Citizenfour, el sistema crea la disidencia
sábado 14.mar.2015 por Javier Tolentino 0 Comentarios
Lo primero que debiera hacer es pedir disculpas a los lectores de este blog, de El séptimo vicio en RTVE, ya que desde mayo de 2014 no he podido estar con una serie de lectores que siempre han mostrado generosidad y paciencia. Antes de entrar en este Oscar al mejor documental, explicarme que no hay otro motivo que la escasez de tiempo en la escritura y acabado de El cine que me importa (Larousse, 2014) y, por supuesto, en el trabajo diario de El séptimo vicio (Radio 3, de martes a viernes) y en los proyectos como El séptimo en Cineteca (primeros lunes de cada mes, en Matadero, Legazpi, Madrid), en Vicis de Filmoteca (primeros jueves de mes, en Filmoteca de Catalunya, Barcelona), en Filmolution (Radiocity, Valencia), en El árbol de las palabras (Domingos, 01:00, REE) y en el próximo proyecto Cul de sac.
Creo que los lectores de este blog se merecían una explicación y ahora sí, ahora vamos a intentar regresar a una cierta periodicidad en este blog, comenzando con una de las películas-acontecimiento de este año, Citizenfour, de la realizadora norteamericana Laura Poitras, de la que recordamos referencias que nos sitúan en la estética y línea sensacionalista de su cine, como Death of prisioner (corto documental de 2013) o su documental de 2010 The Oath.
Citizenfour describe al mejor estilo del cine gringo los encuentros entre el periodista Glenn Greenwald con Edward Snowde y con la propia cineasta, con Laura Poitras. Los encuentros son lo suficientemente fuertes e importantes como para que el tratamiento cinematográfico hubiera sido menos hollywoodiense; creo, no necesita ese punto de thriller vertiginoso que atenta contra la realidad y ve afectada una verdad aplastante: el camino hacía la dictadura ya anunciado y, al parecer, viendo a los parlamentos y parlamentarios de las democracias, inevitable.
Edward Snowden, programador de sistemas informáticos, que apenas tiene veintinueve años se da cuenta que su trabajo para la Central de Inteligencia Norteamericana es propio de las dictaduras, el control ilegal de los movimientos de sus ciudadanos y de cualquier ciudadano a través de la red, de Internet, de las redes sociales y hasta de los propios correos electrónicos y de toda su correspondencia es una agresión contra la privacidad de los individuos, algo que el gobierno de los Estados Unidos y sus colaboradores europeos toleran y dedican todos sus recursos para vigilar probablemente ya a más de dos millones de ciudadanos. El asunto ha sido desvelado y narrado a lo largo de 2013 y 2014 en periódicos e informativos de todo el mundo, la importancia de la película de Laura es haber estado en ese instante ahí y con sus cámaras y la pena es que le ha dado ese estilo narrativo cinematográfico que lo acerca al espectáculo y al mercado y lo separa de la verdad.
Lo que nos hace pensar que más que denuncia, el espectador puede pensar en lo contrario, en la riqueza de un sistema que al menos puede contarlo, eh ahí la trampa.
Citizenfour está en sección oficial, sorprendentemente, en un festival que apuesta por el cine que premia las dificultades de su distribución, algo que este documental tiene ya garantizado.
Otra de las películas que aspira a estar en el palmarés de este Las Palmas Film Festival es otra de las que inexorablemente se estrenarán en España, The forbbiden room (La habitación prohibida) del incorregible realizador canadiense Guy Maddin, una exhibición del vacío de los nuevos tiempos, un diario hipster para barrocos cinéfilos.