MESA DE MEZCLAS por DJKIKOMAN
MÉXICO EN LOS 50: NACEN LOS SONIDEROS
Los sonideros son un claro antecedente de los DJs actuales, un fenómeno que apareció durante los años 50, en las barriadas populares de Ciudad de México (Peñón de los Baños, Tepito), cuyos habitantes no podían pagarse la entrada a los espléndidos salones de baile del centro de la ciudad en los que tocaban las extraordinarias orquestas cubanas (La Banda Gigante de Benny Moré, Celia Cruz y La Sonora Matancera) o mexicanas (La Sonora Santanera y la Orquesta Pérez Prado). Algunos aficionados sacaban sus vitrolas (tocadiscos) y ponían, en los patios de vecindades y en las calles, discos de guaracha, son, cumbia y salsa de la época, para amenizar las fiestas de bodas y cumpleaños. Al cabo del tiempo estos eventos cobraron mucha popularidad y cada uno de los “sonideros”, como empezaron a llamarles, se puso nombre propio para diferenciarse de los demás y que el público le reconociese su estilo y repertorio (El Rolas, Sonido La Changa, Sonido Arco Iris, Sonido La Perla Antillana, Fascinación, Sensación Tropical, etc.)
No mucho después surgieron a su alrededor numerosos clubs de baile (César y sus Pitufos, Las Monjas Locas, Baila conmigo, Salsómanos de Xochimilco etc.) y al cobrar la entrada a estos eventos - programados ya para bailar con regularidad - los sonideros obtuvieron dinero que invirtieron en mejorar sus equipos (hasta convertirlos en rudimentarios “sound systems”) y viajar a Nueva York y Bogotá a por más discos. Se multiplicaron los eventos y se empezaron a organizar en todo tipo de espacios, tanto abiertos (solares baldíos, o estacionamientos) como cerrados (hangares, bodegas, almacenes, casas deshabitadas o ¿por qué no? habitadas).
Los sonideros pasaron a ser los maestros de ceremonias de los eventos- a la manera de los actuales MCs del hip-hop - y hacían de locutores, personalizando las sesiones, haciendo comentarios entre las canciones y aceptando las peticiones del oyente. Su labor como divulgadores de la música tropical y creadores de tendencias fue tan notable que el sello Peerless creó un premio anual en 1978 para el mejor de entre ellos, puesto que promocionaban las ventas de discos más aún que la radio. Sus actuaciones se convirtieron en el centro de la vida social de los jóvenes de los arrabales de las grandes ciudades mexicanas y de los emigrantes, desarraigados y perdidos en la incomprensible civilización americana. Si a principios de los 60 había unos 50 sonideros en Ciudad de México, a finales de los 80, su número superaba ya los 600.
El ambiente y la temperatura de esos bailes populares queda plásticamente reflejado en la letra de “Eo, el sonidero”, la canción que les dedicó Café Tacuba en 2003 a esta figura:
“Que es lo que pasa, pasa
Digo que si pasa
Pasará pasó.
Trae tu chamaca
Chamaquero
Para este agarrón.
Los de la música música
empiezan a sonar
con la intención
de poner a bailar,
y la gente se arrejunta
y junta los cuerpos pa’ subir
el calor.
Se escuchan escuchando
los acordes de la
próxima canción,
es que es el turno del sonido
Sonidero, ¡pura sensación!
la pista se retuerce y tuerce
la chamaca con su chamacón
con el ritmo local,
y no queda ni un espacio
nada queda
cuando suena esta canción.
Y no queda ni espacio
nada queda
cuando suena esta canción.
Que es lo que pasa pasa
digo que si pasa
pasará pasó,
Trae tu chamaca
chamaquero para este agarrón,
los de la música música
empiezan a sonar
con la intención
de poner a bailar
y la gente se arrejunta
y junta los cuerpos pa’ subir
el calor
y es el turno del sonido
Sonidero, ¡pura sensación!”
Parte de la temperatura ambiental de los bailes de los sábados provenía de la presencia de homosexuales y travestidos cuya presencia, no sólo era tolerada, sino ampliamente festejada por los asistentes a las veladas. Con ellos la fiesta solía adquirir más color y brillantez, tanto por sus originales y atrevidos atuendos como por su elegantes y alocadas maneras de bailar. Una paradoja surrealista más del país de los hombres bravos, cuyas autoridades y sociedad bienpensante, se dedicaron, durante muchos años (hasta mediados de los 70) a perseguir brutalmente cualquier manifestación pública de estos seres diferentes, negando incluso su existencia.
Con la profesionalización del movimiento sonidero llegó su extensión al resto de México, los EE.UU. (donde existía una gran población migrante) y Argentina. Durante los años 70, surgieron - junto a los sonideros tropicales - otras agrupaciones, como “Sonidero Polymarch”, cuyo repertorio era, básicamente, música disco, tecno y High energy. El fenómeno sonidero, tanto en su versión tropical mayoritaria como su variante disco, se multiplicó radicalmente, llegando a congregar en 1994, más de10.000 personas en el Palladium de Los Ángeles (EE.UU.) en una sola noche.
