Llegan los festivales.
viernes 10.jun.2016 por Javier Hernández 0 Comentarios
Con los primeros días de calor de verdad, parece que llegan las ganas de encerrarse varias jornadas en un recinto para ver desfilar bandas sobre un escenario. Apetece invertir la energía en sonidos, calor y esa sensación de agotamiento dulce que llega después de vivir un festival de verano.
Festivales perfectamente organizados, patrocinados por grandes marcas de telefonía o de cerveza, al fin y al cabo es lo que se consume en un festival una vez pagada la entrada.
Es evidente que es un negocio que funciona, el formato se ha trasladado a todo tipo de músicas y sensibilidades, para no dejar a nadie fuera de la necesidad de asistir a un festival de verano, los hay de Dj’s, de reageton del rock más contundente o de indies empeñados en rescatar a los iconos mas horteras del pasado.
Me encantan los festivales, o los preparativos del mismo. En los festivales modernos todo está previsto. Desde el reciclaje hasta la venta de alcohol, nada se deja a la improvisación. Los grupos actúan a la hora prevista y la diversión está asegurada en esa especie de parque temático musical.
Sin embargo, recuerdo los primeros festivales en los que se vivía la música, con muchas bandas para descubrir, con aglomeraciones, con gente colándose por cualquier resquicio del recinto. Con incorporaciones de última hora en el cartel y también con conciertos suspendidos, con horas de retraso sobre los horarios previstos, sin patrocinadores y organizados por gentes que sentían la música, que no sabían de marketing, de negocios y que en muchas ocasiones acabaron arruinados persiguiendo su pasión. Ahora solo les queda el orgullo de decir, yo traje a los Smashing, o a los Red Hot Chili Peppers.
Sin canto ni grillo. Javier Hernández.