5 posts de marzo 2009

Me preocupa el botellón

Ya sé que muchos vais a decirme que es la nueva forma de salir, de conocer gente, que no se emborrachan todos los que van de botellón y que las otras drogas pululan por allí como en cualquier otra zona de ambiente..... Vale, pero el botellón me preocupa.

Y después de visitar los laboratorios del Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia y conocer el trabajo que está haciendo la doctora Guerri, me preocupa mucho más.

Suministra alcohol a ratas jóvenes para ver cómo afecta a su cerebro y ha comprobado que cuando se bebe mucha cantidad, en poco tiempo y con el estómago vacio, simulando un botellón, las células que primero mueren son las relacionadas con el aprendizaje. A algunas ratas las deja hacerse adultas para ver si esas células se recuperan, pero no.

Así que los adolescentes que abusen de la bebida el fin de semana tendrán luego más dificultades a la hora de estudiar. Como ejemplo, podéis ver en el reportaje la comparación entre dos cerebros de chicos de quince años a la hora de realizar un test de memoria, teniendo en cuenta que uno se emborrachó el día anterior. El cerebro de este chaval no tiene prácticamente actividad, pero el de su compañero sobrio va a tope.

Es bastante ilustrativo, pero también lo es charlar con los chavales que acuden a terapia al Centro de Salud Mental de Julián de Ajuriaguerra en Bilbao. Ellos nos contaron como se les fue de las manos el tema del alcohol y los porros. Empezó siendo una cosa de fin de semana para convertirse en una forma de ocio diaria. De ahí, llegaron las malas notas, el comportamiento agresivo en casa...

Los expertos que les ayudan creen que para la mayoría de jóvenes el botellón será sólo un ritual de paso entre la adolescencia y la edad adulta, pero también son conscientes de que algunos desarrollarán adicciones que se irán agravando en el futuro.

Después tuvimos ocasión de comprobarlo cuando nos desplazamos a Sevilla para asisitir a una sesión de Alcohólicos Anónimos. Cada vez les llegan más jóvenes, nos dijeron.

De la noche de botellón que pasamos en Sevilla no merece la pena añadir gran cosa. Como muchos conocéis, y otros imagináis, bolsas de supermercado llenas de alcohol y refrescos por todas partes, música a tope y gran colocón del que alguno se arrepentirá a la mañana siguiente.

En definitiva, me preocupa el botellón y ¿a ti?


La mafia del rasca, rasca

Te pillan de vacaciones, con la guardia baja... en plena playa. "Rasca, rasca... puedes ganar un regalo". Lo que no te cuentan es que siempre toca. No es más que un anzuelo y si picas, caes en la estafa que os mostramos en este Reporteros.

Siempre preguntais que qué hay detrás de lo que os contamos. Esta vez lo que hay detrás y no habeis visto es una carrera.... Los ticketeros nos pillaron grabando. Y sí, nos tocó correr.... Matones, contravigilancia, ojos en todas partes. Son pura mafia. No sois conscientes de a quien nos enfrentamos, nos gritaba Alberto. Nuestro hombre denuncia. Una ticketera corrió más y nos pilló.

No pasó nada. Nos hicimos los tontos con el inglés y seguimos.... 10 minutos tardó Alberto, policía en excedencia, en cambiarse de ropa. Entró en una tienda y compró la primera camiseta que vio y una gorra. Jugando al despiste. Nosotros esa misma tarde volvíamos a nuestras vidas, a otras historias. Él no. Él se queda persiguiendo a la mafia.

EL COMBATIENTE ESPAÑOL

Nos suena a nombre de guerra de un púgil de la edad dorada del boxeo patrio -años 70, con Urtain en cartel-; a alguno le traslada a la guerra de Flandes y nuestros bravos soldados; pero a día de hoy ese dudoso honor cartel lo defiende en el reñidero nuestro famoso gallo de pelea andaluz y canario.

Hace tiempo que le tenía ganas a este tema y las cosas nunca se sabe cuando saltan. Fue ponerme con llamadas y contactos y en tres días estábamos en Sanlúcar de Barrameda preparados para rodar. Una fuente de fiar me había facilitado la pista que necesitaba: una dirección, en el pago de La Jara; una carretera comarcal que te lleva a un bar y enfrente, un chalé con una carpa en la parte trasera. Lo demás, me lo imaginaba, aunque nunca había pisado un reñidero de gallos de pelea.

