Las cosas del poder.
miércoles 20.abr.2016 por Javier Hernández 0 Comentarios
Nunca he disfrutado de las mieles del poder, por eso no sé si debería referirme a él. El poder dicen que corrompe y parece que no es una frase hecha. En éstos días vemos como Dilma Rousseff se aferra a su poder corrupto, que se le resbala entre las manos. Creo que, al igual que es lícito y hasta normal buscar el poder, es necesario que el poder también te busque y te quiera a ti y creo también que el poder ha dejado de querer a Dilma.
Como en toda buena erótica la atracción es mutua entre el poder y el llamado a ejercerlo. Tener bajo tu decisión; el destino, el futuro de muchos debe poner. Esto explica muchas cosas, parece que muchos se tomen esto del poder como una relación sexual, de esas en las que hay uno que domina la situación.
El ejercicio del poder desgasta, desde fuera se ve como entran los políticos o grandes ejecutivos de empresas importantes y vemos como salen, endurecidos por la experiencia y habiendo olvidado el idealismo que les llevó hasta la conquista del poder.
La mitad de lo que son lo pierden en el camino al poder y el resto en el ejercicio del mismo. El poder vacía y generalmente deja algunos euros en la cuenta, no sé si lo saben quienes ahora están en la línea de salida, intentando repartirse el poder, preparando el terreno para unas nuevas elecciones o para sorprender con un reparto de poder de última hora. Una carrera en la que todos exhiben vocación y sacrificio.
Lo que no sabemos es a quién va a acabar eligiendo el escurridizo poder.
Sin canto ni grillo. Javier Hernández.