídeos, demuestra que el habitual proceso de subir un vídeo a YouTube y luego compartirlo en Facebook está perdiendo terreno: los responsables de las páginas prefieren subirlos directamente a Facebook.

Los que tenéis la bondad de leerme desde hace tiempo sabéis que me dan alergia los pronósticos del tipo "Facebook ha muerto", "YouTube ha muerto"... Estoy harto de ver cómo la tozuda realidad arruina estas previsones agoreras.  YouTube está lejísimos de estar en peligro, pero tampoco se puede descuidar, porque a Facebook se suman otros asaltantes, como Vimeo o Instagram.

En mi opinión, debería intensificar el trabajo por el lado que está fallando: la capa social. Como red social, YouTube es poco eficaz, y esa es la brecha que explota Facebook. Si en YouTube mejoran rápidamente su capacidad de generar una capa social útil, sencilla y expansiva, podrán frenar la sangría. Desde luego, deberían hacer algo más que fiarlo todo a Google+, esa eterna promesa.

 

 

David Varona   17.oct.2014 11:15    

This: la batalla contra la saturación. Compartir menos es compartir mejor

Los apicultores sabemos muy bien que más colmenas no significan más miel. Un territorio admite una determinada carga de abejas y, a partir de un punto, no hay suficientes recursos en el campo para todas. El equilibrio es fundamental y, generalmente, menos colmenas -pero fuertes- dan mejor resultado que muchas no tan potentes.

Esto no sucede con todos los órdenes de la vida, claro, pero sí, por ejemplo, con el de la información. Un exceso de información, paradójicamente, nos lleva a la infoxicación, es decir, a una saturación que impide que nos informemos bien, porque no podemos digerir todo lo disponible. Hace poco, un alumno me preguntaba en clase cuándo llegaría ese momento. No pude evitarlo, me eché a reír y le dije: "Hace años".

Este fenómeno se expande ya por las redes sociales. El otro día, publicaba el profesor José Luis Orihuela un artículo en Medium en el que subrayaba lo innecesario de esta enorme carga de contenidos que volcamos sin parar a las redes.  "Hace falta un poco más de sobriedad en el 'sharing”'y otro poco más de criterio en el 'reading”. No todo puede ser tan 'social”,  señala Orihuela.

Tiene razón: no todo merece la pena. No todas las fotos merecen un segundo de atención de tus amigos o seguidores. No todo lo que se le pasa a alguien por la cabeza tiene que ir a Facebook o Twitter. No todo es "lo mejor", "muy grande", "una pasada"...

Al final, lo que conseguimos con esa "verborragia social" es que muchos de nuestros contactos nos oculten,  o, peor, que hagan "unfriend".

Unfriend

Ya he hablado aquí en otras ocasiones de que esta sobrecarga de información - a veces desordenada, desestructurada, generalmente asíncrona y escasamente útil- complica notablemente la experiencia de usuario en las redes sociales. Consume mal nuestro tiempo, genera aburrimiento, insatisfacció y rechazo. Facebook ya se ha dado cuenta y ha empezado a trabajar para evitar los cebos burdos que nos sacan de la red para consumir banalidades.

Twitter, por ejemplo, es un caso de saturación. Al menos, desde mi punto de vista. Los cambios que están haciendo para mejorar la experiencia van por el buen camino, pero les falta mucho para ofrecer una experiencia de usuario más clara, relevante y útil.

This, una idea rompedora

Con estas reflexiones veraniegas en la cabeza, me encuentro con This. Se trata de una nueva red, todavía en fase alfa, que nace como un proyecto de The Atlantic. La idea es innovadora: cada usuario solo podrá compartir una cosa al día.

Me parece brillante: si solo puedes compartir un tema, te lo pensarás mucho. Es de suponer que de ese esfuerzo de contención y de esa meditación surja un decantado que realmente merezca la pena, una esencia que deje huella.

 En un artículo publicado por Nieman, se recoge la idea central sobre la que se construye This: "Es un esfuerzo por constrir una plataforma donde la influencia provenga del gusto, en lugar del simple volumen (en sus dos acepciones de cantidad y ruido sin sentido)".

