Odio y miedo.
martes 17.nov.2015 por Javier Hernández 0 Comentarios
En septiembre, cuando empecé a escribir éstas líneas dirigidas a los insomnes, confesé haber robado a Cortázar el único disco que se llevó a París, ésta música que me arropa cada noche. Hoy toca hablar de París y no sé qué decir, las heridas que produce el odio son profundas y tardan en cicatrizar y lo peor es que después del odio llega el miedo a pasear por un bulevar, a tomar café en una terraza o a disfrutar de un concierto en una sala.
El miedo es la recompensa del terrorista que se inmola antes de llevarse por delante a quien se relajaba después de una semana dura, ciudadanos que según Pérez Reverte no saben defenderse porque Europa es lo más parecido al mundo feliz que vende Disneyland.
No sé si los europeos sabemos o podemos defendernos y al mismo tiempo mantener nuestros principios a salvo, democracia, igualdad, fraternidad, pacifismo. No sé cómo se encaja todo junto.
De momento solidaridad con las víctimas, con los parisinos y con los franceses y a los políticos les pediría que se abstuvieran de tomar decisiones precipitadas, de esas que luego la historia reprocha.
Sin canto ni grillo. Javier Hernández.