El problema era entrar en el 'ring'. Nos habían avisado de lo difícil que nos iba a ser mimetizarnos en un submundo clandestino (a Paco le había dicho 'ponte el pendiente y hazte la coleta que nos vamos a por gallos'). Mi gran sorpresa fue que al llegar aparcamos en coche en una explanada que estaba hasta arriba de furgas y gente trajinando con sus gallos. Le pregunté a Paco si iba grabando y me ladeó una sonrisa mientras encendía un 'habanos' caminando a mi lado. José Carlos, nuestro bisoño técnico de sonido, nos cubría las espaldas a medio metro decidido a meterse donde hiciera falta. Me metí por una puerta falsa tapada con un somier, rodeé el chalet siguiendo el cacareo de los gallos y en dos minutos estábamos dentro sin que nadie se fijara demasiado en los tres. Lo primero, acercarse a una barra que había y pedir tres cañas 'en vaso de tubo'. Ese plano quedó genial. Yo me quedé dándole palique al chaval del 'grifo' y mis dos colegas ya se habían colocado pegados al reñidero. Su función estaba clara: centrar el objetivo en el color rojo del ring. Yo cubriéndoles las espaldas, por detrás del tendido, escuchando los cometarios de la gente, intentando que nadie me entrara, pero al loro de los corrilos por si alguien andaba mosqueado. Se me acercó el responsable del reñidero y recortó tres entradas, a cinco euros. En ese momento me di cuenta de que habían picado.

Todo estaba saliendo bien. Al cabo de una hora y dos peleas nos largamos. En el coche, nervios y tensión mientras comprobábamos las imágenes. "Paco, joder, que no se ve ni un gallo. Sólo sale el tejado del reñidero. Hay que volver". Fue el peor momento: me recordaba a la banda que sale de robar un banco y se encuentra con billetes tintados en las bolsas. Discusión, cabreo y otra vez para dentro. Esta vez sí. Paco se puso de rodillas a pie de reñidero, rodeado de los que tenían la pinta más mafiosa, los que más apostaban, y a la media hora ya estábamos fuera otra vez, casi de noche, esta vez sí...con nuestro combatiente español en el asalto de los pesos pluma.

Podéis ver aquí el reportaje completo:

LOS SUFRIDOS CONSUMIDORES


...Porque hay que ver cómo sufrimos los consumidores. Cuando no es la telefonía móvil es la luz, cuando no la conexión a internet.

Seguro que muchas veces tenéis la sensación de que hay que estar protestando continuamente para que se respeten nuestros derechos. Por eso es importante denunciar, y por escrito, para que quede constancia de los abusos y podamos exigir que se corrijan.

Hoy os hablo sobre la picaresca, cuando no fraude, de las revisiones del gas, tema del reportaje que hemos elaborado los Reporteros del Telediario coincidiendo con la celebración el domingo, 15 de marzo, del día del consumidor.

Con él hemos querido dar voz a las personas que se han sentido engañadas y advertir al resto de ciudadanos porque la información es, en no pocas ocasiones, la única herramienta con la que contamos para defendernos.

Así que os invito a que todos aprovechemos esta nueva herramienta informática. Contamos con vosotros para que nos digáis qué temas os interesan, os preocupan o simplemente aquellos de los que los periodistas tendemos a olvidarnos porque pueden parecer demasiado banales.

Como televisión pública nos sentimos especialmente obligados y, como periodistas, encantados de poder cumplir con nuestra razón de ser, informar.

MI DÍA AFRICANO

Hoy estoy perdida en África. Bueno, una parte de mi. El cuerpo para por este Madrid pintado de otoño, de lluvia y nubes que intimidan al sol, y la cabeza va viajando de Sudáfica a los países subsaharianos a golpe de tecla.
En Sudáfrica he pasado de la ilusión, al trozo de esperanza quebrada de un 1-0, de derrota para La Roja...Cruzaremos los dedos para los dos siguientes...
No me quito la camiseta roja y subo hacia el norte del continente, a los países subsaharianos, sobre todo al África negra, donde muchos pequeños no saben que hoy, en el mundo, se habla de ellos porque es su día, y porque las cifras dadas por UNICEF nos hacen pensar que queda mucho por hacer. No es para menos, casi cinco millones de niñas y niños africanos menores de cinco años, mueren todos los años por enfermedades como la malaria y el sida. Asi que en el Día Mundial del Niño Africano, en Naciones Unidas apuestan por una mayor inversión destinada a la salud y a la educación, porque es sabido que sólo así se puede romper el círculo de la pobreza unida siempre a un mayor riesgo de mortandad.
Os quiero dejar unas fotos que tomé en Gambia hace casi un año. Anochecía cuando llegamos al basurero de Manjai, uno de los barrios más pobre de este país, que como toda África no te deja indiferente. Y alli estaban estos niños


Todos los días acuden a este descampado donde se acumulan toneladas y toneladas de residuos. Cualquier objeto que puedan reciclar o vender les puede proporcionar los 25 dalasis (0,90 euros) que necesita una familia para comer en Gambia. Pero también gracias a un español que vive alli y que tiene la ONG "La Sonrisa de África" van al colegio.




Nos contaron que el libro que habían encontrado era una especie de tesoro para ellos.

De los niños africanos es imposible olvidar sus risas, el color de sus ojos...


Aqui vemos a algunos con sus uniformes de colegio. Nos gritan "TUUUUPAACC!!!!!" que significa blanco en la lengua mandinga. Empiezan a encontrarse con la escritura y con la lectura, con la exactitud de los números. Una forma de comprender y poder explicar el mundo que les rodea.


Un mundo, en el que deseamos que ya no existan esas cifras que hoy hemos recordado de nuevo....

Y a mi.... me toca volver al viejo continente..

Reporteros del Telediario


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