La propuesta suena elegante y seductora: un lugar donde el filtro de los contenidos lo genera la propia voluntad de aportar algo enriquecedor y que merezca muchísimo la pena. El nombre le va genial: This, esto. Es decir, un dedo gigante señalando eso que no te puedes perder.

Por ahora, la plataforma está en pruebas  y sólo admite suscripciones para ser avisado cuando se abra al público. Estaremos muy atentos.


 

 

David Varona    2.sep.2014 13:50    

Hacia una televisión realmente social y en manos del público

Hoy me vais a permitir un poco de "autobombo".  Quiero contar lo que estamos haciendo en RTVE.es con algunos eventos que emitimos en directo, como, por ejemplo, la final de la Champions League que ganó el Real Madrid el sábado en Lisboa.

Se habla mucho por ahí de televisión social, de compartir la  tele, de que el usuario decide... Pero, en general, es solo una idea más o menos abstracta y difícil de cuantificar y de aterrizar. En RTVE hemos tratado de que el concepto tenga más sentido y, sobre todo, hemos buscado dar al usuario la mayor capacidad de decisión posible.

Desde que trabajo aquí, y van ya siete años, siempre he visto ese ánimo en todo lo que hacemos: dar al usuario el control. Convencido de que es el camino correcto, cuando estaba en Participación,  contribuí a poner en marcha iniciativas pioneras, como un informativo de televisión comentado con Facebook, encuentros digitales y reales con personalidades de  todo tipo y algo tan interesante como los 'hang-outs' que hacemos con Google+, que derriban cualquier barrera que separa a público y protagonistas, desmediatizando la comunicación.

Hemos luchado para que las redes sociales abran puertas reales entre público, periodistas y programas, estableciendo vías de comunicación a veces muy ricas. Todo, en la confianza de que ese contacto con la gente nos hace mejores.

Y ahora, desde el departamento de Proyectos, he podido participar en la puesta en marcha de soluciones que profundizan en la idea de que el usuario tiene que tener el control máximo del producto que hacemos. Que debe poder explorarlo, adaptarlo a sus necesidades  y utilizarlo como quiera. 

Particularmente, creo que el player multiseñal (multicámara) que estrenamos con los Juegos Olímpicos de Sochi es un ejemplo perfecto de esta entrega del control al usuario. Desde Sochi para acá hemos ido mejorando la experiencia, hasta llegar al punto que pusimos on line el pasado viernes para la final de la Champions. Esta última versión del multiplayer, como le llamamos internamente, es una auténtica consola de mandos para que el usuario elija lo que quiere ver. 

Si en Sochi se podía elegir qué deporte ver, en la final de la Champions los internautas podían:

1 - Elegir entre cinco cámaras diferentes, incluyendo las que estaban fijas en Simeone y Ancelotti, y también una cámara 'spyder' o cenital.

2 - Ver hasta cuatro de esas cámaras simultáneamente, decidiendo en cada momento si se quería ver en grande, en pequeño (picture in picture), a pantalla completa... Eligiendo qué audio se quiere escuchar...

3 - Elegir la retransmisión en HD y verlo en un player de una calidad altísima.

4 - Elegir la retransmisión de Radio Nacional y combinarla con cualquiera de las señales de televisión.

5 - Seguir el relato minuto a minuto mientras se escucha la radio o se ven las imágenes.

6 - Consultar la encuesta de mejor jugador, y votar en ella.

7 - Comentar el partido con otros usuarios y leer esa charla social (filtrando también hashtags de  Twitter).

8 - Ver (y compartir) qué vídeos están compartiendo los usuarios de la aplicación de second screen +TVE, que hacen su propia edición de los momentos más destacados del partido.

9 - Ver (y compartir) vídeos del partido que van entrando en A la Carta a lo largo del encuentro: goles, fragmentos importantes... Y, claro, combinada la reproducción 'on demand' con el directo.

Lo dicho: un panel de mandos como pocas veces se le ofrece a un usuario en Internet. La foto ilustra en parte lo que digo, aunque lo puedes comprobar en la página del directo.

