Sin canto ni grillo
martes 22.sep.2015 por Javier Hernández 0 Comentarios
SIN CANTO, NI GRILLO.
Permitan que entre en su casa, en su coche y hasta en su cama a éstas horas, las horas en las que siempre se está solo.
Permitan que cometa un delito, que le robe al mismísimo Cortázar, un disco, el único que se llevó a París en el año 1951. Cortázar apasionado del Jazz se deshizo de todos sus discos con dolor antes de partir, menos de éste que lo metió en su maleta.
Stack o’ Lee Blues, de un tal Ray López. La versión es de los Waring’s Pennsylvanians.
Me llevo a París un solo disco, -le contó a un amigo- metido entre la ropa; es un viejísimo blues de mi tiempo de estudiante, que se llama Stack O'Lee Blues, y que me guarda toda la juventud.
Permitan que le recomiende al mismísimo Cortázar la versión de Sidney Bechet, a mí me gusta mucho más.
Permitan que con la música de Cortázar, con su disco prestado ahora que no se prestan ni discos ni libros, le envíe un saludo a la abuela canaria que durmió en prisión por incumplir una ley que la obligaba a quedarse en la calle.
Ahora indultada, en su casa me pregunto si el indulto supone el reconocimiento de una injusticia.
Sin canto ni grillo, Javier Hernández.
SIN CANTO NI GRILLO_12160026_2015-09-22T11-34-54.000