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Virus contra la sordera y los hombres y la multitarea

    jueves 2.feb.2017    por Pepe Cervera    0 Comentarios

La pérdida de audición es una enfermedad muy común; casi 1 de cada 1000 nacimientos tiene algún tipo de deficiencia del oído, y en muchos casos estos problemas son hereditarios. Cuando la sordera se debe a una deficiencia genética sería posible en teoría luchar contra ella insertando el gen defectuoso en las células del oído interno. Se conoce un sistema para insertar genes en células de este tipo usando un virus, que se está desarrollando para tratar por ejemplo la retina en ciertos tipos de ceguera hereditaria, pero para tratar la sordera es necesario que penetre en la cóclea del oído interno y por sí solo no funciona muy bien. Una reciente publicación anuncia un método que parece prometedor usando vectores de adenovirus asociados a exosomas, vesículas hechas de membrana celular que las células usan para comunicarse. Este nuevo vector resulta funcionar muy bien en ratones vivos, produciendo la restauración incluso funcional del oído; técnicas similares podrían algún día emplearse para devolver la capacidad de oír a personas que no pueden hacerlo, a través de un virus adecuadamente modificado. Insertar genes por medio de una infección vírica a medida para dar la capacidad de escuchar a personas que no la tienen: vivimos en el futuro.

Multitask

Los hombres no somos multitarea

¿Qué pasa cuando intentamos hacer varias cosas a la vez? Cuando pones a hombres (y mujeres mayores de 60 años) a resolver un complicado rompecabezas verbal al mismo tiempo que caminan sobre una cinta sin fin ocurre una cosa curiosa: su paso cambia y empiezan a balancear menos el brazo derecho. Eso sucede porque este brazo está controlado por el hemisferio izquierdo del cerebro, el mismo que se ocupa del procesamiento del lenguaje, y cuando lo sobrecargamos con una complicada adivinanza es incapaz de hacer ambas cosas, y deja de atender al brazo. Lo curioso es que en mujeres más jóvenes no ocurre esto: ellas son capaces de caminar moviendo los pies y los brazos con normalidad a la vez que procesan el rompecabezas. Esto sugiere que los cerebros masculinos son peores cuando se trata de hacer varias cosas a la vez; ya se conocía que cuando los hombres cambiamos de tarea nuestras neuronas consumen más que las  de las mujeres, a las que les resulta más sencillo (menos ‘caro’) saltar entre tareas. El hecho de que el efecto del brazo se reproduzca en mujeres mayores sugiere que en este efecto las hormonas sexuales, en concreto el estrógeno, son importantes; sabemos que las neuronas tienen receptores de estrógenos que modifican su modo de funcionar. La desaparición de los estrógenos tras la menopausia provocaría, por tanto, que el cerebro de las mujeres regresara a su configuración más básica, similar a la masculina. Lo cual explicaría no pocas cosas.

Imagen de Ryan Ritchie, tomada de Flickr.

Sección de ciencia en 'Esto me suena' del día 1/12/2017, minuto 41:08

Pepe Cervera    2.feb.2017 08:57    

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Pepe Cervera

Bio Retiario

Pepe Cervera es periodista, biólogo y, entre muchas otras cosas, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos. Colabora con diversos medios y es un apasionado de Internet.
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