Enheduanna, la primera escritora de la Historia
lunes 8.abr.2013 por Pepe Cervera 5 Comentarios
Antes de Acadia y de Ur hubo imperios y ciudades; antes del sumerio hubo lenguaje, y antes del cuneiforme hubo alguna forma de escritura. Antes de que en las llanuras de Mesopotamia crecieran los templos de barro y piedra hubo arte, entendido como formas de comunicación que movían sentimientos. Lo que no conocemos antes de Enheduanna, ‘Gran Sacerdotisa adorno de An’ y su obra es la existencia de ningún autor. Sabemos que buena parte de los bisontes de Altamira fueron trazados por la misma mano; una mano genial capaz de dibujar el perfil de un animal de un solo trazo provocando emociones más de 150 siglos después de su pintura. Pero nunca sabremos su nombre. Conocemos eximias pinturas, esculturas y obras arquitectónicas del remoto pasado mesopotámico o egipcio, pero no sabemos quién las hizo. El primer autor conocido de una obra de arte era poeta, y era una mujer, y era aristócrata y alto cargo de su gobierno. Antes de ella hubo creadores, pero ella es la Primera Autora de que tenemos noticia: la más remota asociación que conocemos entre una obra y una persona concreta, de existencia probada, con una vida y una historia propias: Enheduanna, la Primera Autora.
Era hija de Sargón I de Acadia, conocido por ‘el grande’, el primer rey que unificó las ciudades estado de la Alta y la Baja Mesopotamia en un único imperio. En la batalla de Uruk, hacia el año 2271 adC, venció la última resistencia y controló desde entonces una vasta región desde el Mediterráneo hasta el Mar Rojo hasta su muerte, hacia el 2215 adC. Sargon se casó con Tashlultum, de la que tuvo varios hijos; entre ellos a Enheduanna, a la que instaló como Gran Sacerdotisa del Dios-Luna Nanna (también conocido como Sin) en la ciudad de Ur. Era una inteligente decisión estratégica puesto que Ur era una de las ciudades más importantes de la recién conquistada región de Sumeria, al sur de Mesopotamia, y uno de los más importantes santuarios de Nanna-Sin, el dios principal del panteón de la época. Sus funciones eran por tanto religiosas y políticas, y debió ser hábil en cumplirlas, porque su puesto se institucionalizó y perduró tras su muerte. Su existencia histórica está demostrada por un disco de alabastro hallado en la zona más secreta del templo de Nanna en Ur (mostrado arriba), y por otras piezas de joyería.
Pero aunque su advocación oficial era Nanna la pasión de Enheduanna claramente era su hija en el panteón mesopotámico: Inanna, diosa de la guerra y del amor, reina de la primavera/verano, resucitada de entre los muertos tras bajar al Inframundo a enfrentarse con su némesis y casada con Dumuzi, rey del otoño/invierno. Asociada con el planeta Venus, es la posterior Ishtar, y se la identifica con la Afrodita griega y la Astarté fenicia, y a través de ellas con la Venus romana la Diosa Madre por excelencia, cuya mitología es clave en la creación de la virgen María cristiana. Inanna no sólo reinaba sobre la guerra y el amor (que no el matrimonio), sino que mediante un subterfugio (emborrachándolo) había conseguido robar al poderoso dios Enki los ‘Me’, las invariables reglas de conducta necesarias para la civilización humana; los algoritmos del comportamiento más avanzado, como los oficios del pastor, el herrero o el escriba, las dignidades de los sacerdotes, las historias del descenso y ascenso del Inframundo o la narración del diluvio. Adoptaba así las características de Prometeo, robando aspectos vitales de la civilización a los mismos dioses para dárselos a los humanos. Simbólicamente la igualdad o incluso preeminencia de Inanna frente a su padre Nanna-Sin representaba el derecho de los Acadios a gobernar a los Sumerios en pie de igualdad.
Enheduanna compuso numerosos poemas o cantos de temática religiosa, algunos en forma de himnos, otros directamente dirigidos a Inanna. De los himnos se conservan 42 que exaltan diversos templos en ciudades de Sumeria y Acadia como Eridu, Sipar y Esnunna, y que se han recuperado de 37 tabletas procedentes de Ur y Nippur, lo que demuestra que se usaron durante siglos en las devociones. Constituyen uno de los primeros intentos conocidos de sistematizar una teología; explícitamente Enheduanna escribe que ‘algo se ha creado que nadie creó antes’. Además escribió la ‘Exaltación de Inanna’ o 'Nin-Me-Sar-Ra', 153 líneas dedicadas a la diosa en las que Enheduanna narra también su propia expulsión de Ur (¿quizá durante una revuelta nacionalista?) y su posterior retorno a la ciudad. También se conserva un ‘Himno a Nanna’ y fragmentos de otros trabajos, así como un himno dedicado a ella por un autor posterior que narra su apoteosis (su deificación tras su muerte). Especialistas en la literatura mesopotámica creen que otros textos podrían ser obra suya.
