Sexo con robots.
miércoles 11.may.2016 por Javier Hernández 0 Comentarios
No sé si es una consecuencia del paso del tiempo, lo que viene a ser hacerse mayor, pero no me veo liado con un robot. La tecnología invade todos nuestros espacios, desde los más públicos y sociales hasta los más íntimos, por lo que es lógico pensar que antes de lo que creemos será hasta cierto punto normal comprarte un robot para mantener relaciones sexuales.
En cierto modo ésta ya es una realidad, porque las muñecas hinchables llevan mucho tiempo en el mercado y hay verdaderos aficionados a estos juguetes sexuales, pero son eso solo eso juguetes, los robots se pretende que sean algo más, capaces de mantener –incluso- una conversación lógica y fluida, efecto sin duda de la inteligencia artificial. En Noviembre de 2014 ya se celebró en Funchal, en la isla de Madeira un congreso de amor y sexo con robots y aquí se dejaron caer algunas de éstas ideas, congreso que se intentó revalidar en Malasia pero que acabó siendo prohibido por indecoroso.
Los robots sexuales abren dilemas filosóficos y hasta morales que se dejan ver en campañas contra ellos, lideradas por algunos científicos que dicen que la ingeniería no es suficiente, que los robots del amor deben ser capaces de simular ser herido, deseado, amenazado o incluso tener miedo, en definitiva reproducir los comportamientos lógicos de un ser humano ante una situación de abuso, porque de no ser así –dicen- se imita el abuso sexual en algo que representa a algo femenino.
Las máquinas son maravillosas, nos ayudan a vivir pero me pregunto si no es un fracaso tener que diseñar ingenios que generan afectos y relaciones que no sabemos o no podemos obtener o dar a nuestros semejantes.
Sin canto ni grillo. Javier Hernández.