Señores del jurado
Pasan la noche en algún hotel de Madrid para no sufrir contaminaciones, que en esta caso no son las radiactivas de Fukushima sino las de cualquier comentario externo a ellos que les haga variar su posición de lo que consideran justo o injusto.
Son nueve, de todas las edades y entre sus manos tienen el futuro inmediato, libre o en prisión, de tres personas acusadas de matar al joven Álvaro Ussía en noviembre de 2008 en la discoteca madrileña Balcón de Rosales. Tres porteros de locales de ocio nocturno, con diferente participación según todas las partes en el luctuoso suceso. El presunto homicida, Antonio Sánchez, alias "Pitoño", y David Alonso y David Sancio, los otros dos porteros que estaban allí, y que, al menos, según las acusaciones, no hicieron nada para remediar que su colega "Pitoño" le rompiese el corazón al caer a plomo de rodillas sobre su pecho.
Son nueve ciudadanos que a estas horas tienen una gran responsabilidad, y que yo no envidio para nada.Es inevitable, hacer el ejercicio de ponerme en su lugar y me da mucho respeto el asunto. Y pienso: Yo que como periodista acudo a los juicios documentada, o habiendo vivido el caso desde que es suceso y, a veces no tengo nada claro. Es decir que escucho a las partes de la acusación, fiscal incluido, y me convence, y escucho a las defensas de los acusados y también...
Y luego el caso particular de este juicio que ha sido largo, con decenas de testigos, pruebas periciales, análisis toxicológicos, forenses, tensiones entre la defensa de "Pitoño" y la presidenta del tribunal...los nueve tienen a su disposición dos tomos de centenares de folios para consultar cualquier cuestión, y decidir un veredicto de culpabilidad o no, para los tres acusados.
Para "Pitoño" deben juzgar si fue homicidio, homicidio imprudente, o simplemente una conducta imprudente con resultado lesivo de muerte. Para los otros dos si son culpables, o no, de ser cómplices, o cooperadores necesarios, es decir que si sin ellos la muerte de Ussía se podría haber producido igual. La decisión que tomen la tienen que explicar, y sólo saldrá adelante si la aprueban siete de los nueve...
Incluso deben juzgar si dos de los testigos muy cercanos a la víctima, mintieron o no, en sus declaraciones, porque sólo asi la juez podría ordenar investigarles por un delito de falso testimonio.
Estos días vivo en la Audiencia Provincial de Madrid porque también se está celebrando el juicio por el asesinato del narcotraficante colombiano Leónidas Vargas en el Hospital Doce de Octubre, y también es por jurado popular. Un jurado popular, que como en el de Balcón de Rosales, miran a veces a los ojos de los acusados.
Asi que a partir de la semana que viene, estarán a puerta cerrada como los del caso Balcón de Rosales..Dos casos mediáticos, de los que en su día hablamos y contamos mucho en los medios de comunicación.
Y al final del proceso es el tribunal profesional el que dictamina la pena, los años de prisión si el veredicto es de culpabildad...
Asi que para mi, el veredicto es una especia de "Alea iacta est"....y la experiencia de haber sido parte de un jurado, imagino, que inolvidable...