Las redes sociales, como vigilantes de los medios de comunicación
El invierno es una tarea de muy poca actividad en los colmenares. El apicultor se limita a preparar la temporada primaveral y a vigilar las colmenas para que todo vaya bien: que no haya enfermedades, que no falten reservas de alimento...
Esta idea de la vigilancia es muy importante. Hace unos días, durante un encuentro digital con Manuel Campo Vidal, un usuario le preguntaba por el papel de las redes sociales en el ecosistema actual del periodismo. Campo Vidal aportó entonces una idea que me parece muy relevante: las redes sociales juegan un papel decisivo como vigilantes de la actividad de los medios de comunicación.
Y me parece que tiene razón. Por su capacidad para dotar de voz a las personas, las redes sociales de Internet están amplificando de forma muy notable la intervención ciudadana en los medios, su capacidad de interlocución y sus posibilidades de alterar la agenda editorial.
Veo varias formas principales de vigilancia:
1) Comunicación directa con el medio y sus periodistas a través de las redes sociales, especialmente Twitter por su inmediatez y capacidad para hacer ruido.
2) Creación de estados de conciencia, o de alerta, algo para lo que las redes sociales se las pintan solas. Casos como el ya célebre #stopKony indican de qué forma la gente utiliza el poder que le da la tecnología para llevar a los medios por donde quiere el público. (Algunos dirían que es para pastorearlos).
3) A través de herramienta específicas, como la recién nacida Fixmedia, que permite a la gente "corregir" las noticias de los medios de comunicación de una forma colaborativa y on line. Pero también gracias a mecanismos como Facebook Connect o Twitter Connect, que abren huecos a la gente en las páginas de los medios.
Esta irrupción de la gente en la agenda editorial es una de las consecuencias más llamativas del 'empoderamiento' que la tecnología está produciendo en las ciudadanías de todo el mundo. A medida que la gente se dé cuenta de que puede intervenir en el proceso de producción de noticias, lo hará con más energía, reclamando para si esa función de control que a veces los medios descuidan.
Y, por lo general, la gente corre más que los medios y se las apaña mejor con los recursos tecnológicos, por lo que se producen situaciones como la que hemos vivido con la campaña contra Kony. Bien organizados en las redes sociales, los promotores de esta iniciativa han sabido 'atacar' a determinados periodistas con mensajes muy bien seleccionados. El resultado, una 'sobrerreacción' por parte de los medios, que se han dejado llevar (pastorear) hacia donde quería la gente, poniendo el foco sobre un asunto que era de dudosa actualidad (aunque sea una buena causa).
Aprender más, estar más preparados
¿Por qué se producen estos fenómenos? Generalmente, por el desconocimiento de buena parte de los profesionales del manejo profundo de las redes sociales y de las nuevas tecnologías en general. Se impone estar mejor formados y mucho mejor preparados para ser capaces de identificar estas situaciones. O para algo tan aparentemente sencillo como discernir qué es un 'fake' en Twitter y qué no lo es.
Precisamente, la BBC, siempre abriendo brecha, acaba de presentar su Estrategia en Redes Sociales para 2012, la guía para sus profesionales en esto del social media. Entre sus principales consejos, uno bien claro: " todos los periodistas y productores de programas tienen que tener o desarrollar un conocimiento operativo de medios sociales y de su valor editorial".
Lo tienen muy claro: Todos los periodistas. No los community manager. No los expertos en tecnología. No los becarios. Todos. Saben que el mundo cambia muy deprisa y que la relación con la gente cambia todavía más rápido. No se quieren quedar atrás.
Y es más: plantean que todos sus programas tengan al menos una página en Facebook y una cuenta en Twitter. Y todo mantenido a mano, nada de programación a granel. En RTVE.es, por cierto, no vamos tan mal en ese sentido: buena parte de nuestros programas ya tienen esa presencia bien consolidada en las redes sociales.
No podemos descuidarnos: la gente nos vigila y no podemos mirar para otro lado. Hay que dar la cara donde está el público, en las redes sociales. Y hay que dar espacio a la gente para que cuente las historias codo a codo con nosotros. Al fin y al cabo, las historias son la gente:
¿Qué os parece? Espero vuestros comentarios.