Cachas y fachas; cuando la biología influye en la política
martes 30.oct.2012 por Pepe Cervera 3 Comentarios
Sabemos que los seres humanos somos prisioneros de nuestra biología. Muchas cuestiones que creemos provienen de nuestro superior intelecto o nuestro desarrollado corazón en realidad no son más que resabios de nuestro pasado evolutivo, adherencia de cuando no éramos más que unos primates anormalmente sociales, profundamente jerárquicos y esclavos de una locomoción bípeda. Por supuesto que aquellas personas que tienen una mejor constitución física (y mejores genes) son más atractivas sexualmente: el impulso de la reproducción es la más animal de nuestras querencias. Pero es que la más cruda biología aparece también en otros rincones de nuestra actividad que creíamos más sofisticados, menos basales. Sabemos, por ejemplo, que las personas altas ganan más dinero a lo largo de su carrera, en buena parte porque la estatura ayuda a conseguir puestos de mayor responsabilidad (y sueldo). Un centímetro de estatura proporciona, por término medio, 770 euros al año más de ingresos, en igualdad de condiciones. Aunque nos guste pensar que lo que gana la gente está determinado tan sólo por su valía, lo cierto es que su estatura cuenta. De hecho recientes investigaciones han demostrado que la estructura física del cuerpo influye de modo importante en las ideas políticas, pero solo de los varones. Con independencia de su ideología, los hombres musculados atienden ante todo sus propios intereses. Los débiles barren menos para casa.
El estudio se ha publicado en la revista Psychological Science, y relaciona la fuerza física de una persona con su ideología. La fuerza se mide con un metro: se sabe que el diámetro del bíceps flexionado es un buen estimador de la masa muscular de un ser humano. Y la ideología se mide calculando el respaldo de cada persona a la idea de la redistribución de ingresos, por medio de un cuestionario estándar que también estima su nivel individual de renta. Lo esperado es que las personas (hombres y mujeres) con menores ingresos tiendan a apoyar la redistribución, mientras que los que ganan más apoyen reducir los impuestos y reducir así la redistribución entre diferentes capas sociales. Y esto es exactamente lo que se obtiene cuando se analiza a las mujeres: una correlación directa entre nivel de renta y apoyo por la redistribución, sin intervención de la fortaleza física.
Pero en el caso de los varones la cosa se complica. Mientras que los hombres más corpulentos se alinean fuertemente con sus propios intereses (los más pobres, por la redistribución; los más ricos, en contra), los menos ‘cachas’ no son tan directos: barren menos para casa. Es decir, defienden sus propios intereses con menor vehemencia. Los autores relacionan esta menor tendencia a defender sus intereses de los varones menos corpulentos con el elevado precio que puede tener, en un animal jerárquico, el exigir demasiado, si no tienes la fortaleza física para respaldar tu exigencia. Los hombres musculosos actúan con la seguridad en sí mismos que les proporciona su fuerza; los menos dotados, con discreción, para no provocar confrontaciones que (en el pasado) no habría podido ganar. Las mujeres, por otra parte, establecen sus jerarquías por otros medios; en ellas el volumen muscular no cuenta. Pero en el corazón de los varones se esconde todavía un rincón de nuestra selva primigenia. Lo que es visible incluso en el (teóricamente) muy racional acto de escoger una postura ideológica. Puedes sacar al chico de la jungla, pero nunca acabarás de sacar la jungla del chaval...
Häxan dijo
La imagen y el físico: Me fio mas de alguien que expresa en su imagen una idea, sentimiento, cultura, que de alguien trajeado. Uniforme oficial de finanzas, especuladores y políticos. Quien tiene doble cara, procura camuflar sus intenciones bajo corbatas y mascaras de hipocresía.
Yomism dijo
Los débiles siempre quieren chupar rueda de los fuertes y éstos se lo suelen permitir, pero hay veces que se pasan y se convierten en auténticos parásitos.
tomasin dijo
Napoleón, Hitler, los Carolingios, Alejandro....en fin.....todos estos y muchos más cuyo nombre no recuerdo contradicen tal estudio...