Chien-Shiung Wu, la Primera Dama de la Física

    viernes 16.jun.2017    por Pepe Cervera    2 Comentarios

En 1912 nació una niña en una aldea cercana a la gran ciudad china de Shanghai, hija de un decidido partidario de la igualdad entre niños y niñas que había fundado la primera escuela para niñas del país, donde estudió y destacó hasta ser aceptada en la Universidad de Nanjing, entonces la más importante de China y situada en la capital del país. Chien-Shiung Wu estudió física y participó en la convulsa política de aquellos años; su brillantez era tal que tras doctorarse y ocupar un puesto de profesora en varias universidades en 1936 decidió hacer estudios predoctorales en EE UU, en la Universidad de Michigan, aunque nunca llegó allí: en San Francisco conoció al que sería su marido y a un importante catedrático que le ofreció un laboratorio sobre la marcha. La doctora Wu era experta en desintegración radiactiva y trabajó en el Proyecto Manhattan, aunque se dio a conocer sobre todo como física experimental sin igual: su talento, habilidad y dedicación eran legendarias. Como tal diseñó y llevó a cabo los experimentos que cambiaron el rumbo de la física para siempre, al demostrar la ruptura de la simetría de paridad en la fuerza débil, una de las fundamentales de la naturaleza. El resultado fue tan importante que el mismo año de su publicación se concedió el premio Nobel a sus teóricos dejando fuera a Chien-Shiung Wu en una evidente y flagrante injusticia. Nunca obtendría el Nobel, para vergüenza escandinava, pero sí un montón de premios científicos de la máxima categoría, doctorados honoris causa y el respeto imperecedero de su profesión. Murió en febrero de 1997, con 85 años, tras dedicarse en su etapa jubilar a la educación y al fomento del amor de las mujeres por la ciencia y la física en particular. Una de las científicas más importantes del siglo XX, y tal vez de la historia.

Chien-Shiung_Wu_in_1958

Pepe Cervera   16.jun.2017 10:38    

La jardinería y las Viejas Amigas y espadas vikingas, sólo para fardar

    jueves 15.jun.2017    por Pepe Cervera    1 Comentarios

Con frecuencia en las películas y los relatos a los sabios cuando se los busca para resolver un problema se los encuentra en un jardín, atendiendo a las plantas; es un signo de su sofisticación interior que disfruten de una actividad tan placentera y tan calmada. Pero puede que realmente sean sabios, porque recientes descubrimientos indican que la jardinería, meter las manos en la tierra viva de un jardín, puede ser bueno para nosotros; y no sólo para nuestra salud, sino también para nuestro intelecto e incluso nuestro estado de ánimo. Resultados de experimentos hechos con ratones indican que determinadas bacterias presentes en los suelos y en nuestro entorno cuando nos infectan no sólo reducen las posibilidades de que desarrollemos alergias y enfermedades autoinmunes, sino que mejoran el estado de ánimo funcionando casi como antidepresivos, incluso en pacientes de cáncer terminal. Y en ratones pueden no sólo reducir su nivel de estrés, sino aumentar su inteligencia y hacerlos más aventureros y valientes. La conexión se establece por la relación entre el sistema inmunitario y el sistema nervioso, y está relacionada con esa vieja Hipótesis de la Higiene que dice que algunas alergias y enfermedades autoinmunes se deben al exceso de limpieza de nuestro entorno, que hace que el sistema inmunitario de nuestros hijos no de desarrolle en contacto con según qué patógenos. Hoy esta idea está superada, reemplazada por otra en la misma vía: no se trata de todas las bacterias en general, sino de algunas concretas que llevan mucho tiempo con nosotros: las Viejas Amigas. Nuestro microbioma necesita, parece ser, contener determinadas bacterias y de lo contrario pasan cosas malas, en nuestro cuerpo y también en nuestra mente: necesitamos el microbioma de la tierra para que contagie y complemente al nuestro si queremos estar bien. Y la jardinería es un modo espléndido, sencillo y natural de conseguirlo.

