I, Daniel Blake no me pareció lo mejor de Cannes pero Kean Loach, sí
martes 12.abr.2016 por Javier Tolentino 2 Comentarios
No, no me pareció que I, Daniel Blake, mereciera la Palma de Oro, pero Ken Loach, sí.
La historia dirá que este 69 Festival de Cannes fue su palmarés. Y es una pena, yo quiero acordarme de cuatro grandes películas:
- Toni Erdmann, de Mare Ade la que ganó el premio Fipresci probablemente la más difícil de hacer, y por la que apostó con mayor unanimidad la prensa prensa internacional.
- Paterson, de Jim Jarmusch, la más redonda, la de mayor intensidad poética y con un personaje de esos que todos olvidan y piensan que ése es un perdedor. Tardarán en saber que Paterson, ese conductor de bus que escribe poemas, ama a su chica y le sabe a gloria su cerveza de por la tarde, esconde las claves del éxito de verdad. Qué pena, que Jarmusch una vez más se vaya con las manos vacías habiendo depositado una gran película.
- Sieranevada de Cristi Puiu, un ejercicio excelente de este
director rumano, asuntos de familia con la mirada de un
excelente observdor y de un maestro del planosecuencia.
Lástima que nadie valorar su trabajo.
- Julieta de Pedro Almodóvar. He oído y escuchado a medio país
decir que es plana Julieta, a realizadores de prestigio acusar a
Pedro que todo es falso en Julieta, que Pedro no sabe de qué
habla... Estaré quizás en el punto de Julieta, a mi sí me parece
que Pedro sabe de qué habla, del abandono, de lo rotura, del
silencio que más nos duele. Si no se ha pasado por ahí quizás
se pueda pensar que es artificial y pop... A mi me parece que
Cannes quería y quiere a Julieta pero el jurado vive aislado y
quizás con otros parámetros: La actriz de la película filipina ni se
le acerca a Isabel Huppert ni al trabajo de Emma Suárez, pero
queda super chic, premiar y destacar a la periferia popular, al
gueto, así quizás limpiamos nuestras conciencia.
- Conceder el premio de fotografías y de puesta en escena a cualquier película, como se ha hecho, y no hacerlo a Mademoiselle de Pack Chan Wook, es pensar que los jurados se dedican a otras cosas más que a analizar las películas con sentido.
- Elle de Paul Verhoeven es una divertida e inteligente historia pero no suficiente. Así que de acuerdo en no premiarla.
- El Cliente de Asghar Farhadi, es una buena película sobre temas universales pero preocupante en Irán. El tema de la humillación, no es suficiente con castigar y vengarse, hay que humillar. Excelente y de acuerdo en ese premio al mejor guión.
- Nicolás Winding Refn, se equivoca de festival o su cine se queda en un vacío muy de nuestros tiempos.
- Xavier Dolan ha decepcionado y ha pinchado, espero que lo apunte porque es un realizador.
- Cristian Mungiu es muy querido en Cannes, su película debería darle mayor libertad a sus personajes, ya que en los temas de divorcio y separación vuelve a penalizar y condenar las situaciones que todo el mundo ve. Quizás hubiera sido más de los tiempos de hoy, dejar de mostrar a las mujeres deprimidas en estos asuntos.
Personalmente, nunca discutiré un premio para Ken Loach, su cine es de una coherencia absoluta y es el único defendiendo a los maltratados por la Europa contable. Ya le pueden dar docenas de premios y arrinconar con ello a gente importante (como Jarmusch, Puiu, Park Chan-Wook o Mare Aden que, me pondré de pie y me sentiré profundamente orgulloso de la trayectoria del autor de Tierra y libertad.
Carlos dijo
Interesante
Fran Amaya dijo
Muchas gracias, Javier, por un comentario tan certero como justo. "Julieta" es un cine cada vez más literario.
Me ha vuelto a ocurrir. Tras ver "Julieta" me apetece subrayar sus escenas como cuando leo un libro. Y a veces, las palabras, los personajes e, incluso, lo que éstos callan se vienen conmigo, me transforman y alteran el curso de mi realidad.
Al salir del cine, sólo me apetecía llamar a mi madre -de ahí vivir un duelo parecido- para que habláramos de todo ese sufrimiento que nos guardamos y que nos culpa de nuestras desgracias. Conozco gente autoconvencida de su sino trágico, de que ha venido a este mundo a sufrir; y en muchos casos, se calla, se resigna y deambula soportando una carga cada vez más pesada. Como esperando el desenlace hasta que Dios quiera, que diría mi abuela. A veces llegué a pensar así de mí mismo.
Es por ello que defiendo el diálogo, la expresión de los sentimientos, de la pena, del dolor, del desconsuelo... y aun más, la comprensión del otro sean cuales sean sus circunstancias. Sólo desde esta postura es posible que los hombres no desfallezcan en su intento de reparar las equivocaciones, los descuidos o los infortunios de la infancia.
¡Qué necesario el arte, la obra de este Almodóvar, para la vida!