500 siglos en un mismo lugar y las bacterias que devoran al Titanic
jueves 16.mar.2017 por Pepe Cervera 0 Comentarios
Los humanos nos movemos; los pueblos emigran y colonizan nuevas tierras, a veces echando a sus antiguos habitantes, otras veces mezclándose con ellos. España es un buen ejemplo: Madrid era poco más que una fortaleza hasta hace menos de 500 años; el apogeo de Roma se produjo hace unos 2.000, Stonehenge y las pirámides tienen menos de 5.000 años y Altamira quedó sellada por un derrumbe hace unos 13.000 años. En los últimos 20 0m 230 siglos han habitado esta tierra griegos, fenicios, cartagineses, celtas, iberos, romanos, visigodos, árabes y beréberes; tras el descubrimiento de América llegaron indígenas de allí, además de europeos. Y si nos remontamos mucho más allá, hace 500 siglos (50.000 años) en Europa vivían sobre todo neandertales. Y sin embargo hay un lugar donde por esa fecha llegó un grupo de humanos modernos donde nunca había llegado antes ninguno, y colonizó el territorio: Australia. Una población inicial se extendió por las áreas costeras desde el norte dividiéndose en dos, unos recorriendo la costa este y otros la oeste hasta encontrarse de nuevo al sur; esta colonización inicial fue muy rápida. Pero luego las gentes que se habían ido quedando por el camino, divididas en varios grupos, permanecieron cada uno en su lugar desde entonces hasta la llegada de los ingleses a finales del siglo XVIII: cada tribu australiana, cada uno de sus grupos étnicos y lingüísticos (de los que hay centenares) permaneció viviendo en la misma región durante un tiempo que a la civilización occidental nos resulta inconcebible: 500 siglos. Sabemos fue así por un estudio de ADN recién publicado realizado sobre muestras de pelo de diferentes grupos étnicos tomadas a principios del siglo XX, antes de que las diferentes poblaciones aborígenes fueran obligadas a abandonar sus tierras y a mezclarse entre ellas por el gobierno. En parte esto explica el fortísimo apego cultural y religioso que tenían los miembros de estas culturas por sus territorios, en los que vivieron de acuerdo a su principio básico de no alterar el ecosistema durante decenas de miles de años de modo continuo y sin destruir el ecosistema. Realmente la civilización aborigen australiana representa otra manera de ser humano distinta a la dominante que representamos. Lo que significa que se puede vivir de otras maneras, algunas tan sostenibles como para durar 500 siglos.
Bacterias que devoran al Titanic
El Titanic, el buque insumergible y representación de la arrogancia humana, se hundió el 14 de abril de 1912 en el Atlántico Norte; su casco quedó a más de 3,8 km de profundidad en completa soledad hasta que en 1985 fueron descubiertos; desde entonces han sido visitados por varias expediciones, que han comprobado que el mastodonte de hierro se está desintegrando, en parte devorado por bacterias. Muestras tomadas en ‘estalactitas’ de hierro del casco del Titanic han permitido descubrir una nueva especie bautizada Halomonas titanicae que no sólo se alimenta del hierro del buque y está contribuyendo a su posible desaparición en pocos lustros, sino que ha proporcionado otras sorpresas a la ciencia. El género Halomonas es conocido porque estas bacterias son capaces de resistir enormes cambios de salinidad del agua gracias a una proteína especial que las protege de la extrema presión osmótica del agua muy salina. H. titanicae ha demostrado poseer esta capacidad en grado superlativo y puede sobrevivir en agua con concentraciones de sal entre el 0.8% y el 25%. Puede que nos quedemos sin el pecio del Titanic, pero al menos habremos aprendido algo.
Sección de ciencia en 'Esto me suena' del día 15/3/2017