Los chicos buenos salen perdiendo
lunes 12.dic.2011 por Pepe Cervera 5 Comentarios
El Hombre es un lobo para el Hombre. El camino de la cima está empedrado de traiciones. La única forma de destacar es pasar por encima de tus rivales, tus compañeros, tus jefes. La vida, en suma, es una jungla, y en la selva ser buena gente no ayuda; al contrario, perjudica. La visión hobbesiana de la vida está muy extendida en el mundo laboral, donde parece que la escalera hacia el éxito se construye a base de cadáveres. Pero ¿es real esta visión pesimista de la naturaleza humana? ¿Es, en verdad, imposible ser buena gente y tener éxito en la vida? Según un reciente estudio sociológico esta negra visión de la Humanidad tiene su razón de ser. Porque, en efecto, cuanto más agradable se es, menos se gana. Y el efecto es particularmente marcado en el caso de los varones. Los chicos buenos ganan menos.
El estudio ha sido publicado en el Journal of Personality and Social Psychology, está firmado por Beth A. Livingston de la Universidad de Cornell, Timothy A. Judge de la U. de Notre Dame, y Charlice Hurst de la U. de Ontario occidental, y compara hasta qué punto es agradable una persona con sus ingresos en su vida laboral. Los datos provienen de más de 9.000 trabajadores que empezaron en sus empresas en los últimos 10 años y fueron sometidos en repetidas ocasiones a una serie de exámenes estándar de personalidad e inteligencia. En estos test se les pedía que evaluasen su propio grado de amabilidad mediante preguntas estándar como “¿Piensa que el término ‘agradable’ le describe como persona en una escala entre 1.- Pendenciero y 5.- Agradable?” o “¿Hasta qué punto cree que el término ‘difícil’ le define como persona, entre 1.- ‘cooperativo’ y 5.- ‘difícil’? Los resultados se tabularon y analizaron con respecto a otra serie de variables, como los sueldos. Y el panorama resultó ser perfectamente pesimista.
Lo primero de todo es que las mujeres resultaron ganar al principio de sus carreras profesionales mucho menos que los hombres, un dato no por conocido menos deprimente. Pero al cruzar lo agradable que es la gente con sus ingresos apareció una clara correlación: cuando más desagradable una persona (según su propia estimación), mayores tienden a ser sus ingresos. Y el efecto es mucho más marcado (hasta tres veces más) en el caso de los varones. Otros experimentos indicaron que los hombres con mayores valores de ‘agradabilidad’ tienden a ser ascendidos con menor frecuencia. Tras controlar matemáticamente muchos otros factores (experiencia, continuidad laboral, horas de trabajo por semana) e incluso tras tener en cuenta la posibilidad de que los hombres más agradables tendiesen a escoger sectores profesionales peor pagados, el resultado es patente: para los hombres ser agradable resulta en sueldos peores, ser desagradable está mejor pagado.
Los investigadores incluso pudieron calcular el precio de la amabilidad: los hombres una desviación típica por debajo de la media en ‘agradabilidad’ tienden a ganar un 18,31% más que los que están una desviación típica por encima. Y eso son 7.300 euros anuales de media. Para las mujeres, en cambio, ser menos agradable no es tan rentable: en su caso la diferencia de sueldo es de sólo un 5,47%, apenas 820 euros anuales. El efecto es tan marcado que entre los recién llegados a sus profesiones ser agradable es ‘peor’ en términos de ingresos que ser mujer: los hombres más agradables recibían sueldos una media de 5.200 euros anuales por debajo de los menos agradables, mientras que la media de las mujeres ‘sólo’ cobraba unos 3.600 euros menos. Un efecto que sobrepasa al conocido sesgo por razones de sexo en nuestra especie es algo a tener muy en cuenta.
¿De dónde sale semejante castigo social al carácter agradable? ¿Por qué la empresa recompensa a los chicos malos? Para intentar entenderlo los investigadores descompusieron la cualidad de ser agradable en seis factores: confianza, sinceridad, respeto, altruismo, modestia y ternura, todas las cuales parece que debieran tener un impacto positivo en los resultados, sobre todo cuando se trata de un trabajo en equipo. Pero en el entorno laboral ser ‘desagradable’ tiene un sentido muy particular, que es precisamente estar dispuesto a defender los puntos de vista propios sobre el consenso del grupo incluso cuando hay tensión en el ambiente. Las personas que se definen a sí mismas como desagradables en el trabajo son capaces de respaldar sus ideas con agresividad en situaciones de conflicto. Y el mundo del trabajo moderno parece recompensarlas por ello, hasta el punto de valorar más a estas personas a igualdad de otras cualidades.
