AR-15; del ‘rifle Mattel’ al ‘iPhone 5’ de las armas
miércoles 26.dic.2012 por Pepe Cervera 1 Comentarios
La historia del rifle usado en las últimas masacres perpetradas en los EE UU empieza, como muchas cosas relacionadas con armas, en el Estado Mayor alemán de entreguerras. Un cuidadoso análisis estadístico concluyó que la mayor parte de los combates de infantería se producen a distancias inferiores a los 200-300 metros, por lo que los rifles utilizados por los soldados de la época tenían un exceso de potencia descomunal; estaban diseñados para alcanzar más de un kilómetro (y a veces más). La contrapartida era munición más pesada, y la imposibilidad de hacer fuego automático, pues el retroceso hacía al arma incontrolable. Las metralletas o subfusiles podían tirar a ráfaga, a costa de usar munición de pistola, de muy corto alcance. Se abría así un espacio para crear un fusil automático dotado con munición intermedia: menos potente que la de rifle, pero con mayor alcance y puntería que la de pistola. Y así nació el nuevo cartucho alemán de 7.92x33 mm (frente al 7.92x57 mm usado por los rifles), con una bala ligera de 125 granos; para dispararlo se diseñó el Sturmgewehr 44, el primer fusil de asalto. Usado por las tropas nazis en el frente oriental, el StG 44 impresionó a los rusos por su versatilidad y potencia de fuego, por lo que la Unión Soviética comenzó a trabajar en su propio fusil de asalto. El nuevo rifle no acabó su desarrollo hasta acabada la guerra, pero se convirtió en un símbolo de la Guerra Fría, y en el sistema de armamento más utilizado y que ha causado más muertos de la historia: el Avtomat Kalashnikova Modelo 1947, o AK-47. Este formidable fusil de asalto equipaba a las tropas norvietnamitas cuando los EEUU entraron en combate en aquel país. Y resultó que los soldados estadounidenses se encontraron en inferioridad de condiciones.
Los EEUU habían decidido continuar con el uso de rifles y munición de gran potencia y alcance. El cartucho estándar de la OTAN era el 7,62x51 mm, que se usaba en ametralladoras ligeras y en fusiles de asalto como el belga FN FAL, el alemán HK G3 y el español CETME. Pero las tropas estadounidenses usaban el M-14, una evolución de los rifles semiautomáticos de la Segunda Guerra Mundial. Enfrentado al AK-47 el M14 demostró ser incontrolable en fuego automático; para colmo su pesada munición hacía imposible acarrear suficientes cartuchos para defenderse frente al nutrido fuego de los Kalashnikovs. Hacía falta desarrollar rápidamente un verdadero fusil de asalto, alrededor de una nueva munición intermedia. Y así es como se acabó aceptando para el servicio el nuevo calibre .223 (5.56 mm) y se adaptó un diseño de la empresa Armalite llamado AR-10 para rebajar su peso, naciendo el AR-15: un fusil de asalto ligero con una munición de gran velocidad y reducido peso que adoptó el nombre M-16. Los altos mandos militares estadounidenses se opusieron al nuevo modelo con ferocidad, hasta el punto de que el mismísimo Secretario de Guerra Robert McNamara tuvo que ordenar en enero de 1963 el cese de la fabricación del M-14.
Y no es extraño: en un principio el M-16 no dio más que problemas a las tropas estadounidenses. Con un impacto mucho menos potente que las armas a las que reemplazaba, los soldados se quejaban de que eran necesarios varios disparos para detener definitivamente a un enemigo. Sus piezas plásticas y su aspecto frágil hacían que pareciese un juguete a muchos soldados; de ahí el apodo de ‘rifle Mattel’, respaldado por la leyenda urbana de que algunas partidas habían sido fabricadas por el gigante juguetero. Lo peor es que las primeras versiones del M-16 era proclives a fallar, encasquillándose en los peores momentos, por ejemplo en mitad de la batalla. El mecanismo del arma era particularmente sensible a la suciedad, por lo que su mantenimiento exigía mucho cuidado y delicadeza para no fallar. Algunas modificaciones de fabricación y cambios en el entrenamiento acabarían por resolver el problema; las versiones actuales del rifle militar son robustas y fiables, y el entrenamiento de puntería de los soldados EE UU hace que el arma sea particularmente letal en combate. Su ligereza y la posibilidad de llevar gran cantidad de munición han hecho del M-16 un fusil de asalto militarmente eficaz.
Pasaron muchos años antes de que se convirtiera también en un superventas en el mercado civil. En la legislación estadounidense las armas automáticas (que disparan sucesivas balas mientras ser mantiene apretado el gatillo) son ilegales, pero pronto estuvieron a la venta versiones semiautomáticas del M-16 (que disparan una vez por cada apretón de gatillo). El mecanismo, sin embargo, puede ajustarse con tal precisión que un tirador entrenado puede disparar hasta cuatro veces por segundo con un M-16 semiautomático. Los cargadores estándar contienen 20 balas, pero existen cargadores de alta capacidad que llevan 30, y el arma está diseñada para que el cambio de cargadores vacíos por otros nuevos sea rápido y sencillo. La capacidad de matar es muy elevada en estas armas, especialmente cuando se utiliza munición especial antipersonal (de punta hueca), mucho más letal todavía que las balas sólidas que usan los militares. Numerosos fabricantes venden versiones de este rifle y existe un amplio mercado de accesorios (miras, bocachas, láseres para puntería, linternas, bípodes, etc.) y grandes masas de aficionados a ‘tunearlos’; hay quien los llama ‘el iPhone 5’ de las armas de fuego. Pero la popularidad del AR-15 en el mercado civil tiene más que ver con las peculiaridades de la ley en los EE UU que con su atractivo mortífero.
En 1994 el gobierno de Bill Clinton aprobó la llamada ‘Prohibición de armas de asalto’, una ley que vedaba la posesión de este tipo de armamento a los civiles. El problema es que el término ‘arma de asalto’ no estaba bien definido; en realidad la prohibición cubría determinadas armas semiautomáticas que eran externamente similares a armas militares completamente automáticas. Esto hizo que resultara relativamente sencillo evadir las prohibiciones de la ley con algunos cambios poco más que estéticos: cambiando la bocacha, o la culata, o detalles del mecanismo un arma prohibida pasaba a estar dentro de la ley. El AR-15, con su gran variedad de suministradores y el amplio ecosistema de accesorios, partes y modificaciones que tenía disponible resultó ser un producto atractivo. Paradójicamente las prohibiciones anteriores no tenían estos atajos, puesto que nombraban marcas y modelos específicos. En la práctica la prohibición hizo mucho por extender el uso del AR-15 entre los civiles. Posteriormente este fusil de origen militar se ha convertido en un símbolo de los defensores de la cultura de las armas, hasta tal punto que estas navidades ha sido un regalo muy común. De arma despreciada y rechazada por los militares a símbolo político y regalo navideño; el AR-15 es, desgraciadamente, un icono de los tiempos.
Fobos dijo
Muy interesante articulo para alguien como yo, que no tiene ni idea de armas, ni interés en ellas. La industria de las armas mueve muchísimo dinero, y en ésto, como en el puritanismo que les caracteriza, los USA, no son ejemplo para el mundo. Regalar en navidad armas, demuestra lo podrido de sus valores.
Un arma hace sentirse grande, a quien es lo más rastrero.