El gato letal, la (poca) ciencia y la vergüenza
jueves 4.feb.2010 por RTVE.es 3 Comentarios
La historia del gato mortal que anuncia los fallecimientos en un asilo de ancianos de los EE UU es una vergüenza para la prensa y un escándalo. Que los medios le estemos dedicando todo el espacio que le hemos dedicado bordea la infamia. Para colmo, lo hemos hecho dos veces; en 2007 cuando salió un relato de las actividades del felino en una revista científica (NO como publicación contrastada, sino como mero entretenimiento) y ahora, que se publica el libro. Luego nos preguntaremos por que la gente está dejando de leer periódicos y de creer lo que les contamos los periodistas, cuando la historia del gato Óscar es la perfecta demostración de la causa: dejación de funciones y abandono del más mínimo espíritu critico o escéptico. Que nos lo tragamos todo, vaya, y sin respirar. Con tal de hacer un titular atractivo nos pasamos por el arco del triunfo cualquier atisbo de pensamiento, no ya científico, sino mínimamente crítico, y abdicamos cualquier inteligencia.
Porque la explicación racional del misterioso poder profético del felino es extremadamente sencilla: es un caso evidente de sesgo de confirmación. El gato sin duda recorre todas las habitaciones todos los días y de todos los residentes, pero los observadores sólo recuerdan cuando ha estado en la habitación de un residente que fallece poco después. Sólo se recuerdan y computan los aciertos, y no los fracasos: una fuente de error científico muy habitual, a la que los diseños experimentales deben prestar mucha atención para evitar. Porque con certeza durante todo este tiempo Óscar ha dormido en las camas de pacientes que no se han muerto. ¿O sólo ha dormido el gato 50 veces en todos estos años, tantas como fallecimientos ha predicho?
El cerebro humano es una máquina de relacionar hechos y extraer conclusiones, pero es una máquina imperfecta. Sobre todo a la hora de establecer vínculos de causa-efecto la mente es proclive a cometer errores. Así nacen la mayor parte de las supersticiones, por ejemplo, cuando falsamente se relacionan determinadas sucesos (derramar la sal) con otros posteriores (recibir una multa, pongamos) estableciendo que el primero es la causa del segundo, cuando la asociación es puramente temporal y carece de sentido. De esta forma aparecen todas las creencias irracionales, desde el Mal de Ojo o el poder de las maldiciones hasta la relación entre vacunas y autismo o entre antenas de móvil y cáncer. Si sólo recordamos las anécdotas que nos dan la razón, cualquier hipótesis se puede confirmar: por eso hace falta tener mucho cuidado al seleccionar la evidencia, para incluir TODOS los casos. Si una cámara estuviese siguiendo a Óscar el gato letal en su deambular por el asilo es seguro que desaparecería cualquier asociación entre sus actividades y la (normal) muerte de los residentes.
No hace falta invocar misteriosas habilidades olfativas para explicar por qué el gato 'predice' la muerte (aunque la hilarante explicación de Magonia es mucho más divertida), porque sencillamente no lo hace. A veces nuestro empeño de encontrar las causas de las cosas hace que nos las inventemos, y por eso se ha desarrollado el método científico: para evitar (con mucho trabajo y en la medida de lo posible) los sesgos de nuestra inteligencia. Sin sistema ni método los humanos cometemos errores de asociación que pueden provocar serios problemas; recordemos que en tiempos estaba demostrado que las brujas provocaban las malas cosechas y las enfermedades, y quemábamos a ancianas por ello. Hace falta mantener una mente crítica y despierta, disciplinada en el método científico, para evitar la equivocación y esquivar el ridículo. Desdichadamente, esta vez la prensa hemos fallado. La historia del gato letal es un oprobio profesional por el que debemos pedir perdón.
Anónimo dijo
http://blogs.rtve.es/vueltayvuelta/2010/2/4/el-test-la-muerte-y-gato-oscar
1789now dijo
Siempre a tu lado. Hachiko - tráiler español
.
youtube.com/watch?v=XlvkTgARkog
.
Remake de la película japonesa Hachiko monogatari, dirigida en 1987 por Seijirô Kôyama. Basada en una historia real, narra la historia de un profesor de universidad que acoge a un perro vagabundo en una estación. Hachiko empezará una nueva vida al lado de su nuevo amo, pero a éste también le cambiará la vida al descubrir los lazos que se pueden crear entre un animal y una persona
.
Alejandro dijo
Esto me recuerda a la infame mentira que dice que los buitres han cambiado miles de años de evolución comiendo carroña (Solo animales muertos) y se han vuelto depredadores de "pobres vacas" que están pastando tranquilamente en las praderas y se ven, atacadas, por ingentes cantidades de buitres ambrientos y asesinos.
Solo pedimos RIGOR CIENTIFICO en los titulares escandalosos de los que son "tan amigos" los periodistas. Aunque, no solo los periodistas tienen la culpa de esto. También, es la culpa, del que escucha las noticias que, en su incultura global, no se molesta en plantearse, siquiera, si es verdad o la mayor de las mamarrachadas lo que le están contando. ¡Que fácil es engañar a un pueblo INCULTO! y que difícil es manipular a un pueblo culto.
Voto por la cultura autodidacta porque, si esperamos a que nos "culturice" el Estado, estamos dados. Es más fácil dominar a un rebaño de borregos que a un grupo ilustre de científicos ¿no?.
Así sea.