De las quince salas X que había en Madrid en 1985, actualmente sólo sobrevive una, el cine Duque de Alba. Un lugar suspendido en el tiempo pero habitado por personajes realmente especiales a los que conocemos gracias al documental Paradiso, de Omar A. Razzak, que se estrena este viernes, 11 de abril (a las 20:00), en Cineteca.
Personajes como Rafael Sánchez, el proyeccionista, apasionado por el cine y que siempre está pensado cómo hacer del edificio un lugar más agradable. O Luisa Martínez, la taquillera con la que trabaja codo con codo desde hace treinta años, y que está a punto de jubilarse.
“La idea para el documental –asegura Omar- surge del articulo de un periódico en el que descubrí los carteles que Rafa pinta a mano, con rotuladores de colores, para anunciar las películas (ya que no se pueden poner carteles ni fotografías). Me llamó la atención e intuí como podía ser la persona que dedicaba tanto cariño a esos carteles. Así que decidí acercarme al cine, conocía a Rafa y a Luisa y descubri que había una historia que contar”.
“En cuanto al título (Paradiso), viene de una idea de Rafael -comenta Omar- que quería proyectar la película Cinema Paradiso, en el cine X, e invitar a la gente del barrio para hacer una fiesta del cine. Rafael sería como Alfredo, el proyeccionista, pero no tendríamos niño mirando por la ventana como en la película de Tornatore, no sería apropiado, así que al final desechamos esa idea”.
“Y nos quedamos –continúa Omar- con la obsesión de Rafa por hacer del cine un lugar mejor. Siempre está planeando cosas para adecentar un local que está condenado a desaparecer. Que apenas es un vestigio de una época pasada y que no va a resistir por mucho que lo intente”.
“Rafa es casi un héroe en el sentido tradicional, un Quijote empeñado en no ver la realidad que le rodea. Mientras que Luisa, la taquillera, sería su Sancho Panza, la que tiene los pies en la tierra y lo ayuda en sus proyectos para mejorar el cine, pero manteniendo la cordura. Es como la mirada de la razón. Y forman una pareja estupenda que nos da mucho juego”.
“Y de los enfoques posibles del documental al final nos decantamos por esa lucha contra el inevitable declive marcado por la jubilación de Luisa, la jubilación de la antigua caldera de carbón que también aparece en el documental… cosas que se resisten a desaparecer”.
Lo curioso del documental es que sigue la vida de los protagonistas, de su día a día, pero no incluye ningún testimonio a cámara, como es habitual en el género. “No me interesaban las entrevistas, quizá porque no soy periodista sino cineasta. Por eso tomé como modelo el documental En Construcción, de Pedro Costa, que marcó una forma de hacer cine que me interesa mucho más. Tampoco quería trabajar con actores, sino con gente real”
El cine está ubicado en el majestuoso edifico que Daniel Zavala Álvarez construyó para el periódico El Imparcial. Es un recinto protegido lo que, según Omar, “Hace complicado que se destine para otros usos. El dueño es Juan Ramón Gómez Fabra, Presidente de Fedicine y que también tiene otros cines como el Palafox. Y aunque no lo parezca el cine funciona bastante bien. Todos los días vienen entre 250 y 350 espectadores. De hecho, para el documental lo hemos vaciado bastante más, porque lo cierto es que la gente no se iba a creer que hubiese tanta gente en la sala. Además, el edificio es bastante pintoresco, tiene una terraza estupenda y se sigue alquilando mucho para rodajes cinematográficos”.
Una de las cosas más curiosas de la película es su banda sonora: “En el documental nunca entramos en la sala de cine, para respetar la intimidad de los espectadores, pero si escuchamos los gemidos que salen de la sala y que están tratados con un carácter naturalista. De hecho van ganando presencia e intensidad a medida que se desmorona la ensoñación de normalidad de Rafa y nos sirven para recordar al espectador que, aunque los protagonistas hablen mucho de películas clásicas, lo que se proyecta a escasos metros es cine porno”.
En cuanto a los protagonistas, “Aunque parezca mentira, Rafa es mucho más activode lo que nos deja ver en la película -asegura Omar- siempre está ideando cosas para hacer más agradable el cine. Incluso está preparando una sorpresa para la presentación del documental en la Cineteca. Luisa es tal como aparece en la película y Julián y Juanito (dos simpáticos personajes habituales) son ellos mismos”.
Preguntamos a Omar si el cine se usa para otro tipo de actividades, además de ver películas: “No es un lugar de encuentro para jóvenes porque ahora para ligar usan Internet, las saunas y otras formas. Los espectadores son mayores (rondan los 60 años) y sospecho que una parte son hombres casados que no han declarado su homosexualidad y vienen aquí a vivirla. Hay incluso parejas que llevan veinte años quedando aquí. También hay intercambio sexual a cambio de dinero, pero la mayoría son gente mayor que sólo pueden ser ellos mismos aquí”.
“Lo curioso es que aquí no se proyecten películas homosexuales, solo heterosexuales. Parece que hay una negación continúa que contrasta con la realidad”
“Es cierto que a veces el ambiente es un poco sórdido –añade Omar-. Hay muchos homosexuales mayores que están solos y vienen aquí a buscar compañía. Y los primeros días nos sentimos impresionados por ciertas cosas que vimos. Aparte de que el ambiente es completamente decadente. También hay algunas personas cercanas a la mendicidad, con un aire de pobreza, y que, sin embargo, pagan la entrada de ocho euros”.
Con el cine X normalizado desde hace años, y disponible a todas horas en Internet es inevitable preguntarse cómos se ve una película de este tipo en pantalla grande. “Es bastante agresivo –confiesa Omar- ver unos genitales enormes en pantalla grande impresiona, es bastante áspero. Y con el sonido muy fuerte… No es una sensación agradable, aunque al final te lo tomas a broma y te ríes”.
Omar nos ha comentado cómo es el cine: “Entramos por lo que era una antigua puerta de carruajes y que ahora da a un hall enorme. Después tenemos la taquilla y un despachito donde Rafa acumula figuras que va guardando. Y finalmente está la sala”.
“En el piso de arriba hay un ambigú, una barra de bar que está cerrada. Y la parte más curiosa es la terraza interior donde han puesto mesas para que la gente charle y se tome algo. En el sótano esta la caldera de carbón en un espacio que son casi como unas catacumbas”.
La respuesta que nos hacemos después de ver este reportaje es obvia: ¿Cuánto tiempo puede aguantar el último cine X de Madrid? Yo creo que va a resistir bastante -asegura Omar- por lo menos mientras Rafa siga de encargado y el público permanezca vivo, porque la mayoría son mayores. Cuando falten los últimos ancianos probablemente el Duque de Alba desaparecerá con ellos”.
Un interesante documental que se estrena en la Cineteca este viernes, 11 de abril, a las 20:00
ni cine paradiso ni ostias...ese cine es un nido de chaperos,ladrones y maricones..deberian cerrarlo ya...
Publicado por: xx | 04/12/2014 en 16:21
Creo que todos tienen derecho a ser libres de opinión y sobre gustos no hay nada escrito espero que siempre haya un roto para un descosido porque los gays no asumidos también tienen derecho a ser felices aunque sea por un rato, gracias por dejarme comentar en este sitio,
ernesto
Publicado por: Ernesto Figueroa | 07/04/2015 en 05:07