Gardening
Espadas vikingas, sólo para fardar

Tenemos fascinación con los vikingos, y no sólo porque los actores de la reciente serie de televisión fueran unos guapos mozos. Estos pueblos escandinavos que dominaron el norte de Europa y dejaron una marca indeleble desde Gran Bretaña a Rusia pasando por Francia, Alemania y hasta Bizancio fueron guerreros feroces que nos dejaron instituciones, motivos decorativos, mitos y leyendas y armas; muchas armas. Se han recuperado más de 1.000 espadas de esta era, entre los siglos VIII y XI en toda Europa, muchas de las cuales en buen estado. Pero ahora nuevas técnicas están permitiendo analizarlas por dentro para saber lo fuertes que eran; es fama que el armamento vikingo no era el mejor de Europa, y que ellos mismos solían preferir el ‘prestado’ de sus enemigos derrotados. Tres espadas del Museo Nacional Danés analizadas con técnicas avanzadas (escáner de rayos X, difracción de neutrones) de entre los años 800 y 1000 han resultado ser fundamentalmente decorativas; sus técnicas de forja las hacían hermosas, con esos patrones como de aguas en la superficie, pero frágiles: no hubiesen resistido un combate real. Eran, por tanto, ceremoniales o decorativas, no armas de combate: los vikingos de hecho preferían hachas, lanzas y flechas para la guerra, aunque claramente apreciaban una hermosa hoja, al menos como complemento en el vestir.

Sección de ciencia en 'Esto me suena' del día 14/6/2017

Pepe Cervera   15.jun.2017 09:01    

Eugenie Clarke, la Dama de los Tiburones

    viernes 9.jun.2017    por Pepe Cervera    0 Comentarios

Estuvo buceando con tiburones 40 años y fue una de las pioneras en el estudio de animales marinos en su hábitat natural usando el buceo con escafandra autónoma, hasta el punto de pasar a la historia con el apodo de ‘la dama de los tiburones’, pero Eugenie Clarke sólo recibió un mordisco en toda su carrera y fue de la mandíbula de un tiburón muerto que transportaba en su coche para dar una charla. Dedicó su larga y prolífica carrera científica al estudio de los animales marinos y fundó y dirigió un instituto dedicado a ello; dio clases y seminarios en más de 60 universidades de los EE UU y también triunfó en la divulgación desde que su libro Lady with a Spear (la dama del arpón) de 1953 contando sus aventuras buceando en sitios como Palau, Guam, las Islas Marianas y las Carolinas obtuvo un gran éxito. Recibió innumerables premios, tres doctorados honoris causa y el honor de que varias especies animales fueran bautizadas con su nombre. Estudió la taxonomía, el comportamiento y la ecología de todo tipo de peces, aunque su especialidad principal fueron los cartilaginosos: tiburones, rayas y sus parientes. Eugenie Clarke escribió varios libros, incluyendo uno infantil, y actuó como defensora de las mujeres en la investigación. Murió en 2005 a los 92 años de edad; una vida larga, plena y llena de éxitos.

Eugenie_Clark

Sección de ciencia en 'Esto me suena' del día 7/6/2017

Pepe Cervera    9.jun.2017 08:57    

La cara en el cerebro y el puente de Rama

    jueves 8.jun.2017    por Pepe Cervera    0 Comentarios

Se puede reconstruir una cara a partir de la información extraída del cerebro de un mono. Porque existen hasta 6 áreas del cerebro especializadas en caras y dentro de ellas hay neuronas especializadas: algunas se llaman células Jennifer Anniston, y reconocen caras particulares; otras se conocen como células-cara, y cada una de ellas se especializa en una relación entre los elementos de una cara real y una especie de ‘cara promedio’ que sirve como patrón. Cada célula-cara reacciona a varias diferencias, hasta 6, entre la cara real y el modelo; y con sólo la señal de 200 células-cara se puede reconstruir un rostro. Los investigadores fueron capaces de ‘recuperar’ una cara a partir de las señales eléctricas de una serie de células-cara, y de estudiar cómo variaban las señales al ir modificando los rasgos de la cara que veían los monos. El descubrimiento destaca lo muy importante que es para nosotros y nuestros primos los primates el reconocer individuos, debido a que somos especies muy sociales. Y ayuda a comprender el funcionamiento del cerebro, que funciona con una estructura en sucesivas capas de análisis y comprensión: las áreas de reconocimiento de caras y las células-cara y de Jennifer Anniston reciben su información de una serie de sistemas de procesamiento visual que van interpretando las señales recibidas de la retina y construyendo con ellas nuestra visión del mundo. En la que reconocer caras es una parte fundamental.