La investigación, destacan los científicos, no demuestra que ser un psicópata ayude en el trabajo, por mucho que la evidencia anecdótica pudiese respaldar esta idea. Es simplemente que ser percibido como alguien más asertivo, más capaz de defender e impulsar sus propias ideas, es premiado en el mundo laboral en lo que parece ser una defensa contra el conformismo y la tendencia al consenso. O tal vez los hombres que se permiten el lujo de parecer menos agradables proyectan una cualidad de liderazgo que el mundo empresarial premia. El caso es que si es usted varón y pretende llegar alto en el mundo laboral, es mejor trabajarse un cierto nivel de desagradabilidad. Su paga mensual se lo agradecerá, a igualdad de todos los demás factores. Triste, pero científicamente comprobado, ay.
sargentopez dijo
Con la de hijos de puta que andan sueltos y tu dando ideas...
Un tipo agradable, mal pagado.
Gustavo Atilio Rui dijo
Hace unos años, en la universidad donde trabajaba, confeccionaron una encuesta. En una de las preguntas, se interrogaba a los participantes sobre si tenían parientes o amigos que fueran emprendedores. A continuación preguntaban que opinión les merecían estos. A pesar de mis objeciones la encuesta se realizó de esa manera. El resultado de la encuesta, les dió para la segunda pregunta un 100 % de resultados positivos.
Eso era lo que motivaba mis objeciones.
En un sentido amplio, el parentezco y la amistad comparten unos lìmites muy difusos.
De la misma manera que si fueras pariente muy pero muy lejano de Steve Jobs, te reconocerìas como pariente de el, si fueras primo de algún delincuente conocido, seguramente lo ignorarías en el recuento (aunque fuera emprendedor, característica que suelen tener los delincuentes). De la misma manera, si reconocés a alguien como amigo, dificilmente declares a continuación que te merece una mala opinión.(Del mismo modo, es muy posible que a los efectos de la encuesta, llames amigo a cualquier emprendedor exitoso de tu círculo de referencia)
Me parece que en este estudio, sucede algo parecido. No creo que se pague a los empleados mas por ser desagradables, sino, mas bién, que la empresa capitalista actual, por su propia dinámica, genera que sus CEO sean insensibles, egoístas y manipuladores, lo cual genera una cultura que termina convirtiéndo estos disvalores en valores, y por ende premiándolos económicamente.
En Argentina tenemos un dicho "No hay prenda que no se parezca al dueño".
De haberse analizado ong's sin fines de lucro, y con poco movimiento de dinero, seguramente los resultados habrían sido diferentes.
Cansada dijo
dos observaciones:
el estudio solo define Exito como Sueldo mayor. No tiene en cuanta otras variables, como si tienen hijos(exito genetico) o si el dinero recibido les cunde o todo el sueldo se va en varias exmujeres.
Otro detalle, intuyo que la encuesta se hizo en empresas medianas, consolidadas, en ese caso no se trata de crear riqueza, sino solo de repartirla.
Me gustaria conocer los resultados de la misma encuesta aplicada a emprendedores que han triunfado.
Creo que la conclusion del estudio deberia tener en cuenta:
Cuando el dinero esta y hay que repartirlo gana más el más desagradable.
Una empresa gobernada por chicos malos que estuviese perdiendo dinero...los chicos malos se irian a otra. Si eso no es posible...
El problema es cuando el dinero no esta, y en lugar de pensar en como generarlo te pones a pensar en a quien se lo quito.
Pepeprisas dijo
¿de verdad piensa usted eso o le han dicho que lo escriba?
PRIMERO: La Vida no es una jungla, supongo que ud se referirá a la sociedad de hoy. Entre vida y sociedad hay un abismo.
SEGUNDO: se dió por supuesto en los años 70 que el humano, al igual que el resto de organismos debe cooperar para su existencia, comunicándose y creando juntos. La competencia en la vida carece de sentido, en la sociedad es LA LEY creada por el sistema.
TERCERO: Ser mala persona y tener éxito en la vida es incompatible, a no ser que para ud éxito signifique más dinero y poder.
En fín, es común lo que piensa, pero creo que debería investigar quien paga al instituto que dió cobijo al equipo que redactó ese informe, uno entre mil millones, cuyo resumen ha ido a parar a su blog, ¡qué casualidad!
lendermain dijo
En recursos humanos la alegría y felicidad mostrada en el trabajo es sinónimo de sueldo alto (o más alto de lo que le "debería corresponder" a esa persona. Lo cual es muy relativo).
Yo creo que van por ahí los tiros, el que está contento y lo muestra, es que está feliz con lo que gana y por tanto carece de ambición.
El borde, amargado, desagradable, está mucho más motivado por ascender, posiblemente debido a que no tiene un carácter conformista y a que no se conforma con lo que gana, lo que acaba repercutiendo en su sueldo y cargo.