En China, el estrés mata
La economía asiática crece a un ritmo frenético y la obsesión por mantener los escasos costes de producción se traduce en maratonianas jornadas de trabajo, bajos salarios e inexistentes derechos laborales. Esto produce el conocido como fenómeno del “agotamiento laboral”, que cada año se cobra, en China, 600.000 vidas.
El último caso conocido fue el de un joven publicista de 24 años que murió de un ataque al corazón en su oficina tras días en que trabajaba más de 16 horas.
El gigante chino tiene siete millones de nuevos licenciados cada año, por lo que la competencia por hacerse con un hueco en el mercado laboral es elevadísima, y el estrés, provocado por las interminables horas de trabajo, afecta considerablemente la salud. Según los expertos, ante situaciones como esta, las personas son más propensas a sufrir infartos o hemorragias cerebrales.
En Japón le han puesto nombre, “karoshi” y el Ministerio de Sanidad ya ha reconocido esta “muerte por agotamiento laboral”.
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