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El puente de Rama

La isla de Sri Lanka tiene forma de lágrima, y entre ella y la India hay un estrecho de 50 km de ancho, el estrecho (o bahía) de Palk; pero entre los dos países hay una serie de arrecifes y bancos de arena que los conectan y que son conocidos en conjunto como el Puente de Rama (o de Adán). Su existencia dificulta la navegación por la zona, por lo que los barcos se ven obligados a rodear Sri Lanka para pasar de uno a otro lado de la India, que quiere excavar un canal que permita la navegación. Pero hay un problema: para algunos hindúes radicales el Puente de Rama es una obra humana, o mejor dicho, divina, ya que fue creado por un ejército de monos bajo las órdenes del mismo Rama para que pudiese cruzar hasta Sri Lanka a rescatar a su esposa, Sita, raptada por Ravana, un rey-dios demoníaco con 10 cabezas, como se cuenta en el libro épico Ramayana. De hecho hay registros de que hasta el siglo XV el Puente de Rama se podía cruzar a pie, y ha servido históricamente como vínculo entre Tamil Nadu y Sri Lanka. Ahora una expedición científica se dispone a estudiar su origen para determinar si las razones religiosas pueden impedir otro proyecto más de canal; aunque según los científicos el Puente de Rama está compuesto de arrecifes de coral, algunos cubiertos por placas calizas fracturadas que pueden dar la impresión de un pavimento, y bancos de arena. De hecho se cree que empezó a formarse hace más de 125.000 años por la fuerza de las corrientes y los cambios del nivel del mar. Así que es muy poco probable que sea obra de Rama y sus monos, o humana, aunque sigue siendo una maravilla natural.

Sección de ciencia en 'Esto me suena' del día 7/6/2017

Pepe Cervera    8.jun.2017 11:46    

Nikolái Vavílov, héroe de la genética (y de la Humanidad)

    viernes 2.jun.2017    por Pepe Cervera    0 Comentarios

Nikolái Ivánovich Vavílov fue un genetista ruso nacido en 1887 que realizó importantes avances en su disciplina, especialmente en el reconocimiento y preservación de variedades de plantas relacionadas con el origen de los cultivos de los que depende la Humanidad. Vavílov estaba convencido de que la única manera de evitar las hambrunas a gran escala en el futuro consistía en conocer y guardar a salvo la variabilidad genética original de los diferentes cereales y otras cosechas de las que nos alimentamos. En 1921 fue nombrado director del Instituto Soviético de Investigación en Botánica Aplicada y Nuevos Cultivos, que en 1930 se convirtió en el Instituto de Investigación en Industria Vegetal; fue miembro del Sóviet Supremo, agraciado con el Premio Lenin y Presidente de la Sociedad Geográfica rusa; el instituto se convirtió en un repositorio de importancia mundial de variedades de plantas recopiladas durante grandes expediciones a los lugares más recónditos del planeta. Todo esto se terminó en 1940, cuando Vavílov fue detenido y encarcelado: su crimen fue defender la genética, considerada en aquel momento 0una pseudociencia burguesa’ contra los avances de la aberrante teoría del Lysenkoísmo. El científico que trabajó toda su vida para evitar las hambrunas futuras murió en la cárcel en 1943, de desnutrición provocada por sus captores. Durante la guerra las colecciones de semillas del instituto fueron salvadas de la rapiña nazi (las SS organizaron un comando especial para capturarlas) por científicos que se turnaron para preservarlas durante los casi 900 días del asedio de Leningrado: al menos 9 de ellos murieron de hambre guardando aquellas toneladas de grano. Hoy el instituto lleva el nombre de Vavílov y sigue siendo una institución de alcance global con una de las mayores colecciones de semillas del mundo. Gracias al sacrificio de gente como Vavílov.

