El director David Arratibel, escucha desde hace catorce años un pitido permanente en su cabeza que le atormenta a todas horas. Y no es el único, se calcula que el 15 por ciento de la población sufre lo que se llaman Acúfenos o Tinnitus: sonidos “fantasmas” o “inexistentes”. De ellos, un 5 por ciento ha tenido que acudir al especialista debido a la insoportable intensidad del sonido.
Pero la dificultad de hacer comprender el problema a gente que no lo sufre, ha hecho que muchos de los afectados se asocien en grupos como la APAT (Asociación de Personas Afectadas por Tinnitus) o Atinneus (Asociación de Tinnitus de Euskadi). Pero, de momento no hay ninguna cura para esta patología.
La diferencia con esas personas es que David ha querido investigar la causa de esos sonidos y sus posibles soluciones. Y lo ha hecho a través de un documental Oírse, que se proyectó en el pasado Festival de Cine de San Sebastián y ha conseguido varios premios internacionales. Se estrenará el próximo 7 de marzo en la Cineteca de Madrid, con la asistencia de su director y de la audióloga Isabel Diges (presidenta de la Fundación para la Investigación del Acúfeno y la Hiperacusia) así como de distintos invitados por confirmar.
“Llevaba bastante tiempo queriendo hacer un documental y quería que tuviera una implicación personal, porque me gusta el cine en primera persona -asegura David Arratibel-. Y qué puede ser más personal que un ruido que solo escucho yo. Me puse a investigar sobre el tema –continúa David- y descubrí que no había casi nada sobre los acúfenos”.
“Mi mayor reto era cómo reflejar ese sonido, ese problema tan personal, en la pantalla. Pensé en transformar la cámara subjetiva en “audio subjetivo”, para que el espectador pudiera entender qué es lo que oímos en nuestra cabeza. Y creo que nos hemos aproximado. El sonido que reproducimos en la película no es exactamente lo que oímos pero hemos logrado reproducirlo en un 80 por ciento gracias a una audimetria. Porque lo que proponemos al espectador es que se identifique con los protagonistas y con lo que sucede en el interior de sus cabezas”.
“El mío es un pitido agudo como unas cigarras –confiesa David-. Por eso me gusta ir al sur y escuchar las cigarras de verdad, porque enmascaran el sonido de mi cabeza. Es un efecto similar al que experimentamos al oír el agua del mar o el sonido de la lluvia, que a la mayoría de las personas nos tranquilizan. Eso se debe a que se parecen al ruido blanco y rosa, compuestos por todas las frecuencias, que son muy absolutos, muy cómodos de escuchar, como una televisión sin sintonizar. No hay matices que desvíen nuestra atención como puede ser el pitido de una cigarra”
Por cierto os recordamos que este domingo, 2 de Marzo, Televisión Española emite un Maratón Solidario "Todos somos raros, todos somos únicos" para apoyar a las personas afectadas por las enfermedades raras.
¿Existe el silencio absoluto?
La película se inicia con John Cage (compositor, instrumentista, filósofo, teórico musical, poeta, artista y pintor), que en 1951 intentó obtener una experiencia de “silencio total” en la cámara anecoica de la Universidad de Harvard. Al salir aseguró que oía ruidos en su cabeza. Y tras unos análisis le dijeron que “Había oído el sonido de la sangre circulando en sus venas”.
De esa forma John Cage llegó a la siguiente conclusión: “No hay manera de experimentar el silencio mientras estés vivo. El silencio esencial es la pérdida de atención, el silencio no es acústico, es solamente el abandono de la intención de oír”.
Una teoría que comparte David Arratibel: “Hicimos un pase de la película con la audióloga Isabel Diges y me aseguró que las investigaciones actuales van más hacia manejar la atención de los afectados que a la audición. Hay gente que se ha operado para quedarse sorda (en un intento desesperado de librarse de esos ruidos) y aún así, los sigue oyendo en su cabeza, porque pasados unos seis meses el cerebro los memoriza y aunque llegaran a desaparecer, nuestra propia mente los repetiría. Termina siendo un problema mental. Se ha comprobado que mucha gente comienza a oír esos ruidos cuando atraviesa un estado de hipersensibilidad, una época de enfrentarse a si mismos y de mirar hacia dentro (provocada por problemas serios como la muerte de un familiar)”
"De hecho -asegura David- a mí me dijeron que oía el sonido de mi mandíbula y que si me operaban desaparecería. Pero que no me garantizaban que mi cerebro no lo hubiese memorizado y, a pesar de la operación siguiese oyéndolo. Por eso se está experimentando con fármacos que manejan los estados de atención. Es una de las cosas que planteamos en la película. Si conseguimos dejar de prestar atención a esos sonidos dejan de existir, aunque sea un rato. Por eso yo he experimentado con el yoga, que te exige mucho autocontrol mental. Y te das cuenta de lo frágil que es la atención. Eso es lo que plantea la película, el juego de percepciones que tiene que ver con la atención”.
“Curiosamente, mientras rodábamos la película –asegura David- el técnico de sonido tuvo que entrar en la cámara anecoica y descubrió que también tiene acúfenos, porque los identificó. Y una vez que los identificas es imposible librarse de ellos. Pero el silencio absoluto no existe. Todo el mundo oye cosas en la cámara insonorizada”
Tenemos miedo al silencio
Según David, “El ser humano tiene miedo al silencio. De ahí lo incómodo de los silencios de las conversaciones y que cuando estemos solos en casa pongamos la televisión o la radio. El silencio parece la puerta de entrada para encontrar cosas en nuestro interior que pueden no gustarnos. De hecho, el silencio de la cámara Anecoica angustia físicamente, mucha gente entra en pánico. Por eso tienen una cámara en Guantánamo para torturar a los presos. El silencio absoluto es muy opresivo”.
“Para reflejar en imágenes lo que sentimos en nuestra cabeza he intentado sugerir estados auditivos con imágenes, como la nieve cayendo, el agua de una piscina, ventanas abiertas a un patio. Y a veces introducimos un pitido para sugerir la contaminación de esos espacios auditivos tan puros. El trabajo del técnico de sonido ha sido fundamental en esta película”.
Además de su propia experiencia, para el documental David ha contado con los testimonios de otros afectados por estos sonidos como Albaro Arizaleta (Cantante de El Columpio Asesino), Gotzone Redondo (técnico en la Universidad del País Vasco) y Elena González (ama de casa). También ha consultado a varios técnicos y especialistas.
Un interesante documental sobre un problema que parece cosa de ciencia ficción (pero que es muy real) y que podréis ver a partir del día 7 de marzo en la Cineteca.
Llore cuando lei y el corto video que pude ver me identifica tan bien creo que solos los que vivimos con esto lo entendemos yo lo mio lo tenia en secreto crei que solo me pasaba ami pero no tenia miedo de contarlo y que creyeran que estoy loca .gracias
Publicado por: Jesica lara | 05/05/2017 en 22:52
Es muy difícil expresar lo que se siente con el tinnitus. Pero además, hay una enfermedad que puede ser aún peor, que es la hiperacusia.
Los pacientes que la sufre, además de tener el tinnitus (recibir estímulos sonoros sin que haya alguna fuente externa que los produzca), también tienen hipersensibilidad al sonido, percibiendo cada sonido mucho más fuerte de lo real, causando dolor y molestia cualquier sonido cotidiano. Son gente que viven con dolor.
Hay que ayudar a entender el tinnitus y la hiperacusia. . Esta web me ha ayudado mucho: https://hiperacusia.com/
Un saludo a todos los luchadores
Publicado por: Ana | 29/05/2022 en 23:35