Irán explotará desde la libertad
viernes 1.may.2015 por Javier Tolentino 0 Comentarios
El séptimo vicio estuvo defendiendo El árbol de las palabras desde una de las ciudades de la antigua Al Andalus, desde el corazón de la ciudad de Córdoba y desde el Teatro Góngora, con la dulzura de los compañeros técnicos del Sur. Y así pudimos escuchar a los cineastas que venían de África, de Angola, de Senegal, de Mauritania, de Marruecos, de Mali y pudimos ver cómo Abderrahmane Sissako expuso en la pantalla de La Meca de los festivales, en Cannes, su discurso poético contra la barbarie, psicópatas que interpretan las leyes religiosas desde las armas y desde la esclavitud hacía sus mujeres. Timbucktú es eso, una mirada a la tristeza que impone la violencia de ese discurso, en África. El maestro ya lo había hecho con Bamako, un proceso jurídico penal a Occidente, ese mundo del dinero que no se ha cansado con saquear a este continente, lo mantiene en la pobreza garantizando mano de obra barata y ese viejo impuesto involucionista de la deuda.
Córdoba, desde la palabra y desde la vieja utopía de la convivencia de todas las creencias nos abrió la puerta de Argelia.
Y bajo la colaboración del Instituto Cervantes construimos cuatro programas, con un sonido que llevaron la firma de Luis Montero, alias El Quillo. El primero desde Argel, una ciudad con mucha vida, mucha luz y mucha alegría. El jardín del Cervantes servía de estudio de una Radio 3 que deseaba hablar con los argelinos que se apuntaban al Castellano, a una lengua cervantina que -según muchos de ellos- la relacionan con la pasión, con la alegría, con una forma muy libre de entender la vida. Y en ese primer Séptimo Vicio argelino, quienes primero tomaron la palabra fueron ellas, hablaron de cómo muchas mujeres argelinas son víctimas de malos tratos de hombres que se creen superiores y con patente de corso para convertir sus casas en espacios de miedo y terror. Por supuesto que no es el hombre argelino quien les pone la mano encima, son hombres malos que ocupan una parte importante de la sociedad masculina de Argelia. El punto de partida era el cine español, pero ellas tenían otros temas que sacar de su alma.
De Argel a Orán, y en Orán, en el propio Cervantes, compartimos la proyección de El perro del Hortelano de Pilar Miró, y las sedas y los colores de las telas de Pedro Moreno junto a la sensualidad de Emma Suárez y el atrevimiento de la directora de la película hizo ruborizarse a decenas de argelinas que con pañuelo, chador e hiyab siguen las dulzuras y turbulencias de la adaptación de Lope de Vega y será la película de Pilar Monsell, África 815, la que generará otra de las grandes controversias en el país de Albert Camus, la homosexualidad. Habla un joven estudiante: "Mis amigos han abandonado la proyección, no podían mirar y tiraban de mi para que les acompañara pero me he quedado por la valiente película española". Encendido debate en la biblioteca del Cervantes de Orán que después seguiría en la noche argelina. Era la primera vez que Radio 3 emitía desde Argelia, desde el cine y con el estallido de cables, conexiones y líneas de comunicación Orán-Prado del Rey. Faltaba la última etapa, la hermosa y grandiosa Universidad de Tlemcen, ahí el tema fue Don Quijote de La Mancha, con Juan Luis Galiardo y la mano de Manuel Gutiérrez Aragón. Nuestro agradecimiento, especialmente a Gonzalo Manglano de Garay, escritor, profesor y hoy Director del Cervantes en Orán.
"Argelia no olvida que los españoles no se fueron durante la década negra y aparte de una historia común, su país demostró afecto por una Argelia que ha sufrido mucho", hablaba una profesora que está llamada desde su área y su departamento a construir quizás una colaboración hispano-argelina de mucha profundidad.
Irán se nos antoja como una aventura radiofónica más compleja
Luis Montero, nuestro compañero en las tareas técnicas se nos va de vacaciones a Marruecos y nosotros decidimos aceptar la invitación del Fajr Film Festival de Teherán, la invitación parte del mismo director, Abreza Rezadad pero no se trata de ir a Teherán a enviar una crónica, el asunto es más peliagudo, se trata de emitir El séptimo vicio todita la semana, con la asistencia técnica de buenísimos compañeros técnicos pero con los que jamás hemos trabajado, jamás se ha emitido desde Irán y preparamos un plan B por si nos fallan las transmisiones, eso no ocurre y los compañeros en la redacción de Radio 3 nos lo hacen saber vía mail. No hay Facebook en Irán y si lo hay está en manos de cuatro, la red de Internet está capada en Irán y son muchas de las páginas de medios informativos españoles, latinos y europeos que no pueden visitarse. No tener presencia en Facebook debilita y afloja nuestra intención, pero lo haremos a la vuelta y de momento lo contamos vía blog de El séptimo vicio.