Nikolai_Vavilov

Sección de ciencia en 'Esto me suena' del día 31/5/2017

Pepe Cervera    2.jun.2017 08:59    

Los funerales de los cuervos y antigüedad de las plantas

    jueves 1.jun.2017    por Pepe Cervera    0 Comentarios

Sabemos que hay animales extremadamente inteligentes; los perros, los delfines, muchos monos son capaces de sorprendernos con su capacidad intelectual. Pero con las aves solemos ser más displicentes, quizá porque su cerebro es tan pequeño, o tal vez porque las conocemos menos. Pero muchas aves son capaces de proezas mentales sorprendentes, y de algunas estamos descubriendo que su vida social es muy, muy compleja; mucho más de lo que nos imaginamos. Científicos en la Universidad de Seattle, un lugar privilegiado para los cuervos, han hecho descubrimientos sorprendentes, como que estos pájaros grandes y negros considerados de mal agüero celebran funerales. En su versión de una ceremonia fúnebre un cuervo muerto provoca la aparición de decenas, hasta centenares de congéneres que se reúnen y vuelan a su alrededor graznando cada vez más fuerte; cuando son muchos pueden atacar a cualquier animal (u objeto) que esté junto al cadáver, como castigándolo por la muerte. Y es más: si es una persona la pueden reconocer, incluso años después: los investigadores utilizan máscaras para evitar que los pájaros les cojan manía y les ataquen, y han demostrado (con una careta de Dick Cheney) que años más tarde la tirria continúa. Los cuervos con curiosos, comen cualquier cosa (basura) y ‘trabajan’ en la ciudad: cada calle tiene una pareja de cuervos de plantilla, macho y hembra, que pasan el día en una zona concreta pero duermen en humedales a más de 30 km de distancia: una ciudad dormitorio de cuervos. Y cada mañana van ‘a trabajar’ a su sector. Sus habilidades mentales, por tanto, no se limitan a los rompecabezas y las pruebas científicas de inteligencia: las sociedades córvidas son mucho más complejas e interesantes de lo que creíamos.

Cuervo

Las plantas son aún más antiguas

La paleontología es una de esas ciencias en las que un simple descubrimiento puede alterar la estructura misma del conocimiento en temas muy importantes. Así el reciente hallazgo de lo que parecen restos fósiles de algas rojas (o similares) en rocas de la India datadas en 1.600 millones de años de antigüedad puede trastocar todo lo que sabemos sobre el origen de las plantas, e incluso de la vida compleja. Hasta ahora los fósiles más antiguos conocidos de plantas tenían 1.200 millones de años , y como los recién encontrados corresponden a algas unicelulares. Dado que los primeros seres vivos pluricelulares, con estructuras complejas, no surgen hasta hace unos 600 millones de años se pensaba que entre las primeras plantas y sus descendientes pluricelulares habían pasado 600 m.a. Pero ahora este periodo ha crecido hasta más de 1.000 millones de años,. lo que sugiere que esta transición fue más compleja y lenta de lo imaginado. Los fósiles, hallados por un equipo sueco, parecen células aisladas de algas rojas, aunque no es posible confirmar por completo que lo sean: en esas edades no queda resto alguno de ADN para confirmarlo. La historia de la vida en nuestro planeta nos sigue dando sorpresas.

Sección de ciencia en 'Esto me suena' del día 31/5/2017

Pepe Cervera    1.jun.2017 08:59    

El triste destino del perro de espetón

    martes 30.may.2017    por Pepe Cervera    0 Comentarios

Durante milenios, hasta la invención del motor de vapor y con pocas excepciones (molinos de agua o viento, velas, contrapesos) la Humanidad sólo pudo contar con una fuente de energía mecánica: la energía animal. Para tirar de aperos de labranza o carretas se usaba ganado, como para sacar agua con norias; para otras operaciones más delicadas durante demasiado tiempo se emplearon personas esclavizadas para tal propósito. Esto dio origen a innumerables especializaciones y al desarrollo de variantes de animales domésticos adaptadas a usos particulares, de la cual quizá la más rara sea el perro de espetón (turnspit dog): una raza canina seleccionada para un fin muy particular como era rotar el espetón de asar en la cocina. Este perro era largo y de patas cortas; hay quien lo vincula con los actuales corgis galeses por este aspecto tan particular, y se empleaba haciéndolo andar dentro de de un tambor para comunicar su movimiento al espetón donde estaba ensartado el asado sobre el fuego para así asegurar su correcta rotación. Toda cocina bien equipada en la Inglaterra de los siglos XVIII y XIX contaba con su perro de espetón y su correspondiente tambor rotatorio, costumbre con la que acabó la llegada de los espetones mecanizados. Para que luego digan que la mecanización no acaba con puestos de trabajo: en este caso la raza entera ha desaparecido, al ser superflua por culpa de la robotización culinaria.

