La Escafandra Estratonáutica del primer ministro de la República Española
martes 13.nov.2012 por Pepe Cervera 0 Comentarios
30 años antes de que la NASA diseñara su primer traje espacial un ingeniero había resuelto buena parte de los problemas que conllevaba su construcción y uso. Ese ingeniero era español; coronel del Ejército, por más señas, y tenía previsto ponerlo a prueba en un vuelo estratosférico en globo. El problema es que el vuelo de prueba del traje que había diseñado don Emilio Herrera Linares estaba previsto para mediados de 1936, año en el que los lectores perspicaces recordarán que se complicaron las cosas en España. De modo que el material del traje, seda recubierta de caucho, acabó reciclado en ponchos para los soldados, y el sueño de conquistar la estratosfera se demoró, como tantos otros, a causa de la Guerra Civil. Muchos años después el diseño de la Escafandra Estratonáutica sirvió de modelo a los ingenieros espaciales de la NASA. Pero para entonces Don Emilio ya no era coronel; su grado era de general, pero había ascendido aún más. Ente 1960 y 1962 fue Ministro de Presidencia, Hacienda y Asuntos Militares de la República Española. Por supuesto, en el exilio.
La Escafandra Estratonáutica tenía dos capas: un traje interior estanco (de seda cauchutada) cubierto por una protección metálica plegada en acordeón, permitiendo la movilidad de brazos y piernas; estaba dotada de un casco con un vidrio triple (antichoque, a prueba de rayos infrarrojos y ultravioletas) protegido del vaho, y permitía la comunicación con el exterior por medio de un micrófono sin carbón, para evitar su incendio en la atmósfera interior enriquecida en oxígeno. La respiración se llevaba a cabo por medio de un circuito cerrado tipo Davis, un diseño primitivo de reciclador (rebreather). Antes de darse cuenta de que el verdadero problema en condiciones de aire enrarecido es la refrigeración Herrera había instalado un sistema de calefacción. En paralelo se iba a construir un globo de 37.000 metros cúbicos que hubiese permitido a una persona equipada con la Escafandra alcanzar el objetivo de ascender hasta 26 kilómetros de altura. Traje y globo estuvieron listos a principios de 1936. Pero antes de que se llevase a cabo la prueba llegó el golpe de estado del 18 de julio, y comenzó la Guerra Civil.
El entonces coronel Herrera Linares era personalmente de tendencia conservadora, pero permaneció fiel al gobierno constitucional. Sus talentos le valieron el convertirse en director técnico de la Fuerza Aérea Republicana y el ascenso a General. El final de la guerra le pilló fuera de España, y le llevó al exilio; estando asilado en la Francia de Vichy los alemanes quisieron contar con sus talentos, pero el gobierno franquista vetó la propuesta. Herrera Linares acabó siendo asesor de organizaciones internacionales, y sus diseños inspiraron los desarrollos de trajes espaciales de la NASA. Activo en el gobierno republicano en el exilio, entre 1960 y 1962 lo encabezó como ministro de Presidencia, Hacienda y Asuntos Militares. Murió en 1967 en Ginebra, sin haber regresado a España.
El peculiar nombre del invento se debe a que Herrera Linares era un firme partidario del uso de terminología española por oposición a la invasión lingüística de los barbarismos, sobre todo anglosajones, en las técnicas. Por eso llamaba ‘megaviación’ a los grandes aviones, ‘estratonáutica’ al vuelo por encima de 12.000 metros y ‘escafandra’ a su traje especial. Su interés por la aviación se había desarrollado muy pronto, y lo había cultivado durante los años 20, obteniendo el título de piloto de avión y de dirigible y realizando numerosos vuelos en estos tipos de aparatos. La Guerra Civil, como tantas otras cosas, destruyó esta promesa de desarrollo tecnológico autóctono español. Cuando uno piensa en lo que hubiera podido ser…