 

Multicamara

 

Por cierto, que, por segunda vez (la primera fue la final de la Copa del Rey) se daba también la posibilidad de elegir la cámara que se quiere ver en las televisiones conectadas de última generación a través del servicio de Botón Rojo. Esta opción, que supone inyectar directos en streaming en la televisión como complemento a emisiones convencionales, es pionera en el mundo, y también va en pos de dar al usuario/espectador la mayor cantidad de control posible.

Me podría enrollar mucho más hablando de visualizaciones de contenidos procedentes de las redes sociales, de traslado de la participación social a la pantalla de televisión... Incluso de cómo aprovechamos esa 'edición popular' que se hace a través de +TVE para ofrecer un punto de vista diferente a la tele, que muestra los vídeos más compartidos por la comunidad de +TVE. Y esto es intersante, porque es la 'second screen' alimentando a la 'first screen'.

Pero me quedo con la idea central: si queremos hablar con propiedad de televisión social, tenemos que profundizar en estas líneas de trabajo. Darle al usuario todo el control, porque él es quien manda de verdad en lo que hacemos. Los usuarios lo agradecerán, estoy seguro. 

 

Categorías: Web/Tecnología

David Varona   26.may.2014 18:32    

Adolescentes en redes sociales: cada vez más expuestos (y lo saben)

Es  casi primavera. En nuestras colmenas, una nueva generación de abejas crece en las celdillas, esperando el momento de salir de esa cuna hexagonal,Abeja_nace llenar sus sacos aéreos y lanzarse al mundo. Las abejas de esta  nueva generación serán exactamente iguales a las de la anterior, y exactamente iguales a las que se han ido echando a volar en los últimos cientos de miles de años: harán las mismas cosas sin plantearse cambios en su comporamiento.

Pero los seres humanos somos raritos y tenemos la costumbre de cambiar de ídem. Por eso, cada nueva  generación hace cosas que la anterior no se planteaba. En el mundo de las redes sociales, esta idea es determinante: cada nueva oleada de chavales tiene sus propios hábitos y muestra diferencias claras con la anterior.

Sobre esto, es muy llamativo el último informe del Pew Research Internet Project, que ha encuestado a 802 padres con 802 hijos o hijas de entre 12 y 17 años. Es decir, chavales que eran niños cuando empezó el 'boom' de las redes sociales, allá por el 2008. Son, por tanto, la segunda generación nativa digital que se incorpora a estas herramientas.

Los resultados son muy interesantes, porque muestran cambios llamativos en la conducta de los chicos. El más destacado: se exponen cada vez más en las redes, se muestran más. En general, comparten más información personal. Por ejemplo:

  • El 91% publica su foto, mientras que en 2006 solo lo hacía el 79%
  • El 71% dice el nombre de su colegio, mientras que en 2006 solo lo hacía un 49%.
  • El 53% publica su dirección de correo electrónico (29% en 2006)
  • El 20% publica su teléfono, algo que solo hacía el 2% en 2006.

    Pew

Hay que añadir que  son mayoría los que publican su nombre real, su fecha de nacimiento, sus gustos e intereses...

Los hallazgos de los investigadores hablan de usuarios adolescentes mucho más conscientes de los problemas de seguridad y privacidad que pueden sufrir en las redes, aunque no por ello más preocupados: solo un 9% se declara "muy preocupado" porque personas no conocidas accedan a sus perfiles.  El resto, la inmensa mayoría, no se muestra especialmente preocupado.

Eso no quiere decir que no sepan que hay peligros. Demuestran que lo saben, porque un 60% mantiene su perfil de Facebook en privado y la mayoría asegura que sabe cómo configurar la plataforma para protegerse. De hecho, solo un 1% considera que "es muy difícil" hacerlo. Y van más allá en la protección: un 74% ya ha eliminado amigos de sus cuentas, mientras que casi un 60% ha bloqueado a otros usuarios en las redes.

Además, los mayores son más hábiles con la retórica y la mayoría reconoce que "codifica" sus mensajes con bromas u otros elementos que los enmascaren, de forma que solo los receptores adecuados los decodifiquen.

