Hace menos de un mes viajamos a Sudáfrica para recrear una historia apasionante: la de cómo se salvaron los textos que Nelson Mandela (preso 466/64) escribió en prisión y que fueron la base de sus memorias. De ese trabajo sale el reportaje que el 4 de diciembre emite La 1 en La noche de... Mandela.
El rodaje sirvió también para encontrarnos o reencontrarnos con algunos de sus mejores amigos y de paso conocer mejor a Mandela porque como mejor se le conoce es charlando con ellos. No sólo son buenos conversadores, tienen –además- una gran agilidad mental, una enorme formación y, sobre todo, un envidiable sentido del humor. Todo eso lo tenía también Mandela.
Mandela tuvo grandes amigos, pero si tengo que destacar a un puñado de ellos no dudo, en destacar a George Bizos, Laloo Isu Chiba, Mac Maharaj y, por supuesto, su medio hermano Ahmed Kathrada.
De todos, el más ocurrente es Ahmed Kathrada (preso 468/64), un anciano ya duro de oído que disfruta interrumpiendo a sus amigos con frases jocosas. Kathrada –junto al desaparecido Walter Sisulu- fue la sombra de Mandela en Robben Island. Confiaba plenamente en él.
El día del entierro de Madiba no hubo dudas: si un amigo tenía que tomar la palabra, éste debía ser Kathrada. En nuestra entrevista nos confesó que muerto Mandela buscaba un amigo en quien poder arroparse y que no lo había encontrado y sospechaba que ya nunca lo encontraría.
Laloo Isu Chiba y Ahmed Kathrada
A la derecha de Kathrada, en la entrevista, se sentó otro fuera de serie, Laloo Isu Chiba (preso 8/65). Hablando con todos ellos, cuesta reconocer en estos amigos de Mandela a los jóvenes guerrilleros que organizaron el primero grupo de lucha armada de África, Umkhonto we Sizwe. Chiba fue el más belicoso de todos. Hoy es un tierno anciano que disfruta contando anécdotas de los viejos tiempos y saca del paso a Kathrada cuando la sordera le juega alguna mala pasada.
La realizadora Susana Jiménez Pons con Chiba y Kathrada
Mac Maharaj (preso 9/65) sigue en la trinchera. Fue ministro de Transportes en el primer Gobierno de Mandela y ahora es el consejero a quien con más atención escucha el presidente Jacob Zuma, además de ser el portavoz del Gobierno.
Con Mac Maharaj
Maharaj tiene una aguda inteligencia y es un gran contador de historias. Nos recibió en su casa de Durban, una vivienda sencilla, sin protección. Durante toda la entrevista estuvo la puerta de la calle abierta. Y nos dedicó toda una mañana de sábado.
De él recuerdo un detalle que le honra. Le entrevisté por primera vez, en su despacho oficial de Pretoria, el día después del funeral de Mandela, en diciembre de 2013. Habíamos concertado la entrevista semanas atrás. Cualquiera habría entendido que el poderoso Maharaj suspendiera o aplazara la entrevista en medio del caos de organización en el que estaba sumergida Sudáfrica y cuando por Johannesburgo aún circulaban decenas de limusinas con presidentes y reyes de todo el mundo. Pues no, me llamó y me dijo que la entrevista se mantenía.
Cuando fuimos a acceder a los Union Building, el edificio gubernamental en Pretoria, una masa de periodistas aguardaba para entrar y poder grabar las primeras imágenes de la carpa en la que se expuso el cuerpo embalsamado de Mandela. Varios policías les impedían el paso.
El equipo de TVE sorteó sin ningún problema todos los controles y el resto de los 300 periodistas apostados en la entrada comenzó a lanzar improperios y a cuestionar por qué un equipo de la Televisión de España podía entrar al recinto... Hace unos días, le conté la anécdota a Maharaj y, como buen amigo de Mandela, sonrió mostrando una dentadura perfectamente alineada.
George Bizos es, sin duda, el más tierno de todos. A su nombre no le acompaña el número de preso porque fue el hombre de confianza de Mandela más allá de los barrotes.
Bizos con Juan Lage (izda) y Marcelo Illán (dcha)
Respetable abogado, a él confió Mandela los asuntos más complicados, especialmente la defensa legal de sus familiares. Su sabiduría es descomunal. Nada se le escapa. Y con una memoria tan prodigiosa es imposible no disfrutar de las miles de anécdotas que almacena frescas en su cerebro.
Y por encima de todos los amigos está su nieta blanca, Zelda la Grange. Reconozco que he perseguido su entrevista desde hace muchos años. Zelda es la persona -al margen de su esposa Graça- que mejor le ha conocido en estos últimos 20 años. Su título era el de asistente personal, pero por encima de nombramientos, fue la compañera de Mandela.
Entrevistando a Zelda la Grange
El ritmo de vida de Mandela lo marcaba la batuta de Zelda. Le acompañaba a todos los viajes, le asistía en todas las entrevistas y filtraba a los pesados o impertinentes. Le hacía la vida más fácil.
La familia de Mandela –una parte de ella- se lo hizo pasar tan mal durante su agonía que ha escrito un libro en el que retrata con dureza los comportamientos de algunos de ellos, en especial la hija mayor Makaziwe.
La Zelda que siempre he reconocido es una mujer atractiva, pero con gesto serio e incluso a veces duro. Ahora, después de haber charlado con ella, entiendo que ésa era la actitud de quien tenía que convertirse en muralla de la persona más deseada del planeta.
Hace poco le pregunté a Ahmed Kathrada si no se sentían incómodos porque –siendo las personas interesantes y respetadas que son- todos los periodistas les preguntáramos Mandela y nos olvidáramos de su propia vida. Sonrió y dijo: “Somos parte de un colectivo en el que Mandela era nuestro líder. Siempre le respetamos como tal. A menudo concedo entrevistas para hablar de Mandela y nunca le he llamado amigo. Él fue mi hermano mayor y le respeto como a un hermano mayor, pero nunca le he llamado amigo”.
La Noche de... Mandela se emite el jueves 4 de diciembre a las 00.45 h en La 1
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