Turnspitdog-1862

Pepe Cervera   30.may.2017 08:57    

Clair Patterson, químico analítico

    viernes 26.may.2017    por Pepe Cervera    0 Comentarios

La familia de Clair Patterson no era rica ni especialmente educada, pero él agarró de joven la pasión por la química que le llevó a tener una carrera prodigiosa: de colaborar en el desarrollo de la primera bomba atómica (para su espanto) a calcular la verdadera edad del planeta Tierra y a salvar la vida y el intelecto de millones de seres humanos al descubrir los espantosos efectos de la contaminación por plomo por culpa de las gasolinas. Y todo ello por su celo analítico y su feroz guerra contra la contaminación de su laboratorio, donde medía cantidades diminutas de elementos con extraordinaria precisión. Su objetivo era calcular edades de rocas, para lo cual tenía que medir la proporción en ellas entre el uranio y el plomo producto de su desintegración radiactiva; pero las medidas eran erróneas, mostrando muchísimo más plomo del que podía haber. Patterson se embarcó en años de desarrollo de técnicas de limpieza para asegurarse de la pureza de sus medidas, que le llevaron a hacer un descubrimiento asombroso: el mundo entero estaba repleto de plomo. Y cuando empezó a estudiar los hielos polares, que funcionan como un registro atmosférico del pasado, descubrió por qué: desde el inicio de la civilización hemos echado plomo a la atmósfera, para utilizarlo y para extraer otros metales. Pero en el último siglo la proporción se disparó (más de 600 veces)  cuando empezamos a usar gasolinas con tetraetilo de plomo, un aditivo para evitar el petardeo de los motores. En la práctica nos estuvimos envenenando durante casi un siglo, con contenidos de este metal tóxico en sangre mucho mayores de lo tolerable. Patterson tuvo que enfrentarse a la industria petrolífera y sus científicos a sueldo, que durante décadas opusieron en duda su talento y sus descubrimientos. Finalmente se demostró que siempre tuvo razón, y el aditivo se retiró del mercado en casi todo el mundo.De modo que el doctor Patterson no sólo conoció la edad el planeta; también lo salvó. De nosotros mismos.

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Sección de ciencia en 'Esto me suena' del día 24/5/2017

Pepe Cervera   26.may.2017 09:01    

Sí, tu gato te quiere, y comemos verdura desde hace 10.000 años

    miércoles 24.may.2017    por Pepe Cervera    0 Comentarios

Gatos: esos misteriosos compañeros, o parásitos, de la Humanidad desde hace milenios que a diferencia de otras mascotas o del ganado no parecen hacer gran cosa por nosotros. De hecho no parecemos importarles mucho, excepto cuando de darles de comer o de demandar su rascado se trata. Y sin embargo la despegada personalidad del gato doméstico está resultando ser un mito que la ciencia está ayudando a desechar. En un reciente estudio se ha demostrado que los gatos prefieren, de hecho, la compañía de las personas como recompensa a cualquier otro estímulo, salvo quizá la comida. Tanto gatos domésticos como callejeros fueron sometidos a un test en el que tenían que escoger entre diferentes fuentes de estímulos placenteros, entre ellas interacción humana, comida, olores agradables o juguetes. Y aunque, previsiblemente, resultó haber una gran variabilidad individual (es decir, cada gato era de su padre y de su madre), el estímulo preferido con mayor frecuencia fueron las personas, seguidas de la comida. O sea que los gatos aprecian nuestra compañía, aunque pueda parecer (y de hecho parezca) lo contrario.Puede que le mire con desprecio, pero su gato le quiere. Probablemente.

