Secuelas goyescas.
miércoles 10.feb.2016 por Javier Hernández 0 Comentarios
La fiesta del cine español, la Gala de entrega de los Goya a los mejores trabajos, provoca siempre los mismos comentarios los días posteriores. Seguro que les suena eso de que la gala fue larga, los chistes más o menos afortunados, o estaba cantado que Truman se lo llevaba todo.
Hay que decir que en ésta gala hay al menos dos visiones completamente distintas, la de las gentes del cine, que lo ven como la fiesta de fin de curso y aquellos que lo ven tan solo como un espectáculo televisivo, para pasar la noche del sábado. Unos lo pasan bien y otros se aburren.
Decir que ambas visiones son incompatibles y que no me gustaría verme en el pellejo de los guionistas que diseñan ésta gala. Contentar a unos y a otros es –vamos a decir- difícil.
Echo de menos, en ésta gala, al cine. En casi todas las ediciones, todo se reduce a cuatro o cinco películas, películas que no son precisamente las más taquilleras, lo que parece evidenciar esa especie de divorcio entre la academia del cine y el gusto del público. Por qué no se crea una categoría que se llame: Mejor película comercial.
No es que sea uno público objetivo de las películas de masas, ni de cines atestados de ruido y palomitas, pero creo que no se puede obviar que éste cine existe, que forma parte de la industria, que da trabajo y recauda mucho dinero. ¿Será éste un pequeño complejo de la profesión?
Sin canto ni grillo. Javier Hernández.