Lexicología olímpica
Ni Yao Ming haciendo ejercicios sobre barra fija es tan inestable como algunos equilibrios diplomáticos a los que ya nos hemos acostumbrando. Lo que comúnmente conocemos como Taiwán (pero que se autodenomina República de China) tiene que esquivar desconfianzas aquí y allá para no verse excluido del panorama internacional. Pequín exige a sus aliados que no reconozcan la soberanía de la isla "rebelde" y que acepten el principio de "una sola China"; a cambio abiertas las puertas de la fábrica y el mercado del mundo.
Había que buscar una fórmula para que la República de China y la República Popular China no parecieran dos países diferentes compitiendo en los Juegos Olímpicos y en los setenta se optó por la fórmula en inglés Chinese Taipei. Una nomenclatura en principio neutra que mantenía la identidad taiwanesa y no enfadaba a Pekín, todo gracias a la ambigüedad del termino Chinese en inglés que implica culturalidad pero no dependencia.
Pero el principal problema surgió en el paso del inglés al mandarín: donde en lugar de traducirlo como Zhonghua Taipei, Pekín lo tradujo como Zhonghuo Taipei, algo así como China, Taipei; dando a entender que la isla es parte de la China comunista. Hace unas semanas se filtró que el equipo olímpico de Taiwán iba a ser presentado así en la ceremonia inaugural y rápidamente los taiwaneses amenazaron con un boicot si no se mantenía su Zhonghua Taipei. Finalmente, el viernes, Pequín respeto lo acordado y presentó a Taiwan tal y como es reconocido por el COI.
Zhonghuo Taipei i Zhonghua Taipei
La web de Beijing 2008 respeta la fórmula inglesa, la china y la francesa, pero traduce al español el Chinese Taipei como Taipei de China, posesivo 100%. Según la embajada de facto de Taiwán en Madrid, el nombre correcto es Taipei chino (con el chino sin mayúscula). Pero ni medios, ni organizaciones deportivas hacen uso de este termino. En Barcelona 92 la traducción española al Chinese Taipei fue China Taipei, una fórmula también utilizada por el Comité Olímpico Español, el Consejo Superior de Deportes, la FIBA y multitud de medios de comunicación de nuestro país.
Un nombre hace mucho en estas situaciones. El anterior gobierno taiwanés, más proclive a la independencia de la isla, inició una campaña para cambiar los nombres de algunas instituciones gubernamentales. La compañía de correo China Post pasó a llamarse Taiwán Post, y lo mismo ocurrió con los astilleros o la petrolera estatal; todo para intentar construir una identidad nacional separada de la de la China continental. Pero tras las elecciones de marzo y la victoria de la oposición (más favorable a un acercamiento con Pequín) estos cambios quedaron en nada. La semana pasada Taiwán Post volvió a ser China Post, y los sellos han recuperado la inscripción de República de China en detrimento de Taiwán. Los coleccionistas filatélicos deben estar frotándose las manos con el gran valor que tendrán sus sellos de Taiwán dentro de 50 años. Mientras, el resto de mortales, a lo único que podemos aspirar es a no tropezarnos en este baile léxico-político que durará mientras la Republica de China / Taiwán siga en el limbo diplomático en el que lleva 60 años.