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Comedores de verduras desde hace 10.000 años

Restos cerámicos encontrados en una cueva y un abrigo rocoso del Sahara libio que proceden de hace unos 9.500 años, cuando esa región era un fértil vergel, muestran que los humanos por entonces ya cocinaban vegetales, mucho antes de que se inventase la agricultura. En las cerámicas halladas en la cueva de Uan Afuda y el abrigo de Takarkori se han podido identificar restos de numerosas especies distintas de plantas que fueron cocinadas en ollas; más de la mitad de los fragmentos recuperados muestran sólo restos de plantas, mientras que el resto tienen grasas animales o una mezcla de animal y vegetal, a modo de antiguos estofados.  Aquellos humanos recolectaban plantas y las trataban, moliéndolas y cocinándolas en diversas combinaciones, y no sólo carne. Entre los restos había incluso eneas o totoras, una familia de plantas acuáticas que antaño se usaba en España para las sillas pero que en Perú y Bolivia se utiliza para hacer barcas (e incluso islas flotantes) y cuyos rizomas son comestibles. Marea imaginar siquiera la cocina de aquella época, incorporando plantas y elementos (raíces, tallos, etc) que hoy nos parecen imposibles de comer o indeseables. ¿Veremos algún día un restaurante de Vieja Cocina Sahariana?

Sección de ciencia en 'Esto me suena' del día 24/5/2017

Pepe Cervera   24.may.2017 17:01    

La empatía y los conejos imaginarios

    lunes 22.may.2017    por Pepe Cervera    0 Comentarios

Los paisajes infinitos del videojuego de realidad virtual Second Life están desde el pasado sábado trufados de conejitos muertos de hambre debido al trabajo de una manada de abogados silvestres. La situación es retorcida e ilustra los tiempos que vivimos: los conejitos virtuales han de ser ‘alimentados’ con una especie de pienso etéreo que no puede ser copiado ya que la empresa que los vende (conejos y pienso) ha recibido una amenaza legal y debe cerrar sus servidores, por lo que el alimento dejará de funcionar. La consecuencia son conejos en hibernación, o en su defecto (a ultima hora se introdujo un hack) lagomorfos eternos que no necesitan comer, pero son estériles. El titular huele a siglo XXI y puede dar lugar a toda una serie de reflexiones como que en este mundo virtual vamos a morir todos, que en el ciberespacio los sistemas de protección anticopia son una abominación y provocan delirantes paradojas o la sorpresa de descubrir que Second Life aun existe (¿recuerda alguien el mitin de Llamazares?). Aunque quizá lo más llamativo sea algo más simple y menos vinculado al siglo en el que vivimos, aunque profundamente anclado en nuestra historia y esencia, a saber: ¿por qué nos importa tanto el destino de unos conejos virtuales?

Digirabbits2

Porque estamos hablando de apenas un puñado de bits que codifican una imagen en una pantalla creada por una serie de puntos de color. Los conejos en cuestión no tienen entidad física, y de hecho no son ni siquiera particularmente realistas; ni en su aspecto exterior (esos ojazos) ni en su comportamiento. Ni siquiera necesitan comer, como lo demuestra que unas líneas de programa les pueden extirpar esa característica: se trata de simulaciones, de juguetes hechos para engañar nuestros sentidos y a nuestro cerebro. Y es ahí donde debemos mirar: en el cerebro, que es donde estas imágenes y comportamientos programados, estos falsos conejos digitales evocan nuestra empatía sin que podamos evitarlo. Conectan con nuestras emociones más básicas, con el deseo de proteger a nuestros cachorros (y los de cualquier animal u objeto que los emule), con nuestra tendencia a ponernos en el lugar del otro, aunque ese otro sea un animal e incluso no tenga existencia ‘real’. Para nosotros esos conejos irreales evocan circuitos cerebrales (y emociones) muy reales.

Y por eso miles de personas se pueden sentir desoladas, molestas o enfadadas ante la noticia de que unos programas de ordenador van a dejar de funcionar como lo hacían antes debido a una abstrusa disputa legal; por eso hay movilizaciones, y peticiones, y firmas, y hasta se crean ‘milagros’ tecnológicos haciendo que los propietarios de estos tamagotchi sin encarnación física puedan vivir eternamente. Porque los humanos no sólo somos una especie capaz de crear ficciones, sino que somos capaces de empatizar con esas invenciones e incluso desarrollar sentimientos sobre ellas. Es una de nuestras características más básicas, una que nos permite interactuar en grandes grupos y coordinar nuestros esfuerzos para conseguir maravillas. Y que es capaz de manifestarse en forma de tristeza, pena y desolación por el terrible destino de unos conejitos imaginarios.

Pepe Cervera   22.may.2017 08:57    

Pepe Cervera

Bio Retiario

Pepe Cervera es periodista, biólogo y, entre muchas otras cosas, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos. Colabora con diversos medios y es un apasionado de Internet.
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