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Propiedad de las enfermedades: electrosensibilidad

    lunes 21.sep.2015    por Pepe Cervera    3 Comentarios

Una reciente noticia ha reactivado una vieja polémica sobre una enfermedad y sus pacientes: el reconocimiento por un tribunal francés del derecho de una periodista francesa a una pensión por discapacidad causada por la electrosensibilidad que padece. No es el primer caso, ya que en España ya hubo un pronunciamiento judicial similar. Los artículos de prensa que han mostrado la sorpresa del estamento científico ante estas decisiones de los jueces han sido recibidos con la habitual queja de los colectivos de afectados, siendo en algunos casos la cobertura periodística objeto de análisis en términos de idoneidad profesional. La opinión de la medicina científica es sin embargo tan cercana a lo unánime como puede alcanzar el conocimiento humano: sin discutir la existencia de los síntomas que padecen estos afectados la ciencia indica que la causa de la llamada ‘electrosensibilidad’ no son las ondas electromagnéticas emitidas por aparatos eléctricos y electrónicos. En su amplia revisión sobre el tema la Organización Mundial de la Salud dice cosas como ‘Experimentos del tipo doble ciego bien planificados y efectuados han mostrado que los síntomas no están correlacionados con la exposición a campos electromagnéticos (EMF, ElectroMagnetic Fields)’, y ‘También hay ciertas indicaciones de que estos síntomas pueden deberse a enfermedades mentales preexistentes, así como a reacciones de estrés como resultado de la preocupación sobre los efectos sobre la salud de los campos electromagnéticos más que a la propia exposición’. La enfermedad está relacionada con otros padecimientos como la Sensibilidad Química Múltiple por síntomas similares, causas igual de difíciles de probar, conexiones de individuos y organizaciones defensoras y combatividad del colectivo. Igualmente se vincula con posiciones políticas de desconfianza ante ciertas industrias y ante los gobiernos e instituciones internacionales, que consideran vendidos a intereses monetarios e incluso implicados en turbias conspiraciones. Algunas organizaciones políticas han recogido la lucha de estos enfermos.

Es importante destacar que no se discute la existencia de estas enfermedades ni se niega el sufrimiento de los pacientes: la discrepancia está en la causa de la dolencia y en quién tiene el derecho a decidir cuál es esa causa. Los afectados exigen el reconocimiento de su punto de vista y que la sociedad en su conjunto lo adopte, y consideran como pruebas su testimonio, sus padecimientos y sentencias judiciales como las referidas; la simpatía por su situación ha facilitado una amplia cobertura periodística que transmite su punto de vista y lo contrapone al discurso de la medicina científica como si fuesen de igual. En muchos casos afirman que no reconocer su opinión al respecto es una violación de sus derechos básicos como personas y como pacientes. ¿Están en su derecho a forzar el reconocimiento social del origen de su enfermedad en el que ellos creen? ¿Son los pacientes, los periodistas que les escuchan o los jueces que les dan la razón los dueños de las enfermedades?

Empecemos por lo más obvio: no es función de los medios establecer cuál es la causa de las enfermedades, ni tampoco es la función del sistema judicial; ambos dependen de fuentes, peritos y especialistas. Ni siquiera de los enfermos, por mucha simpatía que se les pueda tener y por muy interesados que puedan estar en controlar su propia enfermedad y la proyección social de su mal. Los afectados no tienen ningún derecho especial a la hora de determinar cuál es el origen de su dolencia, lo cual es un asunto científico que está relacionado con la existencia, o no, de pruebas. Y mucho menos tienen derecho a imponer su visión y las consecuencias que de ella se derivan sobre el conjunto de la sociedad. Señalar a la causa equivocada de una enfermedad puede tener efectos catastróficos, ya que por un lado el verdadero origen quedará sin investigar y eliminar, y por otro la sociedad deberá asumir los costes de una reestructuración sin motivo. Hacer desaparecer un agente que provoca enfermedades puede suponer ingentes inversiones, como ocurrió en el caso de los asbestos, y por eso es necesario confirmar con pruebas sólidas y no circunstanciales el vínculo entre la causa y el efecto. Reportajes periodísticos, anécdotas personales y dos sentencias judiciales no justifican en este caso la inversión, sobre todo teniendo en cuenta el enorme peso acumulado de la evidencia en contra. En microbiología se usan los llamados Postulados de Koch para establecer la relación entre un microorganismo y una enfermedad; los campos electromagnéticos no cumplirían criterios equivalentes en ningún caso.

Por otra parte llama poderosamente la atención que los enfermos consideren de alguna manera insultante que el origen de su enfermedad pueda ser psicológico, como si las enfermedades que afligen a la mente fuesen de alguna manera menos reales o menos intensas que las del cuerpo. O como si el hecho de tener una enfermedad mental significara una descalificación de su sufrimiento o un intento de quitarle importancia a su dolor. Es llamativo que esto ocurra y es llamativo que algunas personas y organizaciones alienten este punto de vista, a veces por razón de simpatía, en otras ocasiones por una mezcla de interés propio y desconfianza hacia la ciencia oficial. Es cierto que las dolencias de la mente desgraciadamente han tenido peor prensa que las del cuerpo, y que a menudo sus pacientes han sido tratados con descuido. Lo lógico cuando uno sufre, sin embargo, es buscar la eliminación de la verdadera causa de su sufrimiento, no rechazar la ayuda porque esa causa no nos gusta. 