Bueno, el estudio tiene muchas más conclusiones, pero tampoco es cosa de fusilarlo aquí. Lo interesante es que, a mi entender, se está produciendo un cambio en la conducta de los chavales: los más jóvenes son más abiertos, se "publifican" más, se exponen con más alegría. Pero, al tiempo, lo hacen siendo conscientes de los riesgos y sabiendo qué tienen que hacer para defenderse.

Es un proceso de cambio cultural del que ya he hablado alguna vez. Estos chicos de 14 años dan a la privacidad un valor completamente diferente al que le damos los que frisamos la cuarentena, por poner un ejemplo. Y radicalmente distinto del que tenían nuestras abuelas. ¿Alguien se imagina a su bisabuela haciendo top-less en la playa? Bueno, las adolescentes lo hacen y lo publican. No les importa: para estos chicos de hoy, la privacidad es otra cosa. Cuando comprendamos esto, comprenderemos mucho mejor lo que hacen los chavales cuando están viviendo en las redes.

A mí, personalmente, me parece un cambio positivo. Si cada vez somos más capaces de controlar nuestra identidad digital, de cuidarla y mantenerla, estaremos cada día más cerca de una verdadera sociedad conectad, real, segura y eficaz. Es la base que necesiamos para una democracia 2.0 que abra una nueva etapa en nuestro desarrollo.

 

Nota. Para los amantes de la teoría de la muerte súbita de Facebook, el estudio del Pew tiene un dato interesante. Los chavales reconocen que han perdido entusiasmo por Facebook, porque no les gusta compartir ese espacio con los adultos. Pero también reconocen que siguen utilizándolo, porque lo consideran fundamental en su forma de comunicarse. Como diría el castizo, lo normal.

 

 

 

David Varona    5.mar.2014 09:31    

Facebook compra WhatsApp: la lucha por la conversación privada

La noticia de la semana, del mes y, posiblemente del año en el mundillo de las redes sociales es la compra de WhatsApp por parte de Facebook, por la nada desdeñable cantidad de 19.000 millones de dólares.

Teniendo en cuenta que hace unos días se hablaba de que Facebook iba camino de la tumba, uno se acuerda de aquello de "los muertos que vos matáis gozan de  buena salud". Para estar agonizando, la empresa de Zuckerberg ha hecho un movimiento espectacular que deja casi fuera de juego a cualquiera que pretenda competir en el mercado de la mensajería privada instantánea: a ver quién puede con esta combinación de Facebook + WhatsApp... Desde luego, si yo fuera el dueño de Snapchat, me arrancaría cada pelo de mi cabeza: el tipo se permitió el lujo de rechazar una oferta milmillonaria de Facebook y, encima, reírse de 'Zuck'. Lo malo no es la cantidad de dinero que ha dejado de ganar: la faena es que el futuro de Snapchat pinta oscuro, porque a ver quién va a luchar a pecho descubierto contra la nueva apisonadora. (Marc Vidal cuenta muy bien en este post la tremenda combinación comercial y económica que nace de esta 'boda')

Ver vídeoFacebook compra Whatsapp para ganar tiempo en el móvil

 

Cubrir todos los frentes

Y es que Marck Zuckerberg no es nada tonto a la hora de expandir su "imperio".  Se ha dado cuenta de que los intereses del público son cada vez más variados y más exigentes. Que ya no basta con una gran herramientas de "publificación", como es Facebook, sino que la gente quiere otros canales en los que relacionarse.
Eso no quiere decir que los usuarios dejen de estar en Facebook, sino que depurarán y aquilatarán el uso que hagan de la red, porque cada vez sabrán más de tecnología y serán más hábiles a la hora de elegir la herramienta adecuada para cada necesidad.

Facebook ya dio muestras de esta intución cuando compró Instagram, un especialista en fotografía para redes. Después lo había intentado con el lanzamiento y mejora de su propia herramienta de mensajes privados, Facebook Messenger, que, tras las últimas noticias, seguramente acabe fusionada con WhatsApp.