En la actualidad, los sonideros se han convertido en grandes espectáculos audiovisuales, con trepidantes equipos de video, sonido, iluminación e incluso coreografías de bailes, aunque su repertorio tropical - como en el caso de la música “house” de las discotecas de la clase media - ha perdido nivel y es, en general vulgar y machacón, con la irresistible ascensión del “reggaeton” y la intrusión de la salsa blanda y pachanguera, muy del agrado de las masas, cuyo paladar musical y destreza en el baile han caído estrepitosamente - sin distinción de clases sociales ni de géneros musicales - desde esos míticos y añorados años 50.
Existen, no obstante, algunos colectivos alternativos y grupos musicales contemporáneos que reivindican y reinventan el concepto o incluso adoptan el nombre, como “Sonidero Nacional”. Vinculados al proyecto o integrados en el mismo se encuentran miembros de Control Machete, Blanquito Man, Farris DJ, Gush Doctor, Ritmo Llamador y otros muchos. Definen así su proyecto:“Hip-hop, cumbia, ballenato, ska, afro-beat y todo lo que pueda mezclarse en un concepto musical, eso es Sonidero Nacional”.
Pero en realidad va un poco más allá. Se trata de recuperar lo mejor del fenómeno original: su espíritu festivo y espontáneo, su raíz popular e integradora, su actitud tolerante y desprejuiciada, y por supuesto, su buen gusto musical y su alegre propensión a la promiscuidad de los distintos géneros (musicales, se entiende). Atentos todos porque puede venir de cualquier parte:“Llega el sonido sonidero y es…….¡pura sensación!”.
DJ KIKOMAN
Fotografías de Mark Powell y Livia Radwanski procedentes de "El proyecto sonidero" http: elproyectosonidero.wordpress.com. ¡Visítalo!
GO: dijo
Estupendo texto didactico y aclaratorio, porque lo de "Sonideros" me "sonaba" un poco extraño. Ahora todo cobra mas sentido. Sigan descubriendonos musica por favor. Y gracias
17 sep 2010
Hoteles Badajoz dijo
Me sumo al comentario de GO! Este texto me ha parecido muy util para que la gente conozca la historia, que siempre esta bien!
04 oct 2010
Alfredo Rodríguez Brondo dijo
Desde hace poco más de dos años, en las tardes dominicales hay una buena opción sonora para todos aquellos a quienes nos gusta la buena música, sea del género que sea, en el programa "Sonideros" que se transmite de 19:00 a 24:00 por Radio 3 de Radio Nacional de España. Se puede escuchar no sólo en todo el territorio nacional sino en todo el mundo y en directo a través de Internet mediante el reproductor que aparece en la página web de RNE.
Tal y como se autodescriben ellos mismos en su página web:
Sonideros es un programa de músicas diversas, conducido por Rodolfo Poveda y diseñado para disfrutar en directo los hallazgos y propuestas musicales de cinco críticos y DJs (DJ Floro, DJ Bombín, Luis Lapuente, Kiko Helguera, Javier de Cambra).Una sucesión de espacios de una hora de duración, sin solución de continuidad, en la que cada sonidero compartirá con el conductor y la audiencia los sonidos capturados del mundo exterior y explorará, en círculos concéntricos o excéntricos, sus referentes, su contexto, en suma lo que le da a cada canción todo su sentido y la hace girar - como cualquier disco - siempre sobre si misma.
Enrique Helguera de la Villa —conocido entre sus amigos simplemente como Kiko Helguera— es un periodista y crítico musical, nacido en la Ciudad de México en 1958, colaborador habitual de Letras Libres y codirector del programa Hora México que hace algunos años se transmitía por Radio Círculo de Bellas Artes capitaneado por mi amigo, el añorado poeta, Alejandro Aura y en el que yo mismo participé en algunas ocasiones.
Kiko Helguera, que a veces utiliza el seudónimo musical de DJKIKOMAN, escribió no hace mucho en el Blog del programa, un texto en el que habla un poco del fenómeno de "los sonideros", describiendo cómo los orígenes se remontan a los años 50 en las barriadas populares de la Ciudad de México como Tepito o el Peñón de los Baños.
Aunque ha vivido desde muy joven en España, Kiko no olvida sus raíces y sus quereres mexicanos y con mucha frecuencia programa, en el espacio que le corresponde dentro de la emisión de Sonideros, mucha música mexicana; ofreciendo así, una agradable ínsula acústica dedicada a los sonidos de nuestra tierra. Por eso, y por muchas cosas más, cada domingo intento hacerme un hueco para poder disfrutar del placer de escuchar 5 horas de magnífica música, buscando especialmente la sesión que programa mi amigo Enrique.
Sin ir más lejos, el 26 de septiembre, Kiko Helguera dedicó su sección a la música mexicana en una emisión titulada como "México tropical y excéntrico" y en la que pudimos escuchar cosas tan eclécticas como: la voz inolvidable del genial Tin Tán, el guitarrista Carlos Santana, la Danzonera Dimas, el grupo Kronos Quartet, el acordeonista Steve Jordan o el percusionista Poncho Sánchez. La verdad, una delicia para los auténticos melómanos como yo.
El programa de Sonideros se puede descargar en formato de Podcast segmentado en cada una de las cinco horas que conforman la emisión total. Altamente recomendable.
11 oct 2010