El ser humano más duro de la historia
lunes 30.sep.2013 por Pepe Cervera 3 Comentarios
Es el único caso conocido por la ciencia médica de una auto-cesárea en la que ambos, la madre y el hijo, sobrevivieron. Las circunstancias son tan sobrecogedoras como la mera idea: Inés había tenido ya 7 hijos y había perdido un octavo por problemas en el parto. Vivía en la localidad serrana de Río Talea, en el estado de Oaxaca, a varias horas de camino de tierra del hospital más cercano. Cuando comenzó el parto del que iba a ser su octavo hijo vivo estaba sola en su choza; tras 12 horas de dolores comprendió que la historia se iba a repetir, y que iba a perder a su hijo. Así que envió a otro de sus hijos a comprar un cuchillo de cocina, porque en la casa no tenía nada lo bastante afilado, y mientras se sirvió unas copas de mezcal: cuando el niño regresó con un cuchillo de 15 centímetros Inés procedió a operarse a sí misma. Sentada en la postura tradicional del parto que usan las mujeres indígenas se abrió el abdomen y realizó una incisión en la pared muscular del útero hasta que pudo liberar a su hijo, que comenzó inmediatamente a llorar; la mujer tuvo aún suficientes arrestos como para cortar el cordón umbilical y colocarse las entrañas en el interior de la cavidad abdominal. Se calcula que la operación debió durar al menos una hora. Cuando llegaron unos vecinos, horas después, el niño mamaba de su pecho y ella estaba inconsciente. La cosieron como pudieron con aguja e hilo, la echaron a un coche y la trasladaron durante horas por pistas sin asfaltar hasta el hospital más cercano, donde los médicos no daban crédito. Tuvieron que operarla para cerrar adecuadamente la herida y para intentar cortar lo que esperaban fuese una rápida y brutal infección, que no se produjo. Apenas diez días después Inés estaba de vuelta en su casa.
El caso, publicado en el International Journal of Gynecology & Obstetrics en 2004, catapultó a la fama a la mujer. El artículo muestra las fotos que tomaron los médicos durante la operación original (a evitar si le da grimilla la sangre) y narra, en los acostumbrados términos neutros de la medicina científica, cómo repararon la pared del útero, limpiaron cuidadosamente la cavidad abdominal, ligaron las trompas de la mujer y después suturaron por capas la herida; un costurón vertical de casi 20 cm. El texto explica las complicaciones que esperaban los cirujanos, desde infección hasta obstrucciones intestinales, y que apenas se produjeron; tan sólo hubo que practicarle un par de laparoscopias y administrarle antibióticos. También expresa la opinión de los médicos de que el factor clave fue la postura tradicional de parto, que coloca el útero directamente bajo la pared abdominal; en otra posición el intento hubiese acabado en desastre. Inés habló con los periodistas en 2004, cuando su caso fue conocido en la comunidad médica mundial, y explicó con sencillez su dilema: o hacía aquello, o su hijo y probablemente ella morirían. Inés no recomendaba a nadie repetir la experiencia, por ser demasiado dolorosa y arriesgada. Si es capaz de imaginarse la situación, de visualizar el cuchillo y su vientre, de proyectar la sensación que debe sentirse al acercar el filo y comenzar a trabajar, es fácil compartir esta idea. Como también es seguro afirmar que el ser humano más duro que haya existido es una mujer indígena mexicana, y se llama Inés Ramírez. Al fin y al cabo los antiguos japoneses sólo se rebanaban el abdomen para morir, cuando lo verdaderamente difícil es vivir.
Yoldi dijo
Hola Pepe,
He disfrutado una vez más con uno de tus artículos. Efectivamente, como dices al final, lo verdaderamente difícil es vivir, para eso hace falta, al menos, encontrar un buen motivo e Inés Ramírez supo buscarlo.
Saludos.
César dijo
Así que la escena aquella de la película Prometheus estaba basada en un suceso real. :)
Javier dijo
Aunque estas dos historias son increibles,no estoy de acuerdo.
La historia de la mujer que se practica una autocesarea engloba una fuerza de autosuperación y sacrificio TREMENDA, pero la dureza no es eso bajo mi punto de vista.
El ejemplo de dureza se observa como rasgo de carácter durante un periodo mas bien medio- largo,se trataría de personas que continuamente están superando obstáculos que la mayoría de las personas se vendrían abajo.
Las mujeres lo llevan imprimido en su genética y una madre ante ver que va a perder su hijo haría lo que fuera, si no fuese así o no estaríamos aquí o seriamos muy pocos.
Ademas,la de historias que habrá que no conozcamos, probablemente, nunca conozcamos a la persona mas dura.
Me despido con una frase con la cual estoy deacuerdo de henrik Ibsen " el hombre mas fuerte del mundo es el que esta mas solo ".
Recalco que es mi opinión.
Un saludo.