Y ahora, con WhatsApp compra una plataforma especialista en la creación de redes de conversaciones privadas, inmediatas, rápidas, ocultas, opacas y muy ligeras.

Si el público quiere contar algo a los cuatro vientos, ¿qué mejor herramienta que Facebook? Si quiere hacerlo de forma más o menos "oculta" e informal, ahí está WhatsApp. La combinación cierra un círculo perfecto en torno a Facebook. Y, de paso, Zuckerberg reconecta con el público más joven, el que busca continuamente nuevas plataformas en las que comunicarse y que había abrazado WhatsApp con entusiasmo.

Lo interesante es que Zuckerberg, de nuevo, mira más allá: no se preocupa por los entornos y aparatos en que se produce la conversación, sino de que haya conversación y, entonces, darle el soporte que requiera en cada momento. Se ha dado cuenta de que el fenómeno de conversación global y continua no es una broma, y que trasciende al dispositivo, al medio y a las marcas: la gente quiere hablar -a veces en público, a veces en privado-. Y hablar de forma gratis, segura, sencilla y divertida.

Al mismo tiempo, esta situación evidencia un cierto desplazamiento de la conversación hacia entornos más opacos, menos observables. Ya he comentado en alguna ocasión que esto es un gran problema para los medios, porque buena parte del tiempo que los usuarios nos dedican se va ahora a esos espacios invisibles para nosotros.
Si la gente comenta una noticia o un programa de televisión por WhatsApp, no lo hace "a la vista" en Facebook, Tuenti o Google+. Es decir: no podemos monitorizar lo que dicen de nosotros, no podemos intervenir y no podemos dar visibilidad a la conversación. En apariencia, al público ese problema le da igual: su necesidad de conversar está plenamente cubierta.

Y, como digo,  a Facebook tampoco le importa dónde se produzca la charla, mientas esta se produzca. El público estará hablando y compartiendo, y posiblemente esté en un entorno propiedad de Zuckerberg y sus chicos, así que no les preocupan los problemas de los medios y otras empresas que buscamos la participación, el 'engagement' y todas estas cosas.

Una vez más, Facebook marca su camino:  dice por dónde se va al futuro y no le importa lo que se quede por el camino. Con más de 1.200 millones de usuarios, no necesita ya el apoyo de los medios como prescriptores, y cada vez exige más esfuerzos económicos a las empresas para sacar partido de la red. Cuenta con el inmenso favor del público, aval inigualable.

Demuestra así Facebook un gran ojo al hacer estos movimientos. Se nota que Zuckerberg no ha perdido su olfato para ventear los cambios en los comportamientos de la gente. Seguro que ya está pensando qué harán los chavales dentro de dos años y cuál será su respuesta. Es probable que no le pase inadvertida la llamativa irrupción de Yik Yak, una red social de mensajes instantáneos y anónimos que hace furor en los campus estadounidenses.  Suena familiar, ¿verdad?

Google, Twitter, Apple: les toca mover a ustedes.

 

 

David Varona   21.feb.2014 17:55    

Abejas 'flautistas', influencers y democracia 2.0

La revista Behavioral Ecology and Sociobioloy publica un interesante artículo firmado por la investigadora de la universidad de Cornell Juliana Rangel-Posada y titulado, aproximadamente, "Una oligarquía de exploradoras dispara la salida de la colmena de los enjambres de abejas".  Apasionante, ¿verdad?

Quien nunca haya visto un enjambre de abejas en acción debería hacerlo. Es un espectáculo impresionante ver salir de una colmena varios miles de abejas que vuelan en aparente desorden, prácticamente nublando el sol. Y es asombroso ver cómo, de repente, deciden posarse todas juntas en algún sitio, generalmente la rama más alta de algún árbol...

Se sabía cuáles eran las circunstancias que propiciaban la salida de un enjambre, pero no se conocía cuál era la señal que disparaba ese éxodo alucinante. Y el artículo de Rangel-Posada y su equipo ha descubierto que un pequeño grupo de abejas exploradoras son las que lanzan la señal de partida. Sus hallazgos demuestran que este grupo lo constituyen aproximadamente un cinco por ciento de las abejas de la colonia, apenas 200 en un grupo de 10.000 (aunque hay colmenas de hasta 100.000 individuos).