Las mujeres iraníes logran impresionarnos
Siempre nos ha gustado el cine iraní y si viajamos a Irán abrigamos la esperanza de encontrarnos con uno de nuestros directores favoritos, Dariush Merhjui, director de La Vaca (1968) con la que consiguió la primera palma de oro para la cinematografía iraní. Queremos vernos con muchos autores más y nos encontramos con Abbas Kiarostami, con quien almorzamos la primera noche en Teherán y deseamos ver la película Mahoma de Majid Majidi, imposible, no sabemos qué ha pasado pero él esta como desaparecido y el festival tampoco sabe qué pasa. Las cosas en Irán tienen su misterio. Con Jafar Panahi nos transmiten (nos transmiten) que no. Pero tenemos la alegría de la semana, Dariush Merhjui nos invita a su casa y podemos levantar en su propio salón el espacio para emitir El séptimo vicio. Y ese encuentro se convierte en el pensamiento razonable, sabio y culto de uno de los grandes pensadores de este país: "Al poder no le gusta que le discutan, puede hacer cosas tan imposibles como no reconocer el mérito del cine iraní internacionalmente e incluso pueden autorizarte todos los permisos para que puedas hacer cine -hay más de una decena de licencias que te deben aprobar diferentes estamentos del estado- y luego, después de todo el esfuerzo y el tiempo, te lo prohiben desde la torpeza y la ignorancia". El encuentro con el director de La Vaca se emite por Radio 3 en la tarde del viernes, 1 de mayo, todo un símbolo y un logro porqué no decirlo.
Logramos finalmente realizar cuatro programas de El séptimo vicio desde Teherán, el sueño realizado y hubiera sido imposible sin la colaboración de muchos iraníes: Ahmad Taheri, Mahmoud Reza Sani y un impecable equipo técnico de Radio Nemayésh, la radio cultural de Radio Irán, los recordamos: Heydar Safdari, con más de veinticinco años de experiencia técnica en la radio, con la producción de Maral Doosti (editora de "Paréntesis Abierto", en Radio Irán) y Shirin, extraordinaria técnica de control de la radio pública persa. Impagable la colaboración con la radio iraní y así podemos dialogar con protagonistas clave de la realidad cinematográfica iraní, protagonistas que lograrán el cambio mediático que necesita la cultura y la sociedad de este país.
Al pasear por las calles de Teherán te das cuenta en la primera vuelta: el tráfico maltrata al peatón, no hay educación vial en el corazón de la educada sociedad iraní. Pero a quien peor cuida el conductor es a la mujer, da igual que sea niña, joven o anciana. Está como muy metida en la sociedad masculina iraní que la mujer debe esperar cualquiera de sus decisiones. Si subes a un autobús, ellas están atrás y ellos delante, una de las muchas segregaciones que ellas deben soportar. Una mujer iraní en público debe cuidarse de estrechar la mano y mucho menos besar como saludo a un hombre. Está penalizado pero ellos pueden abrazarse, besarse y hasta tener cuatro mujeres e incluso la ley contempla que pueden disfrutar de un matrimonio por horas, de esa forma pueden diblar la norma imperativa. Vemos a mujeres con el chador por todos lados, incluso con trajes que la apartan de la belleza, tan sólo el carmín, las cejas y la nariz son espacios para el juego que cada vez hay más y cada vez se ve una fuerza en la mujer que no va a parar, y va a hará explotar en mil pedazos a una sociedad iraní que debe entender que el respeto a la tradición y a su cultura deberá ir en el futuro por otros derroteros. Ya lo saben los actuales responsables políticos. Las mujeres cineastas, pintoras, esculturas, escritoras, periodistas, estudiantes, taxistas (sí, sí mujeres taxistas, ¡si lo supieran por Kabul...!) están empujando, van consiguiendo el cambio. Irán lo necesita. Es un pueblo culto, rico y esperemos que pronto, un poco mas libre.
El arte moderno iraní, está mostrando el camino
Un paseo por el Museo de Arte Moderno iraní muestra al espectador que los artistas iraníes, desde Parvaneh Etemadi, Mehdi Hosseini, Aliakbar Sadeghi, Jafar Rouhbakhsh y el imprescindible Mehdi Navabi y sin olvidarnos de Iman Maleki o Iman El Maleki, considerado como uno de los grandes pintores del arte contemporáneo iraní, van conduciendo desde la cultura al gran cambio de la sociedad iraní. No estoy muy atento a los avatares políticos del momento, ni tampoco sé si los iraníes de a pié confían mucho en las negociaciones con los Estados Unidos, que al parecer, decidirán en el inminente ya próximo mes de junio. Lo que sí percibo es que el cambio ya se está haciendo, con cuidado porque el nuevo Irán debe mirar a los que defienden el viejo régimen, pero la sociedad iraní ya está preparada, viene de hace tiempo, desde el dolor por la guerra con los iraquíes, desde la tristeza por ver que hoy en el mundo se defienden mejor cualquier cuestión con la palabra que con la horca y porque es uno de los pueblos más hospitalarios del planeta.
El pueblo iraní y el pueblo persa tiene tantos valores que a medida que lo vas conociendo ya no te quieres desprender de su lengua, tan dulce (imprescindible visitar en Teherán el Museo de la Escritura, la belleza del farsi, de su origen y de su resistencia al árabe). El séptimo vicio regresará a realizar una serie de programas a las ciudades de Isfahán, Persépolis y Shiraz porque una de las realidades de este hermoso país es que es tan diferente por el norte como por el sur, desde las calles de Teherán a las montañas de Irán. El cine y la radio, porque es apasionante transmitir desde este hermoso país.