“Escocia” es un emotivo trabajo dirigido por Jorge Peña, nominado en la categoría de Mejor Documental en la pasada edición del Festival de Málaga. Una de esas pocas historias anónimas que consiguen dejar huella en todo aquel que las conoce. ¿Buscas algo que te emocione? No te pierdas el estreno este viernes 10 de julio, a las 21.00 h, en La 2 y RTVE.es.
Peña utiliza una forma de contar tan singular e intimista que logra poner al espectador en la piel de la protagonista: Montserrat Palacios, una mujer que a los 52 años le diagnostican un cáncer renal con metástasis, y por si fuera poco, su médico le anuncia que le quedan "dos telediarios y medio".
Ante esta situación, Montse en lugar de acobardarse decide vivir cada día como si fuese el último y hacer testigo al mundo de ello a través de su confidente; una cámara personal. Juntas pasan momentos cotidianos inmensamente felices.
Situaciones del día a día como jugar a la Wii con su sobrina, un café entre amigas o un simple paseo por el parque de al lado de su casa, se vuelven especiales y únicas. "Empecé a darme cuenta de lo bonito que era despertarse cada mañana o acabar un día", confiesa Montse.
Una película que habla del pasado, del futuro, la muerte, pero sobre todo, de la belleza de las pequeñas cosas. El presente y la vida desde una perspectiva optimista y conmovedora.
El proyecto surgió a raíz de una enfermedad renal grave que le detectaron al padre del director. A continuación, el mismo Jorge Peña, nos desvela alguno de los pormenores de esta maravillosa película.
¿Qué puntos ha visto en común entre su padre y Montse?
El caso de mi padre era muy distinto al de Montse, pero fue la idea matriz que me impulsó adentrarme en algo tan profundo e intenso como es el hecho de lo efímero de la vida y lo transcendente del paso hacia la muerte.
No entendía cómo un referente como mi padre pudiera desaparecer. De ahí que, como terapia personal, me planteara documentar a alguna persona que se encontrara con un diagnóstico de tiempo determinado, y a través de ella, lograr entender cómo afrontar su posible desaparición.
Por fortuna, una película que se planteaba para hablar de la muerte, se convirtió en un canto a la vida, esperanzador, enérgico, y optimista. Y es que las circunstancias en el trascurso de la realización del documental cambiaron: mi padre consiguió un riñón y a día de hoy está perfectamente. Y Montse aún continúa con vida.
¿Cómo surgió la idea de que Montse se grabase a sí misma?
La idea en la que se basaba el proyecto era en que la filmación fuera hecha por la propia protagonista. Es imposible entrar en la intimidad real de una persona gravemente enferma. Este dispositivo era el idóneo para recoger cualquier instante o reflexión de forma pura, sin intervención de nadie.
Creo que el mayor acierto de la película es la relación de Montse con la cámara, y como poco a poco se acaba convirtiendo en su compañera inseparable.
¿Qué directrices le daban? Porque supongo que había un guión establecido, ¿o hubo mucha improvisación?
Antes de darle la cámara, antes de comenzar a plantear realmente hacer una película, Montse y yo hablamos mucho. Nos conocimos. Nos hicimos amigos. Conversamos sobre todo: desde su historia personal, a sus miedos e incertidumbres entorno a su enfermedad, así como sus deseos o aspiraciones de antes de morir.
Partiendo de ahí, ya se podían intuir líneas a tratar en la película. Aunque hay que tener en cuenta que estamos haciendo un documental y hay que estar abiertos a cualquier cosa que pueda suceder.
Le dimos la cámara, le orientamos sobre lo que podía contar, o las situaciones que podría grabar según nuestro planteamiento argumental. Pero cuando recibimos las cintas quedamos entusiasmados con el potencial de comunicación de Montse, y con la conexión que desde un primer momento tenía con la cámara.
Le indicábamos alguna cosa concreta que nos pudiera interesar pero la cámara se había convertido ya en un pequeño confesionario de su mundo interior.
Vemos que además de la familia, para Montse es muy importante su psicóloga, ¿Qué papel juega ella en esa actitud tan positiva que tiene Montse?
Hay que tener en cuenta que muchos de estos de enfermos prefieren guardar gran parte de sus reflexiones para ellos antes de transmitirlas a sus familiares, de ahí que el acompañamiento terapéutico se haga muy importante.
La intervención de Ainhoa en la vida de Montse ha sido fundamental para desahogar los sentimientos de culpa, la incomprensión de ciertos estados por parte de los más allegados, y sobre todo, creo que le ha ayudado a interiorizar su proceso de enfermedad y de despedida de la vida.
¿Qué ha aprendido durante la grabación de este documental?, ¿Fue en cierta manera una terapia, además de para su protagonista, para usted?
Toda película es un gran viaje interior, y “Escocia” ha sido un viaje apasionante, complejo, delicado, y gratificante. Para mi no sólo ha servido de terapia personal. Podría hablarte horas de lo me ha dado esta película. Creo que ha sido un gran ensayo con el que entender algo muy profundo de tu propio inconsciente, y que me ha ayudado a distinguir las sutilezas del acto de mirar.
Grabar el desarrollo de una enfermedad tan delicada como esta no habrá sido nada fácil... ¿Recuerda algún momento especialmente duro?
Los ha habido, pero no están en la película, y creo que no es necesario recordarlos.
¿Puede definir a Montserrat con una sola palabra?
Luchadora.
¿Qué mensaje le gustaría transmitir con este documental?
Creo que Montse deja claro en la película como una persona en un momento tan delicado redescubre la vida, se enamora de las pequeñas cosas de su día a día. El mensaje es de que hay que abrir los ojos y mirar realmente, dejarnos seducir por la belleza de lo que nos rodea. Se trata de superarnos a nosotros mismos en nuestra capacidad de observar y escuchar.
Y por último, ¿Ha cumplido Montse su sueño de viajar a Escocia?
Esto no te lo puedo contestar, lo tienen que descubrir viendo la película.
"Escocia" se estrena el viernes 10 de julio a las 21.00 h en La 2. Estará disponible online durante 15 días tras la emisión en televisión.
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