Se han dado cuenta de que esas abejas son muy influyentes. Son una oligarquía de exploradoras (pecoreadoras, en la jerga del gremio) las que deciden cuándo hay que salir. Y, para avisar al resto, emiten una especie de pitido que recuerda al sonido de una flauta. Cual flautistas de Hamelin, zumban y zumban de forma muy aguda, disparando y  guiando la migración de la mitad de la colonia con la reina vieja.

La forma en que el enjambre se mueve, se organiza y decide a dónde va es algo que fascina a los científicos desde hace siglos. Incluso ha dado lugar a la llamada 'Teoría del enjambre', que sirve para explicar decisiones colectivas tomadas por la sociedad.

Hasta aquí la entomología. Ahora, pasemos al 'social media'. A estas alturas, muchos ya entenderéis por dónde va la cosa: ese pequeño grupo de 'flautistas' ejerce una enorme influencia sobre la colonia, hasta el punto de generar una toma de decisión colectiva y drástica. Efectivamente: los viejos influencers de Lazarsfeld y compañía.

Influyentes y democracia 2.0

Los influyentes, o 'influencers', son fundamentales para explicar los fenómenos de viralidad y de creación de opinión, tanto en la 'vida analógica', como en las redes sociales. Su capacidad para crear estados de conciencia y alterar las intenciones de los grupos sociales es ralmente importante y los estudios clásicos consideran que pueden llegar a modificar los resultados de elecciones, por poner un ejemplo.

En las redes sociales de Internet se estudia constantemente su influencia y la proporción de sus efectos. Y últimamente proliferan los trabajos en torno al uso de las redes para inclinar la balanza electoral. Por ejemplo, un estudio reciente de la Universidad de Indiana lleva por título 'Más tuits, más votos'. En él se demuestra que el porcentaje de votos para republicanos y demócratas en las elecciones estadounidenses de 2010 y 2013 podría haber sido vaticinado gracias al porcentaje de tuits mencionando a cada candidato, y sin que importase mucho en el resultado el hecho de que los mensajes fuesen positivos o negativos.

Para llegar a esta conclusión, han analizado conceptos como el partidismo de los tuits, la cobertura de los medios y la composición sociodemográfica del electorado. En su análisis, consiguieron vaticinar el ganador de 9 de cada 10 escaños, con lo que aseguran que Twitter constituye una herramienta fiable para analizar las pugnas electorales, especialmente en ausencia de mejores datos.

En España, una reciente tesis firmada por Montserrat Fernández en la Universidad Complutense ha llevado a cabo un estudio similar, pero con las elecciones patrias. Sus resultados son menos contundentes, pero también permiten avanzar la composición del parlamento analizando los flujos de tuits.

Claro, todavía queda mucho camino en la predicción de elecciones (o cualquier otra cosa) a través de las redes. Pero, igual que pasa con las abejas flautistas, empezamos a tener indicadores muy claros de lo que va a pasar gracias al ruido social. Por ahí se abre una vía de investigación espectacular para  periodistas y los científicos sociales: la minería de datos sociales enfocada a la predicción de acontecimientos.

Y, de ahí, a una democracia 2.0 más real, cercana e inmediata. Ya tenemos herramientas que permiten a la gente expresar su opinión en tiempo real, así que habrá que empezar a tomar decisiones políticas en función de esta participación instantánea. Sobre esto, os recomiendo un post muy interesante de Bernardo Rodríguez.

En su artículo, Bernarod menciona Appgree, una de las aplicaciones que más me ha sorprendido en los últimos tiempos. Basada en un poderoso algoritmo, esta app sirve para "poner de acuerdo a un millón de personas en 15 segundos", según nos ha explicado su creador, Juan Morán.

Básicamente, evalúa las opiniones de miles de personas, las filtran por el tamiz de su algoritmia y las unifican en una única respuesta colectiva. La inteligencia de las multitudes, pero en tiempo real, consolidada e inapelable.

