Donde nacen las anguilas

Durante siglos las anguilas han formado una parte vital del menú en Europa y en Japón. Este pez, capaz de vivir tanto en el mar como en los ríos, ha sido en diferentes épocas considerado como un manjar digno sólo de nobles o como un pescado despreciable, sólo consumido por los más pobres. A lo largo de todo este tiempo, sin embargo, se ha conservado un misterio: el de dónde nacen las anguilas. Porque nunca se habían encontrado huevos de anguila ni ejemplares por debajo de un cierto tamaño, como son los que entran en los ríos europeos a su llegada desde el misterioso lugar de su nacimiento que en España llamamos angulas. Ni en el Atlántico, hacia cuyo centro se dirigen los adultos de la anguila europea para jamás volver, ni en el Pacífico, donde se pierde la pista de las anguilas japonesas, se había localizado el lugar donde nacen. Hasta ahora: una expedición japonesa ha encontrado por primera vez huevos y larvas recién nacidas de Anguilla japonica en la región del Risco Oeste de las Marianas, una cadena de más de 80 volcanes submarinos que limita al oeste la Fosa de las Marianas, a centenares de kilómetros de las costas japonesas. Lo cual supone que las anguilas de los ríos de Japón recorren esas enormes distancias para encontrarse (de alguna manera) en las profundidades del Pacífico, aparearse y desovar.

Los huevos y las larvas aparecieron a profundidades relativamente someras, de entre 100 y 200 metros; muy por encima del suelo oceánico, situado en ese área por encima de los 2.500 metros más abajo. Se piensa que los adultos localizan el lugar mediante la detección de un frente de cambio en la salinidad del agua relacionado con la topografía del fondo y con las corrientes oceánicas; tras aparearse y desovar mueren. Las diminutas larvas (llamadas leptocéfalos) aparecen así en una localización óptima para ser arrastradas por una corriente concreta, llamada corriente Kuroshio, que las desplaza hacia las costas del sudeste asiático. A lo largo del recorrido y una vez llegadas a las costas las larvas se alimentan de plancton y crecen hasta alcanzar un tamaño de varios centímetros: son las angulas que conocemos en Europa. Es en esta fase cuando penetran en los ríos y los remontan hasta sus cabeceras, iniciando la fase adulta de su desarrollo en agua dulce. Las anguilas adultas viven de insectos, pequeños crustáceos y peces; alcanzada la madurez inician su regreso a la zona de apareamiento, trayecto durante el cual no se alimentan. Allí cierran de nuevo el ciclo, reproduciéndose y muriendo.

El misterio de dónde se apareaban las anguilas se mantiene en el Atlántico, donde se supone que la zona de desove está bajo el Mar de los Sargazos, aunque no se ha confirmado del mismo modo que en Japón. Ambas especies están en peligro debido a la contaminación de las aguas dulces y a determinados cambios relacionados con el calentamiento global, que afectan a las corrientes. En el caso de las anguilas japonesas los cambios de temperatura y salinidad está desplazando gradualmente hacia el norte la frontera salina que define el área de apareamiento, lo que se traduce en que las larvas llegan a las desembocaduras de los ríos fuera de época, cuando tienen dificultades para remontar la corriente. Además son criadas en piscifactorìas, pero no es posible hacer que se apareen; el único modo es capturarlas en la fase de angula para proceder después a su engorde, lo que reduce las poblaciones naturales. La consecuencia es que las anguilas están en peligro de extinción, tanto en Europa como el Japón. La anguila o unagi, plato tradicional de la gastronomía japonesa, está así tendiendo a desaparecer. Con suerte el descubrimiento del lugar exacto donde se reproducen las anguilas ayudará a los científicos a proteger las poblaciones restantes y a asegurar su futuro.

RTVE.es 4.feb.2011 11:41

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