De modo que el primer autor conocido de la historia, con nombre, circunstancias personales y su propia entidad como persona, era una mujer. Antes de ella no nos consta que las personas que creaban o inventaban algo quedaran asociadas a sus creaciones; de hecho sabemos que en la cultura mesopotámica la actividad de la construcción de templos y edificios era casi sagrada, y sin embargo no había un personaje equivalente a nuestro arquitecto, en el sentido de un creador. Mucho menos lo había en las representaciones de las pinturas rupestres, o entre las narraciones y poemas de la literatura oral anterior a la escritura. Enheduanna no es sólo la más antigua autora literaria que conocemos, sino la prueba de un cambio en la relación entre la gente y la cultura; el nacimiento de una idea antes desconocida, la de que una obra tiene un autor, que una creación cultural deriva de una persona particular. Que la primera obra literaria con autor conocido provenga de una mujer también nos hace reflexionar sobre el papel que en la cultura y en la historia ha tenido este sexo. Tal vez las sociedades del remoto pasado, de hace casi 4500 años, no fueran tan primitivas como tendemos a imaginarnos.
Corregido el 17/4/2013: Gracias a la información de Chascu retoco algunos aspectos erróneos sobre la teología Sumeria que estaban equivocados. Gracias, Chascu.
(8) AUM,No te lo puedo decir ! dijo
0.96.El orden cristalino primario de la dinámica evolutiva establece una función de tiempo cultural en avance definido por AC “Aboriginal Continuity”(Continuidad Aborigen).El AC
cristalinamente inducido es balanceado por su dinámica proyectiva secundaria, el reflejo vida,
cuya función de tiempo en avance se define como CA.1
0.97.En el ciclo histórico resultante en la creación de la tecnósfera y el desbalance
biogeoquímico que ha traído la transición biósfera-noósfera, se define la avanzada función CA
“Civilizational Advance”(Avance Civilizacional).La suma desbalanceada del proceso CA en
el “ciclo histórico” de 5.200 años por poco destruye el poder de AC.
0.98.En el Telektonon, el uso del cristal de recarga integra el orden cristalino primario con las
funciones biológicas telepáticas, reguladas por y abiertas a las armónicas celestes.El
propósito de la identificación y mapeo de las armónicas celestes del Telektonon a través de
aplicaciones telepáticas, como “El Proyecto Rinri - Experimento Telepático del Puente
Circumpolar Arcoiris”, es restaurar el balance entre las funciones AC y CA. Esto es llamado la
re-educación magnética de la humanidad.
0.99.La conclusión exitosa del Proyecto RInri-Telektonon es el reestablecimiento de la
primacía de AC y la reintegración de CA, ahora definida como Consciencia Cósmica (“Cosmic
Awareness”).La fusión (13:20) de la Continuidad Aborigen (32) y la Consciencia Cósmica
(64) define la condición simbiótica del continuo humano-biósfera-noósfera que caracteriza la
era Psicozoica.
http://www.youtube.com/watch?v=Er6HV4DRuIE
(8) AUM,LAaaa Ä ! dijo
0.127.El Puente Circumpolar Arcoiris sintetiza funciones análogas de los campos de
resonancia biopsíquicos, electromagnéticos y geomagnéticos en correspondencia entre la
identificación axial del cuerpo planetario y humano y la proyección telepática colectiva
simultánea.
http://www.youtube.com/watch?v=Er6HV4DRuIE
Chascu dijo
- Malamente la diosa Inanna podría ser reina de la primavera y del verano, ya que los sumerios sólo consideraban dos estaciones: verano e invierno. La frase queda poética pero inexacta.
- Inanna/Ishtar no es una diosa madre ni de coña marinera. El sumeriólogo Samuel N Kramer se descojonaría al leerlo. Es una típico error que algunos blogs de internet transmiten gracias al copy paste y a la falta de documentación. El papel de diosa madre sumeria es para Ninhursag. Inanna por no tener, ni siquiera tuvo hijos. Era la adolescente rebelde del panteón.
- Respecto a la última parte del blog, le doy a usted toda la razón. Pero no es raro que fuera una mujer en un mundo como el sumerio. En sumeria las mujeres disfrutaron de derechos que no volverían a recuperar hasta el siglo XX. Eran dueñas de su dote, de las riquezas obtenidas con la dote, podían testar y heredar, podían estudiar y trabajar AL MARGEN DEL MARIDO... Sólo en una sociedad así pudo surgir una Enheduanna.
Resulta muy significativo, que la escritura y el oficio de escriba tuvieran a sendas DIOSAS por patronas. Y es más significativo que el 80% de la poesía sumeria encontrada, parezca escrita por mujeres (según los estudios de estilo realizados).
Retiario dijo
Estimado Chascu:
Lo siento si he dado una idea errónea de las funciones de Innanna en el panteón Sumerio; recogí estos comentarios de fuentes que me parecieron lo bastante rigurosas. Procuraré desfacer el entuerto en lo posible.
Muchas gracias por su atención y conocimientos, y un saludo.
PP Cervera
ENRIC RAMIRO dijo
Enhorabuena por tus informaciones.
He visto el disco de alabastro y me gustaría copiarlo y utilizarlo en una comunicación que estoy haciendo sobre Enheduanna, poniendo la fuente evidentemente.
Quedo a la espera de tu permiso. Cordialmente:
Enric Ramiro