  Enjambre

Nota: Como sé que muchos estáis interados en las abejas, os recomiendo un libro maravilloso sobre la toma de decisiones en las colmenas. Se titula 'Honeybee democracy' y lo ha escrito Thomas D. Seeley. Su trabajo demuestra que las abejas deciden las cosas a través de un proceso similar al que siguen nuestras neuronas para impulsar una decisión en nuestro cerebro. Compiten unas con otras y ganan 'adeptas' para su idea. Cuando son muchas las que empujan hacia una propuesta, el cerebro colectivo acepta la decisión. A esto hay que sumar el descubrimiento de las 'abejas flautistas', que son las que deciden cuándo se lanza el enjambre fuera de la colmena. Fascinante.

 

 

David Varona   22.ago.2013 13:00    

Facebook lanza el Graph Search para páginas: ¡por fin!

Una buena noticia antes de irnos de vacaciones: Facebook le quita la 'beta' a su buscador social y lo presenta con la función muy esperada, la búsqueda 'Graph Search' para páginas oficiales.

¿Qué quiere decir esto? Que por fin los administradores de páginas oficiales o 'fan pages' podrán hacer búsquedas sobre su base de seguidores sin recurrir a herramientas de pago. Y con la garantía de que llegan a la totalidad de la comunidad.

Como ejemplo, este botón: si le preguntamos al buscador cuáles son los fans de RTVE en Facebook que, además, son fans de nuestra página Fútbol en RTVE, nos devuelve este resultado:

SearchGraph

Y, como veis en la imagen, la búsqueda se puede refinar, acotar y definir bastante.

La herramienta de búsqueda social se había presentado hace ya unos meses, pero solo funcionaba en el grafo de usuarios. Al extenderla al grafo de páginas, se abre un interesante campo de trabajo para los administradores, los community managers y, en general, todos aquellos que estén interesados en conocer el valor de una comunidad.

Porque esta herramienta va mucho más allá de lo estadístico (por cierto, se estrenan también nuevas 'stats' para páginas). Lo que se ofrece es la posibilidad de analizar los datos 'psicográficos' de la comunidad, eso que también se conoce por 'business intelligence'.

Para una empresa como RTVE, por ejemplo, es muy importante conocer esta 'psicografía' de sus seguidores. Saber qué les gusta, qué intereses tienen... Saber, por ejemplo, cuántos seguidores de RTVE son, además, seguidores de Radio 3 o de Telecinco.

Esta información permite mejorar notablemente la estrategia de comunicación en Facebook, apostar por temas que lleguen a más gente o, desde otro punto de vista, "atacar" a los puntos flacos de la comundidad para reforzarlos.

Para aquellas marcas que tengan estrategias publicitarias, conocer esta información es fundamental, porque permite estrategias cruzadas, alianzas... Y tiene tanto potencial que no me sorprendería que pronto aparecezcan versiones de pago. Desde luego, un buscador de este tipo es una herramienta golosa, y Google debería tomar nota.

De hecho, ya hay casos de uso relevante de estos datos. Hace solo unos días nos sorprendía la noticia de que Iberia va a utilizar Facebook y Twitter para sentar a los viajeros en los aviones en función de su afinidad. Es fácil: comprueban si el viajero es seguidor de Iberia y cotejan qué otras cosas le gustan. Después, agrupan a la gente por afinidad. Siempre es mejor que el viajero que va a tu lado durante siete horas tenga algo en común contigo, ¿verdad?

En realidad, los apicultores también hacemos algo muy parecido a lo que propone Facebook: vemos qué características tiene una colmena, qué cualidades  tiene su reina, lo laboriosas, limpias o agresivas que son. Y a partir de ese 'psicográfico' formamos nuevas comunidades o colonias.

¡Buen verano!

David Varona    9.jul.2013 09:48    

David Varona

Bio El enjambre

Soy David Varona, redactor jefe de Proyectos en RTVE.es, donde también trabajo sobre las redes sociales, una faceta de Internet que me fascina. Pero lo que de verdad me emociona es la apicultura...
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