Se puede tener empatía con el sufrimiento de los afectados, e incluso compartir su rechazo a la dominación de empresas y gobiernos, sin tener que compartir necesariamente su opinión sobre la causa de la enfermedad. Los manejos turbios de la industria farmacéutica, química o de las telecomunicaciones pueden ser considerados rechazables y perseguibles sin que de ello se derive el mecanismo causal de una dolencia. Los enfermos deben ser ayudados y en la medida de lo posible tratados y curados, como es el caso con cualquier otra enfermedad. Pero ser paciente no significa ser propietario hasta el punto de poder decidir de modo unilateral y contra toda evidencia cuál es el origen de la enfermedad y de qué modo todos hemos de acomodar su tratamiento. Por supuesto que es necesario escuchar a los pacientes y analizar su punto de vista, lo cual no quiere decir darles necesariamente la razón si no la tienen. Porque aunque la enfermedad sea la que ellos padecen, no es de su propiedad.

Pepe Cervera   21.sep.2015 09:03    

3 Comentarios

Buenas tardes :

Es un tema complejo, porque requiere un esfuerzo mayor de investigación para documentar los posibles riesgos o no. No hay una certeza de las posibles consecuencias negativas, hasta que haya una investigación completa y sin sesgos por ausencia de refutación.

A continuación unas conclusiones (realizadas en el año 2008), por el comité científico europeo:

«Conclusions on mobile phones and radio frequency fields». European Commission Scientific Committee on Emerging and Newly Identified Health Risks (SCENIHR).

Citando las conclusiones finales del comité en el año 2008 :

-Estudios recientes no han mostrado efectos de los campos de RF sobre la reproducción y el desarrollo humano o animal. No hay datos nuevos que se hayan reportado que indiquen otros efectos sobre la salud humana.

Desde la perspectiva de la evaluación de riesgos, es importante reconocer que la información sobre los posibles efectos causados por los campos de RF en niños es limitada. Además, hay una falta de información sobre las enfermedades que no sean los que se analizan en este informe.-

Unas pocas referencias Bibliográficas (las más recientes son del 2010 ):

Eltiti S, Wallace D, Ridgewell A, et al. (November de 2007). «Does Short-Term Exposure to Mobile Phone Base Station Signals Increase Symptoms in Individuals Who Report Sensitivity to Electromagnetic Fields? A Double-Blind Randomized Provocation Study». Environ. Health Perspect

Wilen, J; A Johansson, N Kalezic, E Lyskov, M Sandstrom (April de 2006). «Psychophysiological tests and provocation of subjects with mobile phone related symptoms». Bioelectromagnetics

Rubin, James; Rosa Nieto-Hernandez, Simon Wessely (January 2010). «Idiopathic Environmental Intolerance Attributed to Electromagnetic Fields». Bioelectromagnetics

lunes 21 sep 2015, 15:51

Bertrand Russell, entrevistado en la BBC, 1959:

BBC: Una última pregunta: supongamos profesor Russell… que esta grabación sea vista por nuestros descendientes, como los Manuscritos del Mar Muerto, en un período de cientos de años. ¿Qué piensa usted que valdría la pena decirle a esa generación sobre la vida que usted vivió y las lecciones que usted de ella aprendió?
Russell: Me gustaría decir dos cosas: una intelectual y una moral.
Lo intelectual que me gustaría decirles es esto: cuando estés estudiando cualquier tema o considerando cualquier filosofía, pregúntate a ti mismo únicamente: ¿cuáles son los hechos? ¿y cuál es la verdad que los hechos sostienen? Nunca te dejes desviar, ya sea por lo que tú deseas creer o por lo que crees que te traería beneficio si así fuese creído. Observa únicamente e indudablemente cuáles son los hechos. Eso es lo intelectual que quisiera decir.
Lo moral que quisiera decirles es muy simple. Debo decir: El amor es sabio, el odio es estúpido. En este mundo, que cada vez se vuelve más y más estrechamente interconectado, tenemos que aprender a tolerarnos unos a los otros, tenemos que aprender a aceptar el hecho de que alguien dirá cosas que no nos gustarán. Solamente podemos vivir juntos de esa manera. Si vamos a vivir juntos, y no a morir juntos, debemos aprender un poco de caridad y un poco de tolerancia, que es absolutamente vital para la continuación de la vida humana en este planeta.
https://www.youtube.com/watch?v=1bZv3pSaLtY

martes 22 sep 2015, 13:05

Releyendo esta entrada, me sorprende aún más que en TD2 del 02 de Agosto de 2016, se haya tratado una noticia relacionada (publireportaje incluido de hotel libre de ondas electromagnéticas) con tan poco rigor informativo y alejado del acertado análisis que aquí se hace. ¡Por favor! ¡Grito en el cielo, y a moverse para corregirlo y que no vuelva a pasar! Que eso sí es hipersensibilidad gravitatoria: caer dos veces en la misma piedra...

miércoles 3 ago 2016, 00:35

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Pepe Cervera

Bio Retiario

Pepe Cervera es periodista, biólogo y, entre muchas otras cosas, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos. Colabora con diversos medios y es un apasionado de Internet.
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